Nota: Nuevamente muchas gracias a todos mis fieles seguidores (cof cof degenerados cof cof) por leerme escribir un nuevo capítulo de mi fanfic de MahoAko Baiser x Azul en mi canal de twitch www.twitch.tv/ouji_sama
En este capítulo no hay cambios de escena hacia otros personajes, es una dedicada 1000% a Utena x Azul, espero que les guste como yo al escribirlo porque por Madokami que este capítulo esta ¡TREMENDO! Léanlo bajo mucha discreción 😉
¿Sigo la subtrama de Magenta x Sulfur? ¿La de Matama y Nemo? ¿Qué estará haciendo Kiwi? ¿Venalita se quedará de brazos cruzados mientras sus protegidas andan de melosas en el hotel? 😉
«¿Me podrías decir quiénes son Magia Magenta y Magia Sulfur?»
El rostro de felicidad de Azul al escuchar esa pregunta se desvaneció por completo pero la sonrisa de Utena seguía firme, por alguna razón Azul creía ver ojos de villana en Utena aun cuando ella ni siquiera se había transformado en Magia Baiser, las sombras de las nubes nuevamente tapaban la luz de la luna.
«¿Que pasa Azul? ¿Acaso no me escuchaste?» Utena tomó de la barbilla a Azul para lamerle su mejilla. «¿No me vas a decir quiénes son Magenta y Sulfur? ¿No que ibas a hacer lo que yo quisiera? vamos, dame la prueba de tu amor.»
«Pe-pero… Utena-sama… eso es… ahhh» Utena tomó de la oreja a Azul para decirle algo al oído.
«¿Acaso todo lo que me dijiste era mentira?» La voz seria de Utena era la misma que aquella noche en el parque luego de que la viera quebrarse.
«N-no es eso Utena-sama es solo que… es solo que…» Azul estaba empezando a sentir miedo e incertidumbre al ver a su ama comportarse así.
«¡Vamos, vamos! ¡Dímelo! ¿Quiénes son Magenta y Sulfur? ¡Dime sus nombres! ¡DIMELOS!» El rostro de Utena se empezaba a deformar adoptando un gesto de sádica, el mismo gesto de enferma mental que ponía cuando dejaba que su lujuria la poseyera, pero era algo distinto, no la estaba golpeando, no la estaba azotando, hacia algo más, estaba arrinconándola, probando su lealtad a Tres Magia.
«A… a…» La voz de Azul empezaba a cambiar, un gesto de miedo, de angustia, de incertidumbre, sus ojos empezaron a humedecerse, sus labios se juntaban arrugándose, entonces una lagrima comenzaba a salir derramándose en su mejilla.
«Utena… sama…» La lagrima que caía del rostro de Azul calló hasta el suelo.
«No…» Una voz débil salió de la boca de la chica mágica desnuda en el piso.
«¿Qué dijiste?» Utena se paró enseguida al escuchar esas palabras.
«Por favor, Utena-sama…» Azul estaba tirada en el piso, su rostro miraba hacia abajo.
«¿Te atreves a negarte ante la petición de tu ama?» Utena lo dijo con la voz más seria que alguna vez haya tenido.
Una de las manos de Azul agarraba la falda larga de Utena, su mano estaba temblando y es entonces cuando ella levantó su rostro, sus ojos estaban inundados en lágrimas cayendo sin cesar.
«Utena-sama… por favor… no puedo hacerlo, todo menos eso, haré lo que sea… pero por favor… no me haga traicionar a mis mejores amigas…» El rostro de Azul estaba totalmente destrozado, aun cuando ella era consciente de lo pervertida, degenerada, ninfómana que era, muy en el fondo ella seguía siendo una chica mágica, ella amaba a sus amigas, a Haruka, a Kaoruko, han luchado tantas veces juntas que forjaron unos lazos imposibles de destrozar.
«¿En serio amas a tus amigas más de lo que me amas a mí?» Pregunto Utena seriamente.
«Mi amor hacia usted es carnal, pasional, mi cuerpo y alma le pertenecen… pero no puedo traicionar y abandonar a mis mejores amigas…» Utena vio como el rostro de Azul estaba realmente triste, se notaba que estaba luchando con todas sus fuerzas por no dejarse llevar por su excitación sexual.
«¡POR FAVOR, UTENA-SAMA! ¡HARÉ LO QUE SEA MENOS ESO! ¡SE LO IMPLORO!» Azul agarró con ambas manos la falda larga de Utena mientras cerraba sus ojos llenos de lágrimas que cayeron al suelo. «¡NO ME HAGA TRAICIONAR A MIS AMIGAS!»
