Nota: Esta historia es basado en hechos reales… bueno en realidad solo el incidente del mensaje, cuando vi que alguien lo compartió en nuestro grupo privado de telegram no pude evitar dedicarle una pequeña historia porque lo que me imaginé de eso fueron muchas cosas bastante… «inspiradoras» ustedes entienden *Giño, giño. * esta historia solo durará 2 o 3 capítulos así que no piran mucho jaja.
Mi nombre es Ana Mendoza, tengo 25 años y acabo de graduarme de mis estudios de contabilidad, fue difícil pero finalmente conseguí un empleo en una compañía que contrataba a recién egresadas cosa muy rara sabiendo que siempre te piden experiencia, pero no puedes conseguirlo si no te dan trabajo.
«¡Señorita Mendoza! ¿Ya tiene los reportes que le pedí?» Lo dijo en voz enérgica una mujer rubia en sus treintas que aparecía en la pantalla de una laptop, era mi jefa Samanta Portón y estábamos en una reunión de trabajo.
«S-sí, ya casi los tengo listo, se los entregaré esta noche.» Le respondí nerviosamente a mi jefa, los demás que estaban en la llamada vieron todo, que vergüenza, maldita perra ¿No pudiste pedírmelo en privado? ¿Lo hiciste a propósito para hacerme quedar en ridículo?
«Bueno eso sería todo por esta reunión, muchas gracias a todos.» La reunión finalizó, finalmente terminó esta tortura.
Llevo seis meses en esa empresa, si no fuera porque necesito la experiencia ya habría renunciado, mi trabajo queda a una hora y media de distancia, es agotador tener que ir todos los días y para rematar mi jefa del departamento de contabilidad me anda explotando como negra.
«Maldita perra.» Lo dije mientras abría una lata de cerveza helada y comía unos trozos de carne. «Están frías, tendré que ponerlas de nuevo en el microondas.» Era fin de semana, pero igual mi jefa me dejó mucho trabajo, estoy tan estresada.
«Trabajaré un par de años como máximo y me largo de allí, mis padres no se endeudaron por esto.» Mientras cenaba puse el nuevo episodio de mi anime favorito de la temporada «Mahou Shoujo no Ecchi» por qué sí, soy Otaku o al menos lo era más antes de que empezara a trabajar y solo tuviera tiempo para ver animes cuando estoy cenando frente a mi computadora.
«Jejejeje» El anime trataba sobre una chica mágica que obtiene sus poderes de repente, pero en vez de derrotar a las fuerzas del mal se dedica a sodomizar a las villanas que venció, las opiniones de internet dicen que es un anime de mierda por tener fanservice pero esos son solo unos pendejos que les huele el culo y nunca tendrán novias reales en sus vidas y les da envidia que una chica mágica lesbiana tenga más vida sexual que ellos.
Al terminar el episodio de anime me llegó un mensaje en mi móvil, era el chat con mi jefa exigiendo que ya entregara el trabajo que lo quiere antes de la media noche.
«¡SI, SI YA TE LEI HIJA DE PUTA!» Maldita perra, no solo me sobre explota, sino que me insiste y me insiste que haga un trabajo que ya sé que debo hacer, desgraciada, si tan solo tuviera la oportunidad de hacerle sentir lo mismo que ella a mí.
Y como si fuera obra del destino o de diosito, del cual no creo, me llegó un mensaje de mi jefa en el chat de Whassap.
«Ya te escribí que quiero que el informe sea como este de aquí.» En el mensaje había una imagen, pero no era el de un informe contable…era algo totalmente distinto.
Era el fanart de un popular anime de chicas ninjas, en ella una estaba detrás de la otra, sus cuerpos tenían tetas y culos enormes, pero sobre todo… penes… si… ¡PENES! cada una de las chicas estaba penetrando el culo o coño de la otra chica finalizando con la última de la fila la cual tenía su pene en la boca de otra chica la cual también tenía un pene… ¡ERA UN FANART FUTANARI!
