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(Fanfic) Mahou Shoujo ni Akogarete: Arcoíris Lunar / Capítulo 15: Media noche

Nota: Y como se los tenía debiendo aquí les traigo lo que estuvieron haciendo las demás chicas de Tres Magia y Enormita mientras Utena le daba duro contra el muro a Sayo, verán que hay más conexiones con el otro fanfic pero puede… PUEDE que desde el siguiente capítulo ya empiecen sus caminos a separarse… 

De nuevo gracias a todos por leerme escribir este nuevo capítulo de mi fanfic de MahoAko directamente desde twitch, por cierto, también ya escribí el primer capítulo de mi fanfic explicando como las chicas del mundo de MahoAko tienen bebes y puede que para el próximo sábado ya escriba el primer capítulo del fanfic de Magenta x Sulfur el cual será subido desde el capítulo 2 de forma exclusiva en www.porupo.moe y www.anihimesama.com

«El plan salió mejor de lo que imaginaba.» Venalita, la mascota mágica de Enormita fue testigo de todo ese frenesí sexual que tuvieron Utena y Sayo en la suite del hotel «Satisfacción», ella se encontraba justo afuera de la ventana que dejaba entrar la luz de la luna.

«Me pregunto cómo le estará yendo a las otras chicas.» La criatura mágica voló hasta donde terminaban las ventanas de la suite del hotel, se sentó tranquilamente mientras con un brazo abrió una pantalla mágica. «Dejé dispersos en este hotel a todos mis esbirros espías, claro está que las demás chicas no lo saben que en todo este edificio está cubierto por mi magia para evitar que Tres Magia se enteren que las estamos vigilando.»

La pantalla mostró un piso desconocido del hotel.

«No se ve nada, a ya sé.» Con un movimiento de brazos la imagen casi oscura de la pantalla se iluminó con un filtro verde, era la visión nocturna del demonio. «Ahora si se pondrá buena la cosa.»

En una esquina del pasillo se encontraban dos chicas, una pequeña de cabello largo y otra chica que utilizaba coletas, eran Sulfur y Magenta.

 «Entonces la afortunada chica que este contigo… ¿De casualidad podría ser yo?» Magenta lo dijo con unos ojos brillantes mientras su boca era tapada con su mano.

«¿Ha?» Sulfur no podía evitar sonrojarse muchísimo por lo que Magenta le había dicho ¿Acaso la habrá descubierto? ¿Se dio cuenta de sus crecientes sentimientos románticos? desde el día en que Kaoruko se transformó en Magia Sulfur siempre vio a Magenta como un modelo a seguir, de hecho, su actitud falsa de chica delicada era inspirada en su compañera.

«Yo… yo…» Sulfur era incapaz de decir una sola palabra a pesar de que hace unos segundos acabó de recibir un beso de Haruka.

«¡HAAHH!» Un gemido vino de la otra esquina, eran Matama y Nemo que seguían haciendo sus actividades de intercambio de fluidos corporales.

«Hmmmh… el coño de Nemo esta tan mojado que siento que podría ahogarme.» Lo dijo Matama con una sonrisa pícara.

«¡T-tonta! ¡No digas algo tan vergonzoso! ¡HAAAHH!» Nemo era callada al sentir la lengua de su amante, ambas estaban en una posición muy comprometedora en el piso, ambas chicas se estaban lamiendo sus partes íntimas pero la que más parecía disfrutarlo era Matama quien no dejaba de lamer y lamer el coño de Nemo.

«Hmmmh» Nemo no podía resistir al sentir la mojada, caliente y coqueta lengua de Matama explorando cada rincón de su coño, sentía que en cualquier momento se podría correr de nuevo, desde que ambas fornicaron por primera vez a veces a Matama le gusta empezar a juguetear.

«E-eres demasiado traviesa, siempre termino así… haaahhh… haaahhhh… mi coño, mi coño.» El rostro de Nemo estaba totalmente rojo, sus dientes de tiburón sobresalían al igual que su lengua, se supone que ella debía corresponderle al intento de idol también lamiéndole su vagina, pero no podía, la propia Nemo no podía mantener el ritmo de su dominante amante.