Utena solo estaba parada allí mientras veía a Azul implorando como si su vida dependiera de aquello, nuevamente la luz de la luna salió de las nubes de aquella noche.
Azul sintió como Utena se inclinaba hacia ella, creía que nuevamente la iba a jalar de las orejas o quizás de su cabello, estaba lista para aguantar cualquier castigo de su ama pero no fue así.
«¿Utena-sama?» Lo que sintió Azul fue un abrazo, un tierno abrazo que envolvía todo su tembloroso y desnudo cuerpo.
«Azul… lo hiciste, realmente eres una chica mágica.» Utena acariciaba el cabello de Azul.
«¿Utena…sama?» Azul sintió como si un gran peso se le caía de encima ante lo que había escuchado.
«Lo siento Azul, era que quería probarte, si en verdad caíste en la oscuridad por tu amor hacia mí, si me hubieras dicho la verdadera identidad de tus amigas creo que… te habría abandonado en ese mismo momento.» Entonces Utena cortó el abrazo para sostener los hombros de Azul, ella estaba sonriendo mientras algunas lágrimas se podían ver también en sus ojos a punto de caer «Pero no lo hiciste, en verdad eres toda una chica mágica, la chica mágica que tanto admiro y quiero.»
«¿E-en serio?» Preguntó la chica mágica.
«¡Si! ¡Pasaste la prueba!» Lo dijo Utena mientras sonreía y se limpiaba los ojos.
Azul bajó la mirada por unos segundos.
«¿Azul?» Preguntó Utena quien no sabía lo que pasaba.
«¡UTENA-SAMA ES UNA BAKA! ¡BAKA, BAKA, BAKA!» Azul empezó a darle pequeños golpes a Utena quien no hizo más que cubrirse, pero en realidad no dolía nada.
«¡Ahhh perdón, perdón, perdoooo…!» Ante esos pequeños golpes Azul cayó encima de Utena.
«Auch ¿Azul? ¿Estas bien?» Cuando Utena abrió los ojos Azul estaba frente a ella, sus rostros solo estaban separados por unos centímetros.
«Utena-sama, me asustó mucho, no vuelva a hacer eso por favor…» Azul sonreía algo melancólica.
«Lo siento, es que, no quería que por estar conmigo te corrompieras o sino nunca me lo podría perdonar.» Dijo Utena mientras veía hacia otro lado.
«Utena-sama después de lo que pasamos en el parque esa noche, supe que tenía que mejorar como chica mágica, mi debilidad era dejarme llevar por mis emociones pecaminosas, yo soy la que debo guiar mis emociones no ellas a mí.» Respondió Azul quien se apoyaba en el pecho de Utena como si se tratara de una almohada.
«Azul ¿Por qué me amas?» Preguntó Utena quien veía nerviosa hacia otro lado.
«Ya se lo había dicho antes, usted me hizo dar cuenta de un mundo totalmente nuevo, sin usted quizás hubiera planteado hacerme más fuerte y nunca hubiera alcanzado la forma Verita para proteger a mis amigas, sin usted mi vida no sería igual, mi cuerpo no puede olvidar su tacto desde esa noche, todos los días me toco pensando en usted, me masturbo con trozos de hielo imaginando que me está violando sin descanso hasta hacerme su juguetito sexual y yo… yo… ¡HAH!» Azul cortó su explicación al sentir como su trasero era manoseado gentilmente por las manos de la chica que tenía abajo de ella, eran las manos de Utena que juguetonamente la manoseaba.
«¿Utena-sama?» Azul sonrojada vio como el rostro de Utena se volteó para verla directamente a los ojos.
«Eso me hace muy feliz, por favor, Azul, prométeme algo.» Preguntó Utena.
«Si, pregúnteme lo que quiera Utena-sama.» Azul estaba algo preocupada ya que la última vez que le hizo una pregunta fue una que la acorraló hasta el extremo.
«Por favor, nunca dejes de ser una chica mágica.» Utena lo dijo con un rostro muy preocupado y sonrojado.
«Nunca dejaré de ser una chica mágica, lo prometo con mi cuerpo y alma, porque yo a usted la amo…» El rostro de Azul se acercó al de Utena hasta que sus labios chocaron, los ojos de ambas chicas se cerraron, de uno de los ojos de Utena salía una pequeña lagrima, la mano en el trasero de Azul empezaba a acariciar más y más, la lengua de Utena se introducía en la boca de Azul quien no hacía más que abrirle sus puertas al igual que el resto de su cuerpo.
