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(Fanfic) Mahou Shoujo ni Akogarete: Arcoíris Lunar / Capítulo 19: Cuerpos y almas desnudas

Nota: Después de 2 semanas de que se me daño la PC y gastar 120 dólares finalmente he vuelto y con un capítulo con casi 3,000 palabras y no las 2,000 que son normalmente. Este fanfic de Arcoíris Lunar es el más popular que tengo en Wattpad con casi 60,000 lecturas y estoy seguro de que esto irá camino a las 100,000.

Espero que les guste mucho este capítulo porque en twitch donde me leyeron escribirlo la verdad que si se emocionaron y asustaron muchísimo ¿Qué tipo de relación tienen Utena y Sayo? ¿Qué es ese pasado que ambas comparten? que lo disfruten mijos y saludos cordiales.

En un hotel en medio de la ciudad un par de chicas entraron muy apresuradas, no se veía el rostro de la persona en la recepción, solo les entregaron las llaves y ambas chicas subieron, en el ascensor el ambiente se sentía tenso.

«U-utena-sama ¿Está bien?» Dijo una Sayo algo nerviosa ante lo que estaba pasando tan de repente.

«Cállate, casi llegamos.» Dijo una Utena muy seria, no se le veían los ojos por la sombra de las luces.

«¡S-SI!» Sayo respondió de inmediato, ese trato tan despectivo pese a que hace unos minutos Utena le estaba suplicando estar con ella, pensar en que Utena la estaba tratando así de mal le hizo sentir un poquito feliz. A Sayo se le dibujó una sonrisa en su sonrojado rostro, era toda una pervertida. 

Las chicas ya estaban afuera de la habitación «96», algunas otras chicas junto a sus parejas salían de sus cuartos con sus brazos agarrados. Utena metió la llave en la ranura de la puerta y lentamente la abrió mostrando un cuarto oscuro.

«¿Segura que es aquí Utena-sama?» Sayo respondía mientras entraba lentamente al cuarto, detrás de ella Utena pasó de tener sus labios serios a sonreír de forma maliciosa.

«¡KYAAA!» Sayo sintió como su culo había sido nalgueado con tanta fuerza que le hizo caer en algo blando, debía ser la cama, al alzar la mirada vio de nuevo que el cuarto estaba totalmente oscuro a excepción de unas luces diminutas que dabas a entender que eran algún aparato eléctrico conectado.

«¿Te gusta que te toquen en la oscuridad?» Una voz coqueta se lo dijo a Sayo en la oreja.

«¡Hah!» Sayo dio un pequeño gemido, sentía como sus enormes pechos eran agarrados por Utena que estaba detrás de ella encima de la cama.

«Tienes unos pechos enormes.» Utena se lo dijo mientras seguía apretándolos más y más y más, las movía de un lado hacia el otro y los apretaba con fuerza.

«¡Kyaaaa! Utena-sama, mis pechos, mis pechos son muy sensibles cuando usted me las toca, me estoy excitando con usted, mis pechos son suyos.» Lo dijo Sayo entre gemidos y fue cuando sintió que su uniforme era agarrado con tanta fuerza que su cabeza fue tapada por la misma, no podía ver casi nada, pero lo que si sintió fue como su blusa fue retirada por completo, el aire acondicionado del lugar la tocaba en su espalda y hombros desnudos, lo único que tenía puesta era su gran sostén.

«¿Utena-sama? ¡Haaahhh!» Sintió algo húmedo, saliente y resbaladizo en su cuello, era, era la lengua de su ama Utena la cual pasaba por su nuca.

«Hmmmm… tienes una piel muy deliciosa Sayo-chan, tanto que me gustaría comerte.» En ese entonces Sayo sintió como algo duro se clavó en su piel, en su cuello, eran los dientes caninos de su ama Utena. 

«¡KYAAAAAA!» Los dientes mordieron fuerte pero no lo suficiente como para perforar su carne o hacerla sangrar, fue entonces cuando unas manos coquetas se metieron por encima de su sostén aún puesto, unas manos muy frías tocaban su piel que estaba constantemente caliente.

