En frente de Alexis y Rosemary estaba una encapuchada Ciel junto a su mejor amiga la hermana Esmeralda.
-Buenos días Alexis, hola Rosemary.
El sol ya había salido, la neblina del amanecer se había despejado, aunque aún se podía sentir algo frío pero los rayos del sol reconfortan el ambiente.
-Ciel… ¿Qué haces aquí?
-Vine a hablar contigo.
-No tenemos nada qu-
La bruja Rosemary se había puesto frente al héroe.
-Ciel, buenos días ¿cómo supiste que Alexis estaba aquí?
-Rosemary, hola, fue una suposición.
– ¿Suposición?
-… Beatriz me dijo que le habías ayudado a Alexis así que supuse que el estaría aquí.
La bruja veía con mirada de sospecha a la santa frente a ella.
-Ya veo, está bien ¿solo vienes a hablar? No a iniciar una pelea que destruya el bosque como lo hizo tu «amante» ¿verdad?
Al escuchar esas palabras de Rosemary el ojo izquierdo de Ciel tuvo un pequeño tic nervioso.
– ¿Oye que crees que estás diciéndole a Santa Ciel?
La hermana Esmeralda se había puesto en frente de su amiga.
-Oh disculpa, no te había notado Esme.
-No podría decir lo mismo, bruja Rose.
– ¿Defendiendo a la adultera de tu amiga?
-¡Cuida lo que dices Rose! puede que hayas pertenecido al equipo que derrotó al Rey Demonio, pero te sigues refiriendo a Santa Ciel así que guardarle más respeto.
– ¿En serio? ¿Y quién me va a obligar? ¿Tu? Me han dicho que las monjas viven en conventos encerradas del mundo exterior, me imagino que las mañas de su santidad son comunes en las chicas de su religión.
-Como te atreves… No quiero escuchar esas palabras de una bruja promiscua como tú, que Débora a hombres y mujeres por igual.
-Oye, oye, no me comparen con ustedes, yo lo hago sin esconderme y sobre todo… No me meto en relaciones serias que no puedo mantener.
-Tu…
La bruja y la religiosa estaba elevando la tensión en el ambiente, parecía que estaba a punto de iniciar una pelea.
– ¡Detente Esmeralda!
– ¡Cálmate Rosemary!
Las chicas se detuvieron al momento en que sus amigos les nombraron.
-Muchas gracias por preocuparte por mi Esme pero este es un asunto de pareja, por favor déjame manejarlo.
La santa mantenía un rostro serio que hacía tomarla en serio dijera lo que dijera.
-Ciel… sí, discúlpame, me deje llevar.
-Gracias Rose, pero puedo cuidarme solo, yo me encargo de esto.
– ¿Estás seguro Alexis?
-Si.
El héroe daba una sonrisa falsa que se notaba a kilómetros.
…
…
…
En la cabaña abandonada estaba la princesa Beatriz frente a un espejo, la veíamos de espaldas, no tenía nada puesto más que sus bragas, su cabello largo que le llegaba a la cintura y estaba algo desarreglado debido a los caóticos días que ha pasado.
La princesa se miró al espejo viendo la gran cicatriz que tenía a un costado de su abdomen, era dónde Alexis le había herido de muerte, Beatriz se acariciaba el área apenas sintiendo un leve hormigueo como si su sentido del tacto en dicha área estuviera totalmente atrofiado.
-Toc toc-
-Lady Beatriz le traigo su ropa limpia-
-Gracias Matilda, pasa.
La princesa era ayudada a vestirse con ayuda de su criada, el ambiente era muy callado, se notaba que no quería hablar, pero una pregunta era necesaria para continuar con las actividades del día
-Disculpe princesa por la pregunta, pero ¿qué hará ahora?
-…
-Si Santa Ciel tiene éxito y trae a Alexis de regreso ¿qué hará? ¿Ha pensado en que hará si su esposo no acepta?
-… Si, ya lo hablé con Ciel.
– ¿Hay algo en que pueda ayudarla?
