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(Fanfic) Mahou Shoujo ni Akogarete: Educación Reproductiva – Clase 8

Nota: Tras 3 semanas desde el último capítulo regreso con este interesante spin-off de mis fanfics de MahoAko, espero que lo disfruten ya que gracias a que no se fue la luz, pese a que estaba programado, es que pude hacerlo.

En fin, disfruten de este lujurioso capítulo donde Utena descubrirá de una vez por todas si su novia Kiwi está o no embarazada.

El departamento de Kiwi era uno bastante lujoso en un área residencial privilegiada, para entrar se necesitaba una tarjeta que se colocaba en una consola, tras aceptar la tarjeta se abrian las puertas de cristal que daba a un ascensor.

— Si, llegamos a tiempo ¿No te parece Utena-chan?

— A veces me sigo preguntando si soy digna de salir con alguien así de rica…

— ¿Por qué dices eso Utena-chan? Sabes que tú eres la única para mí y aparte tú me haces sentir bien rico.

Kiwi besaba en la mejilla a Utena mientras esta se imaginaba su vida de madres adolescentes con su mamá arreándola a cuidar a sus bebes mientras tenía una chancla en la mano.

Las chicas llegaron a la puerta del departamento de la familia Araga.

— Vamos Utena-chan, ya quiero que me cog-

Antes de que Kiwi terminara de hablar Utena le tapó la boca.

— ¡Shhhh! ¿No recuerdas la última vez que hicimos esto? creías que no había nadie en casa, pero estaban nuestras madres hablando y…

Utena tuvo el vergonzoso recuerdo de su madre persiguiéndola como loca para darle con la zapatilla mientras ella giraba en círculos protegiendo su cabeza.

— Ah… perdón, perdón, jaja, aún recuerdo los chichones que te dejó mi suegrita, que mala.

Kiwi hizo un puchero, tras un momento ambas chicas entraron silenciosamente al departamento procurando que no hubiera nadie.

— Parece que no hay nadie Utena-chan.

— Debemos revisar bien Kiwi-chan.

Las chicas revisaron que no hubiera nadie, abrieron las diferentes puertas del departamento, en una entraron al cuarto de las madres de Kiwi-chan.

— Sip, no hay nadie Utena-chan, tenemos toda la casa para nosotras solitas.

— Pero podrían llegar en cualquier momento.

— Entonces solo hay que preguntarle a mi mamá.

Kiwi sacó su móvil y le envió un mensaje a su señora madre, tras unos segundos recibió un mensaje.

— «Estamos en una cena, ya que mami llego de su servicio queríamos aprovechar»

En el mensaje había una foto de la señora Araga en un restaurante cenando junto a su señora esposa quien era tan grande que en la foto solo se podía ver la mitad de su rostro.

— Jeje lo sabía, mis mamis salieron a cenar, eso quiere decir que tardaran toda la noche en regresar.

— ¿Toda la noche? ¿Por qué dices eso?

— Bueno veras.

Kiwi le mostró la foto que le envió su madre, al fondo del restaurante, en la ventana que daba al exterior se vio un hotel de amor llamado «Gemidos de medianoche»

— ¡Ah! — Exclamó Utena.

— Jijiji, mis mamis cuando tienen tiempo les gusta pasarla muy intensamente juntas.

— Y-ya veo… ¿K-kiwi-chan?

Las chicas seguían en el cuarto de las madres de Kiwi, Utena vio como su novia se quitaba su blusa del colegio dejando ver sus enormes pechos cubiertos por su sostén negro de encaje.

— K-kiwi-chan, estamos en el cuarto de tus madres…

— Ya lo sé, por eso me lo estoy quitando.

Kiwi se desabrochó su sostén dejando al aire sus enormes pechos desnudos los cuales aún tenían marcas de todas las mordidas y succiones que le hizo su novia.

