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(Fanfic) Mahou Shoujo ni Akogarete: Educación reproductiva – Clase 6

Nota: Pasaron otras dos semanas y les traigo nuevamente un nuevo capítulo de Educación Reproductiva donde habrá ¡UNA GIGANTESCA SORPRESA! Espero que les guste tanto como a mi imaginarla, gracias a todos por su apoyo, los quiero mucho y nos vemos en dos semanas.

— Utena-chan… practiquemos a hacer bebés… 

Kiwi se bajó su pantaloncillo para dejar ver su vagina depilada mientras sacaba su lengua con aquella pastilla rosada la cual tenía forma de corazón.

— K-kiwi-chan, estamos en mi cuarto, mi mamá está al otro cuarto, no podemos…

Utena fue interrumpida con el sonido de algo golpeando la pared de al lado, el sonido se repetía, era como si el filo de una cama estuviera chocando con la pared de al lado.

— Parece que tu mami también se está divirtiendo al lado, jeje.

Kiwi sonreía, se le dificultaba un poco hablar con esa pastilla rosada en la punta de su lengua, entonces ella se desabotonó la pijama para dejar ver sus enormes tetas, sus pezones erectos y sudando por el calor de esa noche de verano, la ventana estaba parcialmente abierta por lo cual la luz de la luna iluminaba parcialmente el cuarto.

— Kiwi… tu… — Utena colocó sus dedos en sus labios, tragó saliva y posteriormente sonrió mostrando sus dientes caninos. — Sabes realmente como ponerme cachonda, me las vas a pagar.

— Eso me gusta, la Utena-chan que me hace gemir en la cama.

Kiwi se recostó mejor en la cama, abrió sus piernas y sus pechos al aire para posteriormente Utena colorarse encima de ella para empezar a besarla.

— Kiwi-chan ¡Hmmmm! — Utena besó a su novia introduciéndole su lengua sintiendo esa pastilla con un ligero sabor amargo, pero con esencia de fresas, tras unos segundos Kiwi tragó aquella medicina.

— Hah, hah, hah, ya me tragué la medicina, Utena-chan ¿Quieres hacérmelo directo? 

Kiwi acarició con una de sus manos el cabello de Utena mientras que con la otra tomó la mano de su novia para guiar sus dedos en medio de su entrepierna.

— Estoy tan húmeda, es la primera vez que tendremos sexo vaginal, házmelo Utena-chan, te lo imploro — Kiwi besó a Utena profundamente mientras hacía que su novia le penetrara con sus dedos.

— ¡Hmmmmm! ¡hmmmmm! 

Utena olía una fragancia dulce en el cuerpo de su novia, era el olor de un perfume dulce, fragante, como a flores de verano, perfectos para la estación actual, a Utena se le hacía agua la boca, al mismo tiempo que su entrepierna empezaba a humedecerse también, solo había algo en su mente, chocar su coño con el de su novia, frotarlo, besarlo, estrujarlo y hacer todas esas cosas que solo hacia con sus dedos y su lengua.

— ¿Utena-chan? ¿Qué haces? 

Kiwi se sorprendió al ver que su novia cortó el beso, Utena se dio media vuelta y se bajó su pantaloncillo.

— Quiero que me beses aquí también Kiwi-chan.

Utena mostraba su delicado trasero a su novia, en los ojos de Kiwi estaba aquella hermosa hendidura en medio de su entrepierna.

— Hazlo, yo también lo haré.

Utena sonrió pervertidamente.

— Si, si, si Utena-chan quiere también lo haré.

Ambas chicas tenían sus rostros mirando directamente las intimidades de sus novias, se notaba que ambas se habían bañado recientemente, el aroma del champo estaba impregnada en sus pieles.

— ¡Hah! Utena-chan está lamiendo mi húmedo coño.

— Haz silencio Kiwi-chan o mi madre descubrirá que estoy probando su deliciosa vagina.

Kiwi trató de mantener sus gemidos bajos, vio la vagina de su novia, tenía algunos cuantos pelitos en ella, se le hacía encantador, sacó su lengua con vergüenza y sintió la clítoris de su pareja.

