Sigue AniHimeSama en porupo.moe

(Fanfic) Mahou Shoujo ni Akogarete: Arcoiris Lunar / Capítulo 39: Azul vs Damu

Nota: El segundo capítulo del especial de Navidad, espero que lo disfruten 😉

Minakami Mizu, la medio hermana de Sayo se levantó en la madrugada misteriosamente, sus ojos estaban apagados y sin vida mientras que en su mano tenía un orbe que emitía una luz purpura.

— Esta magia, es magia oscura, pero ¿por qué la emite Mizu?

Sayo siguió a Mizu hacia donde quiera que se dirigiera, entonces fue que salieron del santuario Minakami a través de una pequeña puerta oculta que se encontraba detrás de unos arbustos.

La pequeña niña caminó por el bosque aledaño al océano, lo único que se escuchaba era los pasos de la niña y el frio viento de la noche hasta que llegaron a un árbol antiguo que parecía ya muerto, su tronco era muy grueso y sus ramas abarcaban un gran espacio, entre ellas había muchas hojas sueltas.

— «Mizu ¿Qué haces aquí tan tarde?»

La niña jaló una cuerda que había bajo las hojas y de ella salió una manga que quitó todas las hojas y tierra mojada que había por encima para dejar a la vista un hueco en el cual la niña entró.

— «¿Las raíces de un árbol? esto no me gusta.»

Sayo salió de donde estaba oculta para llegar hasta las raíces del árbol donde se metió Mizu pero al momento de llegar allí se dio cuenta de que era muy estrecho el agujero, no podía ver el fondo por lo cual se le ocurrió una idea.

— Transmagia.

La chica se transformó en Azul.

— Ahora si.

Con la fuerza que le daba su transformación puso empujar varias de las ramas del árbol y hacer más grande la entrada, pudo notar que al fondo había algo parecido a rocas por lo cual se adentró al lugar iluminando la entrada ahora con su dispositivo de transformación ya que dejó su teléfono en casa.

— ¿Pero que es este lugar?

Tras gatear por unos metros pudo ver que aquel túnel de tierra daba hacia un camino hecho de piedra solida en el cual ella podía caminar, el aire era frio, se notaba que era un sitio antiguo ya que las construcciones parecían del estilo medieval japones.

— ¡Kyaaaaaa!

Se escuchó un grito aterrador en el fondo del camino por lo cual Azul tuvo un muy mal presentimiento y fue corriendo hacia donde estaba.

El pasillo llegó hasta una sala abierta que se expandía aún más hacia el fondo, en ella pudo ver unas luces calidad, eran unas antorchas encendidas, en medio había una mesa de piedra en donde estaba una chica amarrada.

— ¡No! ¡Por favor! ¡No me mate! ¡No me mat-!

Su boca fue nuevamente callada por una mordaza, quien se la había colocado era… ¡la pequeña Mizu!

— Shhhh, no hagas mucho ruido, a Damu le gusta sus presas calladas.

Sayo no podía creerlo, era su medio hermana Mizu quien estaba detrás de todo esto, la chica amordazada era de piel morena y de cabello largo, se le había conocida, como si la hubiera visto antes.

— «¡Mexa!»

Era la chica que atendía la tienda de conveniencia donde ella fue de paso.

— Serás un buen sacrificio para Damu.

Mizu sacó aquel orbe que tenía en su mano, el brillo era más fuerte, se intensificaba al mismo tiempo que las luces de las antorchas disminuían.

— Damu-sama, tengo su nueva víctima, por favor, emerja.

Por detrás de la niña empezó a salir un líquido negro y viscoso que se hacía más y más grande, entonces unas extremidades salieron de ella, eran alargadas y musculosas, luego salió unas piernas igual de gruesas hasta que una cabeza con cabello algo alargado también.

— Damu-sama, tenga, sírvase por favor.

La niña se hizo a un lado para dejar a la chica a la merced de aquel monstruo que tenía gran parte de su cuerpo lleno de líquido viscoso, su cabello largo llegaba hasta los hombros.

— ¡Hmmmm! ¡Hmmmm!

Mexa no dejaba de resistirse ante lo que estaba viendo, era un monstruo como los que solo podía ver en la televisión, entonces recordó aquel ataque que sufrió la ciudad donde así mismo muchos monstruos hechos de líquido viscoso negro ataco a las chicas de la ciudad, pero a diferencia de ellos el que tenía frente a ella no usaba una máscara blanca, sino una máscara dorada.

Entonces de aquella criatura comenzó a surgir algo más, de en medio de sus piernas salió una pequeña extremidad que se extendía por detrás de ella, era como ¿una cola?

— ¡Hmmmmmm!

La criatura arrancó la ropa de la chica dejándola parcialmente desnuda, sus ojos estaban llenos de lágrimas.

— ¡Ya no puedo seguir viendo esto!

Azul se lanzó directamente hacia donde estaba la bestia y con su espada de hielo atravesó su pecho dejando salir una gran cantidad de líquido negro en el piso.