— A…a… 

Utena no podía reaccionar correctamente, en el cuarto pudo ver fotos de las madres de Kiwi, en una de ellas estaba la señora Araga junto a su hija en su primer día de escuela, en aquella foto ambas chicas tenían casi la misma estatura, pero ya para ese entonces Kiwi adelantó en estatura a su madre.

— Utena-chan ¿No te gustaría que tuviera a tus bebés?

Kiwi se bajó la falda dejando solo su panty negra de encaje puesta, ella apretaba uno de sus pezones mientras una de sus manos estaba debajo de su prenda intima tocándose.

— Si me embarazo de ti podría producir toda la leche que quisieras, podrías chuparla toda.

— Kiwi-chan…

Utena sonrió maliciosamente y se aproximó hacia donde su novia, le acarició su cabello y luego acercó su rostro hasta besarla.

— Te amo Utena-chan.

— Eres mi chica Kiwi-chan.

Utena instintivamente se quitaba su uniforme mientras seguía besando a Kiwi, las prendas de Utena caían al piso, primero su blusa, luego su falda y tras ello su sostén de color blanco.

— Utena-chan, me alegra que seas mi novia, soy tan feliz que siempre ando excitada, no puedo parar de pensar en ti.

Kiwi no dejaba de besar a su novia mientras Utena agarraba los pechos de su novia apretándolos intensamente.

— Cállate y solo bésame.

— Si, si, lo que quieras.

Kiwi no paraba de babear arriba y abajo, sonreía con mucha excitación tras lo que ambas cayeron en la cama de las madres de la familia Araga.

Utena estaba encima de Kiwi, el trasero de Utena se desplazaba de lado y lado en el vientre de su novia, sus pechos desnudos de movían al ritmo de los movimientos que hacia la chica Hiiragi.

— ¿Te acuerdas de cuando nos conocimos? tú te pusiste sobre mí y moviste tu gran culo en mi vientre así.

— Ah… ah… Utena-chan ¿Te estas vengando?

— No, solo quería saber lo que sentías allí.

Utena no dejaba de mover su trasero en el vientre de Kiwi, su entrepierna se empezaba a mojar por el roce y el sentir el cálido cuerpo de su novia.

— ¿Te gusta Kiwi-chan?

— ¡Si! ¡Si! ¡Me encanta!

La joven Hiiragi le agarró los pechos a su novia para apretárselos y jalárselos.

— ¡Kyaaa! ¡Mis pezones! ¡Mis pezones!

— Hora de comer ¡Ñam!

Le mordió uno de sus pezones para luego chuparlos y succionarlos.

— ¡Kyaaaaaa! ¡Qué bien se siente! ¡Utena-chan esta succionando mis tetas!

— Te has vuelto muy masoquista Kiwi-chan ¿Acaso se te pegó lo de Sayo-chan?

— N-no, no es eso, es solo que no quiero perder con ella, cuando follo con Sayo en nuestros tríos yo soy la dominante, pero cuando la veo siendo follada por ti siento envidia.

— ¿En serio?

Utena se sonrojó un poco al escuchar como Kiwi no quería perder ante Sayo como masoquista, eso la hacía muy feliz peor al mismo tiempo hacía que su boca empezara a salivar más y más hasta que su boca estaba totalmente mojada.

— ¡Si! Te lo puedo demostrar.

En ese momento Kiwi apuntó hacia un cajón en el cuarto de sus madres.

— Utena-chan, en esa gaveta hay algo que te podría gustar, míralo.

Utena no entendía que decía Kiwi pero se levantó y revisó en aquella gaveta, al abrirla se sorprendió un poco pero luego sonrió como una autentica depredadora sexual en celo.

— Por eso te amo tanto Kiwi-chan.

Tras unos minutos las luces en el cuarto eran de color purpura por un proyector que había allí, Kiwi estaba totalmente amarrada en la cama, sus ojos vendados y su culo viendo hacia atrás levantado.

— Kiwi-chan, eres la mejor novia del mundo, por eso te amor tanto y me alegra que me permitas usar el cuarto de tus madres para hacértelo, prometo no defraudarte.