«Hahhh… haaahhh… Utena-sama… mis pechos, mis pechos… haahh» Sayo sintió como esas manos frías que hacían contacto directo con sus tetas calientes estaban jugueteando, las yemas de esos dedos tan fríos se clavaban en sus tetas, la estimulación era tan excitante que algo dentro de su vientre se sentía encendido, sus piernas se movían entre si presionándose para estimular de forma disimulada su entrepierna que se estaba excitando.

«Tus tetas son tan grandes ¿No te da vergüenza ir al colegio con ellas? alguna chica pervertida podría fijarse en ti, llevarte al baño y violarte succionando esas tetas tan vulgares.» Se lo dijo su ama quien la estaba cosificando mientras mancillaba su cuerpo el cual ya estaba tan marcada con ella que sentía que no pidió vivir sin que le metiera algunos cuantos dedos dentro.

«¡Haaahhh! ¡Nooo…! ¡So-solo Utena-sama… tiene el derecho de violar mis tetas cuando quiera!» Sayo era incapaz de pensar con claridad, la sola idea de que su violadora fuera Utena, obligándola a ir al baño para succionarle sus tetas era algo que la excitaba, quería darle teta, que le diera leche si era posible, su cuerpo le pertenecía a ella, nada la haría más feliz en el mundo que darle de comer a su ama con su cuerpo cuando ella lo deseara.

«Buena chica, así me gusta, que seas mi pequeña mascota.» De repente Utena le apretó sus pezones con tal fuerza que parecía que se los quería arrancar, pero al mismo tiempo estrujándole para estimularla todavía más.

«¡KYAAAAAAA! ¡ME CORRO!» Sayo sintió como su entrepierna salpicaba un poco de jugo de amor, no era mucho, solo era un pequeño espasmo, pero eso era estimulante sobre todo porque tenía la ayuda de su ama la cual apretó y jaló sus desvergonzados pezones.

«Oye, oye ¿Ya estas cansada?» Lo dijo su ama la cual estaba detrás suya, sus ojos ya se estaban acostumbrando a la oscuridad, pudo ver algo extraño al otro lado del cuarto, algo que se reflejaba, quizás eran espejos, pero al mismo tiempo vio como si algo se moviera dentro de ella.

«No…» Sayo sonrió un poco y se levantó en sus cuatro extremidades dirigiendo su cabeza hacia donde estaba su ama. «Su perrita no está satisfecha.» Sayo estaba sonriendo, sus pupilar empezaban a brillar por los corazones rosados que se formaban en ella.

«Eres una buena mascota, te tengo un regalo, pero antes de eso…» Utena sacó algo de su ropa, era un pequeño control remoto.

«¿Utena-sama? ¿Qué es eso que tiene allí?» Preguntó Sayo con su sonrisa de ninfómana hambrienta de más placer. 

«Es una recompensa para mi querida mascota.» Utena sacó con su otra mano un pequeño aparato con forma ovalada. «Esto te va a gustar.» Utena apretó el botón y el pequeño aparato ovalado empezó a moverse haciendo un ruido como de un pequeño motor.

«¿U-utena-sama?» Sayo no sabía lo que era, pero entonces lo aprendió.

Utena colocó a Sayo en posición de perrita, mostrando su gran culo, entonces alzó la falda de la peli azul, con su mano lamió el aparato ovalado y lo empezó a rozar en medio de la intimidad de su mascota.

«¡HAAAAHHHH! ¿QU-QUE ES ESTO? ¿QUE ES ESTO? ¡HAAHHH!» Sayo sentía como ese aparato ovalado se empezaba a mover en su misma posición, esa sensación era nueva para ella, era diferente al de los dedos de Utena penetrando su vagina, pero entonces.

«Aquí viene el barquito.» Utena lo dijo con una falsa alegría mientras penetraba la vagina de Sayo mientras al mismo tiempo el pequeño vibrador era introducido también.

«¡UTENA-SAMA! ¡ME ESTA PENETRANDO! ¡HAAAHHH! ¡EL VIBRADOR! ¡EL VIBRADOR! !HMMMM!» Sayo sentía tanta estimulación que dejó de poder vocalizar palabras audibles, solo podía agachar el rostro, sus gemidos eran ahogados por las sábanas de la cama.

