Nota: Este es el capítulo más largo que he escrito en esta serie de fanfics de Mahou Shoujo ni Akogarete, espero que les guste, como siempre lo he escrito en vivo desde mi canal de twitch ( www.twich.tv/ouji_sama ) Vengan a verme escribiéndolo todos los días lunes.
No crean que me he olvidado de los 2 capítulos especiales el uno dedicado a como tienen bebes las waifus de MahoAko y el Spin-Off dedicados a Magenta y Sulfur que subiré en exclusiva por www.porupo.moe y en www.anihimesama.com
«Utena-sama, mi cuerpo está listo.»
Sayo estaba en frente mía, se acababa de abrir su bata, por dentro no usaba nada en absoluto, se notaba que ella se había bañado, podía ver por esa leve abertura de su ropa su hermosa entrepierna la cual brillaba por la luz de la luna que pasaba por allí, me recordaba a la censura en forma de rayos de sol que suelen haber en los animes que veo, pero ahora con la luz de la luna.
«¿Te gusta, Utena-sama?» Sayo abría cada vez más su bata, ahora sus hermosos pezones rozados se asomaban a mi vista, o por todos los cielos, están erectos, sus pezones estaban totalmente erectos, quedé hipnotizada solo por verlos a ambas, tenía unas crecientes ganas de chuparlos, sin darme cuenta tragué saliva.
«¿Utena-sama?» Preguntó Sayo sonrojada y con una leve sonrisa, fue entonces cuando caminé hacia ella lentamente, cuando estuve a solo centímetros de su cuerpo lo que hice fue inclinarme, colocar mi rostro a la altura de su entrepierna, quería verla claramente.
«¡Ha! ¡Me está viendo directamente en mi sitio vergonzoso!» Sayo comenzaba a respirar erráticamente por la excitación de tener mi rostro tan cerca de su vagina, yo también estaba empezando a excitarme, respiraba cada vez más profundo y exhalaba más y más fuerte.
«¡Kyaaa!» Ella podía sentir mi respiración de mi boca y nariz en frente de su hermosa intimidad que empezaba a emitir un olor dulce que iba más allá del champó del hotel, sus piernas empezaron a temblar, sus brazos que tenían su bata de baño también se movían nerviosamente.
«¡Utena-sama! ¡Si sigue respirando en frente de mi vagina voy a.… voy a.…!» Sayo tenía un hermoso rostro sonrojado, estaba jadeando y miraba hacia arriba para no verme directamente, pero pudo sentir mi respiración, el vapor de mi exhalación, estaba tan cerca de su hermosa vagina que en ese instante yo.
«¡KYAAAA!» Ella gimió de placer al momento de sentir un beso de mis labios en su hermosa vagina, no era suficiente para mí, seguí dándole muchos besos cortos que resonaban en el silencio de la suite, entonces con mis manos agarré sus piernas para aferrarme firmemente.
«¡Si, así Utena-sama! ¡Por favor disfrute de mi desvergonzada vagina!» Ella comenzaba a babear mientras miraba hacia el cielo y tenía sus brazos extendidos para dejarme ver todo su cuerpo desnudo, yo no paraba de seguir besando su vagina hasta que quise darle un beso de lengua.
«¡Hmmmm… hmmm!» Deslicé mi lengua dentro de sus labios íntimos que entraron muy fácilmente en su vagina, Sayo estaba dejando salir un delicioso jugo de amor que me embriagaba.
«¡Ahhh! ¡Su lengua! ¡Su lengua Utena-sama! ¡Si! ¡Si! ¡Más profundo! ¡Bese mi mojada vagina con su hambrienta lengua hasta lo más profundo de mi asqueroso ser!» Sayo estaba gritando bastante, me estaba fastidiando un poco por lo cual quise ser más agresiva.
«¡KYA!» Me levanté de donde estaba aferrándome a sus piernas haciéndola caer hacia atrás, Sayo calló en una de esas sillas playeras.
