Han pasado 2 días desde el incidente en la mansión del héroe Alexis, el joven se había refugiado en casa de su amiga la bruja Rosemary en un bosque cercano a las montañas al norte del reino de Fragia.
Era una mañana fría llena de neblina, hasta que saliera el sol pasarían unas horas por lo que Alexis decidió aprovechar para despejar su mente cortando algunas leñas con un hacha.
En la mente del héroe solo estaba la imagen de sus esposas Ciel y Beatriz, el cómo las había descubierto en su amor prohibido, el cómo el intento hablar con la princesa, pero está lo había drogado, el combate que tuvo con ella, el ser testigo del despertar de su tercera magia elemental y finalmente la herida que le había infringido.
-¡¡Aahh!!
El héroe cortaba más y más leña en lo que su mente se hundía más en esos dolorosos recuerdos, pero en lo que había calado más fuerte en su mente fue la imagen de Ciel totalmente enojada con un poder tan grande que le daba escalofríos.
Cuando el héroe trataba de recoger otro trozo de madera para partirla se dio cuenta que ya no había más.
– ¡Demonios!
-… ¿Qué más puedo hacer?
Su mente trataba de buscar alguna otra tarea para mantenerse ocupada, vio al lado de la casa un huerto con varios vegetales y alado de este huerto había otro, pero sin vegetales, pero lleno de maleza y piedras.
-¡Oh!
El héroe se dispuso a arrancar la mala hierba con sus propias manos, tirar las rocas a otro lado y a harán la tierra.
-Que haces tan temprano despierto Alexis??
-Oh disculpa no quería levantarte, solo pensaba que podría hacer para ¡¡ayudaaaaahhh!!
– ¿He? ¿Qué pasa? ¿Viste un fantasma?
-Rosemary… ¿¿Qué demonios andas vistiendo??
-¿Que? Oh… ¿Esto? ¿Acaso no te gusta? Que cruel.
-N-no es que este feo, pero por la diosa cúbrete más
-que me cubra más? Está es mi ropa de dormir.
La bruja Rosemary tenía unas prendas oscuras semi transparente que dejaba muy poco a la imaginación, sus esbeltas piernas, su vientre que se podía ver a través de su ropa, las partes más sensibles de su cuerpo apenas estaban cubiertas por una capa de tela algo más oscura, sin lugar a dudas una ropa demasiado erótica.
-Acaso no te gusta? Muchas chicas y chicos me han alabado por mis excelentes gustos de la moda.
-Si, lo sé, pero no vestías eso cuando estábamos en la guerra.
-Bueno es que una cosa es el trabajo y otra mi vida privada.
-¿Privada? Oh cierto… Soy un huésped.
– ¿hu? Hmm…
La bruja sacaba una vaya negra más grande para ponérsela encima cubriendo su erótica vestimenta y entonces se dirigió al héroe.
-Tranquilo, te dije que te podías quedar aquí hasta que las cosas se calmaran, solo tienes que acostumbrarte un poco a mis hábitos, ¿o acaso tienes miedo de “echarme” una mano?
La bruja guiñaba el ojo.
-… No, estarás bien, soy tu invitado después de todo.
-jeje mucho mejor así, por cierto, como está Pyxys?
-oh, él se encuentra mucho mejor, mira ¡Oye Pyxys despierta ya es de día!
El joven lo decía mientras sacaba su collar dónde una luz resplandecía y de ella salía el pequeño ser alado, el hada Pyxys.
-Joven amo, buenos días, ¿se encuentra mejor?
-Yo debería preguntarte lo Pyxys.
-Gracias por su preocupación, pero gracias a los excelentes cuidados de Lady Rosemary estoy en perfecto estado.
El hada se dio cuenta que alado estaba la bruja por lo que decidió volar frente al rostro de la pelirroja para inclinarse en señal de gracias y respeto.
-Oh pero que hada tan bien educado, le enseñaste muy bien Alexis.
-No, el solo ha aprendido todo incluso gestos como esto al invitarme.
-Soy el familiar espiritual del héroe Alexis, mi debes es mantenerme a la altura de las circunstancias.
-Ay que lindo, si tuvieras el tamaño de un humano apuesto que muchas chicas se enamorarían de ti jaja.
– ¿Tú crees? Puede que se complete así ahora, pero puede llegar a ser muy sarcástico.
