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(Fanfic) Mahou Shoujo ni Akogarete: Pasión explosiva / Capítulo 17: Secuelas de una guerra

Nota: Iniciamos un nuevo arco argumental, algo más calmado tras tanta luz, fuego y destrucción, de seguro ya muchos saben la conexión que hay entre Arcoíris Lunar y Pasión Explosiva, espero les guste chicos y muy pronto esta obra tendrá ilustraciones gracias al genial artista LILIK.

La ciudad nunca antes había experimentado tal grado de destrucción, aunque el daño se concentró en los exteriores eso no evitó que las personas quedaran horrorizadas ante lo que veían sus ojos.

Los noticieros. de todas las televisoras informaban a los televidentes sobre las enormes explosiones que se sintieron en la noche anterior, helicópteros y drones mostraban la enorme destrucción y sin olvidar de los testimonios de los monstruos que hubo el día anterior.

La ciudad se llenó de nieve pese a ser verano, monstruos oscuros y viscosos con cuernos aparecieron destruyendo todo, pero de repente estos desaparecieron, los rumores sugerían que fue gracias a las chicas mágicas que lucharon contra aquel ataque, pero lo que no sabían es que fue en realidad una chica mágica quien lo provocó.

«¡Es culpa de Enormita! ¡Estoy segura!»

«Hah… de seguro fue Tres Magia quienes nos salvaron, muchas gracias.»

«Una chica mágica voló sobre mí y voló un monstruo con su rasho laser» 

Eran testimonios que se podían leer en redes sociales que leyó una chica con varios vendajes, era Kiwi quien estaba al lado de una cama, en ella estaba Utena quien yacía también llena de vendajes.

«Malditas chicas mágicas, ellas causaron esto y las personas nos echan la culpa.» Kiwi apretaba los dientes.

«Utena-chan, por favor despierta.» Decía Kiwi al ver con ojos tristes a su novia, ha pasado una semana desde que no despierta.

En medio de una penumbra se encontraba Utena con su ropa de colegio, varias manos alargadas, negras y viscosas la querían agarrar por todos lados, ella corría, pero era imposible escapar.

«¡Déjame ir! ¡Quiero irme!» Gritaba Utena quien seguía corriendo en medio de esa oscuridad, pero las manos las seguían persiguiendo hasta que chocó con alguien, alguien de cabello azulado.

«¿Azul?» Utena respondió asustada.

«¿pOr QuE mE aBaNdOnAsTe? yO tE aMaBa…» Azul la agarró con sus tentáculos y con un poderoso beso calló su grito.

«¡HMMMMM!» Utena sentía como un líquido negro la estaba consumiendo hasta que la chica mágica corrupta dejó de besarla, pero ya no era Utena sino «La Flor de la Lujuria»

«¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!» Baiser reía a por montones mientras que de sus ojos salían lágrimas negras y entonces con sus garras agarró el cuello de Azul quien solo gemía de placer.

«¡UTENA-CHAN! ¡UTENA-CHAAAAAN!» Un grito venia desde abajo, era alguien pequeña, con pechos enormes y una voz muy chillona, era su novia Kiwi.

«¿Kiwi…chan?» Baiser miraba a su pareja, soltó el cuello de Azul la cual se esfumó como el viento.

«Kiwi-chan… ayúdame… no quiero seguir así…» Baiser aterrizó cubriendo sus ojos de lágrimas negras.

«Utena-chan, puedes compartir tu dolor conmigo, te amo, siempre te amaré porque eres mi Baiser-chan.» Kiwi tomó los hombros de su novia quien retiró sus manos de sus ojos.

Ambas chicas estaban a punto de besarse, pero entonces.

«¿Te gusta ser una chica mágica?» Era Venalita quien reemplazó a Kiwi para besarla.

«¡AAAAAAHHHHHH!» Utena despertó de la cama del hospital, era de día, las luces del sol pasaban por las persianas de la ventana.

«¿He? ¿No está Venarita?» Utena sacaba su lengua por el asco que aún sentía por lo que soñó. «¿Dónde estoy?» 

«Utena…chan…» Se pudo escuchar el sonido de un celular cayendo al suelo, era Kiwi quien entró a la habitación.

«Utena-chan, Utena-chan, Utena-chan… ¡UTENA-CHAAAAAN!» Kiwi se tiró sobre la cama donde estaba Utena. 

