Nota: Gracias a todos por seguir leyendo mi fanfic, ahora se viene nuevamente peleas épocas con algunas escenas lo más creepy y perturbadoras posibles.
Poco a poco Utena iba abriendo los ojos para ver lo que estaba pasando, pese a la oscuridad del lugar ella se dio cuenta que estaba en un cuarto de estilo victoriano, no había nadie a su alrededor.
— ¿Hola? ¿K-kiwi? ¿D-dónde estás?
La oscuridad del ambiente hizo que Utena se sintiera temerosa a lo desconocido que le rodeaba, se paró lentamente y solo podía ver ese ambiente tan misterioso y perturbador.
— C-chicas… n-no soy una huésped… no me hagan asustar por favor…
Cuando Utena daba un paso se podía escuchar el sonido de las tablas viejas clavadas en el piso, eso hacía que ella sintiera escalofríos.
— No recuerdo que hiciéramos el piso así… ¿Kiwi-chan? ¿D-donde estas?
— ¿A quién buscas onee-san?
— ¡Ahhhhhhh!
De repente una cara apareció al lado de Utena asustándola, sintió como si su corazón se le saliera por la boca, el susto la tiró al piso haciendo que se golpeara el trasero, al alzar la cabeza se dio cuenta que era una niña, una niña de cabello plateado usaba una máscara que le tapaba la mitad de la cara, usaba un pantaloncillo negro con tirantes y una camisa blanca.
— ¿Qu-quién eres t-tu?
Utena apenas podía formular palabras, pero al ver que se trataba de una chica trató de controlarse.
— Shion… Imitashion.
…
…
…
Mientras tanto en otra parte de esa misma «mansión embrujada»
— ¿Dónde diablos estamos? ¿Acaso nos volvieron a meter en una casa de juguetes de Nero Alice?
La idol en banca rota se quejaba mientras caminaba con los brazos cruzados, detrás de ella estaba su amante Nemo.
— Diablos, el teléfono no funciona ¿será que en verdad nos volvieron a encerrar?
— Si se trata de Utena juro que me las va a pagar, aunque sea nuestra jefa.
— Hey, Matama, ¿deberíamos transformarnos?
La pasiva muerde almohadas sacó su dispositivo de transformación estando a punto de usarlo.
— ¿Qué van a hacer chicas?
Una voz vino por detrás de las amantes, se trataba de Kaoruko quien estaba sonriente.
— ¡Ah! ¿Eres… Tenkawa? ¿Tenkawa Kaoruko-chan?
Matama pudo reconocerla luego de verla unos segundos haciendo tiempo para que su amante pasiva escondiera su dispositivo en su bolsillo.
— Si, soy yo, Kaoruko-chan.
La chica rubia sonrió con un gesto de malicia.
…
…
…
En uno de los pasillos de la mansión Utena caminaba lentamente iluminando el camino con la linterna de su teléfono móvil mientras Imitashion caminaba a su lado, ella se sentía muy angustiada al no poder saber que pasaba al mismo tiempo que debía cuidar de la pequeña niña a su lado.
— Onee-san ¿Pasa algo? te veo temblar.
— N-no pasa n-nada, e-estoy b-bien…
Utena temblaba, detrás de ella la niña no paraba de reírse en lo bajo, vio un pequeño estante con un jarrón encima, empujó aquel objeto lo cual provocó un ruido tremendo.
— ¡Kyaaaaaaaaa!
Utena de nuevo sintió que el corazón se le salía de la boca mientras la niña solo reía.
— Onee-san ¿estas asustada? ¿Te dan miedo los fantasmas?
— N-no, no es eso, n-no les tengo miedo, s-soy valiente y, y, y…
A un lado de Utena estaba el rostro de una calavera moviendo la boca rechinando los dientes.
— ¡Hyaaaaaaaaaaaa!
Utena agarró a Imitashion y salió corriendo con todas sus fuerzas, al entrar a un cuarto ella cerró la puerta con todas sus fuerzas y puso una barricada improvisada para que nadie entrara.
— ¿Me protegiste?
— Hah… hah… hah…
Utena no podía hablar por lo exhausta que estaba, al abrir los ojos de nuevo por el cansancio se dio cuenta que la niña ya no estaba.
— ¿Imitashion? ¿Dónde estás? ¿Imitashion?
— ¿La buscabas?
De pronto una de las paredes de la habitación fue cortada en miles de pedazos, de aquella destrucción se alzó una cortina de humo, una sombra emergía y se trataba de una chica pálida con múltiples perforaciones, un vestido hecho de vendajes y su cabello pálido con tonalidades rosadas.
— ¿Q-Quién eres tú?
Utena miró impactada a aquella chica.
— Vaya ¿No puedes imaginarlo con solo verlo?
— ¿Como?
Trató de hacer memoria, pero cuando se dio cuenta solo se le vino a la mente una palabra.
— Una de las chicas mágicas.
— Si, veo que finalmente lo notas.
— ¡¿Eres una chica mágica?!
