Nota: Gracias a todos por ver mis directos en twitch ( www.twitch.tv/ouji_sama) escribiendo el nuevo capítulo de «Pasión Explosiva», en este nuevo capítulo introduciré a un nuevo personaje, espero que les guste y puedan captar las referencias a mis otros fanfics ;D
En el capítulo anterior de Pasión Explosiva vimos como el nuevo trio de chicas mágicas, Las Shio-Chan, reflexionaban sobre sus hazañas con especial énfasis en Imitatio, Vatz le explicó sobre la «Plaga Noir» a una Kaoruko la cual perdió un brazo y por último una escena inesperada con Utena a medio transformar en la flor de la lujuria ahorcando a su querida novia Kiwi.
— U…tena…chan… — Kiwi no podía respirad debido a que su propia novia la estaba ahorcando.
— ¡Jajajajajaja! — Utena no paraba de reírse, su lengua larga, su piel morena y sus ojos endemoniados daban muestras de su posesión.
— T-te… amo… — Kiwi tocó con sus dedos la mejilla de Utena quien al hacerlo reaccionó soltandola.
— Cof, cof… — Kiwi trató de respirar.
— ¡Ahhhh! — Utena gritaba de desesperación, su piel intercambiaba entre morena y clara, era como si estuviera luchando contra sus demonios internos, la muchacha vio a los alrededores y vio un bate de beisbol y con ello se golpeó perdiendo el conocimiento.
Ambas chicas yacían en el piso inconscientes.
…
Tras varios minutos:
— ¿Qu-qué pasó? — Kiwi se despertó confundida tocándose el cuello el cual aún tenía las marcas de su ahorcamiento. — ¡Es verdad, Utena-chan! — Kiwi vio a su lado a Utena quien yacía con su cabeza con un poco de sangrado y a su lado un bate de beisbol. — ¡Utena-chan! ?¡Utena-chan despierta! — Kiwi estaba demasiado asustada por lo que estaba pasando.
Era un lugar oscuro, Utena, no, Magia Baiser estaba siendo engullida por una sustancia negra que no la dejaba moverse.
— ¿Dónde estoy? — Baiser vio por todos lados que no había nadie excepto debajo de ella, era una niña de apariencia extraña, tenía el cabello negro largo y lacio, su piel era pálida, casi como la nieve, no se podían ver sus ojos, solo una sonrisa.
— ¿Qu-quién eres tú? ¿Dónde está Kiwi-chan? ¡Oye! — No importa cuánto llamaba Utena a esa chica misteriosa era incapaz de escucharla, esa chica usaba un vestido negro maltratado.
De repente una luz se prendió a lo lejos de donde estaba Baiser, como si de un reflector se tratara iluminando, se pudo ver la silueta de una persona algo extraña, tenía el cabello corto castaño y usaba pantaloncillos.
— Ah ¡Aquí estoy! ¡Ven! — Esa persona llamaba a la niña que se encontraba al lado de Baiser.
— Ya voy, espérame — La niña de cabello negro sonrió y fue corriendo hacia donde estaba esa persona a lo lejos.
— ¡Te digo que me escuches niña de mierda! — Los ojos de Baiser cambiaron hacía unos en forma de estrella y sus colmillos se hicieron más grandes.
La niña se detuvo a mitad de su recorrido, giró lentamente su rostro y vio a Baiser directamente a los ojos, pero esos ojos no eran normales, eran dorados, con contornos muy marcados y apenas se dio cuenta apareció la mirada aterradora de Venalita.
— ¡Ahhhhh! — Utena despertó en las piernas de Kiwi quien yacía sentada en el piso. — Kiwi-chan… — Entonces unas lágrimas cayeron en las mejillas de Utena, eran las de su novia.
— U-utena-chan… finalmente despertaste… — Kiwi abrazó a Utena mientras sus ojos aún derramaban lágrimas. — Me tenías muy preocupada Utena-chan… no despertaste por varias horas…
— ¿Varias horas? — Utena seguía confundida, pero al tocarse la cabeza sintió un dolor y fue cuando lo recordó todo, el intento de ahorcamiento hacia Kiwi y el golpe que se dio. — ¡Pe-perdón Kiwi-chan! ¡No quería ahorcarte! Me descontrolé y yo…
— No, estoy bien Utena-chan, lo importante es que tu estes conmigo… — Kiwi juntó su frente con la de Utena en un cálido toque.
