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(Web Novel) Un Mundo Carmesí / Capítulo 21: El juicio y la cacería.

Era de noche en la abadía Virgínea, el aire frio de las montañas podía sentirse en el ambiente. Un invitado muy importante había llegado y era el conde Lambert por lo que le dieron una invitada especial con la cual pasar la noche: era la hermana Carolina.

Antes de que el conde consumiera su acto la puerta de su habitación había sido despedazada y detrás de ella estaba una mujer baja, pero de ojos dorados.

– ¿Quién demonios eres? ¿No sabes quién soy? El conde Lambert.

-Y yo soy la máxima representante de la iglesia junto al papa, Santa Ciel.

Las hermanas de la abadía salieron de sus habitaciones ante tal estruendo y cuando vieron lo que ocurría en el pasillo vieron el gran destrozo que había causado Ciel.

– ¿Santa… Ciel? eso es imposible, nadie me notificó aquello, debe ser una mentira. ¡guardas vengan acá! ¿Dónde están?

-Oh, si me disculpa conde yo puedo responderle aquello.

Esmeralda respondía y con su pie tiró el cuerpo de varios de los guardas que estaban en la puerta.

– ¡Mis guardias!

-No se preocupe conde, ellos no están muertos.

-Malditas… no se los perdonaré…

El conde agarró la espada que tenía tirada en el piso junto a su ropa y se abalanzó ante la santa quien estaba impasible mirándolo con sus ojos dorados como si esperara que la golpearan.

– ¡MUERETE!

Un puñetazo lateral chocó con la enorme mejilla del conde provocando un golpe que resonó en toda la habitación, ese instante se sintió como si durara varios segundos por como el enorme y amorfo cuerpo del hombre reaccionaba para ser lanzado al otro extremo de la habitación destrozando el ropero.

Todas las hermanas que habían salido de sus habitaciones vieron a través la destrozada puerta lo que había pasado, el cuerpo gordo del conde estaba tirado en los escombros de un ropero y en frente de ellas dándoles la espalda una chica más pequeña que la mayoría de ellas con el brazo izquierdo extendido hacia la dirección donde estaba tirado el sujeto.

-Basura.

-Wow… ese golpe fue contundente.

La hermana Esmeralda replicaba, había sido la primera vez que ella vio esa acción de su mejor amiga, no solo su personalidad había cambiado, sino que su fuerza física también, era distinto a lo que normalmente podía ver de otros hechiceros los cuales, aunque su magia era poderosa estos por lo normal carecían de gran fuerza física. El cuerpo pequeño de Ciel era un engaño ante el tremendo poder y fuerza que guardaba.

– ¡Carolina! 

La hermana Esther que estaba junto a Esmeralda y Ciel fue corriendo a ver a su hermana quien estaba cubierta por las sábanas de la cama.

-Carolina ¿estas bien? ¿te hizo algo ese viejo asqueroso?

-N-no… estoy bien… lo siento, lo siento.

– ¿Pero de que te estas disculpando? tu no hiciste nada malo.

– ¿Qué es todo este alboroto? ¡regresen todas a sus habitaciones en este instante! ¿No me escuchan? Les digo qu-

Era la abadesa Amelie quien al entrar al cuarto vio todo lo que había pasado, pero Ciel se había volteado para verla directamente a los ojos de forma intimidante.

– ¿Ci…el?

-Abadesa Amelie, van a haber muchos cambios aquí de ahora en adelante.

A cientos de Kilómetros de la capital del Reino de Fragia, en una cabaña pobre en un pueblo lejano, se encontraba el héroe Alexis sentado en una cama mientras era atendido por una hermosa chica de cabello rojo, era Rosemary.

-Perdón por la cachetada que te di.

-No tenías que haberme tratado así apenas me desperté.

-Perdón.

-Aún me duele la mejilla.

-Ya dije que lo siento.

-Y no puedo usar muy bien mis extremidades ahora.

– ¡Ahhh! ¡Ya te dije que me disculpes! ¿Qué más quieres de mí? además, fue tu culpa por haberme ocultado tantas cosas todo este tiempo.

-Tenía mis motivos para no decir nada.

