Nota: Agradezco a todas las personas que me leyeron escribir este nuevo capítulo de mi fanfic en twitch, saludos especiales a adanniwami, julianf2510, santiago_5804, mkdoredore, predator_miri, mime_draws02 y SheidaKaynR.
Ahora estamos en un mini arco de transición antes de irme de lleno para lo que viene después, espero que les guste y no se preocupen que habrá MUCHISIMO BAISER X SAYO que los harán caer enamorados.
La noche en el hotel «Delicioso» fue uno que nuestras protagonistas nunca olvidaran, el día llegó y con ello el domingo, el sol iluminaba todo, era un día perfecto para nadar.
Los rayos del sol entraban en el cuarto del hotel, poco a poco Kiwi abría los ojos y lo primero que vió fue al peluche gato demoniaco gigante de Nero Alice.
«¿He? ¿Qué pasa?» Kiwi se levantó de la cama aún medio dormida y lo que vio detrás del peluche era una presencia maligna muy poderosa con los cabellos parados de color dorado. «¿Korisu? ¿Qué pasa?» Preguntaba ignorante la enana tetona.
Cuando Kiwi se dio cuenta sus mejillas fueron agarradas por el gato peluche demoniaco quien la levantó de la cama.
«¡AAAAHHH! ¿QUÉ TE PASA KORISU? ¡SUELTAME!» Cuando Kiwi quería protestar se dio cuenta que en el rostro de Korisu estaban los garabatos hechos con marcador negro que le hizo por aburrimiento la otra noche. «Ah… era eso… este… ¿Bromita?» Dijo Kiwi tratando de disculparse de una forma muy poco convincente.
«¡Hmmmmm!» El rostro de Korisu mostraba mucho enojo, sus mejillas estaban infladas, de pronto Korisu abrió el techo de su casa de muñecas donde una fuerza de succión la atrapó metiendola allí.
«¡AAAHHH! ¡KORISU-CHAN DETENTEEEE!» No importaba cuanto luchara Kiwi ella fue absorbida en la casa de muñecas de Nero Alice.
«¿He? ¿En qué clase de casa de muñecas estoy ahora?» Lo dijo Kiwi que cuando abrió sus ojos vio un salón de clases.
En los demás asientos del salón estaban otras personas aparentemente atendiendo a clases, pero cuando Kiwi se dio cuenta esos en realidad eran muñecos, al frente de ellas había una profesora hablando en perfecto inglés, era una mujer esvelta, rubia y de enormes pechos, sus lentes resaltaban sus ojos seductores.
«¿Quién es esa profesora?» Cuando Kiwi lo dijo todos los muñecos del salón se voltearon a verla incluyendo la profesora. «¿He? ¿Dije algo malo?»
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En uno de los cuartos del hotel satisfacción se encontraba Utena quien se lavaba los dientes frente al espejo de su baño, en su mente solo pasaba todo lo que pasó la noche anterior con Sayo o más bien Magia Azul.
«Anoche tuve sexo con Magia Azul.» Lo dijo en su mente Utena, tras cada paso de su cepillo de dientes en su boca solo pudo recordar la sensación de lamer esa jugosa y húmeda vagina de chica mágica, su rostro se sonrojó.
Utena escupió lo que tenía en la boca y sorbió agua de un vaso que tenía al lado para posteriormente volver a escupir, al ver el agua deslizarse por el lavamanos solo pudo recordar la corrida de Azul, una corrida tan intensa que sentía que se ahogaba cada vez que tenía su cabeza en medio de sus piernas.
«No, no, no, contrólate Utena, no sigas pensando en ello.» La tímida chica de pensamientos pervertidos se lavó el rostro para posteriormente secarse con una toalla de mano, al retirar la toalla vio su rostro todo sonrojado y con un gran brillo, se sentía tan satisfecha, tan contenta que instintivamente sonrió, en su mente solo estaba la imagen de Azul, de sus enormes tetas, de sus erectos pezones, de sus nalgas tan firmes y esponjosas que ella agarró y nalgueó.
«Jeje.» Instintivamente Utena se río, pero entonces sintió una vibración y se asustó, cuando se dio cuenta era su teléfono móvil, en ella estaba un mensaje que recibió, era de Minakami Sayo.
«Buenos días, Utena-chan ¿Dormiste bien? espero que la pases bien, esta tarde tendremos una sesión de fotos en la suite por lo que no podré verte, diviértete con las demás chicas.»
Utena al leer el mensaje sonrió, abajo había otro mensaje.