«¿Utena-sama? ¿Quiere hacerlo aquí?» Yo quería más, más, más, empezaba a sonreír de una forma maliciosa con mi lengua hacia afuera relamiendo mis labios y mis manos abriendo las piernas de Sayo que sudaban ante todo el éxtasis que estaba deleitándome con ella.
«Gracias por estos deliciosos alimentos que me voy a servir» Dije de forma sarcástica mientras coloqué sus piernas en mis hombros levantando su pelvis un poco para posteriormente empezar a succionar esa deliciosa, dulce y jugosa vagina.
«¡Ahhh! ¡Siii! ¡Así! ¡Por favor siga succionando mi vergonzosa vagina! ¡Utena-sama!» Sayo seguía gritando como una autentica ninfómana que disfrutaba como su vagina era relamida, penetrada y estimulada por mi lengua, sé que no estoy transformada en Baiser pero me encantaría cambiar de forma y que mi lengua tuviera aspecto viperino para poder llegar a lo más profundo de su jugosa vagina.
«¡AAAHHH! ¡AAAHH! ¡UTENA-SAMA! ¡UTENA-SAMA! ¡MI VAGINA! ¡MI VAGINAAAA!» Sayo estaba empezando a retorcerse en esa silla playera, al hacerlo su bata de baño se calló por completo dejando a la vista sus gigantes y deliciosas tetas que tantas veces he succionado y mordido cuando la violaba sea como villana o como civil, como fuera yo estaba más concentrada con toda mi boca abierta tapando toda su jugosa vagina que no dejaba de mojarse.
«¡Hmm! ¡Rico! ¡Rico!» Dejé de chuparle su vagina por un rato. «Tu vagina es tan vulgar que no deja de soltar jugos de amor ¿Acaso me quieres embriagar con ella?» Relamo la palma de una de mis manos y entonces.
«¡KYAAAA!» Sayo pegó un pequeño grito con sus mejillas totalmente sonrojadas, su boca estaba abierta con su lengua afuera y sus ojos en lágrimas, le acababa de dar unas pequeñas palmadas en su roja y recién succionada vagina.
«¡Plat, plat, plat!» Le seguí dando más palmadas en su roja vagina que no dejaba de derramas jugos de amor, entonces con la yema de mis dedos empecé a estimular la parte superior de su vagina que daba con su clítoris, hacia círculos una y otra y otra ves provocando que Sayo no parara de retorcerse del placer, sus manos agarraban las esquinas de esa silla mientras su cara miraba de izquierda a derecha, era tan adorable verla convertida en una muñeca sexual que se retorcía al sentir su clítoris siendo masajeada por las yemas de mis dedos lubricadas con sus jugos vaginales.
«¡U-utena-sama! ¡Allí está mí…!» Decía una Sayo con su entrepierna alzándose de arriba hacia abajo por como seguía estimulándola.
«Lo sé, tu vagina esta tan roja que me pregunto cuando tomara hasta que…» Lo dije hasta que…
«¡ME CORROOOOO!» Al momento de escuchar el grito de Sayo sentí como un chorro de jugo de amor salió disparada de su húmeda vagina mojando mi rostro, no puede ser, se corrió luego de solo estimular un poco su vagina, esta chica en verdad es fácil de llevar al orgasmo.
Sayo tenía la pelvis totalmente levantada por el éxtasis de su corrida hasta que dejó salir otro pequeño chorro de jugo al exterior, que vista tan patética, ver la verdadera identidad de la chica mágica Azul mientras se corría en la cara de una civil como yo si tan solo…
«Ahhh… aaahhh… aahh…» Sayo volvió a retraer su pelvis hasta sentarse normalmente en ese sillón de playa.
«Clic, clic, clic» El sonido y el flash de una cámara se escuchó por toda la suite.