-Está bien, de hecho, no tengo muchas esperanzas, he hecho cosas horribles…
-Entonces que hará?
La princesa ve a su criada quien ya había terminado de vestirla.
-Hablar con mi padre.
– ¿Con el Rey?
-Si, en caso de que Alexis no regrese yo…
…
…
…
En una mesa de madera alado de la casa de Rosemary se encontraban sentados los esposos, Alexis y Ciel uno enfrente del otro, Alexis trataba de mirarla, pero rápidamente apartaba la mirada, Ciel lo mismo hacía, ambos tenían mucha vergüenza por lo que había pasado, aunque Alexis debería estar enojado el recordaba como casi mataba a Beatriz y Ciel estaban consciente de que ella lo había engañado.
– ¿Cómo están tus heridas? ¿Necesitas ayuda?
-… están bien, solo quedaron cicatrices superficiales y Rose me ayudó con todos los tratamientos médicos.
-Ya veo… Rose es de mucha ayuda.
-… ¿Cómo se encuentra Beatriz?
-Ella se encuentra bien, entre las 3 pudimos curarla gracias a la diosa.
-Oh, me alegra oírlo.
-…
-…
De repente la joven santa se paró del asiento para inclinarse totalmente hacia el joven héroe.
-Alexis yo… lo siento mucho, no tengo excusas por todo lo que te he hecho, he traicionado tu confianza y me avergüenza de todo lo que hice.
-Ciel…
-Se que nada de lo que pueda hacer ahora servirá para que me perdones, pero… en verdad quiero disculparme contigo.
-…
-He mantenido una relación a escondidas de ti, te he traicionado como esposa, por favor imploro tu perdón.
Alexis veía la escena de su esposa disculpándose, inclinada como suelen hacer los orientales de ese mundo y el suyo, le recordaba cuando él se había disculpado con ella cuando eran niños, le traía recuerdos, pero con todo lo que había pasado no hacia mas que llenarle de melancolía su corazón.
-Ciel… alza tu mirada.
– ¿Alexis?
-Quiero que me lo expliques todo al detalle, siéntate por favor.
-Si…
– ¿Desde cuándo son amantes?
-Desde el segundo año de la gran guerra demoniaca, hace 1 año y medio aproximadamente.
– ¿Desde cuándo te gustan las mujeres?
-Desde… no, nunca me han gustado las mujeres en general… solo Beatriz…
-Pansexual entonces…
– ¿Disculpa?
-Nada, dime ¿De quien fue la idea del falso matrimonio? ¿Tuya? ¿De Beatriz?
-…
-Respóndeme Ciel, hablo en serio.
-… de Beatriz… ¡Pero ella lo hacia por un buen motivo! ¡Su familia la presionaba par-
-No te estoy pidiendo una explicación, solo limítate a responder lo que te pregunto.
El rostro del joven héroe estaba siendo cubierta por una de sus manos tapando su boca y su codo acomodado en la mesa, solo sus ojos fijos y serios se podían ver.
-Si, lo siento.
– ¿Estabas al tanto del plan de Beatriz en la mansión?
– ¡NO! No tenia idea de lo que Beatriz estaba planeando, yo estaba en una junta de la iglesia en la santa sede, puedes comprobarlo por ti mismo o preguntarle a Esmeralda, te digo la verdad.
-Bueno, otra pregunta más… ¿Le han hablado a alguien más sobre lo que pasó en la mansión? ¿Con la iglesia? ¿Con la nobleza?
-Por supuesto que no, estuvimos escondidas en una cabaña las 4 durante una noche y dos días, bueno yo solo una noche y un día, pero Beatriz y Matilda debieron quedarse allí por dos noches y dos días, creo.
– ¿Por qué Beatriz no vino contigo?
-… ella no quiso venir, sabia que hiciera lo que hiciera no la perdonarías, vine en representación de las dos.