Aquella nueva chica mágica tenia de su lado a Imitashion quien estaba desmayada.
— ¡Imitashion!
— Jeje, si, mira a quién tengo aquí.
La chica mágica levantó el pequeño cuerpo de la niña y con su lengua lamió su rostro.
— ¡¿Qué?! ¡O-oye! ¿Qué crees que haces? ¡Es solo una niña!
Utena no podía creer lo que estaba viendo, aquella chica mágica estaba lamiendo la mejilla de la niña como si se tratara de un dulce, eso ya no era turbio sino un crimen.
— ¿En serio te preocupa esta chica? ¿Utena-chan?
— ¡¿Qué?!
Utena no podía creerlo, aquella chica mágica sabia su nombre, sea quien sea no era alguien en quien confiar, al contrario, era más villana que ella misma, sabía que tocar niñas estaba mal por lo que sacó su dispositivo de transformación sin dudarlo.
— ¡Transmagia!
Una luz purpura iluminó la habitación, Utena se transformó en Magia Baiser en su forma despertada, con su cabello largo al igual que sus alas, cuernos y dientes.
— Vaya, vaya, finalmente te pones seria Utena-chan, muy bien, creo que yo también lo haré, peor antes deja que me presente, soy Berserga.
Utena estaba en lo correcto, era una de las Shio-chan, las chicas mágicas que aparecieron aquella fría noche cuando se transformó y perdió el control.
…
…
…
— ¡Apártate cabrona!
Kaoruko golpeó a un maniquí animado con un trozo de madera que usaba como bate, a su lado estaban Matama y Nemo también protegiéndose de aquellos monstruos.
— ¡Matama-chan cuidado!
— ¡Kyaaaaa!
Los monstruos maniquí agarraron por debajo a Matama arrancándole parte de su falda y con ello una de sus prendas íntimas, pero enseguida Nemo llegó para patearla lejos, entonces de repente la manada de monstruos se retiró el lugar dejando sola a las chicas.
— G-gracias, Nemo-chan, creí que me iban a devorar.
— Matama… abajo tu…
— ¿He? ¿Qué pasa? ¡Kyaaaaaaa!
Matama se dio cuenta que tenía sus piernas abiertas, pero debajo de su falda medio arrancada no había nada que la cubriera, tenía sus labios íntimos totalmente expuestos a la vista de Nemo y Kaoruko, esta última miraba hacia otro lado.
— ¿Lo viste?
— N-no pude evitarlo, idiota, no seas tan descuidada.
— Qué más da, pásame las pantys de repuesto.
— Okey, okey.
— ¿He? ¿Tienen pantys de repuesto?
Kaoruko volteó el rostro para ver a Matama subiéndose sus nuevas pantys que le dio su amante.
— ¿He? ¡Ah! ¡N-no! ¡No es lo que crees!
Matama trataba de excusarse al igual que Nemo.
— Ya veo, así que ustedes son pareja.
Las amantes se sonrojaron y miraron hacia otro lado evitando la pregunta, pero entonces Kaoruko solo sonrió maliciosamente.
— Interesante.
…
…
…
— ¡Hey! ¡Utena-chan! ¿Dónde estás?
Era Kiwi quien caminaba sin rumbo entre todos los pasillos.
— ¿Dónde se metió? la perdí de vista cuando entré aquí, que raro, no recuerdo que nuestro salón fuera tan grande.
Al dar unos pasos extras vio a lo lejos una persona, tenía el cabello largo de color turquesa.
— ¡Oye! ¡Espera! ¿Sabes dónde estamos?
Kiwi corrió a buscarla, volteó el pasillo y pudo verla.
— Oye deten…te…
La chica se paró y volteó su rostro.
— Sayo…chan…
— ¿Sí? ¿Se te ofrece algo Kiwi-chan? o debería decir… ¿Leopard?
Enseguida Sayo agarró a Kiwi del cuello estrellándola contra la pared.
— ¡Gah! C-cabrona… tú no eres… Sayo…
— ¿Pero de que cosas estás hablando? Soy yo, Minakami Sayo.
Esa «Sayo» sonrió pacíficamente para después abrir la boca a tal grado que su mandíbula se partió en dos como si se tratara de un maniquí, en su garganta hacia algo parecido a un cañón que se iluminaba cargando un ataque.
— Desgraciada…
Y entonces se pudo escuchar una explosión donde estaba Kiwi.
…
…
…
— ¡Ahhhhhh!
Otra pared explotó, dentro de ella salían dos figuras peleando, eran Baiser y Berserga, la chica mágica atacaba a la villana la cual fácilmente bloqueaba sus ataques y entonces la líder de Enormita tomó impulso para usar su fusta y darle en la cara mandándola a volar hasta estrellarse contra unos muebles.
— ¿He?
Baiser se sorprendió que Berserga fuera mandada a volar fácilmente con un ataque que le hizo, la vio boca abajo con sus piernas alzadas mostrando indecorosamente su prenda intima.