«¿He?» Cuando Sayo miró hacia un lado me vio a mí con mi teléfono móvil tomándole fotos a su cuerpo desnudo recién corrido.
«¿U-UTENA-SAMA?» Sayo se tapó con la bata de baño que tenía bajo su cuerpo.
«Jejeje» Estaba sonriendo mientras tomaba varias fotos de ella.
«¡UTENA-SAMA! ¡N-NO ME TOME FOTOS!» Lo dijo mientras apenas podía cubrir sus tetas con esa bata mal puesta.
«Lo siento, es que te veías tan linda cuando te corrías que no pude evitarlo.» Lo dije de forma muy burlesca.
«¡Noooo! ¡Eres mala Utena-sama!» Sayo hacía unos hermosos pucheros.
«Ya dije que lo siento, pero más importante.» Caminé hacia ella, me paré al lado suya y agarré la misma bata que usaba para cubrirse.
«¡Kya!» Por la fuerza en que agarré su bata ella volvió a quedar desnuda, con aquella ropa empezaba a secar mi rostro.
«¿Qué haces?» Preguntó confundida.
«Bueno, tengo que secarme con algo tu corrida.» Al momento después de secarme le sonreí.
«L-lo siento…» Sayo estaba algo avergonzada, era tan linda.
«Está bien, pero más importante…» La tomé de la barbilla y acerqué mi rostro hacia su mejilla hasta lamerla.
«¡Kyaaa! ¿Qu-quiere otra ronda Utena-sama!» Lo dijo Sayo con ojos en forma de corazón.
Le susurré algo al oído luego de haberle lamido la mejilla.
«¿E-ES EN SERIO?» Sayo se sonrojó.
«Obvio que sí, y lo quiero ahora, es una orden» Se lo dije mientras sonreía mostrando mis dientes de carnívora.
…
…
…
En los pisos inferiores de la suite del hotel Delicioso unas chicas se encontraban caminando en uno de los pasillos.
«¿Es en serio? ¿Como pudiste dejar caer el llavero de tu móvil?» Kaoruko se quejaba mientras caminaba junto a Haruka quien miraba el piso de un lado al otro muy preocupada.
«¡Oye Haruka!» Dijo más fuerte Kaoruko.
«¡Ha! ¡L-lo siento!» Se disculpó la chica peli rosada. «Pero es que ese llavero es especial…»
«¿Por qué es tan especial?» Pregunto la rubia.
«Bueno es que es el llavero que… ah es por aquí» Haruka decidió cambiar de tema y adelantándose al pasillo cuando de repente.
«¡Ahhhh!» Un gemido resonó en ese pasillo asustando a Haruka y a Kaoruko.
«¿Qu-qué carajos fue eso?» Dijo Kaoruko en voz baja mientras Haruka se escondía detrás de ella.
«¿Acaso serán fantasmas?» Dijo una asustada Haruka.
«No seas crédula Hanabishi» Dijo una Kaoruko con mirada sarcástica pero entonces ese mismo gemido espectral se volvió a escuchar por el pasillo.
«¡T-te lo dije Kaoruko-chan! ¡Hay fantasmas en este hotel!» Haruka seguía aferrada a Kaoruko quien se rascó el cabello ante lo que oía.
«N-no… no creo que sean… fantasmas…» Kaoruko estaba algo sonrojada pero poco a poco se aproximó a la esquina de ese pasillo, pero siempre pegada a la pared hasta que vieron lo que había en la otra esquina y era…
«¡Ahhhh! ¡Baka Matama! ¡T-tu lengua! ¡Ahhhh!» Una chica de dientes de tiburón estaba gimiendo.
«Tienes una vagina muy deliciosa Nemo, creo que me podría emborrachar de tus jugos de amor.» Matama sacó sus dedos separándolos y dejando una hilera de jugos de amor que las conectaba.