Utena sacó del cajón de las madres de Kiwi un objeto algo alargado, pero monstruosamente ancho, lleno de protuberancias, venas y con una punta algo pequeña.

— Si, si, una vez revisando el cajón de mi mami vi aquel juguete, sabía que te gustaría.

— Prometo usarlo muy bien en ti.

Utena le lubricó con aceite el juguete al igual que la intimidad de Kiwi para posteriormente introducir aquel monstruoso aparato.

— ¡Ahhhhhhhhhhh! 

Kiwi gemía de gran placer a medida que el aparato entraba, Utena solo veía con ojos extasiados como su novia temblaba de temor y placer de sentir siendo penetrada por algo así.

— Vamos Kiwi-chan, solo entró la puntita.

— ¡Ahhhh! ¡Ahhhhhhhh!

— Sigue, sigue gimiendo, demuéstrame que eres mejor que Sayo-chan siendo masoquista.

— ¡Kyaaaaaaaaa!

— Que hermosa vista, verte llorar de placer y miedo, viendo como tiemblas, que vista tan excitante.

El aparato entró casi por completo, pero a Utena no le bastaba eso y fue cuando acarició el culo de su novia y posteriormente le dio una fuerte cachetada que resonó en todo el cuarto.

— ¡Nyaaaaaaaaaaaaa!

En ese momento Kiwi sintió el verdadero terror… y placer, fue tanto que en ese momento de sentir la nalgada de su novia no pudo evitar correrse intensamente, pese a que el aparato la había llenado por completo aun así su jugo de amor se filtró hasta salir de allí mojando la cama donde dormían sus madres.

— Esa era la vista que quería ver.

Utena se inclinó para besar a su novia quien apenas y seguía inconsciente para entonces lentamente deslizar hacia afuera aquel monstruoso aparato, a medida que lo hacía más jugo de amor se derramó, las sábanas quedaron totalmente húmedas de tanto placer.

— Te… amo… Utena… chan…

Kiwi quedó inconsciente en la cama con sus ojos semi abiertos derramando lágrimas, su lengua afuera y babeando, una vista totalmente placentera a ojos de su novia.

— Delicioso.

Utena lamió aquel aparato de aspecto aterrador que estaba bañado en los jugos de amor de su novia, pero entonces un chispazo de información le llegó a la mente, era el propósito por el cual ellas habían ido allí.

— ¡Ah! ¡Es verdad! ¡Kiwi-chan! ¡Despierta!

Kiwi no despertaba de su sueño tras su gran orgasmo.

— ¿N-necesito correrme para ver qué color tengo? ¡No idiota! ¡Era el de Kiwi! Este…

Utena apagó las luces florecentes, prendió las blancas normales y vio el objeto que había lamido, se dio cuenta que el jugo que lo estaba bañando era transparente, pero mirándolo detenidamente también notó una leve coloración rosada.

— Ah… es levemente rosada… eso quiere decir que… 

Utena sintió que las cadenas que la tenían atadas se desvanecían y ella solo pudo sentir felicidad mientras lloraba de forma comida.

— ¡Kiwi-chan no está embarazada! ¡Podré vivir! ¡Mi madre no me matará!

A varios kilómetros de distancia, en un restaurante familiar estaba una niña pequeña sentada sobre varios libros para alcanzar la mesa y en frente de ella una mujer enorme con sus ojos cubiertos de su cabello castaño rubio, vestía un uniforme militar de alto grado.

— ¡Hmmmm! ¡Que delicioso helado! — La niña, que en realidad era adulta, reaccionaba con felicidad ante el postre.

— Jeje, me alegra que te guste Chisai-san — Reaccionó la mujer de enorme tamaño.

— ¡No! ¡Ya te he dicho que no me digas así! — La señora de tamaño pequeño hizo un puchero. — Sabes que no me gusta que me llames por mi nombre de soltera, prefiero que me digas Mami-chan.

— P-perdón, no quería, este… — Pese a su gran tamaño la señora de gran tamaño se puso nerviosa.