La mirada de Alexis se fijaba en la de su esposa quien por la vergüenza no quería verlo a los ojos, ella tenía una mano en forma de puño en su pecho, como si contuviera su corazón por la presión, el joven desviaba la mirada al centro de la mesa de madera mientras escuchaba las respuestas de la joven santa.
-Dime Ciel…
– ¿Sí?
– ¿Alguna vez me has amado?
-¡!
Las miradas de ambos esposos se volvieron a encontrar, el joven buscaba respuestas y la joven santa no sabía que responder.
-Yo… no lo se.
– ¿No lo sabes? ¿Acaso no sabes algo tan simple como eso?
-No es eso… es que… no se como describir lo que siento.
– ¿Me quieres?
– ¡Por supuesto que te quiero! ¡Nos conocemos de toda la vida!
– ¿Me quieres como amigo o como un hombre?
-Yo… solo sé que te quiero…
-… ¿Recuerdas cuando me confesé ante ti?
-Si… estábamos con todos presentes incluyendo a Esme, nunca olvidaré esa noche.
-Si no estabas segura esa noche ¿Por qué me aceptaste?
-…
-…
-Porque te quería mucho, por eso.
-Está bien, es suficiente ¡Pyxys puedes salir!
Debajo de la mesa salía una luz, era el hada de Alexis, el hada Pyxys.
– ¿Ya ha terminado joven Alexis?
-Ya he terminado, dame las respuestas por favor ¿Dijo la verdad?
-Si, en todo incluso en las respuestas vagas.
– ¿Pyxys? ¿Qué es esto Alexis?
-Creo que ya lo sabes Ciel, la habilidad de Pyxys de detectar mentiras, quería probarte primero antes que nada ¿Tienes algo en contra?
-Cierto… esa es una de sus habilidades… no, no estoy en contra, de hecho… me alegra que lo hicieras para demostrar que te decía la verdad.
La joven santa sonreía nerviosamente como si algo la aliviara de toda la tensión.
-Entonces Alexis ¿He demostrado lo que querías saber?
-Solo he demostrado que no estuviste involucrada en el ataque hacia mi persona, eso es todo, eso no quita que me hubieras sido infiel.
-Cierto… disculpa.
A la distancia debajo de un árbol estaban Esmeralda y Rosemari observando a sus amigos.
-Me dijeron que Beatriz despertó un tercer poder elemental ¿Eso es verdad Esme?
-Veo que ya te enteraste, así es.
-Me dijeron que era del agua, bastante conveniente para curarse de sus heridas.
-Podría decirse que se ha vuelto una mujer mucho más fuerte que antes ¿Envidia?
– ¡Ja! Como si me interesara compararme a ella, pero de seguro estas consciente lo que esto traería en sus vidas ¿Verdad?
-Entonces estas al tanto de nuestra religión ¿Cierto?
-Todas las brujas lo están, por algo fuimos casi totalmente exiliadas de Fragia hace cientos de años, su religión nos persiguió por todos lados, el único motivo por el cual ayude a derrotar al rey demonio fue por conveniencia, si hubiera sido por mi hubiera dejado que desapareciera la santa sede.
-Tu… me estas provocando.
La bruja no parecía prestarles atención a sus palabras y solo tenía sus manos detrás de su cabeza apoyada en aquel árbol.
-El papa hasta ahora era el único que podía utilizar 3 magias elementales ¿Verdad?
-…Si
La hermana veía con reojo a la bruja a su lado, sabia que el despertar de una tercera magia elemental traería muchas consecuencias en ese mundo, quizás no tanto como la del héroe Alexis pero si los suficientes como para cambiarle su estilo de vida.
-Rosemary si esto no termina bien podría desatarse una guerra civil en el reino ¿Lo sabes?
-Lo sé, y no me interesa.
-Jeje me lo imaginaba, siempre puedes viajar a otro reino para reunirte con las tuyas ¿verdad?
-Veo que también conoces algo de nuestra cultura.
-Es normal, ambas utilizan magia, somos parte de un mismo origen.
– ¿Y que con eso? Eso no nos convierte en hermanas que se quieran mucho.
