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Ouji-sama593 Articles
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(Fanfic) Mahou Shoujo ni Akogarete: Arcoíris Lunar / Capítulo 21: Una elección complicada

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Nota: Se que el final de este episodio los dejará al filo de sus asientos, he pensado bien en lo que sigue y me estoy por arriesgar en hacer algo que repercutirá en todos los fanfics de MahoAko que he escrito hasta ahora, chicos y chicas muchas gracias por seguirme y disfruten del nuevo capítulo de este drama romántico.

«¿Por qué dejas que me acueste con otra chica aparte de ti?» Utena gritó frente a Sayo quien la veía algo asustada mientras estaba tirada en el piso.

«¿Acaso no te molesta que me vaya a acostar con Leopard?» Utena estaba algo ansiosa, apretaba los puños y los dientes. «Se que me diste la libertad para hacerlo con alguien más, pero, pero, el hecho de que lo tomes tan abiertamente me preocupa.»

«Utena… sama…» Sayo se paró lentamente de donde estaba, después se colocó nuevamente sus bragas.

«Utena-sama ¿puedo serle honesta?» Dijo Sayo mientras estaba parada frente a Utena.

«Si, por favor, hazlo Sayo-chan, dímelo, no puedo soportar esta angustia.» Dijo Utena.

«La verdad es que me pone molesta.» Dijo Sayo lentamente mientras juntaba sus manos en su pecho.

«¿Molesta?» Utena se preguntaba en qué sentido.

«Cuando veo que están juntas, coqueteando, como esa cerda de tetas de vaca se te tira encima, mueve su culo como si quisiera que le dieras con tu fusta, todo eso me molesta…» Sayo empezaba a molestarse.

«¿He?» Exclamó Utena.

«A cada rato se te anda insinuando con su obsceno cuerpo, sé que ella tiene unas tetas y un culo enorme, pero yo también los tengo incluso más grande que ellas.» Sayo se alzó la blusa para mostrar su enorme sostén. «¡¿Acaso te gustan más sus tetas que las mías?!» Sayo estaba algo sonrojada pero igual seguia hablando.

«Claro que estoy enojada, celosa, irritada, al ver como incluso se te tiró encima esta mañana y gritando a los cuatro vientos como te la ibas a coger esta noche.» Sayo repetía rápidamente su discurso mientras Utena se empezó a sentir algo abrumada ante lo que escuchaba, pero entonces algo se le cruzó por la mente.

«¿E-E-ESTA MAÑANA?» Utena acabó de entender lo que dijo Sayo. «¿SA-SAYO-CHAN ACASO SABES QUE ELLA ES…?» 

«¡CLARO QUE LO SÉ!» Gritó Sayo separando sus manos extendiéndola a los lados. «No soy tan idiota, esa enana con tetas de vaca estaba diciendo literalmente lo que te iba a hacer esta noche que justamente estas por hacerlo con Leopard.» Sayo le hacía sombra a Utena quien se cayó de culo hacia atrás, la luz del pasillo era bloqueada por la sombra de Sayo, por primera vez parecía que era Sayo quien estuviera dominando la situación.

«¡Aaaahhhh!» Utena gritó del susto y entonces empezó a hacer reverencias de disculpas en el suelo donde estaba. «¡Lo siento! ¡Lo siento Sayo-chan! ¡Por favor por lo que más quieras no le digas a tus amigas la verdadera identidad de Leopard!» Utena le imploraba clemencia a su chica.

«¡Jum!» Sayo miró hacia otro lado haciendo un puchero. «No hace falta que me lo digas, de todas formas, no lo iba a hacer, sé que ella es importante para ti, pero igual me pone celosa que te la vayas a coger hoy.»

«E-entonces… ¿Quizás debería cancelar mi visita al hotel con ella?» Dijo Utena mientras se rascaba la cabeza.

«¡NO!» Dijo Sayo de repente.

«¿Heeeeeee?» Utena se quedó sorprendida. «¡PE-PE-PERO ESTAS CELOSA! ¿ENTONCES POR QUÉ?» Ella no entendía que mismo estaba pasando.

«¡Me molesta mucho porque vas a tener sexo con ella en vez de conmigo!» Dijo Sayo firmemente. «¡POR ESO QUIERO QUE ME COJAS EL DOBLE DE LO QUE TE LA VAS A COJER HOY!» Gritó la chica bipolar.

«¿He?» La cara de Utena adoptó la forma de un dibujo infantil.

Sayo agarró los hombros de Utena firmemente asustándola.