«¡ESTABA TAN PREOCUPADA POR TI UTENA-CHAN! ¡ESTUVISTE UNA SEMANA INCONCIENTE Y LAS DOCTORAS NO SABIAN QUE TE PASABA!» Kiwi lloraba de la alegría de ver a su novia de nuevo consciente.

«¿U-UNA SEMANA?» Utena estaba totalmente sorprendida ante lo que escuchó.

«Tengo que llamar a mi suegrita para contarle que ya estas despierta.» Dijo con una sonrisa entre lágrimas Kiwi mientras recogía su celular del piso.

«¿Suegri…ta? ¿MAMÁ?» Utena se sorprendió ante lo que escuchó aún más de haber descubierto que estuvo una semana en cama.

En el comedor del hospital estaban Utena, Kiwi y frente a ellas sus madres.

«Utena-chan estoy tan feliz que hayas despertado.» Lo dijo la señora Hiiragi mientras se limpiaba las lágrimas.

«¿No es maravilloso? Mi querida hijita Kiwi estuvo acompañándote todo este tiempo, se nota que te ama mucho.» La versión loli de Kiwi también se limpiaba con un pañuelo sus lágrimas de felicidad.

«Mamá, por favor, me estas avergonzando.» Dijo Utena sonrojada.

«¡SOY TU MADRE! ¡POR SUPUESTO QUE ESTABA PREOCUPADA!» La madre de Utena la reprendía sin vergüenza frente a todas.

«¡S-si!» Utena reaccionó como soldado.

«Cuando supimos que se vieron envueltas en la pelea entre Enormita y Tres Magia nos preocupamos mucho, afortunadamente mi querida hijita Kiwi siempre estuvo a tu lado y te trajo al hospital, debes estar muy agradecida de tener a una prometida así.» Dijo la Kiwi de bolsillo quien estaba sentada encima de unos libros para que ella alcanzara a ver sobre la mesa.

«¿Pro-prometida?» Utena no entendía.

«Si, de hecho, quería hablar de eso cuando llegaras a casa, pero ya que estamos todas puedo anunciarlo oficialmente.» La madre de Utena se acomodó los lentes.

«Utena-chan, tenía mis dudas después de descubrirlas juntas en.… un momento íntimo, pero tras discutir con la señora Araga y ver lo que hizo Kiwi por ti he decidido que… aceptaré tu relación con Araga Kiwi para que sea tu novia y futura esposa.» Dijo la señora Hiiragi mientras apoyaba sus codos en la mesa, entrelazaba sus dedos y sus lentes brillaban por la luz de la sala.

«¡¿CA-CASARNOOOOOOOOS?!» Utena se sorprendió tanto que se paró de la mesa mientras Kiwi la estaba abrazando.

«Cuidaré muy bien de su hijita y tendremos muchas bendiciones.» Kiwi sonreía al abrazar a su futura esposa.

«¡STOP, STOOOP!» Dijo la madre de Utena.

«Nada de bendiciones hasta terminar sus estudios.» Dijo seriamente la señora Hiiragi.

«¿Heeee? ¿Por qué no? Mi madrecita me tuvo casi a esta edad.» Dijo Kiwi mientras inflaba una de sus mejillas.

«Lo sé, pero eran otros tiempos, no quiero que mi hija ande de madre luchona mientras sigue asistiendo al colegio.» Dijo firmemente la señora Hiiragi cruzando sus brazos.

«Lo siento Kiwi-chan, ya le dije a la señora Hiiragi que si se embarazaban ustedes el dinero no sería problema, pero ella tiene su orgullo.» La madre de Kiwi sonreía mientras guiñaba un ojo.

«¿Oíste Utena-chan? Tendremos aún que esperar algunos años antes de que me embaraces, pero aun así cuida muy bien de mí.» Dijo Kiwi a su novia para después darle un tierno beso en la mejilla.

«¡Pe-pero… PERO NO DECIDAN TODO SIN MI CONSENTIMIENTO PRIMERO!» Utena gritaba en su mente ante todas las revelaciones que tuvo en unas pocas horas.

– Unos días después –

Debido al incidente que hubo hace unos días las clases se suspendieron, pero tras recuperarse parcialmente la ciudad las clases de reanudaron.

