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(Fanfic) Mahou Shoujo ni Akogarete: Pasión explosiva / Capítulo 21: Fin del prólogo

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Nota: Damas y caballeros finalmente he terminado, luego de 21 capítulos casi que consecutivos que he subido semana a semana me tomaré dos semanas de descanso para reponer baterías porque lo que se viene después es un evento tan grande que necesitará de mi máxima capacidad mental, disfrútenlo y nos veremos en octubre.

En el capítulo anterior de Pasión Explosiva: Utena les contó la verdad a sus secuaces de Enormita, sobre su relación carnal con Azul y ser la responsable indirecta de su monstruosa transformación mientras tanto Kaoruko sin un brazo es presentada a un nuevo grupo de chicas mágicas que le ayudarán a luchar contra Enormita, ellas son las «Shio-chan»

¿Qué harás Kaoruko-chan? 

— Ellas son las Shio-chan, de seguro has escuchado de ellas por las noticias, pero ayudaron durante el desastre ocurrido con Azul.

Vatz presentó al nuevo grupo de chicas junto a Kaoruko quien yacía transformada como Magia Sulfur.

— ¡¿Ah?! ¿Nuevas chicas mágica? 

Sulfur vio a las chicas que estaban frente a ellas ya transformadas con ropas sumamente extravagantes.

— Buenas tardes Magia Sulfur-chan, soy Berserga, un gusto en conocerla. — Se presentó la chica con apariencia más extravagante de todas al tener un vestido que parecía hecho de vendajes, su cuerpo estaba lleno de perforaciones y sus ojos ojerosos la hacían ver como un espectro y no como una chica mágica.

— Hola, soy Pantano Pesca-chan y esta esta es mi humilde morada, espero que te sientas en casa. — La chica de cabello verdoso con la vestimenta más recatada de todas, pero con dos enormes pechos parecía estar siendo algo presumida en su falsa humildad al ver semejante mansión donde estaban reunidas.

— S-si… — Sulfur miró con desconfianza a ambas chicas, pero estaba alguien que no se había presentado y estaba en medio de ambas chicas mágicas que recién se habían presentado.

— Ya basta de cortesías — Aquella pequeña loli se abrió paso de entre sus compañeras, Berserga al ver pasar a la loli se sonrojó al mismo tiempo que sonreía lascivamente

— ¿Y tú eres? — Sulfur tuvo que inclinar su cabeza hacia abajo para ver a aquella chica mágica de tamaño minúsculo quien tenía mirada seria, quería tomarla más en serio pero aquella delgada tela que cubría apenas su entrepierna y su trasero tan expuesto solo hizo que recordara a las degeneradas de Magia Baiser y Magia Azul.

— Soy la líder de las Shio-chan, mi nombre es Imitatio. 

Pese a su apariencia tan infantil su mirada reflejaba una madurez que iba más allá de la que tenían sus demás compañeras al lado.

— Seré directa contigo, quiero derrotar a Enormita pero en mi última lucha me di cuenta de que aún no soy lo suficientemente fuerte. — Imitatio recordó con amargura como aquellos dos monstruos casi la hacen perder esa fatídica noche. — Por eso acepté la propuesta de Vatz de ayudarlas a luchar contra ellas.

Sulfur escuchó con atención las palabras directas de aquella niña y solo pudo recordar la lucha que tuvo contra Magenta, sobre cómo no tuvo el poder suficiente para salvar a sus amigas.

— Así que también tu… — Sulfur miró hacia otro lado con una mirada de lamento, aquello fue notado rápidamente por Imitatio quien dijo algo sin pensarlo mucho.

— Vatz me contó que fuiste capaz de acceder a La Verita, pero viéndote detenidamente me doy cuenta de que aún estás muy lejos de ser fuerte.

— ¡¿Qué dijiste?! 

Sulfur se irritó al escuchar esas palabras de alguien hasta ahora desconocida, lo único que quería era golpearla, pero antes de que se acercara más a ella Pantano Pesca y Vatz se pusieron en medio de ellas.

