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(Fanfic) Mahou Shoujo ni Akogarete: Pasión explosiva / Capítulo 22: El Retorno

Nota: Gracias a todos por haber esperado por mi regreso estas últimas 3 semanas, realmente las necesitaba ya que en mi país Ecuador ha habido serios cortes de energía eléctrica que me hubieran impedido seguir el ritmo de mis actualizaciones además de un descanso a mi mente para planificar mejor la historia.

Por cierto ¡FINALMENTE SE CONFIRMÓ LA SEGUNDA TEMPORADA DE MAHOU SHOUJO NI AKOGARETE! ¡AAAAHHHH! Quien sabrá si saldrá en el año 2025 o en el 2026 pero lo más importante es que tendremos MahoAko por varios años más 7u7)/ a celebrar, es el primer anime yuri en 13 años en tener segunda temporada rompiendo la maldición del género.

En fin, chicos gracias por la espera y sigamos adelante con la segunda parte de Pasión Explosiva.

La historia hasta ahora:

El inicio de esta historia llena de amor y pasión desenfrenada inició cuando Utena y Kiwi fueron a aquel hotel enormita para cumplir su promesa, ambas chicas hicieron el amor y terminaron fortaleciendo sus lazos haciéndose novias, pero había alguien que no estaba de acuerdo con aquello: Minakami Sayo.

La chica mágica de Tres Magia: Magia Azul, intentó matar a Leopard debido a un gran secreto, Azul y Baiser eran novias, pero la villana la dejó por la otra villana, pero de pechos enormes.

Un corazón roto, destrozado y con su mente perturbada, la chica mágica se descontroló hasta volverse un ser irracionalmente poderoso al cual llamaron «La Sacerdotisa de las cenizas» quien contaminó a su otra compañera mágica, Magia Magenta volviéndola su vasalla, la batalla fue un caos absoluto que tuvo a la propia ciudad en riesgo de ser destruida.

Para poder derrotar a la sacerdotisa de las cenizas la villana Baiser se transformó en otra aberración para enfrentarla, la batalla llego a su punto culminante cuando un grupo de nuevas chicas mágicas llegaron las cuales se hacen llamar a sí mismas las «Shio-Chan»

La única chica mágica de Tres Magia que quedó «intacta» fue Magia Sulfur quien con un brazo menos ahora está entrenando con las Shio-chan y sobre todo aquella «Loli» de nombre Imitatio, con la ayuda de Vatz y Pantano Pesca tiene ahora un brazo artificial.

Venalita, mascota de la organización Enormita, tiene algo entre planes que no le ha contado a nadie, pero tiene como objetivo reunir una cantidad gigantesca de magia.

Magia Azul y Magia Magenta quedaron selladas en un sitio secreto debido a que han sido contaminadas por una maldición llamada «La Plaga Noir» y será el deber de Magia Sulfur el poder liberarlas de lo contrario la única forma de salvarlas seria matándolas.

Las villanas de Enormita llegaron a la conclusión de que deben volverse más fuertes, Venalita les dio unas píldoras oscuras muy sospechosas para ayudarlas a su rápido desarrollo.

Ahora el destino de la ciudad recaerá en la guerra declarada entre las chicas mágicas y las villanas de Enormita ¿Qué nos deparará el destino? eso lo veremos ahora.

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Ha pasado dos meses desde aquel incidente en la ciudad, la reconstrucción de la ciudad fue concluida y la normalidad regresó parcialmente, pero con una pequeña diferencia.

— Y como sabrán las fuerzas de Auto defensa de Japón están compuestas por las mejores militares del país, tras el incidente que tuvimos sirvieron de gran ayuda para ayudar a las víctimas del atentado que causó Enormita.

La profesora en la clase daba una clase especial, desde el incidente de hace dos meses el gobierno se ha visto más involucrado en las cuestiones que ocurren con respecto a la lucha entre chicas mágicas y las villanas.

Las campanas sonaron para dar el fin de las clases.

— Muy bien chicas por favor no olviden repasar el libro de texto de matemáticas, que tengan un buen fin de semana.

Las alumnas del salón se levantaron para despedirse de la profesora excepto dos.

— ¡Hiirari-san! ¡Araga-san! 

Era la presidenta del salón quien llamó la atención a las chicas quienes estaban aún dormidas.

— ¿He? ¿Como? ¿Cuándo? — Utena despertó desorientada.

— ¡N-no! Utena-chan por allí no… por ese agujero no… ¿He? ¿Estoy en clases? — Kiwi estaba babeando.

— Chicas ¿Cuantas veces tengo que decirles que dejen de dormirse en clases? Sobre todo, tu Utena-chan, tus notas han bajado últimamente a diferencia de Araga-san.

— He… lo siento mucho presidenta… — Utena se disculpaba tímidamente mientras Kiwi bostezaba tratando de despertarse por completo.