— Vamos Kiwi-chan, mi coño se siente solitario.

Utena abrió sus piernas para poner el rostro de su novia tetona cara a cara con su intimidad.

— Come, come, come Kiwi-chan.

Las piernas de Utena se movían de un lado al otro provocando que el rostro de Kiwi-chan se moviera con ella y sus labios también, ese rose de sus húmedos labios y su lengua afuera hacían un baile exótico que con el clítoris de Utena hacían una danza de placer sexual mientras la luz de la luna las bañaba a ambas.

— ¡Hmmmmmm! ¡Hmmmhmmmm! ¡Hmm!

Ambas chicas se besaban sus respectivas intimidades, lamiendo, besando, chupando, succionando esos deliciosos jugos de amor que lentamente se derramaban de sus entrepiernas hasta que el ritmo de ambas se sincronizaron.

— Me, corro, me corro, Utena-chan me corro.

— Yo también me corro Kiwi-chan, vamos, hagámoslo juntas, déjame saborear tu jugo de amor.

De las intimidades de ambas chicas una considerable cantidad de jugo de amor salió chispeando mojando los rostros de ambas chicas.

— Hah… hah… hah… 

Ambas chicas jadeaban al unisonó, sus rostros mojados por los jugos de amor de ambas era la muestra inequívoca de lo bien que se sintieron sus cuerpos.

— Utena-chan, estoy lista.

Kiwi llamó a su novia, tenía sus piernas abiertas al mismo tiempo que sus dedos hicieron una V invertida para abrir su vagina, sus labios íntimos se estaban abriendo y cerrando casi como si tratara de respirar allí también.

De pronto el mechón de cabello de Utena se paró, dejó de tener su forma de corazón para tener forma puntiaguda como si se tratara de una antena.

— ¿Segura que puedo Kiwi-chan?

Utena gateaba hacia donde estaba su novia.

— Siempre he estado abierta para ti Utena-chan, ven, quiero sentirte aquí directamente.

Kiwi sonrió guiñándole el ojo a su novia.

— Si, Kiwi-chan, contigo, lo que quieras.

Utena tomó uno de los tobillos de Kiwi alzándolo delicadamente, podía ver claramente como la vagina de Kiwi se hacía más y más visible a media que separaba sus piernas, luego Utena deslizo una de sus piernas para quedar debajo de otra de las piernas de Kiwi, sus extremidades inferiores quedaron cruzadas, solo unos centímetros las separaban de estar conectadas.

— Utena-chan, mi coño es tuyo.

Ahora era Kiwi quien movía sus caderas para acercar su entrepierna a la de su novia, era como si la intimidad de la chica tetona estuviera suplicando que la besara con sus labios inferiores.

— Bésame aquí abajo con tus otros labios.

Y en cuestión de un abrir y cerrar de ojos ambas vaginas se conectaron en un íntimo y sentimental beso, ambas chicas cerraron sus ojos al sentir por primera vez como sus pieles inferiores se conectaron.

— Hahhhhh…

Kiwi sentía como si una corriente eléctrica recorriera su cuerpo desde su vagina ahora conectada con la de su novia.

— K-kiwi-chan, tu coño está caliente… se siente tan… tan delicioso…

— Movamonos… Utena-chan… hagamonos una… hah… hah… haaahhh…

— Kiwi-chan, tu coño, tu coño, haaahhh… haaaahhhhh…. haaaahhh…

Ambas chicas movieron sus entrepiernas rozando sus clítoris, sus labios inferiores estaban en medio de un frenesí de pasión y excitación que solo era calmado con una mayor intensidad en sus rozamientos.

— Finalmente… soy una con Utena-chan… haahhhh

— Kiwi-chan, tu coño… hahhh… está… deli… delicioso… hahhhh…

El rose de sus coños aumentaba de intensidad, sus jugos de amor recién derramados hace unos minutos servía de lubricante para el acto sexual que realizaban, sentían que estaban en el paraíso, como si sus mentes estuvieran recostadas en una densa capa de algodón de azúcar. 