-Me importa un pepino, si querías mi ayuda no debiste ocultarme cosas ¿Acaso no somos amigos? creo que después de tus esposas yo soy la mujer más cercana a ti.

Al escuchar la palabra esposa Alexis no pudo ocultar su malestar y tristeza, todo lo que pasó en esa semana había sido demasiado para su cuerpo, mente y corazón.

-Lo siento Alexis, no quería hacerte recordar aquello.

-No, está bien, tienes razón, fue mi culpa.

Unos niños habían entrado a la habitación de tierra trayendo un plato de sopa de gachas que le dieron a la hermosa bruja.

-Oh, muchas gracias niño.

-Dice mi mami que si quieren pueden quedarse esta noche pero que no tendremos suficiente comida para mañana, que nos disculpen.

-Muchas gracias por decírmelo niño, mañana ya nos habremos ido.

Con su mano libre la bruja acariciaba el cabello del niño quien sonreía para posteriormente salir de la habitación.

-Rose, esos niños, esta cabaña.

-Estamos en un pueblo fronterizo del reino de Kambrigia, mi aquelarre está muy lejos por lo cual teníamos que detenernos antes de seguir nuestro viaje y necesitabas atención médica urgente.

-Ya veo.

-Esta familia es muy pobre, pero fue la única que nos abrió las puertas, somos extranjeros por lo cual no me sorprende que los demás del pueblo no quisieran recibirnos.

-Con razón.

-Han sido muy amables con nosotros así que mañana iremos de cacería y les traeremos un jabalí gigante como agradecimiento.

-Si… ¿Qué?

Antes de que el héroe terminara de hablar una cucharada de sopa de gachas había entrado en su boca.

– ¡Ghhh!

-Cállate y come, debes recuperar tus fuerzas para mañana y ya me iras explicando mejor lo que ha estado pasando.

En el gran comedor de la abadía Virgínea se encontraban reunidas todas las hermanas, en la gran mesa que estaba situada junto a las gigantes ventanas estaba sentada Ciel y al lado de ellas se situaban las hermanas Carolina y Esther. En frente de la gran mesa estaba el conde amarado, a su lado sus guardas, pero más sorprendente de todo es que también estaba amarrada la mismísima abadesa Amelie.

Una joven estaba parada ante ellos caminando de un lado al otro, estaba hablando con gran elocuencia.

-Conde Lambert, Abadesa Amelie ¿Saben por qué están ustedes amarrados así?

– ¿De qué están hablando? yo no hice nada malo ¡Abadesa Amelie! ¿qué está pasando?

-Mis disculpas conde, yo tampoco sé que está pasando aquí ¡Ciel! No estoy de humor para tus bromas ¡Hermana Esmeralda libérenos ahora!

-Veo que no están conscientes de su situación, que pase la testigo.

Al lado de Ciel se paraban las hermanas Esther y Carolina quien estaba tapada con una gran manta.

-Digan sus nombres y profesiones por favor.

-S-soy Carolina, hermana de prueba y me dedico al área de la cocina.

-Me llamo Esther y soy una hermana protectora encargada de la enfermería.

Las luces de las velas iluminaban el tenue cuarto mientras afuera empezaba a llover fuertemente y la hermana Esmeralda continuaba con su platica.

-Hermana Carolina, la noche de hoy te encontramos en el cuarto de invitados junto al conde Lambert ¿Qué estaba haciendo allí?

-El conde Lambert me llamó para que fuera a orar en su cuarto…

– ¿Solo a orar?

-…

-Vamos hermana Carolina tienes voto de honestidad ante la diosa, debes responder.

-Yo… fui invitada a pasar la noche con el Conde Lambert.

La hermana Carolina estaba totalmente asustada ante la situación, estaba rodeada de todas sus hermanas de la abadía, todas sabían lo que pasaba allí, pero nadie se atrevía a decirlo abiertamente hasta que alguien alzó la mano.

– ¿Hermana Esther?

-Si, yo soy testigo de todo lo que ha pasado. El conde Lambert la llamó a su cuarto para vio-

Una mano la había agarrado de su hábito, era la hermana Carolina quien estaba totalmente avergonzada de lo que estaba a punto de decir Esther.