– ¿Pero qué insinuaciones son esas, joven amo? Soy perfectamente capaz de comportarme como un humano bien educado y no me pondría nervioso aún con jovencitas tan sexys a diferencia suya
– ¿Que? Oye solo trato de ser un caballero con las damas.
-Su actitud nerviosa da a entender que puede ser un pervertido de closet.
-Como que pervertido de closet?? Veo que aún no te he educado muy bien pequeña hada parlanchina, además te dejaste atrapar muy fácil por Beatriz pese a que te dije que te mantuvieras oculto.
La actitud del hada cambio para ponerse pensativo.
-Eso fue porque… Por…
– ¿Pooooor?
-El hada se ponía algo nervioso hasta que tragó saliva y dijo:
-Un gato.
-¿Gato?
-¿Dijo gato?
Alexis y Beatriz viendo al hada dudaban de lo que decía.
-Eso verdad… fue un gato el que me atrapó con la guardia baja mientras espiaba a la princesa.
Los jóvenes se miraron por un rato hasta que sus muecas no podían mantenerse intacta y rieron a carcajadas.
-Jajajaja dijo un gato pero que descuidado.
-Jijiji creo que necesito un gato caza hadas como ese aquí.
El hada se sonrojaba ante las risas de los jóvenes.
-Si no me necesitan me retiro, que tengan buen día.
Con un brillo el hada se metía nuevamente al collar de Alexis.
-Oh oye Pyxys no te lo tomes tan a pecho.
-jiji pero que ya te sientes mejor Alexis.
El joven se dio cuenta lo que había pasado y miro a la bruja con algo de incredulidad para luego mirar encima de las ramas de los árboles los cuales ya dejaban ver los primeros rayos del sol mientras la neblina se estaba retirando.
-No estoy tan seguro… Pero gracias Rose.
…
…
…
El día anterior en la cabaña abandonada se la veía a Matilda que estaba fuera con su ropa de civil dejando ver la imagen de una bella y alta joven con el cabello marrón rojizo y ojos grises.
La religiosa revisaba que nadie la estuviera observando y salía del bosque camino al pueblo que estaba alado, durante varios minutos la joven estaba mirando curiosa todo lo que le rodeaba, el cielo nublado que poco a poco daba paso a los rayos del sol, los charcos de agua que se habían formado en la tormenta de la noche anterior y en medio de su camino una flor solitaria que estaba torcida debido a una rana que le había caído encima.
-¿También estás sola? Déjame ayudarte.
Quitando la rana y enderezando un poco la flor la religiosa dio una gentil sonrisa para seguir su camino.
En medio del pueblo había varias personas que iban al igual que ella de compras, varios puestos de legumbres y frutas estaba instalados, el ruido de la gente comprando, regateando y hablando, era un ambiente muy vivido.
-«Que bueno es salir temprano de compras, en el convento solemos cultivar todo lo que comemos, rara vez salimos y si lo hacemos es en compañía de la superiora»
Esmeralda se había quedado viendo las frutas en un puesto, estaban ubicadas de forma en que sus colores destacarán y llamarán la atención de los clientes.
-oh jovencita, le gusta lo que tenemos aquí? Le puedo ofrecer un buen descuento si compra 2 de un mismo producto.
-oh en serio? Entonces… ¿Esas frutas que están allí también?
-Claro, ¿wow veo que tiene buen gusto, que le parece si compra 3 de estás le regaló la cuarta?
-hmmm… Comprar 3 y me dan una gratis…
Esmeralda recordaba que eran 4 chicas en la cabaña, no sabía cuánto tiempo tendrían que esconderse allí por lo que la idea de compra era factible.
-Está bien, deme 3 de esas frutas y también 3 de estás otras, por cierto ¿¿tiene vegetales??
-claro, claro y también aplica la misma promoción.
– ¡Siii!
…
…
…
En la cabaña estaba ya Matilda afuera asegurándose de que nadie se acercará y en el interior Ciel y Beatriz ya estaba hablando de sus asuntos.
-Él nos descubrió, su familiar Pyxys estaba en la casa, lo descubrí gracias a mi gato Felix, no sé cómo le hizo, pero lo tenía en su boca y fue cuando lo interrogue, no me dijo nada, pero ya sabía de las habilidades de Alexis por lo cual podía sospechar que el debió haberlo visto todo.