«¡N-no me enseñes eso! Y además ¿Por qué nos fuimos al otro piso? esto ya es ridículo, es verdad que casi no hay nadie en este piso, pero nos podrían descubrir.» Protestó una Nemo quien se encontraba solo con su blusa puesta, pero con una de sus tetas al aire.
«Tranquila, tranquila, como dijiste casi no hay nadie en este piso, tu misma dijiste que era riesgoso hacerlo en el piso de abajo así que simplemente subimos donde nadie nos pueda interrumpir… jeje» Dijo una Matama quien sonreía mientras se paraba lentamente para empezar a chupar una de las pequeñas pero hermosas tetas de Matama.
«¡Ahhhh! ¡N-no! ¡Sabes que son sensible! ¡Ahhh!» Nemo seguía gimiendo al sentir como sus tetas eran estimuladas, pero entonces fue callada con un beso de Matama.
«¡Hmmmmm!» La lengua de Matama se introducía en la boca de Nemo quien apenas podía respirar, pero inmediatamente sintió como una de sus piernas era separada.
«¿Ma…matama?» Suavemente unos dedos se deslizaron dentro de su tierna vagina que apenas hace unos segundos se mojó por una traviesa lengua que usualmente la gente solo podía percibir al momento de oír sus intentos de canto.
«Haz silencio Nemo o nos van a oír.» Lo dijo una Matama quien sacaba su lengua la igual estaba dejando salir un hilo de saliva.
«¡B-baka!» Nemo fue nuevamente callada con el beso del intento de idol quien con sus dedos seguía penetrando a la chica de sientes de tiburón.
«¡Hmmmm! ¡Hmmmm!» Matama seguía penetrando la tierna vagina de Nemo mientras esta era devorada por los besos de la «cantante» mientras al fondo un par de chicas con las caras totalmente sonrojadas y echando humo las podían ver por completo.
«¿Acaso esas no son Matama y Nemo? Las amigas de Utena-chan.» Dijo una Haruka totalmente sonrojada que intentaba taparse los ojos pero que a propósito dejaba unas aberturas para seguir viendo.
«S-si… en definitiva son ellas… ¿Pero que carajos hacen esas dos follando a mitad del pasillo? ¿Acaso no saben que nosotras nos alojamos en este piso?» Se preguntaba una también sonrojada Kaoruko pero que hacia un puño de enojo.
«B-bueno… no les hemos dicho aquello.» Le respondió Haruka.
«Bueno como sea, será mejor que las saquemos a patadas de este piso…» Kaoruko sintió como era detenida por un abrazo a un costado de ella, la sensación de unas suaves tetas recorría el sistema nervioso de la chica rubia quien lentamente giró su rostro para ver a su compañera.
«No lo hagas Kaoruko-chan, por favor.» Lo dijo una Haruka totalmente sonrojada.
«¡Ha-haruka-chan por favor déjame ir!» Kaoruko no podía aguantar la sensación del cuerpo de Haruka restregándose en el suyo, sus pechos tan suaves se sentían muy directamente «¿Acaso no estaba usando sostén?» Pensó Kaoruko.
«N-no te dejaré ir a menos que prometas que no las vas a interrumpir.» Dijo determinada Haruka.
«Pero ¿Estas loca? No podemos dejarlas así a ese par de exhibicionistas.» Le respondió Kaoruko.
«¡Insisto! ¿No ves acaso como esas chicas se aman? Tu misma también las vistes en la playa, siempre juntas, jugando juntas, riendo juntas, peleando juntas, lo que ellas hacen no es tener sexo… ellas…
«Te amo Matama…» Se pudo escuchar entre los gemidos de placer que inundaban el pasillo.
«Eres mi fan número uno Nemo, por eso también te amo.» Le respondió la cantante de música inaudible.
Kaoruko y Haruka pudieron escuchar esas declaraciones de amor que hicieron que los gemidos de placer en el ambiente se tornaran más y más románticos como si miles de corazones brillantes salieran de allí.