-A lo que quiero llegar es que si un desastre ocurriera en el reino podrían verse arrastradas ustedes también y no solo la iglesia de Fragia.
-…
-Se que lo que hizo la princesa y la santa no tiene perdón, pero incluso tu debes estar consciente que todo es debido a las estrictas reglas de la iglesia ¿No se te hace una estupidez que los hombres puedan practicar la poligamia, pero persigan a las parejas del mismo género que se amen?
-Jaja, es lo único en que podríamos coincidir, es una estupidez.
– ¿Verdad? Cada quien debería amar a la persona que quiera, no le veo sentido a que los persigan, que los castiguen, Beatriz esta atrapada en ese mundo y más siendo la princesa de Fragia.
-Pero eso no quita lo que le hizo a Alexis ¿Estas consciente de aquello?
-Lo se… por eso quiero que resuelvan estos conflictos de la forma más pacifica posible, no quiero que el amor que sienten Ciel y Beatriz sea a base de mentiras.
-Esmeralda.
-Puedes decirme Esme, si me dejas decirte Rose.
-Esta bien, Esme, aún si tu quisieras apoyarlas estarías contradiciéndote, tus amiguitas lo que quieren es regresar a como era antes, una mentira, dudo mucho que Alexis acceda a aquello.
-Tiene sentido lo que dices, por eso vinimos con un plan.
– ¿Plan? ¿Cuál plan?
La religiosa gira el rostro sonriente para ver a la bruja Rosemary quien estaba totalmente intrigada.
…
…
…
– ¿UN GOLPE DE ESTADO?
Alexis se levanta de repente de la mesa al escuchar esas palabras con una Ciel con ojos totalmente serios.
-Si, la iglesia y la corona no aceptaran nuestra relación, por eso te pido Alexis que te unas a nosotras para derrocarlos, sigamos manteniendo esta fachada por un tiempo y cuando tengamos la oportunidad podemos derrocar a la iglesia y a la corona.
-No digas estupideces ¿Tan lejos quieren llegar solo para ser aceptadas?
-Ya debiste enterarte, Beatriz seria nombrada como Lady Regente, como en la Gran Guerra Demoniaca, ella tendría el poder absoluto en ese entonces y cuando yo gane el suficiente poder e influencia en la iglesia podría incluso derrocar al papa, por eso te pido Alexis, únete a nosotras y luego te prometemos nunca más volverte a molestar en esta vida.
El rostro de Alexis estaba impresionado ante el macabro plan que tenia sus esposas, todo para obtener su tan ansiada libertad, la sabia que la forma más directa de que ellas fueran libres era obtener el poder absoluto, pero ¿A que costo?
-No… no quiero verme envuelto en una trama de este estilo, por mi pueden hacer lo que quieran, pero ¿Involucrar al reino? Eso es ir demasiado lejos.
-Alexis tu misma nos has dicho que no debimos haberte engañado y para eso quiero terminar con esto de la mejor forma posible.
– ¡Pero eso no significa llevar al reino a una posible guerra civil!
– ¡No si nos apoyas!
La santa se paraba también de la mesa.
-Si nos apoyas ni la corona o la iglesia sería un obstáculo, sería algo rápido y conciso.
-Habría demasiadas muertes ¿Cómo quieres evitar eso?
-Por eso te pido que te quedes con nosotras, si Beatriz se vuelve Lady Regente la mitad del trabajo ya estará hecho, solo dependería de mí, soy la santa, ni siquiera el papa podría oponerse ante mí, solo necesito un poco de tiempo para aquello y darles lo que quieren.
– ¿A qué te refieres con darles lo que quieren?
-Un hijo…
– ¿Qué?
-Debes saber que tanto la iglesia como la corona desean que tengamos hijos, Beatriz, tú y yo.
-…
-Alexis, desde el principio teníamos planeado tener un montón de hijos ¿no es así? ¿Cuál es la diferencia ahora?
– ¿Qué cuál es la diferencia? ¡¿QUÉ CUAL ES LA DIFERENCIA DICES?