– ¿Estas seguras de eso?
-No del todo por eso no actúe drásticamente, pero al ver cómo Alexis llegó a casa más temprano de lo que esperaba mis dudas se hicieron más fuertes.
-¿yo que hiciste?
-Yo… Lo drogue…
– ¿¿Lo drogaste?? ¿¿Por qué??
-No me juzgues, tú sabes bien que para evitar que él te tomara mientras no estaba le daba bebidas que le bajarán su libido, en la noche que estábamos los 3 juntos solo le di una dosis lo suficientemente suave para que le afectará después de que lo hiciera una vez con cada una de nosotras.
-«Es verdad, Beatriz había estudiado herbología y era una experta en toda clase de bebidas medicinales y sustancias, durante la gran guerra demoniaca nos sirvió muchísimo para crear pociones curativas, solo Rosemary le ganaba en esa disciplina»
Pensaba Santa Ciel reflexionando sobre lo que le decía la princesa.
-Entonces… él te confirmo que ya lo sabía todo?
-No lo hizo directamente, pero me le adelante y lo confirme por mí misma, él nos había descubierto, fue entonces cuando la bebida supuestamente había tenido efecto, pero entonces…
-¿Entonces?
La princesa se tocaba la cabeza al recordar como el héroe Alexis se había levantado.
-Ni funcionó, Rosemary… Ella lo había preparado todo, le dio un antídoto que anulo los efectos de mi bebida.
-…
-Y entonces tuve que actuar desesperadamente.
-Espera Beatriz… ¿Porque lo querías drogar?
-…un hijo.
– ¿Que dijiste?
-Lo que dije… Necesitaba un hijo lo más pronto posible.
– ¿Acaso tu… Trataste de violarlo?
La princesa desvío la mirada mientras agarraba una de las sábanas con fuerza y santa Ciel se levantaba de su asiento horrorizada por lo que había escuchado.
– ¿¿Eso en serio?? ¿¿Cómo pudiste?? Él nunca nos haría algo como eso y tú…
-Lo sé, lo sé, fue una estúpida idea, pero estaba desesperada.
– ¿¿Fue porque Alexis nos había descubierto??
-Si… Pero más que eso…
La princesa ve a su amante a los ojos.
-Mi padre quería que me volviera Lady Regente… De forma permanente.
Los ojos de Cielo se abrieron por la sorpresa.
-Espera Betty… Eso no fue lo que me dijiste esa noche ¿¿es en serio??
-Eso verdad, mi hermano Bennett al comprometerse con una Furrciana renuncio a su derecho al trono y mi padre quiere que tenga un hijo para que sea el siguiente rey de Fragia, por eso necesitaba un hijo legítimo de Alexis lo más pronto posible y eso unido a qué él nos había descubierto…
-Tu única salida era embarazarte lo más pronto posible…
-Si…
-… Tonta…
– ¿Ciel?
-¡¡ERES UNA TONTA!!
De los ojos de la santa se escurrían lágrimas.
-¡¡Ciel!!
-¡¡DEBISTE HABER RECHAZADO LO QUE TE PIDIO TU PADRE!! ¡¡NO ES JUSTO QUE TE IMPONGAN ESE PUESTO!!
Beatriz se había impactado ante como su amante le gritaba indignada, pero al mismo tiempo sentía que debía replicarle.
– ¿¿PERO QUE PODIA HACER YO?? ¡¡SI NO LO HACIA PODRIAN HABER SOSPECHADO DE NOSOTRAS!! ¡¡DEBIA ACEPTAR!!
-No… No tenías que… Ya has hecho suficiente por este reino… No les debes nada más…
-Ciel por favor debes entenderme… ¡¡Sobre todo, tu!! La iglesia también quiere que tengas hijos de Alexis ¿¿no?? Para que se conviertan en futuros cardenales.
Los ojos de Cielo que estaban cerrando y abriendo debido al llanto se quedaron parados al darse cuenta que ella estaba en la misma situación de su amada.
-Yo…
-Ciel, ambas estamos metidas en situaciones similares, la monarquía, la iglesia, ambos quieren que cumplamos nuestro rol como mujeres…
-No es justo… Ambas ya hemos hecho todo lo que hemos podido por el mundo, lo salvamos del rey demonio, gobernaste, aunque tú padre estuvo enfermo… ¿¿Porque nos pasa esto??