Los dedos de Utena empezaron a deslizarse hasta debajo del vientre de Azul quien sentía excitación al sentir su cuerpo tocado por la chica que tanto amaba, esos dedos se introdujeron en su intimidad quien mojada permitía que se deslizara más y más profundo hasta que sintió aquellos dedos que tanto amaba dentro suya.
Utena volteó el cuerpo de Azul para estar encima de ella, sus dedos seguían deslizándose de adentro hacia afuera en la ya húmeda vagina de Azul quien no quiso más que separar más y más las piernas para dejarle a su ama tener un vistazo completo de su cuerpo.
«¡HAH! ¡HAH! ¡SUS DEDOS!» Azul sonrojada gemía y gemía, entre cerraba sus ojos y los volvía a abrir cuando sentía como los dedos de su ama jugueteaban en su vagina.
«Eres tan hermosa Azul, tu cuerpo es el mejor de todo el mundo.» Utena estaba sonrojada, de pronto sintió como Azul deslizó uno de sus brazos para acariciarle la espalda y acercar sus rostros.
«Mi cuerpo es solo suyo, puede hacer conmigo lo que quiera, solo no me abandone jamás.»
«¿Por qué lo haría? Amo tu cuerpo.» Los rostros de ambas chicas volvieron a juntarse para darse un tierno beso conectando sus lenguas.
Utena seguía penetrando la vagina de Azul quien no paraba de temblar ante cada caricia que le daba, entonces Utena sacó aquellos dedos para apuntarlos a la boca de Azul quien gustosa abría su boca para recibirlo de forma muy morbosa.
«¿Te gusta tu propio sabor?» Preguntó Utena mientras sacaba sus dedos de su ahora amante.
«Me encantan, más si son sus dedos Utena-sama.» Respondía Azul.
«Jeje, eso me gusta.» Utena se sentó frente a Azul, ella abrió sus piernas debajo de su falda, con una de sus manos levantó el telar para dar un vistazo a su entrepierna la cual no traía su panty puesto, su vagina estaba totalmente expuesta.
«Tú también ven a comer, con tu boca.» Preguntó Utena con una sonrisa pícara.
«¿E-en serio puedo Utena-sama?» Azul no podía creer la petición de su ama.
«Haz lo que te ordeno, eres mi pequeña zorrita después de todo.» Le ordenó Utena.
«¡S-si!» Azul se metió bajo la falda de Utena la cual escondía su vagina la cual también estaba totalmente mojada.
«Lámelo.» Ordenó Utena.
«¡Si! ¡M-muchas gracias por alimentar a esta zorra!» Azul obedeció a su ama, ella sacó su lengua la cual estaba totalmente sedienta, de su lengua se desprendía saliva la cual se juntó hasta llegar a los labios de Utena la cual con algo de desesperación agarró por encima de su falda el rostro de Azul para estrellar su rostro a su vagina.
«¡COME!» Ordenó Utena con una mirada de degenerada sexual, sus mejillas sonrojadas y sus dientes caninos sobresalían.
«¡Mhmmm!» La boca de Azul estaba totalmente pegada en la vagina de Utena, ella se movía de izquierda a derecha estimulando a Utena quien mordía la uña de su dedo pulgar mientras con su otra mano tenía agarrada la cabeza de Azul bajo su falda.
«¡Hmm! ¡Lamo! ¡Lamo!» Azul empezaba a lamer la vagina de Utena con mucha ansiedad, con mucha sed, el espacio entre su lengua y los labios vaginales de Utena hacían un sonido bastante ruidoso como cuando un perro bebía agua de forma desesperada.
«¡HAAAAHHH! ¡SI, SIGUE LAMIENDO AZUL! ¡Sigue lamiendo la vagina de tu ama! ¡Lame la vagina de esta asquerosa villana que solo piensa en violarte todas las noches!» Utena exclamaba la forma en que se veía, todas esas noches masturbándose viendo videos de Matama y Nemo follar o esas fotos de Azul en traje de baño solo la hacían desear intensamente tener la vagina de una mujer en su rostro para lamer, pero al mismo tiempo ella quería experimentar lo que se sentía tener la lengua de una mujer dentro suya, la sola idea hacía que se mojara y se masturbara todas las noches.
La lengua de Azul se deslizaba como si estuviera lamiendo la tapa de un yogurt, ni en las más eróticas fantasías de la chica mágica podría imaginar que su lengua estaría dentro de la vagina de su ama, mientras su boca seguía besando los labios inferiores de Utena la chica mágica no hacía más que estimular su clítoris con sus dedos, más y más, haciendo círculos, presionándolo y apretándolo hasta que sintió como las piernas de Utena empezaban a contraerse más y más, ella sabía lo que eso significaba.