— Kiwi-chan, siento… siento… que me voy a correr…

— Hazlo… hazlo Utena-chan… hahhh…. hahhh… quiero sentir tu caliente jugo de amor encima de mi coño… mi coñito quiere sentir tu amor húmedo… ¡Dámelo!

— Kiwi-chan… ten… ten… hahhh… me corro… me corro… aahhh… hahhhhh…

Ambas chicas gimieron tan fuerte que retumbó en las paredes de su cuarto, un vaso de agua que estaba a un lado de la mesa calló al piso dejando derramar su líquido vital, lo mismo pasó con las intimidades de la pareja enamorada, el jugo de amor de ambas chicas salió disparado al mismo tiempo empapando sus respectivas intimidades. Sus pelvis de levantaron haciendo que no tocaran el suelo, solo sus pies tocaban el piso, era como si una fuerte descarga las conectara en ese preciso punto.

— Hahhh… hahhh… me corrí… en el coño de Kiwi-chan… hah… hah… 

Utena tenía uno de sus brazos sobre su cabeza, nunca antes en toda su vida había sentido una sensación tan explosiva, excitante, deliciosa y exquisita que esa, nunca creyó que tener sexo vaginal directo se sintiera tan bien, ella no sabía, pero abrió la caja de pandora.

— U-utena-chan… se corrió… en mi… soy tan… feliz… 

Kiwi tenía sus ojos en forma de corazón brillando al mismo tiempo que ella se tocaba el vientre, su coño seguía besando al de su novia, pero ahora con sus pelvis ya no levantadas.

Ambas chicas perdieron lentamente el conocimiento, la brisa fresca del verano movía las cortinas de la ventana y al mismo tiempo un adorno que yacía colgado en el cuarto se movía tocando una pequeña campana típica de la estación dando un delicado sonido.

Al otro lado del cuarto estaban Rushi y Murasaki acostadas, bajo las sábanas, Murasaki dormía plácidamente en el regado de la mujer rubia y entonces un sonido se escuchó, uno tan intenso que hizo caer uno de los peluches que yacía en los estantes del cuarto.

— Vaya, pero que hijastra tan energética tengo jaja.

— ¿He? ¿Pasó algo querida? — Murasaki abrió los ojos, a su lado tenía una de las manos de su pareja tapándole la oreja.

— Nada querida, duerme, estuviste magnifica esta noche.

— ¿En serio? Pero… ya estoy vieja… 

Dijo Murasaki estando medio dormida.

— Mentira, estas tan hermosa y radiante como siempre.

La mujer rubia movió su rostro hacia donde estaba su pareja dándole un gentil beso en los labios.

— Gracias querida… te amo….

Murasaki volvió a conciliar el sueño.

Y yo te amo a ti querida, dulces sueños, mañana debemos darle las buenas noticias a la familia.

La luz del sol salió por las montañas atravesando la ventana e iluminando el cuarto de Utena.

— ¿He?

Utena lentamente abrió los ojos, estaba desorientada, pero al mismo tiempo sentía su cuerpo muy liviano, como si hubiera descargado una gigantesca tensión ese día.

— Buenos días, Utena-chan.

A su lado estaba Kiwi quien yacía totalmente desnuda, la luz del sol bañaba con su calidez el exuberante cuerpo de la chica Araga.

— Kiwi-chan… buenos días…

La adolescente Hiiragi se levantó lentamente limpiándose los ojos.

— Anoche estuviste increíble Utena-chan, sentí tu calidez en mi vientre, me hiciste muy feliz.

Kiwi sonrió feliz mientras deslizaba uno de sus dedos desde su vagina hasta su vientre.

— Jeje, Kiwi-chan ¿De qué estas habland-

Entonces la mente de Utena procesó todo lo que hizo la anterior noche, como hizo el amor con su novia por primera vez teniendo sexo vaginal directo, sus intimidades rosándose, moviéndose y besándose hasta que se corrieron.