«¿QUEEEEEEEEEEEEE?» Me paré impactada ante semejante cosa que me acabó de enviar mi jefa, no, no, no, esto no puede estar pasando, debe haber un error ¿Por qué carajos mi jefa me enviaría la imagen de una fila india de mujeres futanari penetrándose entre ellas? quizás este sea el chat equivocado.
Revisé de nuevo el chat y en efecto era de mi jefa, al darme cuenta de aquello lo primero que hice fue tomar una captura de pantalla y después con mi antiguo celular tomarle una foto por encima por si acaso, tras unos minutos de que mi jefa me enviara esa imagen el mensaje fue eliminado por ella misma, ella debió darse cuenta de lo que había mandado.
«…»
«…»
«…»
«Heeeeee…» Sonreí en ese preciso instante.
«Vaya, vaya, así que la señora Portón es una fanática del anime y del futanari.» En mi rostro se marcó una sonrisa maliciosa, aquella mujer la cual durante tantos meses me estuvo sobre explotando y mostrando un rostro de seriedad en realidad es una otaku pervertida de closet que le gusta las mujeres con pito o sea el futanari.
«Me pregunto qué debería hacer con esta información.» Lo dije sonriendo mientras cubría mi boca con mi teléfono móvil.
…
…
…
El fin de semana pasó, el informe que me pidió mi jefa se lo entregué, no hice comentario alguno sobre la imagen que me envió, ella debió ver que el doble visto no estaba en azul, pero en realidad era mentira, en mi móvil instalé una aplicación para que nadie sepa cuando leo sus mensajes, de seguro mi jefa cree que nunca vi la imagen y que estaba a salvo, pero era todo lo contrario.
«¡Señorita Mendoza!» Un grito vino del otro lado de la oficina, era de nuevo mi jefa llamándome para regañarme por alguna cosa sin importancia, pero esta vez tenía como defenderme.
«¿En qué le puedo ayudar doña Portón?» Traté se sonar igual que siempre.
«Te he dicho una y otra vez que utilices la fuente de la empresa que te dije a la hora de redactar tus informes, no quiero que utilices el estándar.» Y de nuevo esa estúpida pidiéndome que utilice la fuente que le da la gana en vez de utilizar la que todo el mundo civilizado usa, me tiene los ovarios llenos.
«Lo siento jefa.» Traté de disculparme.
«Da igual, como compensación tendrás que hacerle el informe de Alicia.» Me respondió mi jefa haciéndome creer que era compasiva conmigo.
«¿De Alicia? Pero ella fue designada exclusivamente para esa labor, yo soy de otra…» Me quería dar el trabajo de otra chica porque si ¿Qué se cree?
«¿Qué no me escuchaste? ¡Haz lo que te dije ahora!» Okey esto se acabó, en ese momento agarré mi móvil en el chat de mi jefa y enviarle un regalito.
«¿Qué estás haciendo Ana? ¿O estas sord…?» Mi jefa vio su móvil que le llegó un mensaje, era yo, pero le envié la captura del chat del día sábado, si, esa en donde me envió ese fanart de orgia futanari.
«¡No!» El rostro de mi jefa quedó estupefacto, era como si se le hubiera bajado la presión, se veía tan… derrotada, era precioso ver su expresión.
«¿Lo viste?» Dijo en voz baja mi jefa. «¿LO VISTE?» Ahora alzó la voz.
«Si, usted me lo mandó el día sábado en la noche.» Le respondió a mi jefa de forma seca.
«Pero el visto no estaba en….» Ella trataba de encontrarle la lógica.
«jefa ¿Le gusta el anime?» Le hice una simple pregunta.
«¿Qué? ¿Estas loca? ¿Por qué me gustarían esas estupideces?» Lo dijo como si la hubieran insultado.
«Ninja Maidem, es un popular anime echii donde chicas de un clan ninja se enfrentan a demonios samurái para salvar el mundo, es una serie donde todos los personajes son solo mujeres y, sobre todo.» Busqué en cierto sitio web y le mostré a mi jefa.
«La serie es popular porque la mayoría de sus protagonistas son lesbianas.» Cuando se lo dije vi como una gota de sudor frio recorrió su barbilla hasta caer en sus papeles de oficina.
