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(Fanfic) Mahou Shoujo ni Akogarete: Educación Reproductiva – Clase 7

Nota: Después de varias semanas estoy de regreso y esta vez para expandir el lore de este Omegaverso con las leyes que he creado aquí, espero lo disfruten.

— Vamos a tener una hija, estoy embarazada.

Murasaki contó la gran noticia en frente de todas incluyendo Kiwi quien era la invitada, el ambiente se pronto estuvo en silencio, se podía escuchar el sonido del aire acondicionado.

— ¿Utena-chan…? — Rushi sonrió amablemente mientras inclinaba su cabeza hacia un lado, pero entonces.

— ¡Woooooow! ¿En serio está embarazada suegrita? — Kiwi alzó sus brazos en una mezcla de euforia y sorpresa.

— ¡Ohhhh! — Los ojos de Korisu se iluminaron con múltiples estrellas mientras abría un poco la boca en señal de sorpresa y alegría.

— Jeje, bueno, creo que la familia va a crecer más, pero ¿Utena-chan? ¿Qué opinas? ¿Te parece bien que vayamos a tener una hija? — Puede que no lo pareciera, pero para Rushi la opinión de la hija de su actual esposa era un asunto muy importante.

La cabeza de Utena estuvo inclinada y sus ojos estaban ensombrecidos hasta que lentamente sacó un pañuelo de su bolsillo para llevarlo hasta sus ojos, limpiarse un poco y posteriormente alzar su cabeza.

— Felicidades mamá, ahora Korisu-chan será también hermana mayor.

Utena tenía los ojos húmedos y con un rubor en sus mejillas, pero al mismo tiempo estaba sonriendo de alegría, su madre Murasaki, quien durante años estuvo trabajando para mantenerla, finalmente se había casado con una mujer que la amaba y ahora iban a tener el fruto de su amor y Utena tendría una nueva hermanita.

— Utena-chan… — Murasaki también empezó a poner sus ojos húmedos y trató de secarse con sus dedos, pero entonces un pañuelo se elevó desde abajo de ella, alguien se lo estaba dando.

— No llores mami. — Era Korisu quien le dio el pañuelo a su madre Murasaki.

— Korisu-chan… Korisu-chan, gracias, gracias.

La madre de Utena se inclinó para recibir el pañuelo de su hija política con una notoria sonrisa.

— Gracias Korisu-chan, ahora tendrás una hermanita menor ¿No es fenomenal?

— ¡Si, si! — Korisu dio pequeños saltos mientras elevaba sus puños con orgullo.

Toda la familia Murasaki-Morino estaba reunida en un círculo, sus lazos se fortalecieron aún más con la buena noticia mientras detrás de ellas había alguien quien hacia pequeños ruidos.

— ¡Buaaaaahhhh! ¡Pero que linda familia son! ¡Yo también quiero formar una familia así con Utena-chan! 

Era Kiwi quien ya tenía varios pañuelos desechados hechos bolita en el piso, tras decir algunas palabras se limpió los mocos.

— K-kiwi-chan, perdón por toda la escena — Utena trató de disculparse con su novia, pero entonces su brazo fue agarrado por su pareja misma.

— Utena-chan, embarázame.

Kiwi lo dijo con un notorio sonrojo como si fuera una chica tímida, varias partículas de luz la rodearon al decir esas palabras.

— ¿He?

Utena, Murasaki, Rushi y Korisu voltearon la mirada con cara de poker a Kiwi y tras unos segundos:

— ¿Heeeeeeeee? — Tanto Murasaki como su hija Utena exclamaron aquello al unisonó.

— ¡K-k-k-kiwi-chan! ¡No digas eso ni de broma en frente de mi mamá!  — Utena puso su mano en la boca de Kiwi para que dejara de hablar, pero, detrás de ella se pudo percibir un aura asesina y unos ojos de depredador, eran de Murasaki.

— ¡Sobre mi cadáver van a tener bendiciones hasta al menos haber terminado sus estudios!

Murasaki estuvo persiguiendo a Kiwi por toda la casa con una chancla en la mano mientras Utena estaba observando todo con pánico, detrás de ella estaba Rushi riendo mientras tapaba su boca con sus dedos disimuladamente hasta que pudo sentir su mano siendo tomada por la pequeña de su hija Korisu.

— Korisu-chan, las cosas van a cambiar, pero serán para bien, ahora tienes a la familia que siempre has merecido.

— Si. 

Korisu sonrió felizmente a su madre Rushi.

Utena fue a acompañar a su novia Kiwi a su casa, en su cabeza había un chichón junto a una curita que la cubría parcialmente

— No sé qué tiene de malo que tengamos una hija o dos antes de graduarnos, suegra-chan a veces es muy quejumbrosa — Kiwi tenía inflado uno de sus cachetes.

