Utena y Kiwi yacían sentadas frente a Minakami Sayo quien se la veía algo apenada mirando hacia un lado.
Las camareras del restaurante usaban trajes de maid, llevaban los pedidos de sus clientes a sus asientos, una de ellas se paró en la mesa de nuestras protagonistas.
«Buenos días queridas amas ¿Qué van a ordenas?» Preguntó la maid.
«Yo quiero un parfait de fresa y vainilla.» Dijo inmediatamente Kiwi.
«Pediré un te helado si no es mucha molestia.» Pidió pasivamente Utena.
«Yo… un café por favor.» Dijo Sayo con voz baja.
«Entendido, esperen por favor queridas amas, ya regreso.» La maid les sonrió y se retiró de la mesa.
«Sayo ¿Acaso no estas muy callada? ¿Pasó algo?» Preguntó Kiwi mirando de reojo a Sayo quien utilizaba un conservador vestido largo de color verde con partes de color crema.
«Yo, este, estoy bien, es solo que…» Sayo seguía respondiendo algo avergonzada.
«Oye, oye, nos tomamos la molestia de venir acá como planeamos antes, no nos hagas sentir incomodas en esta situación.» Kiwi protestó.
«Calma Kiwi-chan.» Utena trató de calmar a su pareja. «Sayo-chan, no tienes que sentirte incomoda con nosotras, ya no somos enemigas.» Utena le dio una sonrisa nerviosa a Sayo.
«Utena-sama…» Sayo miró con ojos tristes a Utena.
«¿Heee? Le estás haciendo muchos ojitos a mi noviecita.» Kiwi abrazó a Utena de forma posesiva.
«¡N-no! Yo respeto ahora su relación, ahora sería incapaz de hacer algo que las separara.» Respondió Sayo ante las protestas de Kiwi.
«Entonces Sayo-chan cuéntanos ¿te pasó algo?» Preguntó Utena mientras era abrazada por Kiwi.
«Listo, aquí tienen sus órdenes queridas amas.» La maid trajo los pedidos de las chicas con gran alegría.
…
«Aún no me perdono por lo que les hice a todas hace algunos años, mi comportamiento egoísta hizo que actuara de la peor forma y aún no me lo perdono.» Dijo Sayo mirando hacia su taza de café.
«Pero eso fue hace muchos años.» Dijo Utena luego de sorber un poco de su té helado mientras Kiwi comía con mucho deseo su Parfait.
«Lo sé, pero aun así me siento algo culpable, la verdad es que he tenido un sueño bastante horripilante, uno donde me convertía en un monstruo y destruía todo a su paso, les hice daño a ti, a Kiwi-san, a Kaoruko, a Haruka y a las demás.» Sayo empezó a limpiar sus ojos con un pañuelo que tenía a mano.
«¿Un monstruo?» Preguntó Utena quien miró su mano mientras imaginó varias cosas de su pasado, una donde ella era un ser maligno que contagiaba a quienes la rodeaban para que la adoraban.
«Hahhh… que rico estuvo este Parfait.» Dijo Kiwi luego de dejar caer la cuchara en el tazón de su dulce. «Bueno ya estoy satisfecha, pero Sayo-chan lo pasado está en el pasado.» Se paró Kiwi señalándola con su dedo.
«Luchaste, perdiste y aceptaste que Utena-chan es mi novia, eso para mí es lo importante.» Lo dijo Kiwi quien miraba con determinación a Sayo.
«Kiwi-san…» Sayo se quedó viendo admirada la actitud de su antigua rival del amor.
«Kiwi-chan.» Utena miró con orgullo a su pareja. «Tienes razón.» la chica se paró suavemente de su asiento, la pareja de novias miró a Sayo y dieron una pequeña sonrisa.
«¿Se lo mostramos Kiwi-chan?» Dijo Utena quien miró a su novia con una sonrisa coqueta.
«Cuando quieras Utena-chan, yo siempre te seguiré a donde quieras además se trata de Sayo.»
«¿Mostrarme algo?» Sayo estaba algo confundida.
…
…
…
«¿Utena-sama? ¿Kiwi-san? ¿A dónde me llevan?» Preguntaba Sayo quien por algún motivo tenía sus ojos vendados.
«Es una sorpresa, así que sigue caminando.» Le respondió Kiwi.
«Ya vas a ver Sayo-chan, ya casi llegamos.» Respondió también Utena.
Sayo sentía que la guiaban tomándola de sus manos, caminaron algunos minutos escuchando el sonido de los autos, de las personas, pararon algunos segundos hasta escuchar el sonido de los semáforos hasta que se detuvieron en cierto lugar.