— …jajaja, me gusta cuando te pones así Dekai-chan.

— ¡Ay! Me preocupaste.

— jaja, perdón, igual sabes que prefiero que me digas Mami-chan, después de todo tuvimos que pasar por muchos problemas para estar juntas.

— S-sí, tu familia no estaba de acuerdo con nuestra relación…

— Nunca creí que en verdad hicieras la locura de unirte al ejército para que mis madres te aceptaran.

— Si, porque sabes que te amo mucho Mami-chan.

La mujer de gran tamaño tomó de la mano a su señora esposa, ambas mujeres sonrieron felices, aunque al fondo había algunas mujeres viendo la escena murmurando sonriendo.

— Pero que hermosas, la madre trajo a su hija a comer.

— Que niña tan linda con su madre.

— ¿Dónde estará su otra madre?

Las señoras Araga vieron la escena algo curiosa para luego verse a la cara y reírse como cómplices.

— Creen que somos madre e hija jaja.

— S-sí, suele pasar a menudo.

— Oye, Dekai-chan ¿No te gustaría intentar… — La señora de aspecto diminuto se alzó un poco para contarle algo al oído de su señora esposa. — ¿Hacer bebés?

— ¡M-mami-chan! — La mujer de gran tamaño de sonrojó.

— ¿Estas en tu periodo lunar verdad? Y yo estoy en mi fase solar, si te lo hago esta noche puede que termines embarazada.

— ¡N-n-no hagas esas bromas! Seria todo un lio en mi trabajo.

— Jajaja ¿Sabes? No estoy usando sostén.

La pequeña mujer jaló con su dedo su blusa para hacer notar que debajo no había nada y se podía ver algo que parecía ser una pequeña protuberancia que supuestamente es un pecho.

— ¡Mami-chan! No podemos, Kiwi-chan está en casa.

— ¿No sabes? Ella me preguntó dónde estamos, eso quiere decir que quería estar a solas en casa, capaz llevó a Utena-chan para hacer cositas, jiji, de seguro intentando hacer bebés.

Kiwi podía sentir algo cálido en su parte baja, algo caliente y mojado, unos sonidos como de zapatillas mojadas se escuchaban al igual que unos gemidos.

— ¿Utena-chan?

Al abrir los ojos podía ver a Utena quien estaba frente a ella, pero con una pierna en su hombro, era la pierna de Kiwi la cual estaba encima del hombro de Utena, ambas estaban rozando sus entrepiernas desnudas.

— ¡Ah! ¡Hahhh! ¡Kiwi-chan no está embarazada! Eso quiere decir que puedo hacerlo sin protección cuanto guste esta noche.

Utena no dejaba de rozar su entrepierna con el de su novia quien acababa de despertar.

— H-hola Kiwi-chan ¿ya despertaste? disculpa, es que descubrí que estas en tu fase solar, entonces podemos hacerlo cuanto gustemos.

— U-utena-chan ¡Hahhhh! pe-pero que hambrienta estas.

Kiwi abrió más sus piernas, luego lamió sus dedos para luego colocarlo en sus labios inferiores y abrirlos más.

— Puedes hacérmelo cuanto gustes, por favor ¿Sí?

— ¡Kiwi-chan!

Utena volvió a ponerse más activa colocándose totalmente encima de su novia, los gemidos en el cuarto aumentaron, el sonido de la cama temblando y la ropa regada en el piso, la noche apenas iniciaba y en eso la foto de Kiwi y su madre en la escuela calló al piso por el temblor en el cuarto.

— Continuará…

— N-no puede ser, Kiwi-chan te pasaste…

Un pequeño bolso se calló del hombro de la mujer de pequeño tamaño, su cuarto estaba en teoría arreglado, pero como toda buena madre y mujer ella puso saber lo que ocurrió en su cuarto matrimonial, el olor lleno de lujuria en el aire, la humedad y pequeñas gotas secas en el piso eran la señal de lo que ocurrió.