— N-no creo que debamos pensar en hijas ahora, creo que mamá tiene razón y primero deberíamos terminar nuestros estudios.

— Mi familia tiene dinero, podríamos tener una docena de hijas y aun así nos sobraría el dinero para tener otra docena más.

— ¡¿Una docena?!

En la mente de Utena estaba ella en medio de la sala de un departamento mientras planchaba la ropa, en su brazo tenía una hija, en su espalda a otra, unas cuatro más en el piso jugando con carritos, algunas más trepadas en los muebles y entonces la puerta se abrió con Kiwi en ella con ropa de asalariada japonesa.

«Quiero otras cinco hijas»

«¿Heeee?»

— ¿Utena-chan? ¿Me estas escuchando? — Kiwi despertó a su novia que soñaba despierta o más bien tenía una pesadilla.

— ¿He? ¡Ah! No, nada… es solo que… no, olvídalo. 

— Jeje, eres tan linda Utena-chan, ups, se me callo mi bolso.

— Déjame agarrarlo por ti.

Cuando Utena se inclinó para recoger el bolso de su novia se dio cuenta que de ella calló una pastilla rosa con un corazón en el centro de ella.

— ¿Qué es esto? — Utena agarro la pastilla y tras unos segundos examinándola su cara se puso muy pálida.

— K-kiwi…chan… ¿Acaso esto es…?

— ¡Ah! Es el par de la pastilla anticonceptiva que nos dieron, como sobró una la guarde en mi bolso, jeje.

— ¿Heeeeeeee? P-p-pero la doctora nos dijo en la clínica que era de tomarse la segunda después de…

— ¡Ha! ¿Era tomársela después? Ups, jeje.

— ¡Haaaaaaaaaaaaaa!

Se pudo escuchar el grito de terror de Utena por toda la calle, tanto así que los autos estacionados cerca activaron sus alarmas antirrobo, los perros ladraron y las bebés lloraron.

El fin de semana terminó y las clases retomaron su rumbo normal, las chicas fueron a la academia como era de costumbre y entraron a sus salones, en medio del pupitre estaba Utena echada con sus lágrimas bañándola.

— Mamá me va a matar, mamá me va a matar, mamá me va a matar.

Repitió Utena muchísimas veces, a su lado estaba Kiwi quien no hacía más que escribir en un cuaderno varios nombres mientras había otros tachados.

— Mihari, Serena, Sakura, Nanoha, Yuyu, Riri ¿Qué nombre deberíamos ponerle?

Durante todo el día Utena estuvo distraída, en las clases de educación física las pelotas que le lanzaban le daban directamente, pero ella ni se inmutaba, Kiwi dibujaba varios vestidos de boda en su peculiar estilo excéntrico, ambas parecían en mundos totalmente distintos.

Tras terminar las clases las chicas fueron llamadas para asistir a sus clases de educación reproductiva, en ella estaba la presidenta Rias Gremory quien estaba con su rostro y piel algo bronceadas.

— Espero que hayan tenido un grandioso fin de semana, en mi caso fui a la playa con mi nov… compañeras del consejo estudiantil para algunas actividades del próximo festival escolar.

Las chicas en el salón rieron ante las ocurrencias de la presidenta.

— Muy bien chicas, supongo que ya se hicieron sus pruebas de tipo ¿verdad?

Las chicas en el salón dijeron un si casi al unisonó a excepción de Utena que seguía con la cabeza tirada en el pupitre.

— Perfecto, ahora que ya saben si son Alfas, Betas u Omegas es hora de entrar a la siguiente clase y es.

De repente algunas luces de diferentes colores, como si se tratara de algún teatro o circo, aparecieron desde el proyector para llamar la atención de las chicas hasta que el pizarrón que estaba en frente de ellas fue volteado para presentar el tema de la clase.

— ¡Fase lunar y fase solar!

Las palabras estaban escritas en un excéntrico japones con muchos colores y decoraciones.

— De seguro algunas de ustedes ya lo saben, pero para las que no, deben enterarse de que no solo hace falta ser una alfa o una beta para embarazar a una omega, también deben saber si están en su fase lunar o en su fase solar o de lo contrario por más que copulen nunca quedarán embarazadas.

De repente el mechón de cabello que estaba aguado y tirado junto al resto de la cabeza de Utena se paró y adoptó el signo de interrogación.

— ¿He? ¿Heeeeee? 

Utena se alzó con todas sus fuerzas de su pupitre asustando a todas las que estaban a su alrededor.

— ¿E-es en serio lo que dijo presidenta Gremory?