— ¡!

La bestia no emitía gritos por algún motivo.

— ¡¿Qu-quién eres tú?! ¡¿Qué le haces a Damu-sama?!

— ¡¿Qué crees que haces Mizu-chan?! 

Mizu se sorprendió que la llamaran por su nombre, Azul pateó a la criatura hacia el otro extremo del gran salón ganando distancia.

— ¡Mexa-chan! ¡Mexa-chan!

La chica estaba desmayada con sus ojos en blanco.

— No, no puede ser, tú eres, tú eres… ¿Una chica mágica?

Mizu no de tocarse su cabeza como si le doliera algo, se sentía confundida, con dolores y confusión.

— Mizu, Minakami Mizu-chan, por favor, debes detener esto, no sé lo que te está pasando, pero debes.

— ¡¡Ahhhhhhhhhhh!!

La niña gritó tanto que se sentía como si las paredes de aquel cuarto estuvieran temblando y la criatura viscosa se levantó de nuevo.

— ¡¿Qué?! ¿Sigue viv-

Pero antes de que Azul pudiera prepararse aquella criatura le dio un potente golpe que ella apenas y pudo bloquear con su espada de hielo, la chica mágica salió volando hasta atravesar una pared de piedra.

— D… demonios… esa fuerza…

Azul trató de levantarse lo más rápido que podía ya que Mexa seguía allí, pero cuando alzó la mirada pudo verlo.

— Damu-sama, por favor, acabe con aquella chica mágica, si, por favor, acabe con ella… con ell… ¡Ahhhhh!

La niña seguía con sus dolores crónicos de cabeza y es cuando la criatura agarró del cuello a su invocadora.

— ¿D-Damu…sama?

La criatura monstruosa apartó de su camino a aquella niña tirándola hacia un lado para dirigirse hacia donde estaba Mexa, la agarró de su brazo y entonces del monstruo se abrió una boca gigante hecha de aquel liquido negro y la ingirió.

— ¡¡Mexa!!

Del cuerpo de la criatura monstruosa se empezaron a ver muchos bultos como si su cuerpo se estuviera recomponiendo, entonces aquel liquido negro que antes recubría todo su cuerpo se empezó a retraer para dejar a la vista un cuerpo más sólido, con piernas y brazos fornidos, su rostro que tenía aquella mascara empezó a fragmentarse para dejar a la vista un ojo de color rojo con una pupila felina como si de un depredador se tratara.

— ¡Graaaaaaaaaahhh!

La criatura dio un grito que hizo retumbar las paredes y el techo, algunas pequeñas piedras y polvo se empezaron a caer, la estructura se estaba haciendo más inestable.

— Maldito, como te atreviste a comerte a Mexa… ya estoy harta…

Azul tocó con su mano el dispositivo de transformación y dijo aquella frase que le permitía acceder a un nuevo nivel de poder.

— La Verita.

Una luz intensa se iluminó en aquel profundo lugar, su cuerpo se vio envuelto en telas que materializaron una nueva prenda, una prenda parecida a la de las sacerdotisas sintoístas, pero con menos ropa, el ambiente del lugar se hizo más frio, el agua que había en el lugar se congeló y las paredes se cristalizaron.

— Magia Azul: Sacerdotisa de Hielo.

— Minakami-sama, tenemos problemas.

— ¿Qué pasó?

— Los reportes indican que una tormenta nacida del pacifico se ha formado.

— ¿Una tormenta?

— Y no es lo peor de todo, según nuevas lecturas es posible que aquella tormenta se vuelva un tifón.

— ¡¿Un tifón?!

Utena sintió escalofríos ante las noticias que estaba recibiendo,

— Criatura abominable, no te lo perdonaré lo que le hiciste a Mexa.

— ¡Graaaahhhh!

La criatura se lanzó hacia Azul, pero la chica mágica extendió su telar para golpear al monstruo y lanzarlo hacia el techo del lugar, el golpe fue tan fuerte que la criatura atravesó la roca y la piedra sacándola del sitio subterráneo.

— No escaparas.

Azul se impulsó para dar un gran salto que combinado con su vuelo salió disparada como un cañón hacia el monstruo.

— ¡Haaaaaaa!

Estaba lloviendo por lo cual fue fácil para Azul congelar a la criatura en un tempano de hielo que luego calló en la tierra en medio del bosque.

— ¡Espada gigante de hielo!

Con las telas que rodeaban el cuerpo de la chica mágica golpeó las gotas de agua que habia a su alrededor, estas se empezaron a juntar aumentando de tamaño hasta que formó una espada de hielo gigante.

— ¡Toma!

La espada de hielo fue lanzada hasta donde estaba el monstruo golpeándolo de lleno, aquel bosque se vio parcialmente congelado por el ataque.

— Te he vengado Mexa…

Ella no lo sabía, pero a lo lejos se vio como una masa viscosa y oscura se estaba moviendo ocultándose a los alrededores.