«Quiero que te la cojas, pero a cambio quiero que me cojas el doble, no, el triple.» Sayo estaba sumamente sonrojada, de repente empezó a babear.

«¡NO ENTIENDO A LAS MUJERES!» Gritó Utena en su mente.

«¿De que tienes tanto miedo?» Le reclamó Nemo a una angustiada Kiwi quien estaba perdiendo el tiempo jugando junto a Korisu.

«¿Mi-miedo yo?» Dijo muy nerviosa Kiwi. 

«No te hagas la muy graciosa, tanto que gritabas a los cuatro vientos que querías llevarte a Utena al motel y ahora andas más asustada que las amigas de Matama luego de escucharla cantar en el karaoke.» Dijo la chica de dientes de tiburón.

«¡OYE NEMO!» Reclamó la cantante de discos rallados.

«Bueno, bueno… es que…» En ese momento Kiwi recordó como en el colegio Utena rechazó tener algo de contacto íntimo, su orgullo como mujer se había herido.

«No sé… que hacer…» Kiwi empezó a recordar ese magico momento donde Baiser le habia electrocutado y luego abrazado.

«Eres la chica más hermosa de este mundo.» Kiwi recordó esas palabras de Baiser, como tocó sus labios mientras acariciaba su cintura bajo la luz de la luna de la base Natch pero luego se le vino a la mente otro recuerdo.

«Lo siento Kiwi-chan…» Esas fueron las palabras que Utena le dijo a Kiwi cuando la apartó de sus brazos, ese rechazo le dejó una pequeña herida en el corazón.

«Quizás, quizás a Utena-chan en realidad no le guste mi cuerpo…» Pensó Kiwi, sus labios empezaron a arrugarse, sentía que alguna mota de polvo se le metió en los ojos. «En realidad no soy una chica linda, quizás nunca he sido hermosa para nadie, Utena-chan solo ha sido amable conmigo, nada más, ella en realidad no quiere nada conmigo, solo soy una chaparra tetona muy fea…» Un cumulo de sentimientos negativos rondaron la mente de Kiwi la cual no paraba de hundirse más, quizás tras esa noche lo que quedaba de su corazón terminaría de quebrarse.

Entonces una pequeña sombra se asomó a Kiwi quien estaba aún arrodilladla jugando a las muñecas, era Korisu quien estaba parada.

«¿Korisu-chan? ¿Pasa algo? ¿Quieres jugar a otra cosa?» Kiwi le preguntaba a la niña la cual tenía en su rostro una expresión como de estar viendo un pedazo de basura.

«patética…» En ese momento Korusu le dio una pequeña pero fuerte cachetada a Kiwi.

«¡AUCH! ¡KORISU TU PEQUEÑA…!» Kiwi estaba por reclamarle a Korisu pero en ese momento la niña hizo una cara de pocos amigos y apuntó con su dedo gordo hacia la puerta de salida donde se supone estaba el cuarto de hotel donde se reuniría con Utena.

«Ko-korisu-chan…» Kiwi pensó por un momento en los buenos momentos que pasó con Utena, como ella le prometió ir al hotel, ella no había roto su promesa, esa noche era su oportunidad de enamorarla, aún tenía una oportunidad.

«¡KORISU-CHAAAAAN!» Kiwi se tiró a abrazar a Korisu mientras lloraba de forma exagerada.

«Ugh, que patética.» Dijo Matama mientras veía aquella vergonzosa escena.

«Mira quien lo dice.» Dijo la chica de inexistentes pechos.

«¡¿Qué estas insinuando?!» La cantante de villancicos satánicos le reclamó a su amante.

«Finalmente estas aquí.» Dijo la criatura con forma gatuna de color humilde.

«Si…» Dijo muy seria Utena. «¿En serio construyeron un hotel en la Base Natch?» 

«Claro que sí, no es la primera vez que lo hago.» Dijo en voz baja.

«¿Dijiste algo?» Preguntó Utena.

«Oh, no, no dije nada.» En la mente de Venalita se le vino la imagen de múltiples hoteles en la ciudad y en otros lugares uno de ellos diciendo «Satisfacción» y el otro «Delicioso»

«¿Entramos?» Pregunto la mascota mágica.

«Si…» Respondió Utena.

Una puerta se abrió lentamente, en ella entraba Utena al cuarto del hotel.

«¿He?» Utena se sorprendió al ver que Kiwi ya estaba dentro mientras adoptaba una forma de meditación. «¿Kiwi-chan?» Utena estaba desconcertada al ver a su hiperactiva amiga haciendo algo totalmente fuera de lo común.