-Carolina, si no vas a decirlo tu debo hacerlo yo, no puedo permitir que esto siga pasando, no estás sola en esto, me tienes a mí.

Esther había sujetado la mano de Carolina firmemente.

-Está bien, yo lo haré.

La hermana Carolina dio un paso al frente.

-El conde Lambert me llamó a la habitación de huéspedes para abusar sexualmente de mi cuerpo.

– ¡MALDITA HUERFANA PUT-

Una copa dorada llena de vino y decorada con joyas preciosas había sido tirada al rostro del conde haciéndolo callar.

-Silencio, está hablando la hermana Carolina.

Había sido Ciel quien estaba seria sentada en la gran mesa, las luces de un rayo iluminaban la ventana que estaba detrás de ella, solo sus ojos dorados podían verse en toda la sombra que provocaba la luz del rayo.

-Continuando, hermana Carolina ¿Quién te ordenó ir a su cuarto?

-Un sobre con el número de la habitación del conde me había llegado junto a una ropa provocativa.

– ¿Sabes quién pudo haberte enviado esa carta?

-No lo sé…

-Yo si lo se.

Respondía la hermana Esther.

-La única que tiene autoridad para ordenar algo así es la Abadesa Amelie.

Junto al conde la abadesa Amelie estaba callada escuchando todo lo que decían sus protegidas, pero en sus ojos se podía ver lo disgustada que estaba.

-Gracias hermanas Carolina y Esther, es el turno de los acusados, den su versión.

El conde se había parado levantado por dos de las hermanas presentes.

-Conde Lambert, se le acusa de abusar de la hermana Carolina ¿Tiene algo que decir?

-…jaja

– ¿Perdón? ¿A qué se debe tanta risa?

– Ustedes me acusan de abusar de la hermana Carolina ¿Acaso recién ahora la iglesia se va a preocupar de las hermanas de esta Abadía? no me hagan reir.

– ¿Entonces está aceptando los cargos?

-Yo no acepto ni una mierda, esto que ustedes me vieron hacer es algo que se ha practicado durante muchísimo tiempo, no sé cómo es que de pronto se sienten moralmente superiores ¿De dónde creen que sale el dinero para financiar una abadía tan gigantesca como esta?

-Explique.

-Como quieran, durante la gran guerra demoniaca un gran número de chicas quedaron huérfanas y una abadía por más grande que sea necesitara recursos para sustentarse ¿De quién creen ustedes que sale ese dinero? ¡de mi familia! todas las hermanas aquí lo saben.

El conde las miraba a las hermanas de forma indignada, las chicas presentes no hacían nada más que ver al otro lado.

-Es verdad, no sé por qué están haciendo esto Ciel, Esmeralda. Podría acusarlas de alta traición si continúan así. Los recursos de donde nosotras comemos vienen del conde Lambert. Libérennos de inmediato.

La abadesa exigía energéticamente.

-… ¿Entonces abadesa usted admite que ha permitido esto durante todo esto?

-Los nobles nos dan sus recursos y nosotras les damos lo que buscan, es simple equivalencia de intercambio.

-Prostitución.

– ¿Qué?

-Abadesa Amelie, en vista de que usted sabia todo lo que pasaba se la acusa de prostitución ilegal.

– ¿Como que prostitución ilegal? 

– ¡El libro y los lentes!

Una hermana del estrado le tiraba un libro gordo de texto y unos lentes que la hermana Esmeralda agarró con gran maestría para posteriormente colocarse los lentes y abrir el libro buscando cierta página.

-Según el artículo 243 del código de bienes y servicios del Reino de Fragia: la prostitución solo puede ser ejercida cuando el negocio está registrado en el gremio de servicios de la capital real.

– ¿Como es que tú?

-Las prostitutas del Reino de Fragia pagan sus impuestos al igual que todos los negocios de bienes y servicios y gozarán de protección del ejercito real.

-Esmeralda tu…

-Abadesa Amelie se la acusa de prostitución ilegal de las hermanas de la abadía Virgínea y usted conde Lambert se lo acusa de intento de violación.