— ¡Mizu! ¡Mizu despierta! 

— ¿He? ¿Sayo-chan?

La medio hermana de Sayo lentamente despertaba, estaban en el bosque a los alrededores del santuario Minakami.

— Por fin despiertas, que bueno que estás bien.

Sayo abrazó a aquella niña mientras sentía como si estuviera a punto de derramar unas lágrimas.

— ¿Qué hago aquí afuera?

— Eso no importa, lo que importa es que ahora estás bien.

— Hermana… hermana…

La niña empezó a llorar impulsivamente, no sabía lo que pasaba, pero sentía mucho miedo.

— Mamá ¿Como está Mizu?

— Sayo-chan, muchas gracias por traerla, ella está bien, solo un poco aturdida y asustada, pero todo bien, pero dime ¿qué pasó?

Sayo sabía que bien podría haber mentido, pero eso no era lógico por varias pistas que había, aun así, no podía arriesgarse a revelar la presencia de Magia Azul.

— La encontré caminando sola en mitad de la noche, debió ser sonambulismo, era peligroso despertarla por lo cual la seguí evitando que ella se hiciera daño.

— Hija… gracias… en serio lamento que todo esto esté pasando… últimamente las cosas han estado muy tensas últimamente… no quería decírtelo… 

— ¿A qué te refieres?

— Es que algunas chicas han desaparecido y no tenemos rastros de ellas, algunas regresan de vez en cuando pero ya no son las mismas.

Tras lo que Sayo presenció quizás era obra de Damu.

— Mamá, necesito un favor que pedirte.

— Si hija, dime, lo que pueda lo haré.

— Quiero que me des acceso a todos los documentos y manuscritos que tengas de Minakami Mizuki.

— ¿Minakami Mizuki? ¿Nuestra fundadora?

— Si, por favor.

— Este, claro, con gusto te puedo ayudar con aquello, pero ¿por qué?

— Yo… vine a esta isla en búsqueda de respuestas, no puedo irme sin saberlo todo, por favor.

— Cierto, tiene todo el sentido, buscas saber toda la verdad.

Mientras tanto en una casa en la isla Umi no Machi.

— En resientes noticias, una tormenta tropical se está transformando lentamente en un tifón, por favor estén preparados, va a llegar esta noche.

Eran las noticias de la isla que transmitían en la TV.

— Carajo, primero una tormenta ¿ahora un tifón? por cierto ¿dónde estará esa pendeja de Mexa? debió llegar anoche, de seguro se fue a beber con sus amigas.

— Toc-Toc.

— Oh, hablando del rey de roma.

Mexi abrió la puerta de su hogar para ver quien tocaba la puerta.

— ¡Ha! ¡Mexa pendeja! ¿Dónde estabas? no regresaste anoche.

En frente de Mexi estaba su hermana mayor Mexa quien había desaparecido la noche anterior.

— Este, si, disculpa hermana, me perdí anoche…

La mirada de Mexa era rara, como si estuviera desorientada.

— Como sea, entra, debemos prepararnos para el tifón que llegará esta noche.

Mexi hizo entrar a Mexa a la casa, pero lo que no se dio cuenta era que los ojos de su hermana por un parpadeo eran de color negro con pupilas doradas.

Sayo estaba frente a un almacén antiguo con muchos libros y pergaminos.

— Aquí está Sayo-chan, aquí tenemos toda la información que necesitas para que conozcas más de tu ancestro Minakami Mizuki-sama.

— He… m-mamá… ¿no es demasiado?

— Bueno, es nuestra fundadora, es normal que se la estudie bastante.

— Entiendo…

— En fin, Sayo-chan, te informo que esta noche llegará un tifón, por favor ten cuidado cuando vayas a casa, si tienes problemas vendremos a verte.

— Gracias mamá.

Sayo había quedado sola con aquel montón de libros históricos sobre su antepasado, estuvo durante varias horas buscando y buscando, varios textos tenían una escritura que no entendía y algunas otras que simplemente no sabía que eran hasta que llegó a una que si pudo entender bien.

— La leyenda de Minakami Mizuki y la bestia demoniaca Damu.

— Continuará…

.

.

.

Unas trabajadoras terminaron de colocar los componentes para reparar una antena que estaba dañada en la isla, segundos después de encenderla un mensaje llegó al teléfono móvil que estaba en el cuarto de Sayo, era de Utena.

— Sayo-chan ¿Dónde estás? 

— La isla.

— Te extraño.

— La isla.

— ¿Dónde estás?

— Desapareció.

Segundos después la señal de la isla se volvió a perder, la antena que habían instalado reventó, mientras tanto a varias docenas de kilómetros de la isla.

— No puede ser ¿Dónde está la isla? se supone que debería estar aquí.

— Aoi-sama, el tifón está muy cerca, debemos volver.

— ¡No hasta encontrar a mi hija!