«¿Dónde estamos?» Sayo preguntó con algo de nerviosismo.
«Solo un poco más jejeje.» Respondió Kiwi riéndose.
Sayo pudo escuchar el sonido de un elevador abriéndose y cerrándose hasta que se detuvo, las puertas se abrieron nuevamente y caminaron unos cuantos metros, pudo escuchar una puerta abrirse y cerrarse.
«Bien, ya llegamos.» Dijo Utena.
«¿Llegar a dónde?» Sayo estaba muy nerviosa.
«Aquí.» Kiwi le quitó el vendaje de los ojos de Sayo.
Era una habitación de color rojizo con iluminaciones purpuras, había una enorme ventana que daba una vista preciosa de toda la ciudad, aún era de día pero se podía ver como el cielo se estaba enrojeciendo avisando de la proximidad del atardecer.
«¿Un hotel?» Sayo miró atónita a donde la habían llevado ambas chicas hasta que de repente sintió a alguien quien se puso por detrás de ella.
«¡Kya!» Sayo sintió como le habían agarrado sus pechos.
«Sayo-chan debo admitir que tienes unos pechos enormes.» Era Kiwi quien la estaba agarrando por detrás.
«¿Ki-kiwi-san?» Sayo estaba tan sorprendida que no sabía que responder.
«Sabíamos que aún estabas deprimida por lo que pasamos hace un par de años y aún no te lo perdonas, por eso discutí con Kiwi-chan para planear traerte aquí con nosotras.» Respondió Utena mientras sacaba de su bolso algunos objetos bastante creativos para su placer.
«¿Traerme aquí? Pe-pero si yo quise separarlas, no merezco esta consideración suya.» Sayo le respondía a Utena mientras Kiwi le seguía agarrando los pechos y al mismo tiempo le lamia el cuello, esa estimulación hizo que comenzara a babear inconscientemente.
«Esta no es consideración, es castigo.» Utena se colocó un antifaz mientras sostenía una fusta.
…
«Hmmmm» Sayo quería gemir, pero tenía su boca tapada por una bola de plástico oscura con algunas aberturas que dejaban salir su baba.
«Sayo-chan fuiste muy mala con nosotras en el pasado, mereces un fuerte castigo.» Dijo Utena mientras Sayo estaba arrodillada en medio de la cama, sus manos estaban atadas y levantadas hacia arriba gracias a una cuerda sostenida por un tubo especialmente hecho para la ocasión en la cama.
«¡Hmmmm! ¡Hmmmm!» Sayo giraba su cara de un lado hacia el otro diciendo que no, ella estaba en ropa interior, una lencería de color blanco con adornos azules en ella.
«Trataste de alejarme de Kiwi-chan hace dos años, la desafiaste a una pelea por mi corazón ¿No es así? ¡Responde!» Utena le dio un fuerte golpe en sus pechos.
«¡HMMMMM! ¡HMMMMM!» Sayo sentía el golpe de la fusta de Utena en sus pechos, de izquierda a derecha.
«Eras la chica mágica que más admiraba, pero solo eras una perra ninfómana que le excita que la maltraten ¡Responde!» Utena golpeó la mejilla de Sayo con su fusta, luego de dio otros golpes a los pechos y piernas de la antigua chica mágica.
«¡Hmmmm! ¡hmmmmmmm! ¡hmm…!» Los ojos de Sayo se llenaron de lágrimas mientras sus mejillas estaban totalmente sonrojadas, cada golpe encendía su cuerpo, era la sensación que ella tanto adoraba, pero no se sentía merecedora de tal castigo.
La antigua chica mágica dejó de recibir golpes, ella seguía arrodillada en medio de la cama y sus manos levantadas por la cuerda, de su bola en la boca salía mucha de su saliva, su cabello estaba hecho un desastre, pero se sentía tan extasiada que su entrepierna le empezó a picar, quería sentir más placer allí.
«Kiwi-chan es tu turno.» Dijo Sonriendo Utena mientras miraba hacia el otro lado de la habitación.
«Gracias Utena-chan, no voy a permitir que Sayo-chan se quede con toda la diversión.» Kiwi salió de la puerta del baño con una ropa de cuero ajustada que dejaba sus piernas y brazos totalmente expuestos pero lo que más sobresalía de su cuerpo era un objeto alargado y negro.