— ¡Sulfur-chan! ¡Imititatio-chan! No es hora de ponernos a pelear ahora — Suplicó la mascota mágica voladora con color privilegiado.

— ¡S-si! calma chicas, por favor, no es bueno pelear entre chicas mágicas — Dijo Pantano pesca. — Más bien ¿Por qué no cenamos algo? Ya casi es la hora. 

En ese momento Pantano Pesca aplaudió tres veces y en seguida las puertas de la sala lujosa se abrieron, varias chicas con vestidos de Maid entraron, ellas tenían faldas muy cortas y escotes pronunciados.

— Ya me estaba muriendo de hambre — Berserga empezó a babear mientras miraba como las Maid entraron con platos de comida.

— ¿Cenas también con nosotras Sulfur-chan? — Pidió algo nerviosa Pantano Pesca.

— … está bien… — Kaoruko aceptó a regañadientes mientras a su lado Vatz respiraba aliviada.

— ¡¿Las Shio-chan?! 

Matama y Nemo exclamaron al unisonó las ahora ex vírgenes.

— Si, son nuestras enemigas y debemos derrotarlas, son una grave amenaza para nuestra organización. 

Respondió con frialdad la mascota mágica de color chocolate.

— No digas tonterías Venalita, ellas nos ayudaron a luchar contra los monstruos de la sacerdotisa de las cenizas — La idol pervertida exclamó indignada.

— Si, sin ella Baiser y Azul habrían destruido toda la ciudad, no tiene ningún sentido — La dientes de tiburón también respondió.

— No se dejen llevar por ellas, también son chicas mágicas, hicieron lo que hicieron por otros motivos, pero su principal misión es exterminarlas.

— ¿A qué te refieres Venalita? — Preguntó Utena quien estaba en medio de la mesa.

— Vaya, finalmente hablas más Utena-chan, verás según parece ella al llegar lo que hizo fue atravesarte con una espada, si no fuera porque en ese estado eras capaz de resistir su ataque en realidad ya habrías muerto, al igual de Azul, por ende, llegué a la conclusión que ella quería matarte desde el principio.

— ¿Matarme? — Utena vio en la pantalla mágica como ella fue atravesada por la espada de la nueva chica mágica.

— Si, esa tal Imitatio te quiere ver muerta.

Las palabras de la mascota mágica color obsidiana retumbó la mente de Utena, era verdad que la lógica de Venalita tenía sustento, pero al mismo tiempo debido a las circunstancias era lo único que se podía hacer para detener a ambas chicas.

— Venalita-san, tengo una pregunta.

— Claro Utena-chan.

— ¿Estas segura de que ellas quieren matarnos?

En ese momento Venalita sonrió.

— Por supuesto que sí.

— No puedo creerlo, y eso que ellas nos salvaron de esos monstruos tan malignos — Matama miró con enojo la pantalla mágica donde se las mostraba.

— Odio reconocerlo, pero lo que dijo Venalita tiene mucho sentido, solo trabajamos juntas porque La Sacerdotisa de las Cenizas era una amenaza mayor — Exclamó también Nemo.

— ¡Un momento! 

Kiwi se paró de su silla aún con vendajes de su cuerpo.

— ¿Sí? Kiwi-chan.

— Yo estuve más cerca que nadie en ese momento y puedo decir con franqueza que ellas son muchísimo más fuertes que nosotras, sobre todo esa tal Imitatio.

— Veo que también lo notaste — La mascota mágica colocó en una de sus pantallas mágicas el momento donde Imitatio las dejó fuera de combate a Baiser y Azul. — Ella fue capaz de vencerlas a ambas, incluso si Baiser-chan no volviera a luchar contra Imitatio aun así no sabemos si podría vencer a Azul la próxima vez que las vean.

— Utena-chan, no podemos permitir que vuelvas a … descontrolarte — Por un instante Venalita recordó su intento frustrado de recolectar la magia de las chicas. — Por eso lo más recomendable es que todas ustedes se vuelvan más fuertes: Matama, Nemo, Nero Alice, Kiwi y sobre todo tú, Utena-chan.