«¡HMMMMMMMM! ¡Hmmmm!» Sentir los dedos de su amada ama y la violenta furia de ese vibrador dentro de su vagina era algo que nunca había experimentado antes, se sentía en el paraíso, ella como sacerdotisa sintoísta era una absoluta vergüenza, si su familia se enterara que su «hija ejemplar» se la pasaba follando con su amiga de clases en un hotel de seguro la desheredarían, pero eso ahora no importaba, lo que de verdad la hacía feliz era estar allí con la chica que ama, sentir sus dedos dentro de ella era la muestra de lo mucho que la amaba.

«¡UTENA-SAMA! ¡UTENA-SAMAAAAA!» Sayo sentía como su mente se derretía ante la estimulación de su vagina con los dedos y el vibrador de su ama Utena, su intimidad se mojaba tanto que goteaba manchando las sábanas de la cama, más y más jugo de amor se estaba derramando, el climax estaba a punto de llegar, la amaba, Sayo amaba con todo su corazón y cuerpo a Utena, a Baiser, ama a las dos, quiere follar con ella todos los días si se puede, trabajará muy duro para convertirse en su novia ideal para que siempre su cuerpo la excite y le haga el amor todos los días.

«¡M-me corro… ME CORRO!» Sayo sentía como la cascada estaba a punto de estallar y fue así, apenas sintió como Utena retiró sus dedos su vagina explotó en un frenesí de jugo de amor que salía a toda furia en toda la cama empapándola por completo.

«¡HHHAAAAHHHHH! ¡ME CORRO POR LOS DEDOS DE MI AMAAAAAHH!» La mente de Sayo se derretía, como si un cuadro lleno de colores fuera distorsionado hasta derretirse, los colores salían de aquel cuadro cayendo al piso quedando no un marco en blanco sino un marco sin ninguna clase de contenido dentro, solo una mente quebrada luego de experimentar el mejor éxtasis que alguna vez haya tenido la fortuna de tener en su degenerada y pervertida vida.

El rostro de Sayo cayó a la cama mientras sus piernas seguían expulsando un poco del jugo de amor que le quedaba y cuando terminó ellas también cayeron, su culo se hizo a un lado y de en medio de ella empezaba a salir algo ovalado y de color rosado, era el vibrador que su ama le regaló, cayó de su húmedo coño a las sábanas de la cama.

La conciencia de Sayo se estaba desvaneciendo, solo pudo ver el rostro de Utena acercándose al suyo, pero para entonces sus ojos se cerraron.

«…te… mo» Era lo único que pudo escuchar cuando se quedó dormida.

Un par de niñas estaban jugando en el parque, una construyendo un castillo de arena, la otra recogiendo hojas, entonces un grupo de niñas llegaron.

«Minakami, vamos a jugar, ven.» Lo dijo una de las niñas.

«Claro, pero también invitemos a Hiiragi-san.» Al momento de decirlo las niñas que la invitaban a jugar se miraron extrañadas.

«He, no, con Hiiragi no, ella es muy rara y débil, perderíamos si jugamos con ella.» Las niñas seguían insistiendo.

«Pero…» Minakami veía a Hiiragi frente a ella con hojas en sus manos, entonces la niña de cabello oscuro solo sintió nerviosa.

«V-ve con ellas, estaré bien.» Se notaba que ella no quería quedarse sola pero no quería obligarla a quedarse con ella.

«Hiiragi-san… está bien, nos vemos después, cuídate.» Minakami se alejó de ella, solo pudo ver a distancia a la niña sola con sus hojas en manos.

Un sentimiento de culpabilidad la estaba invadiendo en su corazón, algo de lo cual se arrepiente y no podía perdonarse, y entonces ella sintió algo en sus ojos, algo frio y húmedo, poco a poco abrió sus ojos y pudo ver a alguien a su lado.

«¿S-sayo-san? ¿E-e-estas bien?» Era Utena quien se la veía preocupada moviendo sus manos de forma nerviosa viendo la mejor forma deber si se encontraba bien.

«¿Utena…sama?» Sayo se levantó lentamente, su cuerpo estaba cubierto por una sabana, Utena debió arroparla.