«¡Azul! ¡AZUL!» Utena agarró más fuerte la cabeza de Azul bajo su falda, la presionaba tan fuerte en su vagina que la lengua de Azul seguía clavada dentro de la vagina de Utena la cual sintió como un gran chorro de su néctar de amor estaba a punto de salir.
«¡BEBELO AZUL! ¡BEBELOOOO!» Utena gritó de placer con su lengua afuera de su boca, con lágrimas saliendo de sus ojos que tenían la forma de un par de estrellas amarillas, un gran chorro de su jugo de amor salió expulsado de su entrepierna ahogando el rostro de Azul quien no hacía más que sonreír de la forma más pervertida y degenerada que podría existir.
«Mi ama me está bañando en su jugo de amor, el néctar de mi ama me está bañando, soy tan feliz, soy tan feliz, me he vuelto adicta al cuerpo de Utena, de Magia Baiser, si no recibo algo de su amor siento que no tendré fuerzas para luchar contra las fuerzas del mal, necesito ser el consolador de mi ama, la lengua que ella necesite cuando quiera correrse, el coño que ella pueda comer cada vez que tenga hambre, yo soy… yo soy…»
Azul sintió como sus dedos apretaron en el punto exacto su clítoris que ocasionó que de su vagina soltara un chorro de su jugo de amor justo después que el que su ama le acababa de echar en la boca.
«¡ME CORROOOOO!» El chorro que salió de la vagina de Azul mojó todo lo que estaba detrás, la silla playera, la bata que estaba allí, ese chorro cesó hasta solo ser unas gotas que caían tímidamente, ella estaba tan extasiada que su rostro calló, pero su culo seguía firmemente parado con su coño aun goteando su delicioso néctar de amor.
Utena bajó su rostro luego de haber experimentado el orgasmo más placentero que experimentó en su vida, acababa de correrse en el rostro de una chica mágica, lo primero que vio fue su falda de la cual salía el hermoso y reluciente culo de Azul, al verla Utena sonrió para posteriormente con su mano darle una muy ruidosa nalgada que se escuchó en todo el recinto.
«¡KYAAAA!» El grito de Azul se puso a escuchar también muy intensamente, Utena no se detenía, con sus dos manos empezaba a darle múltiples nalgadas a una Azul que seguía bajo su falda, tras cada nalgada Azul gritaba de placer y dolor, más y más nalgadas hacían poner rojo el culo de la chica mágica.
«¡KYAAAA! ¡MI CULO! ¡MI CULOO! ¡UTENA-SAMAAAA! ¡NOOOO!» Cuando Utena se detuvo retiró su falda para ver en medio de sus piernas el rostro de Azul.
«Utena-samaaah, es usted muy malaaaah, mi culito me duele por su culpa, no poder sentarme en todo el día.» Los ojos de Azul tenían forma de corazones rosados, su lengua estaba afuera y sonreía como una autentica ninfómana.
«Jeje, ese es el rostro que tanto me gusta Azul.» Utena agarró del mentón a Azul para darle un tierno beso tras acercar su rostro mientras que con su mano libre acariciaba una de las tetas de Azul hasta apretarle sus pezones y jalarlo pervertida mente, cuando sus labios se separaron un hilo de saliva las conectaba.
«¿Me amas Azul?» Preguntó Utena mientras relamía sus labios.
«¿Pero que está preguntando Utena-sama? Yo a usted la amo muchísimo, no puedo vivir sin su amor, mi coño no podrá estar en calma a menos que usted la bese con su hambrienta boca o con sus juguetones dedos de placer.» Azul seguía extasiada y sonriendo con sus ojos en forma de corazones.
«Tengo una petición para ti mi pequeña Azul.» Dijo Utena.
«Lo que usted quiera Utena-sama.» Azul estaba totalmente dispuesta a hacer cualquier fantasía sexual que su ama le pidiera.
…
…
…
Azul estaba sentada en la silla playera con sus piernas bien abiertas mientras con sus dedos abría sus labios vaginales como si quisiera darle permiso a que algo entrara dentro suya.
«Ya estoy lista Utena-sama, por favor… métamelo cuando quiera…» Lo decía Azul con mucha ansiedad.
«Muy bien Azul querida, espero que estes lista, porque de esta no saldrás caminando en dos piernas.» Utena estaba de espaldas, cuando volteó había algo extraña con ella, ella estaba totalmente desnuda, pero en su parte inferior tenía algo, algo alargado y brilloso con forma redonda en la punta.
«Métamelo Utena-sama, por favor métamelo ya.»
-Continuará…