«Gracias por la otra noche, si no te molesta desearía que lo repitiéramos, esta vez en el lugar que desees, siempre estaré dispuesta para ti.» Al final del mensaje había un emoji de una gatita tapándose los ojos sonrojada.
«Sayo, eres tan formal incluso con lo que pasamos.» Utena colocó el móvil en sus labios dándole un beso, entonces otra vibración se sintió, Utena vio el chat y era una foto, la foto era de Sayo utilizando un sexy traje de baño junto al mensaje: «Este es el traje de baño que utilizaré en la sesión de fotos, por favor no la compartas con nadie más.»
El bikini era de color blanco con líneas azules, el cuerpo de sayo tenía grandes chupones en su cuerpo, nalgadas y mordidas.
«¿Ha? ¿Esas marcas son mías? Pe-pero entonces… ¿estará bien que se tome fotos con su cuerpo así?» Utena estaba algo preocupada por la condición que dejó en el cuerpo de su amante.
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«¡BAKA!» Un golpe de karate dio en la cabeza de Sayo, fue Kaoruko quien se lo dio.
«¡Auch!» Lo dijo Sayo quien solo se sonrojó un poco.
«Detente Kaoruko-chan, estoy curándola.» Era Haruka quien con sus poderes sanadores quitaba poco a poco cada una de las marcas de mordidas, nalgadas y chupones que tenía en el cuerpo la chica de cabello azul.
«Lo siento chicas, creo que anoche nos accedimos un poco.» Lo dijo Sayo sonrojada.
«Idiota, sé que te dijimos que podrías pasar a solas con Utena, pero no que te la follaras allí mismo.» Lo dijo una indignada y sonrojada Kaoruko.
«Bueno, más que yo hacérselo, ella me lo hizo, por todas partes, en cada rincón de mi cuerpo, fue tan, tan, tan… jeje» El rostro de Azul se sonrojó más mientras sonreía y de su boca salía baba.
«¡Deja de excitarte pervertida!» Kaoruko le jalaba las mejillas a Sayo.
«Dime Sayo-chan ¿La amas?» Preguntó Haruka mientras la curaba.
«Si, la amo, amo mucho a Utena-chan.» Le respondió Sayo mientras cerraba los ojos sonrojándose levemente mientras sonreía, Haruka la vio a los ojos con curiosidad y luego sonrió tiernamente.
«Me alegra que hayas encontrado a una chica que ames, les deseo lo mejor.» Le dijo Haruka a Sayo.
«Mu-muchas gracias Haruka-chan.» Lo dijo algo tímida Sayo.
«Si tú eres feliz entonces nosotras también lo somos.» Le dijo Haruka para luego voltear a ver a Kaoruko. «¿No crees lo mismo Kaoruko-chan?»
Kaoruko al ver la sonrisa tan radiante de Haruka solo pudo voltear su rostro a otro lado. «Si… me alegro por ella.» En la mente de Kaoruko solo estaba la imagen de Haruka transformada en Magenta diciéndole «¿Eso es lo que hacen las amigas no?»
Haruka miraba la respuesta de Kaoruko con ignorancia.
«¿Y bien? ¿Harán publica su relación?» Preguntó Kaoruko.
«Bueno, la verdad no hemos pensado en eso aún, supongo que tendremos que discutirlo después.» Le respondió Sayo.
«Espero que les vaya muy bien.» Dijo Haruka sonriendo. «Muy bien, ya está, con eso debería ser suficiente.» La chica mágica terminó de curar a su amiga.
«Muy bien, es hora, chicas, ese dinero extra nos espera, digo, la sesión de fotos nos espera.» Dijo Kaoruko mientras alistaba los puños, cada una de las chicas tenía puesto su bikini blanco con líneas de colores.
«¡¡Si!!» Sayo y Haruka respondieron al mismo tiempo, luego de eso salieron del cuarto, afuera en la suite estaban las camarógrafas esperándolas.
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Era más del medio día, las personas se bañaban en la piscina del hotel, muchas chicas tomaban el sol en sus sillas de playa, otras bebían sus jugos junto a sus parejas, a un lado de dicho complejo estaba el gran salón de banquetes con muchas chicas escogiendo sus comidas en las múltiples mesas disponibles.
«¡WOOOOOOOW!» Utena, Matama y Nemo exclamaban maravilladas ante semejante vista.
«¿Alguna vez has estado en un banquete?» Preguntó Matama a Nemo.
«No seas tonta, claro que lo he estado, pero nunca uno tan gigantesco y menos en un hotel lujoso.» Le respondió la chica de dientes de tiburón.