– ¡Maldita Esmeralda como te atreves!

Una tarta de manzana caía sobre el rostro de la abadesa que había sido lanzado por Ciel.

– ¡Abadesa Amelie!

Santa Ciel se levantó de su asiento agarrando un martillo de madera que servía para romper almendras que había en la mesa.

-Voy a dictar sentencia, Abadesa Amelie, por el cargo de prostitución ilegal de nuestras hermanas de la abadía Virgínea hacia los nobles de Fragia y a usted Conde Lambert por el intento de abuso sexual los declaró culpable.

Con un gran golpe sobre la mesa Santa Ciel dictaba sentencia.

-Con el poder eclesiástico que me concede la diosa como su representante en la tierra yo lo condeno a usted Conde Lambert a los calabozos de por vida y usted Abadesa Amelie es destituida de todos sus cargos en la Abadía y es exiliada de por vida del Reino de Fragia.

– ¡Maldita sean ustedes monjas de mierda! ¡Sin mi dinero ustedes se estarían muriendo de hambre!

– ¡No pueden hacerme eso, soy su Abadesa Amelie, sin mi ustedes no tendrían a donde ir!

El conde Lambert y la abadesa Amelie despotricaban hacia todas y sobre todo hacia Santa Ciel.

-Llévenselos.

Los gritos de indignación de los acusados resonaban en todo el salón, Esther estaba abrazando a Carolina quien no podía contener sus lágrimas por todo lo que había pasado.

En el fondo del salón había un joven de cabello semi largo y rubio, era el hijo de conde Lambert, santa Ciel se aproximaba a él lentamente.

-Carolina me contó que la habías tratado de ayudar del asqueroso de tu padre ¿Me odias por la condena que le di a tu padre?

-No, era lo que se merecía.

El joven se arrodilló ante la joven.

-Noble Louise Lambert, por mi autoridad como santa te declaro como el nuevo conde de este condado.

-Acepto humildemente.

En las profundidades del bosque estaban Alexis y Rosemary cazando el jabalí que les habían prometido a la familia que los acogió durante varios días.

-Alexis ¿Como te sientes?

-Estoy más o menos bien pero aún siento mi cuerpo algo entumecido.

-Es normal, hemos estado una semana en este pueblo debido a la gravedad de tus heridas ¿Pyxys sigue dormido?

-Si, no ha despertado en todos estos días, estoy preocupado por el cómo no te puedes imaginar.

-Es normal, no soy experta en hadas, pero puedo decir que el hecho de que un hada se haya parado ante una diosa es tener los testículos bien puestos, aunque las hadas no tienen genero per se.

– Espera, espera… ¿Las hadas no tienen genero?

-Obvio que no ¿Alguna vez le has visto tener algo en medio de las piernas?

– ¡Como si me pusiera a revisar esas cosas! además, Pyxys tiene una voz masculina.

-Más bien como la de un niño que es un tono de voz neutral.

-Eso no es lo que… ah olvídalo.

En frente de los jóvenes había rastros de huellas enormes.

-Rose eso es.

-Si, nuestra presa está cerca, no sabes lo desesperada que estoy de comer un montón de carne.

Tras seguir el rastro llegaron hasta una cascada en las profundidades del bosque que daba en la subía de una montaña, a lo lejos se podía ver a una criatura enorme bebiendo de allí, un jabalí solo que con una altura de al menos cuatro metros de altura y sus colmillos estaban hechos de un cristal verde.

-Mira Alexis es nuestra pesa, un Jabalí gigante de colmillos de cristal hmm… ya me dio hambre.

-Si, debemos proceder con cuidado.

Pero antes de que Alexis saliera de los arbustos unas pisadas pesadas hacían temblar el área cosa que alertó al jabalí gigante el cual cuando intentó huir vio que su camino estaba bloqueado por una criatura igual de grande envuelta en llamas rojas, era un oso de al menos tres metros de altura.

– ¿Pero qué demonios? ¿Un oso ígneo? ¿qué hace tan lejos de su habitad natural?

Respondía Rose sorprendida ante como dos bestias semejantes se encontraban.