— Kiwi-chan, ya llegué. — Eran las voces de una «señora»
— ¡Ah! Mamá ya llegó. — Kiwi se sorprendió, era ya de noche, apenas se podían ver unas pocas nubes iluminadas en el cielo.
— ¿Ya es tan tarde?
Utena y Kiwi se levantaron lentamente arreglándose para no preocupar a la señora Araga.
— Utena-chan ¿Quieres quedarte a cenar esta noche?
— ¿Cenar? ¿E-eso no sería mucha molestia?
— Para nada, mi casa es tu casa — Kiwi sonrió para luego darle un beso en la mejilla a su novia.
…
— Hola Kiwi-chan, recibí tu mensaje de que Utena-chan estaría hoy así que vine comprando para preparar esta noche — Era la señora Araga quien estaba con algunas compras en sus manos. — Afortunadamente me ayudaron a subir las cosas ya que eran muchas, ya sabes que no soy tan joven como antes jojo — Las bolsas de comida eran casi tan grandes como la propia loli.
— Buenas noches Araga-san. — Utena saludó.
— Hola Utena-chan, ya llamé a tu mamá y le dije que cenarías esta noche con nosotras.
— ¿E-enserio? ¿Tiene su número? — Utena estaba sorprendida.
— Claro que sí, después de todo vamos a ser futuras consuegras jojojo — La doña loli reía orgullosa. — Muy bien es hora de preparar la cena.
…
…
Pasó una hora, Utena y Kiwi estaban al lado de la señora Araga quien estaba trepada encima de una silla para permitirle alcanzar los utensilios de cocina.
— Mamá cuidado, yo te lo traigo. — Kiwi le ayudó a su madre a traer algunos ingredientes.
— Gracias Kiwi-chan, eres una buena hija.
— ¡Araga-chan cuidado! — La señora Araga estaba por caerse, pero afortunadamente Utena la logró atrapar.
— Ay, no, que torpe soy, ehe. — La señora Araga estaba trepada en los brazos de Utena. — ¿Sabes Utena-chan? Eres muy fuerte, pero yo ya soy una señora casada — Doña loli se sonrojó.
— ¡N-no, no quería yo! — Utena se sonrojó luego de dejar en el piso a la madre de Kiwi.
— Es una bromita — La señora sacó la lengua en señal de broma mientras guiñaba el ojo.
— ¡Mamá! ¡Ella es mi novia! — Kiwi agarró a Utena colocando su rostro en medio de sus enormes pechos.
— Querida, ya regresé. — Una voz se pudo escuchar desde la entrada del enorme apartamento.
— ¡Ah! ¡Ya llegó! — Doña loli salió corriendo.
— ¿Llegó? — Preguntó Utena.
— ¡Mami! — Kiwi corrió detrás de su madre a toda prisa.
En la entrada del gigantesco apartamento se encontraba una señora de gran tamaño, con uniforme militar, vestía un gorro militar, sus ojos estaban totalmente tapados por su cabello rubio grisáceo, el mismo que el de Kiwi, a pesar del uniforme que usaba se podía ver que tenía unos pechos gigantescos que se movían a cada paso que daba.
— ¡Mi amor! — Doña Araga se tiró hacia los brazos de su señora esposa, la diferencia de tamaño era tremenda, era casi como ver a una madre abrazando a su hija.
— Kiwi-chan… ¿Ella es tu mami? — Preguntó Utena viendo impactada esa escena por la tremenda diferencia de altura entre ambas esposas.
— Obvio Utena-chan ¿No ves nuestro parecido?
Utena vio el rostro de la señora Araga y los enormes pechos de su pareja, en la mente de Utena ella sumó ambos elementos que dieron como resultado a Kiwi, todo en forma de dibujos de niña de primaria.