La voz del héroe se elevaba bastante llamando la atención de Esmeralda y Rosemary.
– ¡QUIEREN UTILIZARME PARA SUS FINES EGOISTAS! ¡ESE ES EL PROBLEMA!
La santa Ciel estaba algo asustada por la actitud de su esposo, pero tragando saliva se armo de valor para responderle con la misma intensidad.
– ¡TU MISMO QUIERES QUE NOSOTRAS NO SIGAMOS CON ESTA MENTIRA, ES LA ÚNICA FORMA!
-Y si era la única forma entonces ¿Por qué no lo llevaron a cabo desde el inicio? ¿Por qué no me lo contaron desde un principio en lugar de utilizarme?
-…
-No entiendo, nos llevamos conociendo toda la vida, luchamos juntos en innumerables batallas, nos salvamos la vida mutuamente y aún así… nunca me contaste nada ¿QUÉ TAN EGOISTA PUEDES LLEGAR A SER?
-…yo… yo… ¡N-NO QUERIAMOS QUE ESTO LLEGARA A ESTE EXTREMO!
-Fueron extremadamente egoístas, me intentaron manipular, Beatriz incluso mencionó la posibilidad de matarme, no hay forma en este mundo que acepte participar en un complot de esa magnitud, lo siento, pero no las voy a ayudar.
– ¡ALEXIS! ¿Acaso no te gusto?
– ¿Cómo?
-S-si te me declaraste eso quiere decir que te gusto.
La santa se quita su túnica para mostrar su pecho, sin mostrar mucha piel, pero posando su mano extendida en ella.
-Puedes tomarme, soy tu esposa, antes teníamos miedo que un hombre nos tomara, Beatriz quería estar presente en el momento en que me lo hicieras por primera vez, pero yo no quería, nuestro egoísmo hizo que no pudieras hacerlo con ninguna de las dos, pero ahora…
Ciel se desabotonaba su camisa dejando ver más expuesto sus pechos y su mano extendida bajaba desde allí hasta su vientre donde se detuvo.
-Puedes tomarme, puedes tomarla, puedes tomarnos a ambas como más te guste, durante el tiempo en que dure esto, hasta el día en que llevemos a cabo nuestro plan somos totalmente tuyas.
Los ojos de Alexis se abrían de par en par viendo con terror como su amiga de la infancia se comportaba, los ojos de la joven empezaban a distorsionarse adoptando colores raros, sentía como lo absorbían.
-Solo danos un hijo a cada una, embarázanos.
El joven daba pasos hacia atrás asustado, es verdad que el deseaba que ellas no fueran cobardes con su relación, pero también llegaba a creer que había desatado algo muchísimo peor ¿Ayudarlas en sus macabros planes? ¿Detenerlas? ¿Salir huyendo? Había muchas opciones ¿Cuál escogería?
– ¿Nos ayudarías Alexis?
-n…o…
– ¿Alexis?
-No… ¡no! ¡NO! ¿Acaso solo me ves como un enfermo sexual que te ayudaría en todo lo que quisieras para poder follarte? ¡Debes estar loca!
– ¿Loca? Pero si tu fuiste quien nos impulsó a hacer esto.
-Si, fui yo, porque me involucraban en ello sin decírmelo y no quiero volver a verme envuelto en sus planes.
-…
-Y si sigues con estos planes me veré obligado a contarles a la iglesia y a la corona lo que están haciendo de atentar contra ellos.
– ¿Qué dijiste?
– ¿No me escuchaste? Le contaré a la iglesia y a la corona tus planes.
– No lo harías… no nos traicionarías así.
-Antes no, pero viendo en cómo están llevando las cosas me doy cuenta que ustedes dos son una amenaza latente y no puedo permitirles que hagan esto, aún si es por su amor, no puedo dejarlas que involucren a personas inocentes.
– ¿Inocentes? ¿Sabes lo que hace la iglesia a las personas como nosotras? Nos persiguen, nos castigan, nos torturan y hasta nos matan, tu no entiendes nada de eso.