«¿Qu-qué quieres decir?» Sus ojos estaban totalmente abiertos, en ese entonces me aproxime a ella lentamente hasta estar a un lado de ella quien estaba parada de su silla.
«jefa Portón ¿Es usted lesbiana?» Se lo dije en el oído mientras agarraba delicadamente una parte de su uniforme de trabajo.
«¡No! ¡No! ¡No! ¿Yo lesbiana? ¿Estas loca? Te estas metiendo en serios problemas señorita Mendoza.» Mi jefa se puso totalmente en la defensiva, pero la tenía donde la quería.
«Jefesita hermosa, tengo entendido que usted tiene esposo ¿No? ¿Él ya sabe que su querida esposa le gustan las mujeres con pene? ¿Qué pasaría si enviara la captura al grupo de la oficina? podría acusarla de acoso sexual.» Se lo dije con una sonrisa pícara.
«¿Qué tratas de hacer? ¿Me quieres chantajear?» Me lo dijo nerviosa.
«No es eso, solo digo…» Fui a la ventana de la oficina para cerrarla para que nadie nos viera. «Si los de la oficina se enteraran que mi querida jefa me envió una imagen de mujeres con pene follándose en una orgia ¿Qué pensarían de usted? Podría acusarla de acoso sexual.» Mi jefa se sentó en su sillón como si su cuerpo pesara varias toneladas.
«¿Qué insinuaba mi jefa enviándome esa desagradable imagen de una orgia de mujeres con pene? ¿Acaso me quiere violar? ¿Quiere que me violen? ¿Por eso me acosaba tanto en el trabajo?» Me senté en su escritorio sonriendo.
«No, eso es mentira, envié esa imagen por error, yo…» Era tan divertido verla desmoronándose, quería quebrarla aún más, más, más, para que nunca más vuelva a meterse conmigo.
«Todos en la oficina saben que usted se ha metido mucho conmigo ¿Acaso era porque le gusto y quería violarme? al presidente no le va a gustar saber que si contadora estrella sea en realidad una lesbiana pervertida.» Entonces mi jefa se quitó sus lentes y los puso sobre la mesa, cerró sus ojos y puso su mano cubriéndoselas.
«¿Qué quieres que haga? ¿Qué debo hacer para que te quedes callada?» Ella se rindió, era justo lo que quería hacerle, era hora de darle el toque final para terminar de humillarla.
«Entonces querida jefa ¿Estas libre esta noche?» Se lo dije mientras cruzaba mis piernas, la minifalda de oficina apretaba, que difícil era sentarse así, pero debía mantener la apariencia de dominante.
«¿Por qué lo preguntas?» Lo dijo ignorante.
«Respóndeme ahora.» Se lo dije con una voz más dominante.
«S-si… puedo decirle a mi esposo que tengo trabajo extra y… y… eso.» Respondía nerviosa.
«Entonces quiero que me hagas un favorcito.» Extendí mi mano hacia su mejilla acariciándola. «Quiero que me acompañes al hotel «Éxtasis» esta noche tu sola.» Con mi dedo pulgar acaricié su labio inferior.
Su rostro se puso totalmente rojo, sus ojos se abrieron totalmente y su cabello se movió al mismo tiempo que su mentón se levantó un poco, era eso lo que quería ver, ya con verla así de destruida era todo lo que deseaba, ya con eso nunca más se atrevería a meterse conmigo, ahora solo tocaba decirle que era una broma y que nunca más volviera a abusar de su poder en mí.
«Si…» Escuché una afirmación vacilante.
«¿He?» ¿Qué fue lo que dijo?
«Si… acepto ir al hotel contigo esta noche, le diré a mi marido que llegaré tarde esta noche…»
Sin querer terminé chantajeando a mi jefa quien es una otaku de sexualidad dudosa para llevármela al hotel esa noche, cuando uno planea algo le sale lo totalmente opuesto ¿Curioso no? ¿Y ahora que haré con ella esta noche?
-Continuará…