«¿Cuánto tiempo estuve dormida?» Preguntó Sayo limpiándose un poco las lágrimas de sus ojos.

«Etto… unos 30 minutos, si, solo media hora, aún tenemos otra hora en el cuarto así que estamos bien, jeje.» Lo dijo Utena rascándose la parte trasera de su cabeza mientras ponía una sonrisa nerviosa.

«Ya veo.» Dijo Sayo tratando de recomponer su conciencia.

«¿Estas bien Sayo? ¿Hice algo malo? ¿Algo que no te gustara?» Utena estaba nerviosa y preocupada.

«¿He? Si, claro que estoy bien ¿Por qué lo dices?» Preguntó Sayo.

«Es que, es que, de repente dijiste algo raro entre sueños y derramaste unas lágrimas.» Le respondió Utena nerviosa.

«¿Lagrimas?» Sayo se dio cuenta, pero no podía recordar el por qué.

«¡Disculpa Minakami-san!» Utena se inclinó por completo pidiéndole disculpas. «Prometo no volver a hacerlo.» 

«¿Heeeeee?» Sayo reaccionó sorprendida, se terminó de despertar. «¿No me vas a coger de nuevo?» Sayo se puso triste de repente.

«¿Minakami-san?» Utena ya estaba totalmente confundida.

«Si Utena-sama no me toca, me voy a sentir muy triste de verdad buaaahhh» Sayo simulaba como si lloraba mientras veía a Utena nerviosa.

«¿Heeeee? ¡N-NO! ¡Si Minakami quiere que la toque lo haré! pero por favor no llores.» Utena trataba de arreglar el problema que no sabía cómo se metió.

«Jeje, es broma.» Dijo Sayo tras quitarse las manos de los ojos y sonreír sacando la lengua.

«¿He? ¿Broma? Nooo… Minakami-san, no sabía que eras también así.» Lo dijo Utena sonriendo nerviosamente.

«Utena-sama.» Sayo se puso seria de repente.

«¿S-sí?» Utena se puso en alerta nuevamente.

«Por favor, no me llames Minakami-san, me hace sentir como si fuéramos extrañas, por favor… solo dime Sayo, como lo hacen mis amigas.»

«¿Se-segura?» Le preguntó Utena.

«Si, por favor, Utena-sama, dígame Sayo.» La chica de cabello azulado colocó sus manos encima de los de Utena.

«S-si… S-sa… Sayo-san.» Dijo nerviosamente Utena.

«Solo Sayo.» Le corrigió Sayo.

«Sayo…» Dijo pausadamente Utena.

«Gracias, Utena-sama.» Sayo sonrió con un leve sonrojo en sus mejillas.

«Por cierto, Utena-sama ese aparato que usaste fue increíble ¿De dónde lo sacó?» Le preguntó Sayo.

«Bueno, me lo dio la persona que estaba en la recepción, no pude verle bien, solo sus manos con guantes negros, también me dio este otro de aquí.» Le respondió Utena

«¿Qué hace ese control de allí?» Decía intrigada Sayo.

«No lo sé, veamos…» 

Al momento de presionar el botón el cuarto que estaba a oscuras se prendió de repente, una luz azulada intensa.

«¡Haahhhh! ¡OH YEAH! ¡FUCK ME HARD!»

«¡I’M CUMING! ¡I’M CUMINGGG!»

«¡YES MOMMY!» 

Era una pantalla gigante donde estaban emitiendo películas pornográficas de lengua extranjera, chicas con cuerpos exuberantes copulando como animales mientras usaban prendas de neopreno, látigos y juguetes varios, era toda una vista increíble.

«¿HEEEEEEEEEE?» Utena al verlo soltó el control al piso del cuarto.

En la recepción del hotel decía la palabra cerrado, detrás de ella había una figura alargada y estilizada pero que de repente cambió su forma apenas salió del cuarto, adoptó una forma más pequeña, parecida a la de un gato negro, pero algo deforme.

«Creo que Utena y Sayo ya se han hecho más unidas, jejeje, todo va de acuerdo a mi plan.»

En el cuarto del hotel Utena y Sayo estaban recostadas lateralmente viéndose mutuamente, ellas estaban totalmente desnudas y sus manos agarradas y con sus dedos entrelazados.