«Oye Nemo, no puedo ser la única que haga todo el trabajo.» Matama dejó de lamer haciendo un puchero.

«L-lo siento… es que lames tan…tan bien…» Nemo lo decía avergonzada, Matama se salió de su posición para sentarse a un lado de Nemo.

«¿Te molesta?» Preguntó Matama.

«¿He? ¿Ha? N-no es que me desagrade…» Le respondió Nemo ruborizada.

«Entonces no hay problema.» Matama acarició la mejilla de Nemo para sacar su lengua y meterla en su boca.

Mientras tanto al otro lado del piso en una esquina yacían Sulfur quien tenía una mano en su mejilla, era la de Magenta.

«¿Quieres que hagamos la misma practica que hicimos con Sayo?» Lo dijo con una leve sonrisa Magenta.

«¿Qu-qué? ¿Hablas en serio?» Le respondió Sulfur.

«No me molestaría si fueras tu…» La chica mágica rosada estaba dispuesta a dejarse hacer lo mismo que ambas hicieron con Sayo.

La mano de Sulfur se puso por encima del pecho de Magenta.

«Hmmmh» Magenta dio un pequeño gemido al sentir su pecho siendo presionada por la pequeña mano temblorosa de Sulfur.

«Pe-perdón… puedes hacer lo mismo si quieres…» Sulfur quería que la experiencia fuera igual para ambas.

«Si Kaoruko-chan me permite entonces.» Magenta colocó su mano en el pecho de Sulfur pero casi no había nada que sentir, era como tocar una tabla con un pequeño clavo puesto por encima, ese debía ser su pezón. La expresión de Sulfur era entre de vergüenza y excitación.

«Perdón por no tener tanto pecho como Sayo o tu.» Sulfur agachaba la mirada.

«No, por supuesto que no, tú también eres hermosa, muy linda, por eso tú me… me…» Magenta se sonrojó de repente, Sulfur lo pudo notar, ella estaba a punto de decirle algo importante, de pronto los pezones de Sulfur se empezaron a excitar haciéndose más grandes y duros.

«Haruka-chan…» La mano de Sulfur bajó hasta debajo de la falda de Magenta.

«Kya…» Magenta reaccionó con un leve gemido. «N-no puedo dejarme vencer.» la chica mágica rosada bajó también su mano debajo de la falda de la chica mágica amarilla.

«Hmmmh… haaahhhh… la mano de Kaoruko-chan.» Magenta empezaba a gemir al sentir la mano de su amiga acariciando y presionando sus dedos bajo su falda, podía sentir por encima de su panty el toque de ella, poco a poco algo se empezaba a humedecer.

«Ha-haruka-chan… Haruka-chan… Haruka-chan…» Sulfur estaba gimiendo la voz de la mujer que amaba, el toque de Magenta era suave, gentil, como si fuera una caricia, pero en vez de ser una caricia en su cabeza era una caricia directamente encima de su panty la cual también se humedecía, un líquido del interior de su ser empezaba a gotear hasta traspasar la tela mágica que la recubría y derramarse en medio de sus piernas.

Las dos chicas mágicas se estaban sobando sus partes íntimas, quizás será por encima de la tela de sus pantys, pero aun así era indiscutible que se estaban dando placer. Las miradas de ambas se conectaron hipnóticamente hasta que instintivamente sus rostros se juntaron más y más hasta que finalmente.

«Besame Kaoruko-chan.» Preguntó Magenta.

«Haaaahh… s-si…» Sulfur accedió a la petición de su amiga y ambas se dieron un tierno beso que iluminaba sus alrededores como si fueran burbujas de luz.

La lengua de ambas chicas se conectaron suavemente, el calor de sus bocas, de sus lenguas, la viscosidad de sus salivas se mezclaba en un baile exótico de placer y amor al mismo tiempo que sus dedos seguían acariciando sus pantys.

Las vaginas de ambas chicas mágicas estaban muy calientes y mojadas, los dedos de ambas chicas podían sentirlos aún por encima de sus guantes, pese a llevarlos encima en realidad su sentido del tacto era igual a si no llevaran nada puesto, era por eso que si acariciabas el cuerpo de una chica mágica ella sentiría el toque directamente como si estuviera totalmente desnuda porque en esencia sus cuerpos eran magia pura.