— Ustedes chicas… 

En ese momento la presidenta vio pasar a una chica de cabello azulado.

— Minakami-san por favor ayúdame con estas chicas.

La chica de cabello azulado se paró en seco al escuchar que la llamaban, lentamente volteó la mirada, Utena y Kiwi al ver aquello se despertaron por completo como si una corriente eléctrica les activara.

— Chicas por favor, sean más cuidadosas en clases — Sayo lo dijo con una sonrisa como si nada hubiera pasado.

— S-si… lo siento mucho… — Utena lo dijo con una voz algo más seria pero dubitativa.

— Claro… — Kiwi lo dijo con desgano.

Utena y Kiwi caminaron a la salida del colegio.

— No puedo creer que esa vaca tetona se comporte como si nada malo hubiera pasado — Dijo enojada Kiwi.

— Tranquila Kiwi-chan… debe ser por algo… 

— Utena-chan hasta tu debiste darte cuenta, es extraño que se comporte así con nosotras, esa loca casi nos mata y destruye media ciudad.

Tras aquella charla las chicas vieron a lo lejos una chica de llamativo cabello azulado caminando por las calles de la ciudad, el cielo estaba teñido con un color amarillento que lentamente se hacía más rojizo.

— Utena-chan, mira, es esa vaca tetona, vamos a espiarla, quizás se esté reuniendo con sus amigas de Tres Magia y podríamos sorprenderlas.

— Kiwi-chan si la seguimos podríamos volver a pelear… no podemos permitir luchar aquí… 

Utena aún recuerda todo el caos y destrucción que ocasionaron ambas en su anterior lucha.

— Solo vamos a espiarla, no vamos a transformarnos.

— Pero Kiwi-chan…

— Utena-chan — Kiwi se paró frente a su novia. — No quiero que vuelvas a pasar por lo mismo que aquella vez, no solo debemos hacernos más fuertes sino también más estratégicas y para aquello debemos reunir información.

— Kiwi-chan… aun así…

— Utena-chan si me permites ir te prometo que… — Kiwi susurró algo en el oído de Utena quien unos segundos después una sonrisa se le dibujó en el rostro.

— Está bien, vamos.

En ese momento Utena acarició lentamente él y trasero de Kiwi debajo de su falda sintiendo su suave carne solo tapada por su prenda intima.

Utena y Kiwi siguieron a Sayo quien seguía caminando por las calles del suburbio de la ciudad, algunas mujeres le saludaron lo cual ella respondió amablemente.

— ¿Ves? No hay nada raro con ella. — Dijo Utena a Kiwi, ambas chicas estaban escondidas detrás de una esquina de la calle tapada por un poste de energía eléctrica.

— No sé, no me parece del todo convincente.

— Quizás haya perdido la memoria de lo que hizo aquella noche y por eso actúa como lo hace — Utena trató de sacarle sentido a todo lo que pasaba.

— Si así fuera no actuaria tan normal, sus amigas debieron contarles lo que pasó.

Las chicas siguieron de cerca a Sayo quien se encontraba cerca de un cerro el cual tenía una larga escalera de madera que conducían a un templo sintoísta pero antes de llegar.

— ¡Guau! ¡Guau! 

Un perro de la calle se encontró en frente de Sayo quien venia caminando por esa calle.

— Mira ese perro. — Kiwi hizo que Utena prestara atención, pero Utena lo único que veía en frente suya era el trasero de Kiwi, la chica Hiiragi al verlo solo pudo babear.

— ¡Grrrrr! ¡Guau! ¡Grrrr!

El perro se le tiró encima a Sayo la cual se cubrió con su brazo, el canino estaba totalmente enojado mordiendo con todas sus fuerzas, pero la chica no reaccionaba en lo más mínimo.

— ¡Grrrrrr!

Sayo al ver esa escena agarró del collar de aquel perro de gran tamaño para quitárselo de encima, pero este no se dejaba, jaló con más y más fuerzas haciendo que la tela de su uniforme se desgarrara y tiró al perro lejos.

— ¡Grrrrr! ¡Grrrr! 

En la boca del perro estaba el brazo de Sayo arrancado, pero sin ningún rastro de sangre aparente.

Tras darse cuenta de la ausencia de su brazo «Sayo» corrió a toda velocidad hasta dar con el perro, agarró con su brazo libre su brazo arrancado y con su pierna pateó al perro con fuerza, la suficiente para que le doliera y aturdiera, pero no tanto como para hacerle daño letal.

— ¡Guauuuuuuu! 

El perro salió chillando a toda prisa, la Sayo falsa agarró su brazo arrancado viendo hacia todas direcciones asegurándose de que nadie la viera y unió su extremidad salida. Con un sello en forma de talismán oriental conectó su brazo con el resto de su cuerpo y una tenue luz se vio, tras unos segundos estaba como si nada y caminó escaleras hacia arriba a su hogar que era aquel templo.