— ¡Ahhhhh! ¡Es verdad!

— Chisas ¿Ya estan despiertas? El desayuno ya está list-

La puerta se abrió, Rushi entró al cuarto y lo primero que vio fue a Kiwi como la diosa la trajo al mundo y a Utena igual de desnuda, pero revolviendo su cabeza haciendo una mueca graciosa.

— ¿He? — Utena miró congelada a su nueva madre.

— Buenos días suegrita — Kiwi le dijo de forma descarada mientras le tiró un beso a distancia a su novia.

El ambiente se congeló por unos segundos y entonces.

— Yo no vi nada, yo no vi nada.

La mujer rubia se tapó la boca mientras cerraba lentamente la puerta.

— ¡Espera! ¡Rushi-san! E-esto no es lo que parece…

— Chicas, el desayuno ya está listo, Utena-chan no hagas esperar a tu mamá.

Dijo Rushi detrás de la puerta mientras solo se aguantaba las ganas de reír.

— Rushi-san…

Utena no hizo más que agradecerle en su mente a su nueva madre mientras Kiwi la abrazaba al mismo tiempo que sentía sus gigantescas tetas desnudas.

Tras unos minutos Utena estaban desayunando, algunos platos de arroz, ensalada, sopa de miso y algo de pescado, un desayuno típico japones.

— Utena-chan ¿Por qué te fuiste a bañar justo antes de venir a desayunar? La comida se estaba enfriando ¿Y por qué Kiwi entró después de ti? 

Preguntó la señora Hiiragi mientras le servía el desayuno a Korisu quien seguía algo somnolienta.

— ¿He? ¿Yo? E-es porque… porque… hacía mucho calor, si, el verano es muy caluroso.

Utena trató de excusarse mientras su madre la miraba con sospecha y por detrás Rushi no hacía más que reírse disimuladamente.

— ¡Ah! ¡Pero qué bien se ve el desayuno! ¡Gracias suegrita! 

Kiwi llegó a la mesa de la cocina con una toalla en la cabeza.

— ¡Qué aún no soy tu suegra Kiwi-chan! 

Se quejó la madre de Utena con una cara graciosa.

La familia desayunó todas juntas, Murasaki viendo si Korisu quería más comida, Utena y Kiwi hablando boberías, Rushi viendo a las novias con mirada de risa, una mañana de domingo en familia bastante animada donde todas eran felices sin saberlo.

— Murasaki-san ¿Les decimos? — Rushi le susurró al oído a su pareja.

Utena y Kiwi acabaron de desayunar y no entendían que pasaba, Korisu de repente también prestó atención.

— Chicas, por favor, tenemos algo que decirles. — Murasaki llamó la atención de las chicas, a su lado yacía Rushi quien le tomó de la mano. — Kiwi-chan ya que algún día serás parte de la familia supongo que no nos queda de otra que también decirlo en tu presencia.

— M-mamá… ¿Qué está pasando?

Utena estaba algo nerviosa, creyó que capaz hizo algo malo que la hiciera que la castigaran, mil y una posibilidades malas cruzaron por su mente, desde desheredarla, botarla de la casa para que se fuera vivir con Kiwi o que incluso se fueran a divorciar.

— ¿Qué pasó suegrita-chan? 

Kiwi no hacía más que pensar que quizás le estaban organizando ya la boda con Utena y su madre aparecería de repente para tirar confetis.

— ¿Mami?

Korisu abrió los ojos algo preocupada, pero cuando vio las manos de sus madres apretándose ella esbozó una pequeña sonrisa.

— Utena-chan, Korisu-chan como sabrán hemos estado juntas por un año, hace apenas unos meses vivimos como familia y sé que no ha pasado mucho tiempo, pero Rushi-san y yo…

Ambas mujeres apretaron sus manos juntas, todas las chicas tragaron saliva menos Korisu que estaba con una pequeña sonrisa mientras movía sus piernas debajo de la mesa en señal de emoción.

— Rushi-san y yo… vamos a tener una hija, estoy embarazada.

– Continuará…