«¡MHMMMM! ¡ME CORROOOOOO!» Ambas chicas trataban de decirlo, era chistoso como cada palabra que decían en medio de ese beso solo inflaban sus mejillas.

Los dedos de ambas chicas mágicas sintieron como un chorro de jugo de amor se dispersaba debajo de las piernas de su pareja.

«Hahhhhhhhhh» Las bocas conectadas de ambas chicas callaron sus gemidos de placer, sus dedos eran bañados en sus jugos de amor y lágrimas de alegría se derramaban de sus ojos, cuando ambas chicas mágicas separaron sus bocas un hilo de saliva las conectaba al igual que sus dedos al separarse de sus pantys mojadas.

«E-eso… se sintió… muy bien…» Magenta lo decía entre gemidos.

«Hah… hah… Haruka-chan yo…» Kaoruko quería decirle algo a Haruka, algo que se estuvo conteniendo todo ese tiempo, desde la primera vez que la vio supo que ella era diferente al resto, el cómo se preocupó por ella pese a no conocerla aun cuando trataba de evitarla.

Cuando Kaoruko llegó a la ciudad tras mudarse del campo junto a su madre no sabía cómo relacionarse con las otras chicas, si alguien se metía con ella solo tenía que machacarla a golpes, pero nunca se imaginó que aquella chica de cabello rosado realmente se preocupara por ella.

Desde ese día algo creció en Kaoruko, una semilla que germinó y se convirtió en una flor, la chica de campo que estaba sola, pero fue salvada por aquella amable y compasiva chica, Kaoruko estaba enamorada.

«Haruka-chan yo te…yo te…» Entonces en la boca de Kaoruko un dedo la hizo silenciar.

«No tienes de que disculparte Kaoruko-chan, esto es lo que hacen las amigas.» Lo dijo Haruka con una sonrisa inocente.

«¿He?» Amiga, esa palabra que salió de la boca de Haruka se sintió como un espejo rompiéndose.

«¿Paso algo Kaoruko-chan? ¿Dije algo malo?» Magenta vio con incredulidad ante la mirada perdida de Sulfur.

«¿A-amiga?» Dijo Sulfur temblorosamente.

«¡S-si! Estimularse es lo que las amigas hacen ¿No?» Dijo de forma inocente la chica mágica rosada.

«Si… es cierto… ambas le hicimos esto a Sayo cuando entrenamos, estimularse, acariciar nuestras pantys, besarnos, acariciar nuestros pechos… jeje… jejejeje… jejejejeje soy una autentica estúpida…» Lo pensó Sulfur a sus adentros.

«¿Kaoruko-chan?» Magenta era demasiado inocente como para entender lo que acabó de hacerle a su querida amiga.

«¡AAAAAAHHHH! ¡ESTAN TENIENDO SEXO EN EL PASILLO! ¡QUE PUERCAS!» Una voz se escuchó al otro lado del piso, era Kiwi quien apuntaba con su dedo a Matama y Nemo quienes estaban casi completamente desnudas a punto de chocar sus vaginas, estaban a solo unos centímetros de que sus jugos de amor se conectaran.

«¡KYAAAAAAAAAAAAAA!» Matama dio un grito que se escuchó por todo el piso, entonces algunas luces de las puertas a lo lejos se empezaron a abrir, varias chicas que yacían en sus cuartos salían para ver qué estaba pasando.

«¡KIWI ERES UNA ESTUPIDA!» Matama agarró sus ropas del piso al igual que Nemo quienes fueron corriendo al ascensor del otro extremo del piso antes de que las demás personas las vieran.

«¿He? ¿Acaso arruiné su momento de fornicación?» Se preguntaba ignorantemente Kiwi.

«¡Corre Nemo, corre! ¡No podemos dejar que nos vean!» Decía apurada Matama mientras agarraba la mano de su amante Nemo.