«Buenos días, Utena-chan.» Kiwi saludó a su pareja mientras caminaban camino a clases.

«Buenos días, Kiwi-chan.» Utena saludó a su novia.

«¿Puedes darme un besito de buenos días?» Dijo tímidamente Kiwi apuntando a su mejilla.

«C-claro…» Utena acercó sus labios a la mejilla de Kiwi para darle un tierno beso, pero apenas lo hizo.

«Utena-chan te amo» Kiwi se lo dijo a Utena quien en ese momento sintió una gran lujuria explosiva dentro de ella, arrinconó a Kiwi a una pared bajo la sombra del día para darle un intenso beso en sus labios mientras introducía su lengua, al mismo tiempo sus manos agarraron el trasero suave y redondo de su novia apretándolo con la misma intensidad.

«¡Hahhh! Utena-chan si, así me gusta, dame más duro.» Utena manoseaba pervertidamente el trasero de su novia mientras lamia su cuello y sus ojos se volvieron en forma de estrellas.

«¿Ustedes vieron a esos monstruos cornudos también?» Dijo una chica a sus amigas mientras caminaban a un lado del camino cerca de donde estaban Utena y Kiwi quienes inmediatamente dejaron de rozar pervertidamente sus cuerpos.

«Ufff, casi nos agarran Utena-chan, jeje.» Dijo Kiwi arreglando su uniforme.

«Cierto, más tarde me gustaría pasar por tu casa Kiwi-chan.» Utena rozó su mano por detrás de la falda de Kiwi introduciendo sus dedos por encima de la tela en la entrepierna de Kiwi.

«¡Hahhh! U-utena-chan, últimamente has estado muy hambrienta.» Kiwi gemía de placer al sentir como su novia deseaba su cuerpo con tanta lujuria.

«Siempre Kiwi.» Utena sonreía mientras una pequeña mancha negra se podía ver en sus ojos el cual se movía.

Las chicas llegaban a clases poco a poco entre ellas Utena y Kiwi, muchas de las chicas hablaban de como estuvieron sin clases durante varios días cuando de repente entraron el trio de chicas con cabellos de colores, eran Sayo, Haruka y Kaoruko.

«Utena-chan, es ella.» Kiwi le advirtió a su novia.

«Si…» Utena vio a Sayo quien saludaba a todas las chicas del salón y cuando se cruzó con Utena.

«Buenos días Hiiragi Utena.» Sayo la saludó como si nada para irse a su pupitre.

«¿Buenos días? Lo dice como si hubiera sido nada…» Kiwi miraba con mucho desprecio a Sayo al ser la responsable de casi matarlas al igual que a media ciudad.

«Muy bien chicas ya es hora de clases, tuvieron vacaciones forzadas así que atiendan ya.» La maestra llegó a dar clases.

«Como muchas sabrán la ciudad sufrió su más poderoso ataque por parte de la organización maligna de Enormita, pero gracias a Tres Magia fuimos salvadas.» La maestra mostró en la pizarra del salón unos dibujos feos de lo sucedido.

«Unos monstruos aparecieron en medio de una tormenta de nieve en pleno verano, las chicas mágicas lucharon fieramente contra ellos y los vencieron.»

«Hubo una enorme destrucción a las afueras de la ciudad donde hubo la batalla definitiva donde lograron triunfar, la ciudad sufrió mucho, muchas infra estructuras fueron parcialmente destruidas, pero de repente al día siguiente chicas mágicas de diferentes ciudades aparecieron junto a un ejército de pequeños golems para ayudar a repararlas.»

«¿Nuevas chicas mágicas?» Dijo Kiwi sorprendida a su novia.

«Kiwi-chan creo que se refiere a.…» Utena quería responderle, pero la maestra se les adelantó.

«Así es, las nuevas heroínas de la ciudad, ellas son LAS SHIO-CHAN» Dijo la maestra orgullosa.

«Las nuevas heroínas de la ciudad…» Dijo Utena mientras veía un cartel que pegó la profesora con la imagen de las Shio-Chan.

De la mente de Utena aparecieron imágenes de la pelea, como ella fue atravesada por la espada de Imitatio y frente a ella Azul.

«Agh…» Utena sintió un dolor en el estómago.

«¿Hiiragi-san?» La profesora se dio cuenta.