«Y es por eso que debo cumplir con mi promesa con Kiw… Leopard, no puedo negarme, ella luchó con todas sus fuerzas en nuestra batalla contra la legión de Lord.» Lo dijo Utena algo avergonzada, sabía lo que tenía que hacer, pero aun así se sentía avergonzada, estaba a punto de retirar sus dedos de los de Sayo, pero entonces ella los agarro para apretarlos firmemente.

«¡No me importa!» Lo dijo Sayo firmemente.

«¿Heeeee?» Utena estaba impactada. «Pe-pero ¿Entiendes a lo que me refiero?» 

«Lo sé, no es que me guste la idea, no creas que me engañen, pero…» Sayo estaba mirando hacia otro lado.

«La idea que Utena-sama se vaya un día y se reúna en un hotel de amor con otra chica para quien sabe qué clase de cosas obscenas que vayan a hacer, mientras yo estoy en el templo barriendo las hojas pensando en mi ama, mientras ella se encuentra haciendo toda clase de aberraciones con otra chica.» Lo dijo Sayo quien se encontraba respirando agitadamente cada vez más.

«¿Heeeeeeeee?» Utena estaba totalmente impactada ante lo que veían sus ojos. «¿A Sayo le gusta el NTR?» Detrás de Utena se levantaban unas letras gigantes con las siglas N.T.R.

«Pero…» Los dedos de Sayo dejaron se apretar los de Utena y su voz de hizo más débil. «Puedo aceptar que Utena-sama acose, azote, manosee, humille o le haga toda clase de cosas indecentes a otras chicas, por algo eres Magia Baiser, eso no puedo cambiarlo…» Sayo bajó la mirada.

«Puedo aceptar ser tu amante si es lo que gustas, no quiero monopolizarte para mi sola, pero si por algún motivo alguna chica logra atrapar tu corazón, haciéndote solo de ella, sin darme un pequeño lugar en tu vida… no creo que mi corazón pueda soportarlo…» La mirada de Sayo reflejaba tristeza, confusión y miedo.

«¡NO!» Utena agarró con fuerza los dedos de Sayo. «¡PROMETO QUE NINGUNA CHICA ME HARÁ SOLO DE ELLA!» Utena estaba siendo muy directa. «Es verdad que me gusta azotar, acosar y toquetear otras chicas, pero eso no quiere decir que ellas capturen mi corazón, mi corazón es… ¡ES SOLO TUYO!» La villana lo decía con la mayor seriedad del mundo.

«No hace falta que me lo prometas… como te dije antes… soy feliz con solo ser tu amante…» Sayo ocultaba su rostro, sus hombros estaban temblando, eso era miedo, miedo a la incertidumbre de lo que podría pasar si Leopard llegara a cautivar el corazón de su querida Utena y hacerla solo de ella.

«¡ESO NO PASARÁ!» Utena lo gritó firmemente haciendo que Sayo abriera sus ojos que tenía escondidos. «Leopard es una querida amiga, pero no más que eso, no me voy a enamorar de ella, para eso… solo estas tu.»

«Utena-sama… no tienes que… no tienes que…» Lágrimas se derramaron de los ojos de Sayo, ella ya no podía seguir escondiendo sus sentimientos, era innegable, ella se había enamorado de Magia Baiser, no, de Hiiragi Utena.

«Nunca, Sayo es la única que tengo en mi corazón.» Utena acarició el rostro de Sayo y con uno de sus dedos limpió las lágrimas de su chica.

«Te amo Sayo…» 

«La amo mucho Utena-sama…»

Ambas chicas se dieron un tierno beso, con sus cuerpos totalmente desnudos en la cama del hotel, sabían que habría muchos obstáculos en el futuro, pero si trabajaban juntas ellas podrían sobreponerse a todos ellos.

En un lujoso apartamento se encontraba una chica de baja estatura y pechos enormes, estaba frente a un espejo probando su sexy lencería de color negro, moviendo sus piernas, su vientre, sus pechos, todo para que la chica a la cual iba a conquistar cayera ante sus encantos.

«Utena-chan, en definitiva, en definitiva, vas a caer ante mis encantos y hacerme tu novia.»

-Continuará…