-¿?
-La corona y la iglesia nos ven como ganado para dar a luz, no importa que Beatriz se haya sacrificado liderando el reino de Fragia durante la Gran Guerra Demoniaca, no importa que haya yo luchado contra el Rey Demonio… solo tu tienes el reconocimiento, solo tu puedes hacer con tu vida lo que quieras y nosotras dos… condenadas a casarnos con alguien que no queremos para cumplir con sus expectativas.
-…pero eso no les da el derecho a querer provocar una guerra civil donde mucha gente podría morir.
-Pensé que nos apoyaríamos si te éramos honestas, pero veo que nos equivocamos, aunque te hubiéramos dicho todo desde el principio, no ibas a apoyarnos…
-Ciel… por favor detente, no quiero tener que delatarte…
-No lo harás…
-Si seria capaz, si me obligas.
-No, no lo permitiré.
– ¿Me vas a detener?
-Si seria capaz… si me obligas.
-¡!
Grandes nubes oscuras cubrían el cielo que hasta hace poco estaba despejado, vientos torrenciales se sentían en el ambiente, el piso empezaba a temblar, los ojos de Ciel y de Alexis se estaban viendo atentamente hasta que de repente ambos dieron un salto hacia atrás marcando distancia el uno del otro.
– ¡ALEXIS!
– ¡CIEL!
Rosemary y Esmeralda veían a sus amigos a punto de iniciar un combate con todo el escenario dando los indicios de un posible cataclismo.
-No puede ser ¡SABIA QUE ALGO ASI OCURRIRIA! ¡Y EN FRENTE DE MI CASA!
-Las negociaciones fallaron, Pero ¿cómo? Aún si Alexis no quería ayudarla entonces… ¿Amenazarla? ¡Alexis debió amenazarla!
El joven héroe extendía su mano el cual como un magneto atraía la funda de su espada legendaria mientras la santa con un aura dorada también extendió la suya para atraer su espada mágica que se veía envuelta en un aura dorada.
-Te voy a detener Ciel, aún si es a la fuerza.
-No permitiré que nos denuncies ante la iglesia, no dejaré que nos destruyas.
-Desde el momento en que te vi esa noche sabia que en algún punto nos enfrentaríamos, no, fue desde esa noche en que derrotamos al Rey Demonio.
-…
-Estoy harto de todas sus mentiras, estoy harto de que me hayan utilizado, son unas auténticas egoístas ¡ESTOY CANSADO! ¡Y SI NO TE DETIENES TE JURO QUE LAS DELATARÉ ANTE TODO EL REINO Y LA IGLESIA! ¡Y NUNCA VOLVERÁN A ESTAR USTEDES JUNTAS EN TODA LA VIDA!
-…Alexis… perdóname…
-¿?
El aura dorada de Ciel se intensificaba, casi como el de esa noche, se sentía una enorme ráfaga de energía que retumbaba en toda el área, era el poder de la santa.
-No, ya es tarde para eso.
En respuesta ante la amenaza latente el héroe responde emanando su propia aura de mana, una de color plateado, los elementos que estaban en el ambiente empezaban a descontrolarse, la tierra alrededor de sus pies se levantaba, el aire a su alrededor se convertía en remolinos, la lluvia empezaba a caer y de la base de sus pies un fuego rojizo se levantaba.
-No puede ser, van a pelear con todo su poder ¿Cómo pudo terminar esto así?
La bruja llamaba a su escoba mientras se sentaba en ella.
-Debemos alejarnos Rose.
La hermana se trepaba detrás de la escoba donde estaba situada la bruja, ambas ganaban distancia del área donde se encontraban, todo el bosque estaba envuelto en medio de una tormenta, los rayos caían y una luz dorada se iluminaba a través de las nubes.
El combate más aterrador desde le final de la gran guerra demoniaca estaba a punto de iniciar, esta vez contra los dos seres más poderosos de todo el reino de Fragia, mejores amigos y hasta hace pocos aún esposos.