Todas las chicas en el salón se reuniones se dieron cuenta que sus poderes actuales eran o muy inferiores o eran incapaz de controlarlo.

— Les recomiendo que entrenen y se hagan más fuertes, porque una gran lucha se viene en camino.

 Mientras tanto en la mansión de Pantano Pesca, todas las chicas estaban comiendo, por algún motivo la vestimenta de las chicas cambió, pero dejando sus rostros de chicas mágicas intactos.

— ¿Les gusta lo que prepararon mis lindas criadas? — Pantano Pesca presumía de las habilidades culinarias de sus chicas.

— Está bien, está bien. — Imitatio daba cumplidos secos.

— ¡Hmmmm! — Berserga comía con gran placer los pedazos de filete que tenía en su plato, pero sin perder la elegancia.

— ¿Qué te parece Sulfur-ch- — Pantano Pesca vio con pesar como la chica mágica era apenas capaz de comer sus alimentos al solo tener una mano disponible.

— Carajo… — Sulfur agarró un trozo de carne enorme con su tenedor y con sus propios dientes trató de cortarlo, era una imagen poco femenina.

— Lo siento chicas, Sulfur-chan perdió un brazo en la lucha contra Enormita — La mascota mágica de piel lechosa se disculpó con las demás chicas.

Imitatio vio con atención aquella vista, a su lado Berserga también se dio cuenta.

— Vatz, no quiero ser maleducada, pero ¿No deberías hacer algo por tu protegida mágica? 

— ¿Imitatio-chan? — Berserga se sorprendía ante la atención que daba su compañera hacia la chica mágica.

— Cierto, debería hacer algo, he estado muy concentrada en otras cuestiones que he dejado a Sulfur-chan de lado, lo siento — La mascota mágica se disculpó.

— Oigan, que aún estoy aquí — Sulfur respondió. — De todas formas ¿No tendrán problemas estando hasta tan tarde fuera de sus casas? 

Todas las chicas en el salón la miraron con incredulidad para luego cada una responder a su estilo.

— No, no hay problema.

— ¿E-en serio? ¿Cuántos años tienen?

— Muy posiblemente muchos más que tú, jeje — Respondió la chica mágica de cabello verdoso.

— A… ya veo… y entonces ¿Qué plan tienen para derrotar a Enormita? — Sulfur apretó su puño encima de la mesa. — Esas malnacidas les hicieron cosas horribles a mis amigas, deben pagar por todo lo que han hecho.

— Sulfur-chan… — La mascota mágica iluminada miró con pesar a Sulfur.

— Muy bien — Imitatio se paró de la mesa. — Veo que tus amigas están fuera de combate y por eso necesitas ayuda.

Todas las chicas en la mesa vieron como la loli rodeó la enorme mesa para llegar hasta donde estaba Sulfur.

— Desde mañana empezaremos nuestro entrenamiento, te enseñaremos a cómo controlar y volverte más fuerte con tu Verita.

Todas las chicas de Enormita se habían retirado excepto un par y eran Utena y Kiwi quienes estaban frente a Venalita.

— Vaya, vaya chicas, que raras que se queden hasta tarde conmigo ¿Necesitan algo?

— Venalita, necesitamos tratar lo que le está pasando a Utena-chan ahora.

— ¿En serio? Quiero que me cuenten más por favor.

Utena y Kiwi le contaron a la mascota mágica de color azabache sobre sus recientes incidentes donde su cuerpo cambiaba de color a uno más oscuro y su personalidad cambiaba mucho.

— Ya veo, el cuerpo de Utena-chan se está corrompiendo.

— ¡Si! Venalita por favor dinos que hacer — Kiwi lo pedía con mucho ánimo.

— Por favor Venalita-san ¿Qué debo hacer para detener lo que me está pasando?

— Bueno, para eso es el entrenamiento que les estoy sugiriendo, a diferencia de Matama y Nemo que deben volverse más fuertes lo que tu debes hacer es controlar el tuyo.

— ¿En serio? ¿Como puedo hacer eso? — Utena lo pedía con muchas ganas.