«Profesora, Utena-chan se siente mal ¿Puedo llevarla a la enfermería?» Dijo Kiwi a la profesora.

«Está bien, tengan cuidado.» La profesora les dio permiso.

«Utena-chan ¿Aún te duele?» Kiwi estaba al lado de su novia en la enfermeria.

«Parece solo ser algo de indigestión, debería estar bien por el momento, oh disculpen tengo que ir a una reunión, por favor Kiwi-chan cuida de Utena-chan.» La doctora salió de la enfermería.

«¿Utena-chan? ¿Ya te sientes mejor?» Kiwi estaba preocupada de su pareja quien estaba durmiendo.

«¿Utena-sama? Utena-sama, ¡UTENA-SAMA! uTeNa-SaMa…» Eran palabras de Sayo y Magia Azul corrompida que resonaban en la mente de Utena.

Utena estaba desnuda llorando de la impotencia arrodillada en el piso hasta que unas manos la rodearon, era una versión corrupta de ella misma quien sonreía maniáticamente.

«Nadie puede poseerte, solo yo.»

Unas manchas negras se formaron en el cuello de Utena fuera de la vista de Kiwi.

«¿Utena-chan?» Kiwi se sorprendió al ver que su mano era agarrada por Utena quien estaba sudando un poco.

«Kiwi-chan…» Utena abrió los ojos con una sonrisa coqueta.

Pasaron unos pocos minutos desde que la doctora salió de la enfermería, la cama donde estaba Utena era rodeada de unas sabanas, dentro de ella se podían ver unas siluetas y al mismo tiempo unos gemidos.

«¡Hahhh! ¡Utena-chan! ¡Mi clítoris!» Era Kiwi quien estaba recostada en la cama mientras Utena estaba encima de ella succionando sus enormes y esponjosas tetas mientras su coño era penetrado por los dedos de su novia.

«¡Me corro! ¡Me corro!» Kiwi alzó su pelvis mientras una pequeña cantidad de jugo de amor salía de su intimidad mojando la sabana de la cama.

«¡Hmmmm!» Utena besaba los labios de su novia hasta cortarlo y dejar un hilo de saliva.

Ambas chicas yacían recostadas en la cama, Kiwi con sus tetas al aire y su panty a la mitad de sus piernas mientras al lado Utena lamia los dedos que usó para penetrar a su novia. 

«Utena-chan ¿No estas aún delicada luego de salir del hospital? ¿Como le haces para tener tantas canas?» Dijo Kiwi volteando su cara para ver a su novia.

«Bueno, no puedo desperdiciar a mi sexy novia.» Utena volteó su rostro para ver a Kiwi sonriendo.

«jeje, no me estoy quejando, solo me preocupa tu salud.» Kiwi se sonrojó mientras hacia una sonrisa bobalicona.

«¡Hah!» Kiwi gimió al sentir una de sus tetas ser apretada por su pareja.

«Tienes un cuerpo delicioso Kiwi, no puedo resistirme a devorarte.» Utena lamia el pezón de su novia.

«¿O-otra ronda más?» Kiwi se sorprendió al ver como su novia se puso sobre ella.

Durante el transcurso de varios minutos más la cama de la enfermería se encontró tambaleando, las sábanas mojándose con los fluidos de ambas chicas, Kiwi gemía del placer mientras agarraba las sábanas de la cama y mirando hacia otro lado, Utena encima de ella penetrándola con sus dedos, sudando y sonriendo y en sus pupilas adoptaban la forma de unas estrellas doradas de formaron y al mismo tiempo sus manos adoptaban un color más oscuro.

En la puerta de la enfermería se encontraba alguien escuchando todos esos gemidos de amor, una chica de cabello azulado quien escribía un mensaje de texto en su móvil y le dio a enviar, el mensaje llegó a su destino y quien lo leyó era una criatura gatuna voladora de color… blanco.

«Ya veo, ya ha comenzado…» La criatura de color privilegiado guardó el teléfono móvil.

«Será mejor que actuemos rápido antes de que todo empeore, ahora ¿Qué haremos contigo Sayo-chan?» Al lado de Vatz se encontraba encadenada una chica de cabello azulado y en su cuerpo totalmente cubierto por talismanes al estilo japones.

– Continuará…