«Buenas tardes, Utena-chan.» Kiwi respondió lentamente mientras se paraba.

«¿Y ese olor?» Utena puro percibir el aroma de incienso en el aire, en una mesa estaba un recipiente con varios palillos encendidos echando humo.

«Gracias por venir Utena-chan ¿Vamos a bañarnos primero?» Dijo una muy calmada Kiwi.

«S-si…» Respondió Utena.

Al momento de entrar ambas chicas lo que se vio era una enorme tina en forma circular con agua hirviendo, en ella había pétalos de rosa flotando.

«¿Te gusta Utena-chan?» Pregunto Kiwi.

«¿He? Ah ¿Sí?» Utena respondió de forma seca, Kiwi se quitó su ropa dejándolas en el suelo.

«¿Nos bañamos antes de meternos a la tina?» Preguntó Kiwi, Utena aceptó agitando su cabeza.

Kiwi ayudó a Utena a quitarse su ropa, lentamente la prenda de Utena caía, Kiwi se la veía tranquila y serena pese a tener el cuerpo desnudo de la mujer que amaba frente suya.

«Hora de bañarnos.» Dijo Kiwi con una dulce sonrisa.

Con una manguera de ducha Kiwi mojó el cuerpo desnudo de Utena, el agua estaba tibia, el olor del incienso estaba también en la ducha.

«Relájate Utena-chan, yo limpiare tu cuerpo.» Kiwi enjabonó lentamente el cuerpo de Utena.

«Hah…» Utena gimió un poco al sentir como sus pechos eran enjabonados por Kiwi quien suavemente desplazaba sus manos por la humanidad de la chica Hiiragi.

«¿Se siente bien Utena-chan?» Preguntó Kiwi.

«S…Si…» Utena sentía una cálida sensación en su cuerpo, en su piel, en sus pechos, eran los dedos resbaladizos de Kiwi los cuales restregaba en sus pezones. «Hah…» Las manos de Kiwi bajaron más y más, ahora estaban en su ombligo.

«¡Hahhh!» Utena sintió algo raro, era su ombligo, los dedos de Kiwi tocaron un punto de su cuerpo que no sabía que tenía esos nervios receptores, una sensación placentera, suave y excitante.

«¡Haaaahhhh…!» Utena gimió más.

«¿Utena-chan? ¿Estas bien?» Kiwi reaccionó, pero luego recobró la compostura al darse cuenta de que cuando introducía su dedo en el ombligo de Utena ella reaccionaba de forma lasciva ¿Acaso había descubierto un punto débil? «Ya veo…» Kiwi sonrió.

«¿K-kiwi…chan?» Utena de pronto sintió que uno de sus pechos estaba siendo enjabonado al mismo tiempo que Kiwi deslizaba sus dos dedos en su ombligo. «¡Haahhhh!» Utena no pudo hacer más que sentir como la estimulaban en ambas partes de su cuerpo.

«Ya casi termino Utena-chan, ya casi, ya casi…» Dijo Kiwi mientras enjuagaba más y más el cuerpo de Utena, pero siempre con un dedo dentro de su ombligo, moviéndolo de adentro hacia afuera, en forma de círculos, de arriba hacia abajo y empujándolo.

«¡KIWI-CHAN! ¡KIWI-CHAAAAN!» Un pequeño gemido se pudo escuchar en el baño.

«¡Hah…! Que bien se siente la cucha después de un buen baño ¿No crees Utena-chan?»  Preguntó Kiwi.

Ambas chicas estaban en la tina caliente con flores flotando en el agua, Kiwi estaba con el rostro brillante y a un lado Utena quien estaba algo cansada por lo que habia pasado.

«¿Sabes Utena-chan? Esta tina antes estaba llena de espuma, pero mejor la cambié por una con agua caliente y pétalos de rosa ya que esta es una ocasión especial.

«¿He?» Utena miró a Kiwi con algo de rubor en su rostro.

«Estaba algo nerviosa, esta mañana fui demasiado asertiva, te pido disculpas por lo que pasó Utena-chan.» Lo dijo Kiwi con un rostro arrepentido.

«N-no hace falta que…» Utena quería responderle.

«No, este, Utena-chan, déjame terminar por favor» La interrumpió Kiwi. «Desde que era una niña mi mamá siempre me dijo que era linda, encantadora, ella siempre me mimó mucho, pero cuando entré en la escuela me di cuenta de que no era así.»