«¿Hmmm?» Kiwi al ver a la novia de su amada vistiendo aquello sabía lo que le iban a hacer, trató de liberarse, pero no podía, miró a Utena mientras derramaba lágrimas.
«Tranquila Sayo-chan, le he enseñado muy bien a Kiwi-chan, ella siempre ha deseado ser la dominante por lo que le dije que si lo hacíamos contigo ella seria la que tomaría la iniciativa.» Le explicó Utena mientras acariciaba la mejilla de Sayo.
«Muy bien, aquí voy.» Kiwi se puso detrás de Sayo bajándole su panty la cual estaba totalmente empapada dejando un hilo de su jugo de amor a la vista.
«Cuando quieras Kiwi-chan.» Utena le dio vía libre a su novia.
«¡Aquí voy!» Kiwi le introdujo aquel objeto en la intimidad húmeda de Sayo lentamente, con suavidad para que su cosa entrara dentro de la chica masoquista.
«¡Hmmmmmmmmmmm!» Sayo dio un gemido potente mientras estiraba su cara todo lo que podía al sentir tremenda sensación dentro suya.
«Así se hace Sayo-chan, siente, siente la cosa de Kiwi-chan dentro tuya, ella quiere que lo sientas toda, vamos, vamos.» Utena agarró las mejillas de Sayo mientras sonreía maliciosamente al ver a la antigua chica mágica gimiente y derramando lagrimas de placer al ser penetrada por Kiwi.
«¿Lo estoy haciendo bien Utena-chan?» Preguntó Kiwi mientras seguía penetrando por detrás a Sayo.
«Lo estás haciendo muy bien mi amor.» Le respondió Utena mientras agarraba el rostro de Sayo con sus manos para restregarla en sus propios pechos que no eran muy grandes, pero si muy calientes.
«Utena-chan quiero mi recompensa, dámelo, dámelo.» Kiwi se lo pedía a su novia mientras seguía penetrando a Sayo.
«Claro que sí, ven acá Kiwi, ven para darte tu recompensa.» Utena alzó su dedo llamando a su novia.
Utena y Kiwi se dieron un lujurioso beso primero chocando sus húmedas lenguas para luego chocar sus labios, sus sabores dulces se intercambiaban mientras Sayo estaba en medio de ambas chicas sintiendo como Kiwi la tenía penetrándola en su útero y Utena tenía sus tetas pegadas en su cara.
«¡HMMMMMMM!» Sayo dio un potente gemido de placer, sus jugos de amor salieron salpicado de su coño, Utena y Kiwi podían sentir el cuerpo de Sayo convulsionando, pero ellas seguían en lo suyo intercambiando sus sabores en la boca.
…
…
…
En la preciosa vista en el cuarto del hotel casi llegaba la noche, apenas se podían ver unas nubes rojizas mientras las estrellas empezaban a bañar la noche.
En la cama estaban las tres chicas, Utena estaba sentada en la cama totalmente desnuda bebiendo una botella de agua mientras Sayo estaba lamiendo su coño, sus manos seguían atadas, pero ahora detrás de su espalda mientras que por atrás Kiwi también estaba sin ropa, pero con su strap on aún puesta penetrando a la chica de cabello azulado.
«Buena chica Sayo-chan, sigue lamiendo el coño de tu ama mientras Kiwi-chan te sigue penetrando por detrás.» Le respondió Utena mientras le tiró un poco de agua de su botella en su cabeza.
«S-si ama, estoy tan feliz de que me convirtieran en su perrita.» Respondió Sayo con sus ojos en forma de corazón, su lengua seguía conectada al coño de Utena con un hilo de saliva.
«Oigan no se volvían de mí.» Kiwi contra atacó metiendo sus manos bajo el cuerpo de Sayo agarrando sus pechos y penetrándola aún más con su strap on.
«¡Haaahhhhhhhh! ¡Puedo sentir a Kiwi-sama dentro de mi húmedo coño!» Respondió Sayo mientras sus labios se juntaban y su lengua seguía afuera.
«¡Me corro de nuevo! ¡Me corro de nuevo! ¡Tómalo Sayo-chan!» Utena se masturbó su coño tan placenteramente con sus dedos y gracias a las lamidas de Sayo hizo que alcanzara el orgasmo, de su coño salió todo su jugo de amor que empaparon por completo el rostro de Sayo.
«Hah… hah… hahh…» Sayo apenas y podía respirar por todo el jugo de amor de Utena que le cayó en su cara.
«Utena-chan, parece que Sayo también se corrió otra vez.» Le dijo Kiwi a su novia mientras retiraba su strap on del coño de la chica de cabello azulado.