— Utena-chan, por favor, no grites en medio de la clase, se más considerada con tus compañeras.

— ¿He? ¿Ah? Si… lo siento mucho…

Utena se volvió a sentar avergonzada mientras las chicas a su alrededor daban pequeñas risas.

— En fin ¿A que iba? A cierto, verán chicas, existen las fases lunares y las fases solares.

El proyector colocó una imagen con los tres tipos de chicas, Alfa, Beta y Omega.

— La alfa es capaz de embarazar a la Beta y a la Omega, la Beta es capaz de embarazar a otras betas y al mismo tiempo de embarazarse de otras de su mismo tipo mientras que las Omega son las que se pueden embarazar tanto de una Alfa como de una Beta.

— Si, si, lo recuerdo — Utena estaba tomando notas como loca.

— Pero de seguro se han de preguntar ¿Como hacen las betas para elegir quien embaraza a quién? ¿Acaso las dos se embarazarían al mismo tiempo? y la respuesta es ¡No!

En el proyector salió la imagen solo de la chica Beta, a su alrededor había un círculo el cual estaba dividido en el día y la noche.

— Las betas tienen un ciclo natural donde en un periodo de tiempo son propensas a embarazarse y otro periodo de tiempo donde pueden embarazar.

— El periodo solar es donde la Beta es capaz de producir ovuloides que son las que entran en el cuerpo de su pareja para embarazarlas.

En el proyector se vio el dibujo de varias criaturas microscópicas pero dibujados en estilo de caricatura, su forma era la de un corazón invertido con una cola que se movía, su color era rosa.

— Al llegar al clímax las Betas en su periodo solar liberan sus ovuloides que entran en el útero de su pareja para engendrar una nueva vida, pero ¿Y qué ocurre en la fase Lunar?

El proyector colocó otra imagen que era la de una Beta con la luna detrás de ella.

— Cuando las Beta están en su fase Lunar sus ovuloides son reemplazados por Óvulos.

La imagen del proyector cambió, ahora era la imagen de otra criatura microscópica, era redonda casi perfecta, pero de color blanco, en su interior estaba el logo de un corazón, pero de color gris.

— Cuando una Beta está en su fase lunar es capaz de receptar los ovuloides de otras Betas.

Se mostró un video donde un ovuloide, con la forma de un corazón invertido de color rosado, pero con una cola alargada en ella que le permitía moverse. El ovuloide entró en contacto con el ovulo que era de color blanco, con mucha perseverancia el ovuloide entró en el ovulo hasta su centro y entonces se vio una animación especial.

El ovulo, que antes era blanco y en su interior con un corazón gris, se iluminó para cambiar de color, ahora el ovulo era rosado y el corazón en su interior ahora era de color rojo.

— Y así es como el ovuloide inseminó al ovulo para dar el inicio a la creación de nueva vida.

El proyector se apagó y las luces se encendieron.

— ¿Alguna pregunta?

Las chicas del salón se quedaron por un segundo calladas, pero entonces algunas se pararon o alzaron sus manos, las preguntas eran varias, tantas que la presidenta no podía escucharlas bien a todas, en medio de ellas estaba Utena quien actuaba con frenesí para que la presidenta respondiera sus preguntas.

— Muy bien, muy bien, ya escuché, voy a responderlas ahora, cada una haga sus preguntas en orden.

Una de las chicas alzó la mano.

— Tu, Aihara Yuzu.

— Si, ¿Qué pasa con las Alfas? ¿Ellas tienen fases también?

— Esa esta fácil, la respuesta es: No, las alfas no tienen intermitencia de fases solares y lunares, ellas en su condición de alfa siempre estarán en fase solar, por ende, solo pueden producir ovuloides, ¿Alguien más? Si, tu.

— ¿Y qué hay de las Omegas?

— Con las omegas ocurre lo mismo que las Alfas, pero a la inversa, ellas solo pueden producir óvulos por ende siempre estarán disponibles para embarazarse.

— ¿Y cómo se sabe cuándo alguien está en su fase lunar o en su fase solar?

— Eso es muy simple.

De nuevo las luces del salón se apagaron y el proyector mostro imágenes algo eróticas al estilo manga donde dos chicas en pose de tijeras se corrían.

— La corrida de una chica Beta en su fase lunar como el de una chica Omega siempre será transparente, mientras que la corrida de una chica Beta en su fase solar como el de una Alfa será semi transparente, pero con una leve coloración rosada por sus ovuloides.

— ¿Heeeee? Entonces, entonces, Kiwi-chan, Kiwi-chan, dime ¿De qué color es tu corrida?

— ¿Por qué me preguntas eso ahora? Me has visto correrme muchas veces ¿No deberías saberlo ya?