«¿Están seguras de que podemos comer lo que queramos? ¿No nos van a cobrar?» Dijo una Utena tímida al ver semejante cantidad de comida.
«Tranquila, Venalita nos pagó todos los gastos de la estancia, hay que divertirse.» Le respondió el intento de idol.
«Si tú lo dices… ¿Qué opinas Kiwi-chan?» Preguntó Utena, pero al mirar hacia atrás vio a Kiwi quien estaba parcialmente agachada mientras se acariciaba el trasero y la cadera.
«¿Kiwi-chan? ¿Qué te pasó?» Utena preguntó preocupada quien se aproximó a ella cuidadosamente, pero sin tocarla en caso de que le hiciera doler más.
«B-bueno, la verdad es que…» Antes de que Kiwi pudiera responder una mano pequeña le jaló la ropa, al voltear vio a Korisu quien la miró con una cara seria mientras inflaba una mejilla. «¡M-ME CAÍ! ¡SI! ¡ME CAÍ!» Respondió nerviosamente Kiwi devolviéndole la mirada a Utena.
«Bueno, si necesitas algo puedo ayudarte Kiwi-chan.» Dijo Utena.
«¿Ha? Bueno, si Baiser-chan me dice aquello entonces ¿Por qué no vamos a mi cuarto esta noch-» Antes de que Kiwi pudiera preguntarle aquello se escuchó el sonido de emocionón de unas chicas.
«¡Kyaaaa! ¿En serio?» Preguntó una de las chicas del grupo próxima a Utena.
«Si, una amiga de la mamá de una prima que trabaja como fotógrafa me dijo que Tres Magia están en una sesión de fotos en este hotel.» Le respondió otra de las chicas del grupo.
«¿Donde estarán? ¿En la playa?» Preguntó otra.
«No creo, sino ya habría una multitud allí.» Le respondió su amiga.
«Quizás estén en la Suite.» Dedujo la joven.
Tras escuchar aquello una sonrisa se dibujó en el rostro de Kiwi.
«Es hora de la venganza.» Dijo la enana de tetas enormes mientras trataba de erguirse, pero nuevamente se encorvó por el dolor.
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«¡Eso es! ¡Si! ¡Muy bien! ¡Así de hermosas!» Lo dijo una joven fotógrafa mientras tomaba fotos de Tres Magia con sus bikinis en la suite del hotel, las chicas mágicas hacían toda clase de poses una más picante que la otra.
«¿E-es necesario que tenga que posar así?» Preguntó Magia Azul quien era la que más poses eróticas hacia con su bikini.
«Claro que sí, eres la chica mágica más sexy de tres magia, recibimos un montón de cartas diciendo lo mucho que te aman y queremos complacerlas.» Respondió la fotógrafa.
«¿En serio?» Azul se sonrojaba, pero no solo por las poses que le hacían hacer sino por el lugar donde estaba la fotograba, detrás de ella estaba la mesa donde hace solo unas horas ella estaba trepada, con sus piernas abiertas mientras se masturbaba con su aparato de hielo, detrás de ella estaba la silla de playa donde Utena la observaba mientras también se masturbaba con sus dedos.
«No, no, no, ahora no idiota, no pienses en esas cosas.» Azul trataba de calmar su mente mientras hacía toda clase de poses.
«Muy bien Azul ¿Podrías inclinarte en el piso mientras alzas tu trasero?» Preguntó la fotógrafa.
«¿Esta hablando en serio'» Exclamó Azul totalmente sonrojada.
«Claro que sí, queremos mostrarle a todo el mundo tus grandes atributos.» La fotograba sonreía también sonrojada haciendo una mueca de felicidad.
«Bueno, si usted cree que les gustará a nuestras fanáticas.» Azul entonces inclinó su pecho hacia el piso, sus enormes pechos chocaban con el suelo siendo algo incomodo, levantó su trasero con dificultad, entonces escuchó el sonido de las cámaras tomándole fotos.
«Clic, clic, clic, clic.» Muchas fotos eran tomadas enfocando el lente en el enorme trasero de Azul el cual se movía de izquierda a derecha.
«¡SIII! ¡ASÍ AZUL! ¡LAS CHICAS AMARÁN ESTAS FOTOS!» La fotógrafa empezaba a derramar sangre de su nariz, la lente se acercaba más y más al trasero de la chica mágica.
Azul al sentir como la cámara apuntaba a su trasero no hizo más que sentir lo mismo que esa noche cuando Utena la hizo masturbarse frente a ella.