— U-utena-chan… ¿Viste eso?

— S-si…

Utena estaba con una de sus manos alzándole la falda a Kiwi pero sus ojos estaban hacia la escena impactante que acabó de ver.

— Esa no es Sayo… — Respondió Utena y Kiwi casi al unisonó.

En los pasillos de una lujosa mansión unas sirvientas estaban corriendo mientras vestían diminutos uniformes que dejaban ver sus bragas oscuras y blancas con encajes.

— ¡Noooo! ¡Momomori-sama!

Las criadas gritaban, pero no eran gritos de terror sino de juego y coqueteo.

— ¡Las atrapé! 

Una chica de cabello verdoso y enormes pechos vestida solo con su ropa interior oscura atrapó a aquellas sirvientas en las puertas de un cuarto, en la siguiente escena la puerta se abrió con la ama agarrando a cada una de las sirvientas de sus cinturas.

— Momomori-sama, nos hace cosquillas.

— Es su culpa por tentarme así jajaja.

Las sirvientas cayeron en la gigantesca cama de aquel lujoso cuarto.

— ¿Que nos va a hacer? 

Las sirvientas se tapaban sus pechos a medida que su ama le quitaba sus sostenes.

— Un poco de cardio jajaja.

Tras unos segundos se pudo escuchar algunos gemidos en ese cuarto, una de las criadas tenía las piernas abiertas y en medio de ellas aquella ama de cabello verdoso, pero entonces.

— ¡Kaboom!

Se pudo percibir a lo lejos una explosión que hizo temblar un poco aquel lujoso cuarto.

— ¿Y eso? ¡Kya! — Una de las sirvientas preguntó mientras sentía en medio de sus piernas una lamida en su zona intima la cual se detuvo.

— Deben ser ellas de nuevo en su entrenamiento.

Momomori Momo, la ama de aquella mansión alzó su cabeza con su lengua aún fuera de sus labios dejando un hilo de saliva que se conectaba hacia la intimidad de una de sus sirvientas.

Detrás de la gigantesca mansión a las afueras de la ciudad se encontraba un aún más extenso bosque, en medio de aquella zona estaba una columna de humo elevándose hacia el cielo.

— ¡Haaaaaaa! 

Un poderoso puño eléctrico chocó con la parte ancha de una enorme espada.

— ¡Muy lenta! ¡Painful #8!

Una niña pequeña extendió su espada hacia arriba haciendo que aquel puño eléctrico se alejara y de una patada golpeó el abdomen de la chica rubia la cual fue lanzada a toda fuerza atravesando varios árboles.

Aquel golpe dejó un camino pequeño de tierra arada y árboles derribados hasta llegar a donde estaba la chica rubia tirada con una visible marca de dolor en su abdomen.

— Eres muy predecible Sulfur-chan, a este ritmo no vas a poder vencer a Enormita.

Aquella niña con prendas indecorosas y una media mascara se reía.

— Jeje… ¿eso crees Imitatio? — Sulfur esbozó una sonrisa mientras un rastro de sangre caía de su frente.

— ¿Qué? — La niña se puso en alerta al sentir como el área que la rodeaba se electrificaba por completo, se pudo sentir una enorme acumulación de poder mágico en el área.

— ¡Thunder Fist Barrage!

De repente Imitatio vio una lluvia de golpes eléctricos dirigiéndose hacia ella, alzó su espada para defenderse y entonces a lo lejos se pudo ver una explosión mágica llena de truenos. 

La niña y su enorme espada fueron expulsadas varios metros, los pies de Imitatio dejaron un rastro de tierra señal de como ella se resistió ante aquel impacto.

— Maldición… Nada mal hija de perra.

Imitatio se cubrió de aquellos golpes, pero en su rostro se pudo ver el impacto de uno que le dejó su labio con un pequeño golpe.

— Jeje… en tu cara… pendeja… — Sulfur cayó al piso inconsciente.

— ¡Imitatio-sama! 

A lo lejos llegó una chica mágica de cabello albino con iluminación rosada y su vestido hecho de vendajes y su cuerpo lleno de perforaciones.

— ¿Está bien? ¿Esa tonta de Sulfur le hizo daño? ¿Quiere que le dé una lección?

La chica mágica de apariencia macabra no hacía más que ver e inspeccionar cada rincón del cuerpo de la niña con un rostro lujurioso.

— Ya deja de mirarme el culo Berserga o te patearé el culo a ti también.

— ¿En serio? Si quiere puede hacerlo ahora.

Berserga sonrió y se dio media vuelta alzando su culo hacia la niña

— Recoge a Sulfur y llévala con las criadas para que la curen, acaba de dar un buen progreso aquella chica.