-…
-…
El cuarto estaba en total silencio, uno incómodo, las dos jóvenes estaba en una situación muy comprometedora.
-Ciel ¿me entiendes ahora?
-…Alexis…
– ¿He?
– ¿Alexis como respondió?
-El…
En su mente estaba el héroe enfrentándose contra ella y su frase le vino a la mente… «No me importa que la ames, pero nunca… Perdonaré que me hayan utilizado»
-Él estaba molesto…
-Eso obvio… Nunca se lo dijimos…
-…
– ¿Él nos hubiera aceptado tal y como éramos?
-No estoy segura, tú lo conoces más tiempo que yo.
Un recuerdo lejano le viene a la mente a Ciel.
…
…
-Pero que buena pareja hacen.
-Son amigos de la infancia y se llevan muy bien.
-Son del mismo pueblo es obvio que son novios.
– ¿Para cuándo el novio?
– ¿Cuantos hijos tendrán?
Pero una escena destacaba más del resto.
-Ciel, me gustas ¿te gustaría ser mi novia?
Alexis y Ciel estaban rodeados de muchas personas, eran parte del ejército del reino de Fragia, entre la multitud estaba Rosemary, varios soldados, hechiceros y gente del pueblo.
-Yo…yo…
Todos en el salón mencionaban al unisonó «Vamos, vamos, a-cep-ta-lo, a-cep-ta-lo»
-Qué dices Ciel ¿Me aceptas?
-… Si… Acepto…
Una nerviosa y sonrojada Ciel miraba al piso mientras aceptaba la flor que Alexis le daba.
…
…
-El me ama mucho, cuando se me declaro yo no estaba segura, había tantas personas que nos emparejaban desde hace tiempo.
– ¿Lo amas de verdad?
– ¿He?
– ¿Amas más a Alexis de lo que me amas a mí?
-…
– Dime la verdad Ciel ¿te gusta? ¿Lo amas? ¿Lo amas más que a mí?
-…yo no…
Los ojos de Beatriz se abrían de par en par ante las declaraciones de su amada.
-Es así entonces…
-…
-Ciel, mi plan era dejarme embarazar por el para tener un hijo, tú también deseas algo así, nuestra felicidad consiste en mantener nuestra relación tal y como está, odio admitirlo, pero lo necesitamos.
-…
-No creo que el me perdoné jamás lo que hice, pero tú sí.
– ¿Betty?
La princesa tomaba de las manos a la santa mientras unas lágrimas caían.
-Lo siento Ciel, me dejé llevar, lo que hice fue realmente algo estúpido, me sentí desesperadas debí contarte todo…
-Betty…
-No quiero volver a verme involucrada en una situación así, no quería meterte en esto.
-Lo sé, siempre lo he sabido.
La santa abraza a su amada.
-Solo quería que viviéramos juntas con un buen hombre que nos hiciera felices, Alexis era el único que podía hacerlo, y lo arruine, lo siento, lo siento.
La princesa lloraba desconsolada agarrando a su amada.
– ¿También lo quieres?
-El… A él lo admiro…
– ¿Solo lo admiras?
La santa aparta a la princesa para verla a los ojos.
-Él es un buen hombre… Un gran hombre.
En su mente se vienen recuerdos de cuando era una niña y leía esos libros de héroes legendarios, practicando la esgrima, admirando el estoque mágico que pertenecían su ancestro, cuando vio a Alexis por primera vez y cuando el regreso triunfante luego de derrotar al Rey Demonio.
-Lo admiro…no lo amo como hombre, pero lo admiro como a uno.
-Entonces él es el indicado.
-Si… Él lo es.
…
…
…
En frente de un atónito Alexis y una asombrada Rosemary se encontraba una figura que se quitaba la capucha para dejar ver a Santa Ciel con una mirada sobria y a su lado Esmeralda con su traje de religiosa.
–Buenos días, Alexis, hola, Rosemary.
-Ciel…
-Ya discutí con Beatriz sobre lo que había ocurrido y por eso… Vine aquí para hablar contigo.
El momento de la verdad había llegado, la santa con sentimientos confundidos con un destino incierto y un joven que se vio envuelto en un romance prohibido.
-Continuará-