— ¡Si! ¡Quiero que Utena-chan no intente ahorcarme cada vez que me quiere coger! No es que me moleste mucho pero tampoco soy una masoquista.

Tanto Venalita como Utena se quedaron callados ante la disparatada cosa que dijo Kiwi.

— Bueno, creo que sé lo que necesitan — De pronto se abrió un pequeño portal oscuro donde la mascota mágica metió su mano y sacó algo, un frasco de vidrio.

— ¿Y esto Venalita-san? — Preguntó Utena.

— Es una pequeña… medicina, no curará por completo tus síntomas, pero podría ayudarte a reducirlos mucho.

— ¡¿En serio?! — Kiwi agarró el frasco de vidrio, en ella había pequeñas esferas negras.

— Si, tómala una vez al día, con ello no debería haber problemas hasta que logres controlar tu poder y sobre todo… — Venalita se aproximó más hacia Utena para susurrarle algo. — Sirve también como afrodisiaco durante el sexo.

El mechón de cabello de Utena se paró como una antena

— ¿En serio? — Preguntó Utena.

— Por supuesto.

— ¡Oigan! ¿De qué hablan? — Kiwi inflaba sus mejillas.

— He, nada, es solo que… — Utena le susurró a su novia lo que le dijo la mascota mágica.

— ¡¿En serio?! — En ese momento Kiwi se aproximó hacia Venalita para pasarle unos cuantos billetes — ¿Tienes más? 

— Claro, aquí tienes también para ti.

Y así ambas novias se fueron de la Base Natch, Kiwi abrazando el hombro de su novia Utena pero atrás estaba Venalita quien las vio irse.

— Todo de acuerdo a mi plan.

Al día siguiente en la mansión de Pantano Pesca:

— ¿Dormiste bien Sulfur-chan? o debería decir… Kaoruko-chan.

Imitatio estaba parada con una ropa de niña normal, usaba unos pantalones cortos y una camisa larga.

— Supongo que ya no tiene sentido ocultar mi verdadera apariencia — Kaoruko estaba vestida con su ropa de gimnasia que uso el día anterior para su entrenamiento en el bosque.

— De seguro ya te habrás dado cuenta, pero yo actualmente estoy en mi forma La Verita, nunca me destransformo excepto para dormir.

— ¡¿En serio?! ¿Como haces para poder mantener esa transformación todo el tiempo?

— Esa será una de las primeras lecciones que tendrás que aprender Kaoruko-chan, a estar siempre transformada, cuando logres aquello podremos entrenar todo lo que deseemos.

— Ya veo… — Kaoruko levantó su brazo al cual le faltaba el resto de su extremidad. — Lo haré, sea como sea, pero lo haré.

— Veo que estas muy motivada en salvar a tus amigas o ¿Vengarlas? — Imitatio sonrió.

— Enormita me las pagará, por todo lo que nos hicieron, a Azul, a Magenta, a la ciudad, ellos caerán.

Imitatio sonrió más y entonces.

— Jajaja, en efecto, eres la indicada, me encanta tu actitud y si, Enormita tiene que caer — El rostro de Imitatio adoptó una forma más retorcida como si guardara maldad en su corazón. — Me agradas, me agradas.

Imitatio aplaudió algunas veces y fue cuando aparecieron Vatz y Pantano Pesca.

— ¿Vatz? — Preguntó Kaoruko.

— Kaoruko-chan, la otra noche pensé en lo que me dijeron que no he hecho lo suficiente por ti y por eso…

— Kaoruko-chan, Vatz y yo tenemos un regalo para ti.

Pantano Pesca sostenía una larga caja de cartón con adornos de metal precioso en ellas, al abrirlo una luz cegara por unos segundos los ojos de Kaoruko pero al momento de ver bien se dio cuenta lo que había en ella.

— Vatz, Pantano Pesca… ¿Esto es para mí?

— Si, lo necesitaras si quieres volverte más fuerte — Le respondió Pantano Pesca.

— Pasamos toda la noche creándola, con magia de tierra y algo de mi magia.