El Jabalí de cristal estaba raspando el piso con sus grandes pezuñas preparándose para el ataque mientras el oso ígneo se paraba en sus dos patas hasta adoptar un tamaño superior a los cinco metros.

– ¡Alexis los animales van a pelear! 

El jabalí corrió hacia el oso con sus enormes colmillos de cristal apuntando al oso, pero este los paró en seco con sus enormes garras, pero no sin antes habiendo retrocedido unos metros.

El oso agarró con sus garras de fuego los colmillos de cristal del jabalí con tanta fuerza hasta romperlos para posteriormente darle una zarpa tan fuerte que lo hizo caer dejando una enorme herida que estaba prendida en fuego.

Cuando el oso estaba a punto de tirarse sobre el Jabalí el animal cuadrúpedo reaccionó parándose para empujar a la bestia arrastrándolo, el fuego del oso estaba incendiando el pelaje del animal, pero como si fuera magia algo atravesaba el estómago del oso, era un colmillo de cristal.

– ¿Como fue que el Jabalí hizo eso? ¿El oso no se los había arrancado?

– ¿No sabias Alexis? Los jabalíes de cristal tienen la capacidad de hacer crecer sus colmillos a voluntad.

– ¿Como?

En la escena el Jabalí volvió a embestir al oso hasta hacerlo car hacia atrás y se podía ver como ambos colmillos habían vuelto a crecer, el oso se paró con gran dificultad y de su interior se vio sangre caliente salir quemando el piso que lo rodeaba.

– ¿Crees que haya ganado el Jabalí?

-No has visto todo Alexis, mira.

Las heridas del oso ígneo estaban emanando un fuerte vapor, estaban regenerándose a gran velocidad para posteriormente haber cerrado por completo. El oso dio un enorme grito que espantaba a las aves del bosque saliendo espantadas y el Jabalí seguía en su sitio en guardia.

-La pelea se aproxima a su clímax, Alexis mira bien.

Los ojos del oso ígneo se iluminaron con un color carmesí, abrió su boca para tirar una gran ráfaga de fuego mientras que los ojos verdes del jabalí de cristal también brillaron para luego del piso donde estaba la criatura emergieran enormes cristales verdes que se aproximaban al oso.

Una gran explosión se sintió en toda el área, los árboles alrededor quedaron calcinados, un pequeño cráter se había formado al lado de la cascada, los cristales verdes se hicieron polvo y el vencedor había sido…

-El oso ígneo.

Una gran barrera de fuego había formado Rose antes de la explosión, dentro estaban los jóvenes.

-E…esas… ¿ESAS CRIATURAS QUE DEMONIOS SON? ¡No son ni de broma las criaturas que estábamos buscando!

Debido al brillo de la barrera de fuego de Rose el oso ígneo volteó la mirada a los jóvenes, eran las únicas criaturas que estaban en el bosque a pesar de todo lo sucedido lo que quería decir que eran criaturas fuertes y por ende una amenaza.

-Oh no, nos acaba de ver ¡Alexis es tu turno!

-Si señora.

Alexis había salido al frente no sin antes un gran chichón en su cabeza.

-Se dice señorita, cabrón.

-Jeje, perdón, en fin, es mi turno.

El joven héroe había desenvainado su funda y saco un… ¿machete?

-Ya no tengo mi arma legendaria pero aún sin ella me es suficiente para eliminar a la criatura.

El oso estaba de nuevo cargando un nuevo ataque de fuego, pero antes de que terminara el héroe pisó tan fuerte el piso que lo había destrozado para posteriormente salir volando y darle una gran patada en el estómago al oso quitándole el aliento.

-Ya he visto tus movimientos oso, si no eres capaz de cargar tu ataque no podrás lanzar tu llamarada.

El oso antes de caer con su garra le dio un zarpazo al héroe mandándolo a volar hacia los árboles.

– ¡Alexis!

-Auch, auch, eso me dolió… aún no me recupero.

El oso se alzaba del suelo y con dolor en el estómago trataba de volver a cargar su ataque, pero no podía, había utilizado demasiado su ataque y estaba cansado.