— Mami, no sabía que llegarías esta noche, me sorprendiste. — Preguntó Kiwi a su gigantesca madre quien bajó delicadamente a su pequeña esposa.
— Kiwi-chan, si, era una sorpresa y veo que fue un éxito.
La mujer de gran tamaño se sacó los zapatos y se colocó las zapatillas de casa, tras hacerlo y entrar al pasillo se paró en frente de Utena.
— B-buenas noches… s-s-soy Hiiragi… Utena… — Utena estaba visiblemente intimidada, la altura de la mujer destacaba, debía medir más de 1,75 o quizás 1,80 metros, y no pudo ver sus ojos debido al peinado tan curioso que tiene.
— Hola Hiiragi Utena-chan, soy la general Dekai — La mujer de gran tamaño sonreía de forma relajada pero la sombra que dejaba frente a Utena intimidaba bastante. — Me dijeron que estas saliendo con mi hija Kiwi-chan.
— S-si… s-soy afortunada de salir con K-kiwi-chan. — Utena nunca había sentido tanta intimidación ni cuando se enfrentaba a las chicas mágicas o a algún monstruo.
La mujer de gran tamaño extendió su mano hacia Utena, ella cerró los ojos por el miedo, pero cuando se dio cuenta solo estaba acariciando por encima de su cabeza.
— Gracias por cuidar a mi pequeña hija, espero no te esté dando muchos problemas — La mujer militar dio su bendición a Utena para luego seguir su camino a la sala.
— G-gracias… — Utena estaba sorprendida por lo gentil que era la mami de Kiwi.
— ¿Ves Utena-chan? Mi mami es muy gentil pese a su apariencia.
— Vengan chicas ayúdenme a terminar la cena.
…
…
…
La familia Araga estaba sentada sobre la mesa, estaba comiendo curry, las esposas Araga yacían sentadas en un extremo mientras Utena y Kiwi en el otro.
— Esta deliciosa la cena. — La mujer de gran tamaño se quitó su chaqueta militar y su sombrero, estaba en camiseta blanca.
— Que bueno que te gustara querida, come, come más, debes mantener ese gran físico. — Dijo la señora de pequeña estatura mientras veía los enormes brazos de su señora esposa a cada bocado que daba, una coqueta sonrisa se pudo ver en su rostro.
— Esta bien rico ¿No crees Utena-chan? — Preguntó Kiwi quien seguía comiendo.
— S-sí, esta delicioso. — Utena no podía evitar mirar como ambas esposas interactuaban tan armoniosamente.
— El trabajo ha estado intenso estos días, la destrucción que hubo en la pelea entre las chicas mágicas de Tres Magia y las villanas de Enormita fue enorme. — Dijo la mami de Kiwi comentando sobre su trabajo.
— ¿En serio? No me sorprende, Utena-chan fue víctima también ¿No es verdad? — La señora Araga vio a Utena quien al ver que se referían a ella se atragantó un poco.
— S-sí, pero afortunadamente estoy bien, jeje.
— Gracias a las Shio-chan la reconstrucción de la ciudad se pudo completar en tiempo récord, pero todas las víctimas civiles sufrieron mucho. — La general Dekai sostenía sus palillos en modo reflexivo. — Enormita es una amenaza que se está saliendo poco a poco de control, se nos ha informado que las chicas mágicas de las ciudades vecinas han estado desapareciendo y eso nos está dejando más y más vulnerables.
Kiwi estaba algo incomoda ante lo que estaba escuchando al mismo tiempo que Utena quien solo podía ver a su comida, en su mente se encontraban las imágenes de la gran destrucción que causó en su pelea ante Azul.
— Querida, no es hora de hablar de estos temas cuando estas con tu futura nuera frente tuya — Reprendió la madre de aspecto infantil.
— S-sí, cierto, perdona querida.
— Si, mejor así.
Utena tenía en su mente ese extraño sueño, esa niña que vio, su cabello negro, su piel pálida, sus ojos dorados y esa persona que la llamó a lo lejos.