Sulfur estaba inconsciente pero ahora con su forma de civil, se destransformó pero en su rostro se veía una sonrisa de satisfacción.

Era ya de noche en la mansión Momomori, en un enorme comedor estaban todas las chicas cenando, varias criadas estaban vestidas con toda clase de modelos de ropa de criada siendo una más exótica que la otra.

— Y entonces Sulfur-chan le dejó esa herida a Imitatio-sama, me hizo enojar mucho.

— Ya calma Randa, solo me confié un poco es todo.

— Pero es increíble que Kaoruko-chan haya hecho tantos progresos en menos de un mes.

En el otro extremo de la gigantesca mesa estaba Kaoruko con un vendaje en la frente, un parche en la mejilla y algunas curitas en su brazo real.

— Oigan que aún estoy aquí, no hablen como si no estuviera.

— Perdón Kaoruko-chan, jeje, pero debo decir que no solo has mejorado en las luchas.

Momo vio con satisfacción como Kaoruko estaba comiendo aquel enorme pedazo de carne cortándolo delicadamente con un cuchillo sostenido por su brazo artificial, no había temblores o descoordinación, era como si fuera su brazo real.

— Por cierto ¿Qué pasó con la escuela Kaoruko-chan? — Preguntó Momo la ama de la mansión.

— Ah, eso… la verdad es que dejaré que los golems sigan haciéndose pasar por nosotras por un tiempo más hasta que podamos curar a Sayo y Haruka-chan…

— Aun así, no dejes que los golems hagan todo el trabajo, cuando puedas regresa a tus estudios, no los abandones — Respondió Imitatio quien comida un pure de papas acompañado de su chuleta.

— ¿Lo dice por experiencia Imitatio-san? — Peguntó Momo mientras se acariciaba la mejilla con una pequeña y juguetona sonrisa.

— ¡¿Qué dijiste cabrona?! — Imitatio se alzó de la mesa y agarró de uno de sus pechos enormes y regordetes de la ama de la casa de cabello verdoso.

— ¡Kya! ¡Noooo! Sabes que no me gustan niñas pequeñas, aunque seas tú.

— ¡Imitatio-sama hágamelo a mí no a ella! — Respondió Randa mientras mordía el mantel de la mesa.

— Ustedes son bastante unidas… 

Kaoruko dijo con un tono melancólico, al ver esa escena tan rara le recordó a esos tiempos donde pasaba con sus amigas Haruka y Sayo, aquellos momentos donde Haruka les quería hacer comer champiñones en todas sus comidas o cuando Sayo se excitaba por cosas bastante extrañas, esos días fueron hace solo un par de meses, pero se sentía como si hubieran sido hace años, realmente las extrañaba.

Entonces se pudo escuchar el sonido de un portal abriéndose en el otro cuarto.

— Oh, parece que ya llegó nuestra invitada especial, chicas por favor déjennos solas.

— Si Momomori-sama.

Todas las criadas se fueron del comedor y segundos después apareció una criatura mágica de color lechoso flotando.

— Chicas, gracias por esperar ¿Están bien?

— ¡Cabrona Vatz! ¿Dónde carajos has estado? No te hemos visto en más de un mes. — Kaoruko se enojó al ver a su mascota mágica.

— L-lo siento Kaoruko-chan… pero es que debía hacerme cargo de varias cosas…

— ¿En serio? Porque se me hace que pareces muy rellena y regordeta para hacerte un asado.

Kaoruko vio con mucha intimidación a su mascota mágica mientras sostenía sus utensilios caros de comida las cuales posiblemente estaban hechos de plata y acababa de aprender a usar.

— Calma, calma Kaoruko-chan, deja que Vatz hable primero. — Dijo con una sonrisa Momo.

— Gracias Momomori-san, ejem, quería decirles que… he encontrado algo…

— ¿Encontrado algo? — Las Shio-chan se preguntaban sin saber a qué se refería, pero Kaoruko sí.

— ¡¿Encontraste la forma de como liberar a Haruka y Sayo-chan de la Plaga Noir?! — Preguntó muy ansiosa Kaoruko quien parecía que ya quería saltar de su asiento.

— Si, pero… es un método algo… inmoral.

— ¡No me importa si es inmoral o no! ¡Dilo de una buena vez Vatz!

— Kaoruko-chan… está bien… se los diré.

Todas las chicas estaban impacientes al escuchar lo que diria Vatz, el frio viento de otoño de aquella noche hacia sonar las ventanas, las hojas de los árboles ahora de color amarillento caían a por montones y las velas de la sala se movían al ritmo del viento.

— Para curar a Haruka-chan y a Sayo-chan de la plaga Noir hay que… Matar a la persona que las infectó…

– Continuará…