– ¡Alexis si vas a atacar hazlo ahora!

– ¡Listo!

Con su espada el héroe empezaba a cargar magia elemental alrededor del machete, su dedo índice y medio se deslizaban de la base del machete hasta la punta.

– ¡Ataque hydro, estrella!

El héroe hizo varios cortes en el aire formando la figura de una estrella de cinco puntas con el agua que se había acumulado al rededor hasta que salió volando hacia el oso ígneo chocando con él.

El oso ígneo dio un gran rugido de dolor cayendo al piso.

– ¡Lo hice! ¡tómala! jajaja.

Cuando el héroe fue a ver al oso, se puso encima de su presa.

-Jejeje y sin mi espada legendari-

Una gran llamarada salió del oso derribado golpeando al héroe lanzándolo al cielo.

– ¡Alexis!

En el cielo estaba Alexis quien se había cubierto por poco, pero toda su ropa estaba quemada solo quedándole sus pantaloncillos.

-«Maldición, mi ataque no fue suficiente para matarlo, estoy aún muy débil y sin mi espada legendaria la potencia de mis ataques ha disminuido un montón, debo hacer algo, debo…»

– Maldición, si Alexis no puede con ese oso ígneo es que aún no se ha recuperado por completo, entonces no me queda otra más que interve-

– ¡Aún no estoy derrotado! 

El héroe caía del cielo con el machete en su mano apuntando al oso quien con gran furia lo encaraba, cuando una de las garras del héroe estaba por volver a zarparlo este lo esquiva con una pirueta apoyándose de esa misma garra para posteriormente enormes ráfagas de aire se acumulaban a su alrededor.

– ¡Corte anemo, multicortes!

Con un frenesí de cortes de viento el héroe trataba de romper la defensa del oso ígneo quien gritaba del color, pero el machete se estaba destrozando tras cada corte.

-«Mi machete esta poco a poco partiéndose, debo matarlo antes de que pierda mi arma»

El oso ígneo gruñía con total desesperación, así como la de Alexis hasta que el machete finalmente se partió, pero en vez de detener su ataque lo que hizo el héroe fue clavar lo que quedaba de su arma y clavarla en el estómago del monstruo. El corte no fue tan profundo, pero con una gran patada le dio con tal fuerza que la criatura perdió el equilibrio.

– ¡Ahora cae!

Entonces el oso calló en el lago que formaba la cascada, Alexis estaba angustiado en saber si su ataque le había dado el suficiente daño, pero al final la figura del oso volvió a salir a flote boca abajo, el oso había sido derrotado.

-Ahora sí, gané…

Alexis perdió el equilibrio, pero antes de caer fue sostenido por Rosemary.

-Bien hecho Alexis lo hiciste pese a todo.

-Gracias Rose, pero pudiste haberme ayudado un poco.

-Lo siento, lo siento, pero tienes razón… ¿Por qué dos criaturas así de poderosas estaban en esta área? esto no es normal…

Era el atardecer, las estrellas ya salían por el horizonte.

-Querida ¿crees que nuestros invitados se hayan ido? no vaya a ser que ellos…

-No digas eso querido, ellos dejaron muchas de sus pertenencias aquí, ten fe en la diosa.

-Lo sé, pero, aun así.

-Mami, papi, miren son los señores.

– ¿En verdad hija? ¡WOW!

El campesino se quedó con los ojos abiertos al ver como dos figuras gigantescas eran cargadas encima de los hombros de su invitado.

– ¿Lo ves querido? solo había que tener fe, la fe lo es todo.

A lo lejos Alexis y Rosemary caminaban conversando.

-Rose, ya me decidí.

– ¿Decidirte? ¿No me digas que te me vas a confesar? ¿heee?

– ¡Eso no! … a lo que me refiero es que te lo contaré todo, lo que me conto el papa, el secreto de Ciel y Freyla, te lo contaré todo.

Finalmente sabremos lo que esconde el secreto que hay tras el despertar de Freyla en el cuerpo de Ciel ¿Qué es lo que oculta una diosa reencarnada que supera en poder a la del propio héroe?

-Continuará…