«Hiciste un gran trabajo Kiwi-chan.» Felicitó Utena a su novia.
«¿Sayo-chan?» Preguntó Utena al ver a la antigua chica mágica sin reaccionar.
«Creo que fuimos muy duros con ella.» Dijo Kiwi al ver el cuerpo tan violado de Sayo pero con una gran sonrisa en su rostro.
«Gracias Kiwi-chan por acceder a mi petición tan egoísta.» Utena le tomó de las manos a su novia Kiwi.
«Sabes que haría cualquier cosa por ti Utena-chan, además el cuerpo de Sayo me encanta también y pude ser la dominante, fue un tres por uno.» Le respondió Kiwi mientras sonreía a su pareja.
«Te amo Kiwi-chan, eres la mejor novia del mundo.» Utena tomó de la cintura a su amada.
«Utena-chan, gracias por permitirme ser tu novia oficial, mi corazón siempre será tuyo.» Re respondió Kiwi sonrojada.
Ambas chicas se besaron tiernamente iluminadas por las luces de la ciudad mientras a un lado de ellas estaba Sayo desnuda satisfecha ante lo que le hicieron ambas villanas.
…
…
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Al abrir los ojos Sayo pudo ver que estaba en medio de las tetas de dos chicas, eran Kiwi y Utena quienes dormían en la misma cama que ella.
«Utena-sama… Kiwi-sama…» Sayo se cubría su rostro avergonzado con las sábanas.
«No merezco que me compartan su felicidad tras todo lo que les he hecho.» Sayo sonreía, pero al mismo tiempo derramaba unas lágrimas.
«No digas tonterías ¿Quieres que te de otra cachetada?» Era Kiwi quien estaba a un lado haciendo un puchero.
«Tranquila Kiwi-chan, ella solo está algo avergonzada.» Calmó Utena a su novia.
Ambas chicas bajaron sus rostros para estar a la par de Sayo.
«¿En verdad está bien que este con ustedes? ¿No interferiré en su relación?» Dijo avergonzada Sayo.
«No hay problema, después de todo eres nuestro juguetito.» Utena tomó la barbilla de Sayo para acercarla a su rostro y besarla. «Hmmmm…»
«Mientras respetes tu lugar como nuestro juguetito y yo como la pareja de Utena-chan, no me importaría que te nos unieras de vez en cuando.» Le respondió Kiwi mientras agarró también el rostro de Sayo para darle un beso, pero al mismo tiempo manosear una de sus enormes tetas.
«Gracias, gracias, gracias, Utena-sama, Kiwi-sama, prometo portarme bien esta vez.» Sayo lloraba de felicidad mientras sus amas se comenzaron a poner encima de ella para continuar copulando en toda la noche que les quedaba.
«Pagué por el cuarto para toda la noche así que divirtámonos.» Le dijo coquetamente Sayo.
«Si mi novia Kiwi lo desea, vamos a por la quinta ronda.» Utena lo dijo mientras abría las piernas de Sayo para volver a comérsela.
…
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«Acabo de hacerme el examen y mis resultados salieron de que soy una omega.» Dijo Sayo mientras caminaba agarrada de ambas manos por Kiwi y Utena.
«¿En serio? ¿Por qué no me sorprende?» Kiwi respondía juguetonamente mientras sonreía.
«¿Y ustedes que respuestas les salió?» Preguntó Sayo.
«Bueno de hecho eso vamos a ver ahora.» Le respondió Utena cuando todas las chicas se detuvieron frente a una clínica privada.
«¿Te gustaría que Utena-chan sea una alfa? Así podría ella embarazarte si la dejara.» Le dijo de forma burlona Kiwi a Sayo.
«N-no… ¿Por qué dice eso? No quiero interferir otra vez entre ustedes.» Sayo dijo avergonzada.
«Tranquila chicas, ya es hora, Sayo-chan muchas gracias por acompañarnos hasta ahora.» Le dijo Utena a la chica de cabello azul.
«La agradecida debería ser yo, les deseo mucha suerte, chicas, aunque no estudiemos en el mismo instituto les deseo lo mejor a ustedes.» Sayo siguió su camino mientras Utena y Kiwi entraron a la clínica donde les darían las respuestas que necesitaban para saber si ambas eran compatibles para tener hijas, ser alfa, omega o beta.
«Vamos Kiwi-chan.» Dijo Utena mientras sostenía la mano de su novia.
«¡Siii!» Kiwi la seguía con determinación.
– Continuará…