Utena tragó saliva e hizo memoria de las ultimas veces que fornicaron, pero entonces varias chicas a sus alrededores las vieron algo sonrojadas.

— Chicas, por favor, hagan esas discusiones en privado, seguimos en clase — La presidenta Rias les llamó la atención.

—¡Ah! Lo siento, lo siento… 

Utena se sentó avergonzada, tras semejante información ella estaba pensando en la forma de saber si la corrida de su novia era la de una beta en su fase lunar o en su fase solar y solo había una forma de descubrirlo.

Al terminar las clases ambas chicas estaban caminando en la zona rosa de la ciudad, varias chicas estaban con sus parejas, en frente de Utena y Kiwi se alzaba el hotel de amor que suelen frecuentar.

— ¡M-muy bien, hay que hacerlo aquí! — Utena estaba sonrojada casi echando humo, pero más que por excitación era por curiosidad.

— ¡Yay! ¡Utena-chan quiere darme más hijas! 

— ¡N-no es por eso! Quiero averiguar si voy a vivir o voy a morir.

Ambas chicas entraron a aquel hotel, pero antes de acercarse a la recepción Utena abrió su cartera y lo que vio allí eran…

— 500 yenes… ¡¿Quinientos yenes?!

Utena puso cara se sorprendida, sin darse cuenta se había quedado sin dinero.

— Bueno, es normal, hemos venido mucho últimamente, incluso con tu 20% de descuento no te alcanzaría Utena-chan.

— ¿Qué voy a hacer? ¿En mi casa? ¡No! ¡Mi mamá estará allí por sus vacaciones! 

Utena se arrodillo al piso sintiéndose derrotada pero entonces alzó la cabeza para verla a Kiwi.

— K-kiwi-chan… ¿Por si acaso no tendrías por allí algunos… yenes extras?

— ¿Oh? ¿Quieres que te preste dinero? Déjame ver si tengo.

Kiwi sacó su billetera.

— No, lo siento Utena-chan, hoy no traje más dinero que el de costumbre para comer algo e irme en bus de ser el caso.

— ¿Heee? ¿Incluso con lo rica que eres?

— Utena-chan, es verdad que no tengo dinero… pero no tengo dinero en físico.

En ese momento Kiwi sacó de su bolso una cantidad exagerada de tarjetas de diferentes colores, plateado, dorado, negro, todos ellos brillaban de tal forma que Utena sentía que se quedaba ciega.

— ¡Pero tengo mis tarjetas de crédito!

— ¡Ah! ¡Mis ojos!

Tras unos momentos las chicas fueron a la recepción, en ella se paró Kiwi con sus lentes de chica adinerada.

— Denos la suit presidencial, un par de champagne, algunos de sus mejores juguetes de industrias Yuri por favor — Dijo Kiwi con algo de aires de superioridad mientras entregaba su tarjeta dorada.

— Es increíble, gracias a la diosa que Kiwi-chan tiene mucho dinero.

— Lo siento, actualmente no aceptamos tarjetas de crédito por renovaciones en la administración.

— ¿He?

— ¿He?

Tanto Utena como Kiwi se quedaron en shock ante la noticia.

— ¡¿Por qué?! ¡Se supone que esta es la cadena de hoteles de amor más prestigiosa de Japón! la cadena «Noche» — Kiwi se veía notoriamente confundida.

— Lo sentimos, esto se debe al cambio de administración, nuestra antigua CEO Lady Natch dejó su cargo por unos problemas con hacienda y el gobierno japonés, para evitar el cierre hemos tenido que renovarnos y por ello realizar desde cero todos nuestros métodos de transacción, por eso durante dos meses no podremos aceptar tarjetas de crédito hasta renegociar nuestros convenios con las empresas que las representan.

— Y..ya veo… 

Utena estaba con la cabeza baja y tras salir del hotel Kiwi escupió en el piso.

— ¡Esa maldita rata voladora color alquitrán nos sigue jodiendo incluso después de muerta!

— E-está bien Kiwi-chan, podemos venir mañana…

— No, de eso ni hablar — Kiwi tomó la mano de su novia.

— Vamos a mi casa, llamaré a mi mamá para que diga que pasarás parte de la noche conmigo — Kiwi sonrió coquetamente.

— ¿E-en serio? 

— Si, quiero también saber si tengo o no a tu hija dentro mía, me gustaría que así fuera, pero si no es así al menos ya sabré cómo hacer para que me embaraces la otra vez.

— Kiwi-chan… gracias.

Utena sonrió a su novia Kiwi y ambas chicas se tomaron de las manos, con el sol cayendo por el horizonte ambas chicas fueron a descubrir si en efecto estuviesen o no esperando a una hija.

– Continuará…