«¿Ves? Se aman, no podemos interrumpirlas.» Dijo Haruka en lo que Kaoruko quería protestar, pero al no encontrar las palabras correctas solo respiró hondo y entonces…
«Si tanto las quieres proteger entonces las dejaré tranquilas…» Respondió una Kaoruko sonrojada y sudando frio, pero antes de que Haruka terminara de responderle.
«Las dejaré irse… s-solo si me besas.» Dijo una Kaoruko con los ojos sombríos por la oscuridad de ese pasillo, Haruka se quedó perpleja ante lo que escuchó.
«¡N-no te creas! ¡E-era brom-!» Pero antes de que pudiera terminar de decir que todo era una broma pudo sentir como Haruka se le aventó encima para cerrarle la boca un profundo beso que la dejó totalmente helada.
«¡Hmmm!» Kaoruko no podía creer lo que estaba pasando, Haruka la estaba besando, un beso que la dejó totalmente congelada, ese breve segundo parecía durar una eternidad, pero al mismo tiempo sentía como un hilo que mantenía su estabilidad mental poco a poco se estaba rasgando, de una cuerda solida a solo un hilo que se deshilachaba hasta que finalmente se rompió.
«¡¿Hmmm?!» Haruka sintió como el beso que le dio a Kaoruko para evitar que delatara a Matama y Nemo se regresó en su contra.
La lengua de Kaoruko se introdujo en la boca de Haruka mientras sintió como su cintura era firmemente agarrada, pero al mismo tiempo ¿Su culo? Una de las manos de Kaoruko bajó tanto que le agarró el culo firmemente.
Solo fueron unos segundos pero ese beso finalmente se cortó dejando un hilo de saliva que conectaba sus labios
«¿Ha? ¡N-no! ¡Haruka-chan yo!» cuando Kaoruko reaccionó vio como Haruka estaba totalmente sonrojada con sus ojos totalmente hipnotizados ante el calor del momento.
«K-karouko-chan…» Dijo de forma suave pero gentil y al mismo tiempo agitada. «¿Te gustó mi beso?» Preguntó la chica de cabello rosado.
Kaoruko no podía creerlo, la chica que por tanto tiempo había admirado y empezaba a sentir cosas que no podía describir acababa de besarla y le había respondido.
«¡Kya…!» Haruka dio un gemido apagado como si lo estuviera disfrutando, era la mano de Kaoruko que le estaba agarrando el culo, estaba deslizándose de arriba hacia abajo de su falda, podía sentir como esa pequeña mano de Kaoruko le acariciaba desde su pierna hasta su culo, sintió esa mano por encima de su panty y como gentilmente disfrutaba de su cuerpo.
«Haruka-chan yo… yo quiero…»
La mente de Kaoruko ya no estaba en sus capacidades mentales, se dejó embriagar por el sabor de la boca de la chica que amaba, y no solo eso, también estaba disfrutando de su cuerpo tan bien desarrollado, no tanto como el de Sayo pero lo suficientemente grande como para tener un culo, unos pechos y unas piernas listas para ser tomadas por una chica.
«¿Acaso la chica afortunada que quieres que sea tu pareja… soy yo?» Dijo Haruka totalmente sonrojada, con sus ojos mostrando total disposición de ser tomada.
…
…
…
En la suite del hotel yacía una gran mesa en la cual se servían los bocadillos para ocasiones especiales, pero encima de dicha mesa no había comida sino una chica, una chica totalmente desnuda a excepción de unas botas y guantes celestes y un moño en su cuello.
«Utena-sama ¿Le gusta así?» Azul le preguntaba a su ama.
«Si, justo así.» Le respondió Utena «Ahora quiero que me muestres como lo haces todas las noches, quiero que me muestres como te masturbas.»