«No, no, no, no te excites ahora Azul, debes ser fuerte, debes ser fuerte, luego cuando te tomes un descanso te puedes masturbar todo lo que quieras, todo lo que quieras.»
Al otro lado de la suite estaban Magenta y Sulfur agarrando sus caderas mientras estaban paradas cruzando sus piernas de forma seductora.
«¿Es necesario que posemos así?» Preguntó inocente Magenta.
«Por supuesto, a nuestras fanáticas les encantan las fotos seductoras de parejas.» Le respondió una señora algo mayor quien ordenaba a una más joven tomar las fotos mientras yacía inclinada.
«C-creí que a nuestras fanáticas les gustaban las fotos sexys nomás.» Preguntaba una sonrojada Sulfur quien se sentía nerviosa al sentir la mano de Magenta en su cintura.
«Es verdad que a muchas les gustan las fotos eróticas, pero a otro gran sector lo que desean es la fantasía de un romance, Sayo no tiene esa química, pero ustedes Magenta y Sulfur hacen una hermosa pareja.» Le respondió la directora de fotografía.
«¿En serio hacemos tan buena pareja?» Se preguntaba Magenta para luego voltear la mirada a Sulfur «¿También lo crees Sulfur-chan?» Magenta le preguntó a su compañera quien no hacía más que evitar verla directamente a la cara mientras sus mejillas yacían sonrojadas.
«¡ESO ES! ¡Magenta toma de la barbilla a Sulfur!» Ordenó la directora.
«¿Así?» Magenta tomó de la mejilla de Sulfur quien abrió mucho los ojos mientras se ponía tan roja como un tomate.
«¿Magenta? N-no es necesario que tu…» Sulfur no podía soportar tanta tensión.
«Tranquila Sulfur-chan, solo estamos posando para las fotos.» Decía Magenta con una sonrisa inocente.
«¡Así se hace! Ahora junten sus labios muy cerca, casi como si fueran a besarse.» Ordenó la directora de fotografía.
«¡Si!» Magenta acató las órdenes y sus labios estaban a escasos milímetros de Sulfur quien la miraba fijamente a los ojos.
«N-no puedo más, no es un beso real, y aún si lo fuera para Magenta solo soy… una amiga.» Lo pensó Sulfur quien no hizo más que cerrar sus ojos.
«¡No te quedes quieta! ¡Toma más fotos!» Ordenó la señora.
«¡SI!» La fotógrafa tomó tantas fotos como era humanamente posible pero entonces.
«¿Qué?» La directora se quedó sorprendida al igual que la fotógrafa y las demás personas del equipo.
Magenta estaba a pocos milímetros de besarse con Sulfur pero esta tenía los ojos cerrados, pero al mismo tiempo una lagrima caía de sus ojos.
«¿Sulfur-chan? ¿Estas bien?» Magenta rompió el momento preocupada por su amiga.
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En un cuarto de baño Azul se encontraba gimiendo levemente, se estaba agarrando una de sus tetas mientras con su otra mano tenía su aparato de hielo metiéndolo en su húmeda vagina.
«Baiser-sama, Utena-sama, Baiser-sama, Utena-samaaaah» La boca de Azul estaba tapada con una parte de su bikini para reducir sus gemidos, de su vagina un pequeño chorro de jugo de amor salió disparado mojando su mano.
Azul gemía de placer luego de haberse corrido un poco en el baño, esa sesión de fotos fue mucho más estimulante de lo que imaginaba, estuvo aguantando durante toda la tarde las ganas de masturbarse por lo cual cuando fue la hora de descanso pidió tiempo para ir al baño y darse algo de placer.
«Utena-sama… me pregunto si le habrá gustado lo que hicimos anoche…» Lo dijo Azul mientras sacaba lentamente su aparato de hielo de su vagina y con ello los restos de jugo de amor se derramaba al piso.
De pronto se escuchó el sonido de una puerta abriéndose, alguien entró en el baño, Azul sabía que existía el riesgo de que alguien más pudiera entrar, pero no debía haber mayor riesgo, ella estaba en una de las duchas por lo cual solo tendría que fingir que se estaba bañando.
Azul abrió la llave de la ducha haciendo ruido, pero pese a aquel sonido de fondo pudo oír las pisadas de alguien que se aproximaban más y más hasta que pudo ver como unos pies se detuvieron justo en frente de donde estaba ella, la manija de la puerta empezó a girar y la puerta lentamente se abrió ¿Quién era la persona que la fue a buscar?
-Continuará…