— Utena-chan, está bien, estoy contigo. — Kiwi tomó de las manos a Utena bajo la mesa, ese toque la reconfortó.
— Gracias Kiwi-chan.
— Aaawww que lindas se ven ¿No crees querida? — Exclamó la señora Araga.
— Es verdad.
— ¡Ah! P-perdón — Utena se avergonzó ya que las descubrieron.
— Es que amo mucho a Utena-chan — Kiwi abrazó a su novia frente a sus madres. — Quiero casarme con ella, tener casa propia y tener muchas hijas juntas. — Kiwi dio varios besos en la mejilla a Utena.
— K-K-K-Kiwi-chan… — Utena pudo notar la mirada de ambas madres de Kiwi viéndola directamente, sentía que sus miradas le atravesaban el alma.
— Vaya, vaya, nos recuerda tanto a nosotras ¿No crees querida? — Opinó la señora de aspecto infantil.
— Verdad, me trae viejos recuerdos.
— ¿Recuerdas cuando tuvimos a Kiwi-chan? Fue tan mágico. — Doña loli se tocaba las mejillas sonrojadas que tenía.
— Mi familia casi nos mata.
— Pero fue tan maravilloso cuando tuvimos a Kiwi, el fruto de nuestro amor.
Ambas madres hablaban de su experiencia maternal.
— D-debió ser complicado para Araga-san dar a luz a Kiwi — Utena comentó sin querer.
— ¿He? — Ambas madres se confundieron un poco al escuchar eso.
— ¿D-dije algo malo? — Utena no entendía que pasaba.
— No Utena-chan, no es por eso, es que… — Kiwi trató de explicar a su novia.
— La verdad es que fue Dekai-chan quien dio a luz a Kiwi. — Respondió la duda la señora Araga.
— ¿He? — Utena sintió que los misterios del universo eran respondidos en ese preciso instante al ver como ambas madres estaban de cariñosas.
— Mira aquí esta una foto. — La señora Araga mostró un marco familiar donde ambas mujeres estaban en un parque de diversiones, Dekai tenía su barriga ya agrandada y a su lado la señora Araga hacia la señal de victoria mientras posaba su cabeza en el estómago de su ahora esposa.
— Ahora suena gracioso, pero cuando mi familia se enteró que una chica tres años menor a mí me embarazó casi me expulsan de la casa ese mismo día. — La general Dekai juntaba sus dedos mientras hacía pucheros con sus labios.
— ¿Por qué? La edad de consentimiento en ese entonces era de trece años, además no podía dejar pasar por alto a una omega tan linda como tú. — Doña Loli le sonrió a su esposa mientras le acariciaba la mejilla.
— N-no, frente a Kiwi-chan y a su novia no.
Mientras ambas esposas coqueteaban Utena estaba tratando de asimilar toda la información que recibía, y así pasaron toda la noche juntas.
— Que bueno que suegrita-chan te dio permiso de quedarte. — Sonrió Kiwi quien estaba en pijama junto a su novia.
— Mamá dijo que tenía mucho trabajo esta noche, al parecer tenía una reunión con su jefa en su área de trabajo en el edificio de Industrias yuri.
— Mejor para nosotras — Sonrió Kiwi coquetamente. — ¿Quieres hacerlo?
— K-kiwi-chan ahora no es el momento para…
— Jeje, lo sé, perdón, lo que pasó esta tarde fue demasiado intenso.
Ambas novias estaban acostadas en camas separadas, Utena en la cama de Kiwi y su novia en un futón en el piso, de repente los teléfonos móviles de ambas chicas se iluminaron, les llegó un mensaje.
— Kiwi-chan, esto es.
— Si, Utena-chan, es un mensaje de Venalita.
Ambas chicas vieron en el chat.
— Miembros de Enormita, mañana tenemos una importante reunión, les pido que estén presentes en la Base Natch.
— Utena-chan.
— ¿Si, Kiwi-chan?
— Prometo que encontraremos una forma de curarte de tu problema.
— Gracias… Kiwi-chan.
— Te amo, Utena-chan.
— Y yo a ti, Kiwi-chan.
– Continuará…