En la caja yacía un brazo de color blanco, con dedos, muñeca y codos móviles, en ella yacían varias inscripciones en forma de runas, una autentica obra de artesanía hecha con magia.

— Para mí… 

Kaoruko sacó el brazo mágico.

— Póntelo Kaoruko-chan y empecemos a entrenar — Le pidió Imitatio.

— Si…

Kaoruko al momento de colocarlo sintió como si la esencia de su magia se conectara a ella, varias runas del brazo se iluminaron, las uniones de aquel brazo brillaron también y se volvieron a apagar, tras unos segundos los dedos se movieron al ritmo en que Kaoruko se lo ordenaba.

— Es… mi brazo… puedo sentirlo… — Los ojos de Kaoruko se humedecieron, al ver su nuevo brazo solo pensó en Haruka y Sayo quienes aún estaban atrapadas en sus prisiones mágicas. 

— Haruka-chan, Sayo-chan, prometo salvarlas, prometo derrotar a Enormita de una buena vez por todas — Lo dijo Kaoruko mientras se limpió los ojos con su brazo real para luego sonreír y adoptar su pose de combate característica.

— ¡Vamos Imitatio! ¡Luchemos! 

— Eso me gusta, vamos Kaoruko-chan, esto recién esta por empezar.

La mañana recién iniciaba, los primeros rayos de luz bañaban el patio ridículamente grande de la mansión de Pantano Pesca, Kaoruko e Imitatio estaban por iniciar su entrenamiento, pero en otro lado muy lejos de allí.

— Nemo-chan ¿Crees que esto nos ayude en nuestro entrenamiento? 

Matama sostenía un frasco con diminutas esferas negras en su interior.

— No lo sé, pero ahora somos muy débiles como para enfrentar a las Shio-chan o peor aún a la sacerdotisa de las cenizas, debemos volvernos más fuertes. 

Nemo miraba hacia donde antes yacía un enorme monte pero que ahora solo hay un gigantesco cráter.

En otro lado de la ciudad, en el cuarto de la Kiwi, había dos chicas besándose apasionadamente, a un lado estaba el frasco abierto con algunas esferas negras regadas.

— Te amo Utena-chan, házmelo más fuerte.

— Kiwi-chan, tu cuerpo, se siente tan bien.

Sus cuerpos estaban calientes, sudando, excitándose, Utena estaba embistiendo más y más con sus dedos el interior de la intimidad de Kiwi.

— ¡Hahhhh! ¡Hahhhhh! 

— ¡Estás tan apretada Kiwi-chan! ¡Hahhhh!

Kiwi gemía de placer mientras sus ojos tenían forma de corazón, pero no de color rosado, sino de color negro purpura.

— Te ves tan preciosa Kiwi-chan.

La piel de Utena se volvía más y más oscura, pero a diferencia de otras ocasiones… la piel de Kiwi también se empezó a oscurecer.

— ¡Hahhhhhhhh!

Los gemidos de placer inundaron el cuarto de la chica Araga.

En la Base Natch Venalita estaba observando pantallas que mostraban a todas las chicas de la ciudad, trabajando, estudiando, practicando deportes, al lado de la mascota mágica estaba Sister Gigant la villana con cuerpo lleno de pecado lascivo.

— Venalita-san ¿Está segura de acelerar todo el plan?

— La llegada de las Shio-chan, estoy segura de que Vatz tampoco dejará pasar esta oportunidad, ya no hay tiempo para esperar que las chicas crezcan por sí mismas, debí darles un pequeño empujón.

— ¿Aún no perdona lo que le hizo Vatz? 

La mascota mágica no respondió a la pregunta, a un lado de ellas estaba un mural gigantesco con muchas personas levantando sus brazos hacia una figura celestial en forma de diosa, pero con un aspecto distinto, al de una chica mágica.

— Vatz…

En la mente de Venalita solo podía pensar en esos días de felicidad y despreocupación, una niña de cabellera negra lacia que llegaba hasta su cintura y vestía un vestido largo blanco, a su lado otra persona, pero de cabello corto, castaño, que usaba un pantaloncillo corto y en el fondo otras figuras más.

– Continuará…

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