«¡S-SI! Pero no entiendo algo… ¿POR QUÉ ESTAS SONRIENDO?» Nemo se dio cuenta de que la mirada de Matama era la de una chica con la lengua afuera mientras sonreía como una maniática y un sonrojo en sus mejillas, debajo de sus piernas pudo ver como una enorme cantidad de jugo de amor caía a chorros, sentía que estaba a punto de resbalarse si pisaba mal.

En uno de los cuartos del piso se encontraban Kaoruko y Haruka ahora como civiles, se metieron en sus cuartos los cuales curiosamente estaban cerca de donde se estaban besando.

«Santa vaca… por pocos también fuimos descubiertas.» Dijo Haruka quien veía en la ranura de la puerta como las demás chicas del piso salieron de sus cuartos a ver qué pasaba, detrás de Haruka estaba Kaoruko quien se tocaba un brazo como si le doliera algo, pero no era físico lo que sentía que se rompió sino algo emocional.

La transmisión de la grabación del demonio vigilante de Venalita terminó.

«Vaya, vaya, veo que las otras chicas también la pasaron muy bien.» Venalita vio todo con ganas de reírse, pero era difícil de decir en su rostro tan inexpresivo.

«Bien, esta grabación se hizo mientras Utena jugaba con el cuerpo de Azul, ahora veamos que estarán haciendo ahora.» Venalita abrió otra pantalla demoniaca esta vez era en el cuarto donde se encontraban alojadas Korisu y Kiwi, había alguien durmiendo en una de las dos camas y era Korisu quien abrazaba a su muñeca con mucho cariño.

 «Que raro ¿Dónde estará Kiwi? ya debió llegar.» Venalita cambiaba de pantalla como si de canales de televisión se tratara, en una escena vio a varios residentes del hotel durmiendo, otras chicas comiendo y bebiendo champaña, en otras una chica se duchaba, en otra veían porno, en un cuarto estaban dos mujeres conectando sus vaginas restregándoselas juntas.

«¡Por favor embarázame! ¡Quiero a tu bebé!» Una de las mujeres gritaba con pasión que su pareja le hiciera una bebé.

«Upps canal equivocado.» Lo dijo Venalita como si nada hasta que llegó al «canal» correcto.

Era el baño del cuarto de Korisu y Kiwi, se escuchaba una ducha abierta pero no se veía la silueta clásica de una chica bañándose, era una silueta de alguien recostada en la tina.

«Hahhh… haaahhhh… Utena-cha, Utena-chan, tócame así, tócame así.» Era Kiwi quien se encontraba agarrando sus enormes tetas mientras tenía sus dedos índice y medio dentro de su vagina, se los metía y sacaba estimulando todo su coño con el poder de sus sentimientos mientras en su mente se imaginaba a Utena encima de ella dándole con todo.

«¡HHHHAAAAAHHH ME CORRO!» Kiwi levantó su pelvis al mismo tiempo que de su coño salía una gran cantidad de jugo de amor que era callado por el sonido de la ducha aún prendida.

Kiwi dejó de moverse mientras de sus dedos recién salidos de su coño recién corrido aún había rastros de su jugo de amor.

«Utena-chan… ya quiero que vayamos al motel…» Por fuera del baño Korisu tenía una almohada tapando sus oídos para que la dejaran dormir luego de escuchar ese gemido intenso.

«Vaya, vaya, Kiwi fue la única que no pudo pasarla tan bien esta noche, perfecto.» Venalita abrió otra pantalla mágica donde se encontraba Sayo restregando un trapo por todo el piso de la suite mientras Utena se encontraba durmiendo en una de las sillas de playa mientras estaba arropada en la misma bata que usó Sayo.

Venalita junto varias de las pantallas alienadas una junto a la otra, en ellas estaban Kaoruko apretando su pecho con un puño con todas sus fuerzas debido a lo roto que estaba su corazón, en el otro yacía Kiwi en la tina luego de haberse corrido murmurando lo mucho que quiere ya ir al hotel con Utena y en el último yacía Sayo trapeando el piso y Utena a un lado durmiendo.

«¿Para qué esperar que solo una me dé la magia que necesito cuando puedo obtenerlas de todas?» Venalita sonrió macabramente.

-Continuará…