«¡S-si mi ama Utena!» Azul tenía sus pupilas en forma de corazón, ella agarró su dispositivo de transformación el cual empezó a brillar, la humedad del aire se empezaba a condensar en dicho objeto el cual adoptó una forma alargada y cilíndrica pero ovalada en la punta.
«Cuando pienso en mi ama Baiser utilizo esto y.… !AHHH!» Con la punta del aparato hecho de hielo Azul se empezó a acariciar sus labios inferiores los cuales empezaron a derramar sus líquidos de amor, poco a poco el aparato estimulaba la parte superficial de su vagina que empezó a abrirse para dejar pasar el aparato de hielo.
«¡Ahhh! ¡Así me lo introduzco todas las noches pensando en mi ama Baiser penetrándome!» Azul se introdujo lentamente todo su aparato de hielo hasta abrir su vagina a dicho objeto el cual ella sostenía firmemente con su mano izquierda mientras que con la derecha ella se agarraba una de sus tetas.
«Si, así, sigue así Azul, así es como me gusta verte.» Utena se encontraba en un asiento playero viéndolo todo, pero al mismo tiempo tenía una de sus manos metida bajo su vestido, con sus dedos empezaba a estimular también su vagina, Utena siempre se masturbaba con el video de Loco y Nemo fornicando en la casa de muñecas de Nero Alice pero verlo en directo era una sensación totalmente distinta y lo mejor de todo es que no era Sayo quien se masturbaba sino Magia Azul, su libido se incrementaba cuando las chicas mágicas estaban involucradas.
«Ahhhh, siiii, sigue así Azul, sigue estimulando ese precioso lugar donde tu agua sagrada cae a chorros, síguete tocando para mí, sigue, sigue, sigueeee.» Utena estaba totalmente metida en el juego, Azul introducía y sacaba su aparato de hielo a una velocidad asombrosa mientras apretaba la punta de su pezón jalándola.
«¡Mi ama Utena me está viendo masturbarme! ¡Soy tan feliz! ¡Soy tan feliz!» Azul no dejaba de masturbarse con su aparato de hielo que provocaba que más y más jugos de amor se derramaran en la mesa de banquetes.
Utena seguía masturbándose al ver a la chica mágica introducirse el aparato mágico, la falda le hacía mucho estorbo por lo cual lo alzó por encima de la rodilla, abrió totalmente sus piernas para darle más espacio a sus dedos a masturbarse, esta vez ella sacó sus dedos para metérselos en la boca, los chupo y los relamió, al momento de sacarlos dejó un hilo de saliva el cual se rompió cuando volvió a introducirlos en su vagina la cual estaba en llamas.
«Si, Azul, eres la chica mágica más hermosa, más sexy, más pervertida, una autentica zorra que ama que la vean masturbarse a la luz de la luna, si tus fans te vieran así se darían cuenta que no eres más que una ninfómana adicta al sexo.» Utena se mordía los labios inferiores de su boca mientras lentamente alzaba su pelvis, pudo sentir como sus dedos estaban encontrando su lugar secreto que tan feliz la hace y que tantas veces ha hecho que las sábanas de su cama de mojen.
«¡Utena-sama! ¡Utena-sama! ¡Estoy a punto de correrme! ¡Por favor vea como su perrita está a punto de venirse!» Azul alzaba también su pelvis mientras que con su otra mano alzaba su teta hasta la altura de su boca, al momento ella abrió la boca para dejar entrar su pezón su chuparlo fuertemente en lo que su aparato de hielo entraba y salía más y más intensamente hasta que.
«¡Síguete masturbando! ¡Ahhh! ¡Que delicia! ¡Las chicas mágicas son lo mejor del mundo! ¡Los coños de las chicas mágicas, sus tetas, sus culos, todo su cuerpo son perfectos! ¡Las quiero! ¡Las amo! ¡LAS AMOOOO!» Utena logró encontrar ese sitio secreto en su vagina y con la intensidad de una cascada partiendo una represa ella soltó todo el jugo de amor que había estado acumulando por días, ella se estaba corriendo.