-Flachback-

«¡Jajaja! ¡Soy una gran princesa! ¡Todos ámenme!» Encima del tobogán estaba una niña de cabello claro sonriendo mientras tenía sus manos en sus caderas.

«¿He?»

«¿Qué se cree esa niña?»

Las niñas a su alrededor la veían como si fuera un bicho raro.

«¿Acaso dije algo raro?» Se preguntaba Kiwi quien tenía una tiara de juguete en su cabeza.

-Unos años después-

«¿Una carta?» Dijo Kiwi mientras vio en su casillero aquella carta con un corazón allí, al abrirla decía que se vieran detrás de la escuela.

«¿Qué haces aquí Araga Kiwi?» Preguntó una niña quien estaba con sus amigas.

«No hace falta que finjas, vi tu carta, no me sorprende que te me quieras declarar, soy linda y hermosa.» Dijo Kiwi quien sonreía orgullosa.

«¿De qué hablas? Yo le deje esa carta a Kitamura ¿Qué haces con su carta?» Respondió con rudeza aquella chica.

«¿He? ¿Kitamura?» Kiwi se puso algo nerviosa.

«Si, era para ella, yo jamás le enviaría una carta a una chica tan fea como tú.» Respondió mucho más agresiva la chica.

«Si, eres fea, fea.»

«Te crees hermosa solo porque tienes los pechos un poco más grandes que las otras chicas.»

«¿Te crees una princesa?»

Las chicas se le empezaron a burlas a Kiwi quien no hizo más que agachar la mirada y apretar con su puño la carta que le dieron hasta que no pudo aguantarlo más y se tiró hacia ellas con el puño en alto.

-Regresando al presente-

«Señora Araga su hija se metió en una pelea con otras niñas, no queremos que esto llegue más lejos así que por favor haga que le pida disculpas.» Le dijo la directora a la madre de Kiwi quien ya para esa época era más pequeña que su hija.

«Lo siento mucho directora, mi niña no es así.» Se disculpaba la madre.

En el sillón estaba Kiwi con la cabeza baja sin dejar ver sus ojos.

«Cuando me di cuenta de que en realidad no era ninguna princesa, fue demasiado tarde, le caía mal a las demás chicas de mi escuela, desde entonces dejé esa faceta y me esforcé mucho en mis estudios, si no les caía bien solo debía destacar en todos los ámbitos.» Dijo Kiwi algo sonrojada, pero sonriendo, mientras tanto Utena estaba a su lado con la boca semi abierta.

«Kiwi-chan…» Dijo Utena.

«Me uní a Enormita para ser más linda y popular que Tres Magia… pero cuanto de conocí…» Kiwi tocó la mano de Utena bajo el agua, los pétalos de rosa se movían lentamente en la tina.

«Desde que me dijiste que era la chica más linda, ya no hizo falta buscar la aprobación de más chicas, solo quiero ser la más linda del mundo para ti.» Lo dijo Kiwi sonriendo mientras apretaba su mano encima a la de Utena.

Kiwi y Utena estaban frente a la cama del hotel el cual tenía también pétalos de rosa en ella, el olor del incienso hizo que el corazón de Utena empezara a latir más, su sonrojo aumentaba y sentir otra clase de cosas.

«Kiwi ha sido muy amable conmigo, ella incluso me ha contado cosas que nunca le contaría a alguien más.» Reflexionaba Utena mientras tenía su mano en su pecho.

«Utena-chan.» Dijo Kiwi rompiendo el silencio, ella movió su rostro hacia un lado viendo a Utena. «No haré nada que tu no quieras.» 

«Kiwi-chan ha hecho tanto por mí, tiene un hermoso cuerpo, es muy inteligente, cualquier chica estaría contenta de ser su novia, no sé cómo esas idiotas de su escuela se metieron con ella, pero ahora, ahora ella es…es…» Utena reflexionaba en su mente, cada vez su corazón latía más y más, lo que estuviera a punto de hacer ahora sería un punto de inflexión.

En ese momento Utena se tiró a la cama.

«¿Utena-chan?» Kiwi estaba algo desconcertada.

«Abrázame Kiwi-chan.» Utena extendía sus brazos hacia Kiwi invitándola a entrar a la cama con ella.

Esa noche ambas chicas harían algo que cambiaría sus destinos para siempre, pero no sabían que a lo lejos en la base Natch había una persona misteriosa encapuchada esperando a hacer su movimiento.

-Continuará…

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