«¡HMMMMMMMMMM!» Azul al escuchar a su ama gemir se excito aún más alcanzando también su lugar secreto con su juguete de hielo, al momento de hacerlo dejó de chupar su teta y alzando su pelvis por todo lo alto dejó salir todo el jugo fresco con una lluvia que manchaba todo delante de ella.
«¡ME CORROOOOOOO!» Ambas gritaron al unisonó, un grito tan intenso que de haber alguien más en ese piso en definitiva las hubieran escuchado.
Como Azul estaba encima de una mesa algunas gotas de la lluvia de sus jugos de amor logró caer hasta las piernas de Utena quien también dejó salir sus jugos amorosos manchando el piso delante de ella, ambas chicas habían tenido el orgasmo más intenso que pudieran haber experimentado, sus cuerpos tan extasiados no hacían más que gritar de placer.
«Ahh… ah… Utena… sama» Azul estaba tirada en la mesa de banquetes con sus piernas abiertas, el aparato de hielo lentamente se desprendía de su vagina recién corrida hasta caer al piso totalmente mojado, su vagina que recién tuvo un orgasmo se estaba abriendo y contrayendo, casi como si estuviera tratando de respirar y recuperar el aliento, una vista muy propia de una ninfómana que se corrió en frente de la mujer que tanto amaba.
Al momento de que Azul dijo esas palabras Utena se puso de pie lentamente caminando hacia la chica mágica Azul
«Click, click, click.» Al momento de estar al lado de ella Utena sacó su teléfono móvil para tomarle muchas hermosas fotos de su cuerpo tirado en una mesa con sus piernas abiertas, del juguete sexual caído en el piso, esa vista tan lamentable de la chica que se supone debería ser un ejemplo para la sociedad y no era más que una ninfómana masoquista enferma.
«¿Utena…sama?» Azul apenas podía moverse, pero al voltear su rostro la vio a Utena muy feliz mirándola en su aspecto más vergonzoso.
«Te viste increíble Azul.» Utena le acariciaba el cabello, la chica mágica sonreía al sentir como era alabada por su ama.
«¿Me amas Azul?» Preguntó Utena mientras seguía sonriendo y acariciando su cabello.
«Yo… yo…» La luz de la luna volvió a salir de en medio de las nubes.
«Te amo Utena-sama, mi corazón y mi cuerpo te pertenecen…» Utena al oír esas palabras no hizo más que esbozar una sonrisa aún más grande en su rostro.
«Así se hace, buena chica, te mereces una recompensa.» Utena tomó de la barbilla a Azul y le dio un tierno beso en los labios que duró algunos segundos.
Al momento de separar sus labios los ojos de Azul estaban totalmente abiertos hasta que ella sonrió alegremente mientras una lagrima caía de una de sus mejillas.
«Estoy tan feliz Utena-sama.» Azul no paraba de derramar lágrimas por la inmensa felicidad de haber recibido un beso de la mujer que ella sin lugar a dudas ha llegado a amar, Magia Baiser, no, Hiiragi Utena, era la pareja que siempre estuvo buscando toda su vida, una chica que como ella también disfrutaba de la máxima estimulación en la vida, ella era masoquista, Utena era sádica, ambas se complementaban de forma perfecta.
«¿Harás todo lo que te pida?» Preguntó Utena a la chica mágica que se secaba las lágrimas.
«¡S-si! ¡Haré todo lo que mi ama me pida! Ya se lo dije, mi cuerpo, alma y corazón te pertenecen.» Azul se arrimaba al pecho de Utena quien le acariciaba la cabeza suavemente.
«Azul-chan» Dijo Utena.
«¿Si Utena-sama?» Le respondió con inocencia Azul.
«¿Me podrías decir quiénes son Magia Magenta y Magia Sulfur?»
-Continuará…