— No eres tan fuerte como cuando te enfrentaste a ese monstruo de las cenizas.
— ¿Que dijiste?
Baiser se sintió algo enojada por lo que le dijo aquella chica mágica ya que le recordaba su fracaso al momento de descontrolarse, la villana agarró su fusta y golpeó el resto de las partes del cuerpo de Berserga pero esta no reaccionaba, convirtió una vela en un monstruo, desgarró la prenda de la chica mágica dejando expuesta sus tetas y le hecho cera caliente pero aun así la chica mágica no se inmutaba.
— ¿Acaso no sientes nada?
— Si, claro que sí, sigo sintiendo dolor, pero esto no es nada comparado a lo que me hace mi ama.
Berserga se sonrojó al recordar a su ama.
— Así que tu ama es mejor que yo…
Una vena se le notaba en la cabeza a Baiser.
— Veamos si esto te gusta.
Baiser golpeó un foco haciendo que se volviera en un monstruo que agarró a Berserga para que le diera choques eléctricos pero lo único que vio en el rostro de la chica mágica eran sonrisas, en una de ellas solo se relamía los labios.
— ¿Qué carajos eres?
— Solo soy una chica mágica y tus ataques no me hacen ni cosquillas, mi ama es capaz de hacerme sentir mil veces mejor que tú, mis tetas, mi culo, mi entrepierna, todo mi cuerpo está marcado por el de mi ama y tus simples ataques de aficionada no son nada para mí, apuesto que tu pareja solo es una chica fácil que se excita por esta baja clase de placer.
Baiser sentía como si se le bajaran las fuerzas, calló de rodillas, no solo sus ataques no funcionaban, sino que le hacía sentir como si todo el placer que le hizo sentir a Kiwi fuera nada. Berserga caminó plácidamente sacando una guadaña de la sangre de sus heridas y apuntó al cuello de la villana.
— Si no eres capaz de satisfacer a las mujeres, no eres nadie, ahora por favor, muere.
Berserga agarró su guadaña y lo lanzó hacia el cuello de Baiser pero entonces el golpe se paró en seco.
— ¿He?
La guadaña fue parada en seco por los poderosos dientes de Baiser quien apenas y sangraba por un leve corte en su boca.
— N-no, tienes razón, debo ser más complaciente contigo…
Los ojos de Baiser se empezaron a teñir de negro y sus pupilas de un color dorado intenso.
— ¿Como?
Baiser rompió la guadaña con los dientes, la pelea se pondría más intensa.
…
…
…
Una cabeza rodaba por el piso, era la de Sayo con su boca abierta con el cañón que iba a disparar, a un lado estaba Leopard transformada junto a un cuchillo militar.
— Jum, no te creas la gran cosa, solo eres un simple maniquí, podría vencer a cientos de ti.
Unos sonidos de pasos inundaron el cuarto, eran muchas otras Sayo maniquí que aparecieron de repente.
— No puede ser ¿en serio? cuando dije que podría derrotar a cientos de ustedes no era para que me lo tomaran literal.
Las maniquíes Sayo rodeaban a Leopard quien no hizo más que sonreír.
— Ahora podré desahogarme un poco de Sayo usando a sus maniquís como sacos de boxeo, ya verán.
Muchas explosiones se pudieron ver en aquel pequeño cuarto, uno de los maniquíes tenía una cámara que lo estaba grabando todo, al otro lado, en un cuarto a oscuras con múltiples cámaras una figura flotante de color talco lo miraba todo, era Vatz.
— No puede ser que en verdad estén haciendo esto, no es digno de las chicas mágicas… como me gustaría que Magenta y Sayo estuvieran aquí.
La criatura mágica vio en una de las cámaras la pelea de Baiser contra Berserga el cual había dado un giro asombroso de los acontecimientos.
— Muy bien Berserga-chan, veamos si tu ama es capaz de hacerte todo esto.
Berserga estaba maniatada de todas sus extremidades usando cortinas convertidas en monstruos, sus ojos estaban vendados y su boca rellena por una bola que solo dejaba que leves gemidos salieran de allí, sus pechos estaban totalmente expuestos y sus pezones puntiagudos sentían el frio de aquella noche.
— Pongamos a prueba tu fortaleza de verdad.
Baiser tenía en sus manos unas pinzas de metal enormes que echaban chispas, sus ojos estaban negros y sus pupilas en forma de estrellas doradas, la villana agarró las pinzas eléctricas y las hizo morder los pezones puntiagudos de la chica mágica.
— ¡Hmmmmmmmm!
La chica mágica era electrificada intensamente por aquellas mordidas, el cuarto se iluminaba por las descargas y la chica mágica seguía gimiendo levemente, la saliva se lograba ver salir de aquella bola que le tapaba la boca.
— ¿Te gusta? ¿Te gusta? a cierto, no puedes hablar, jajajajaja.
Las manos de Baiser se tornaban oscuras y la punta de su cabello se hacía blanca.
— Muy bien, muy bien, creo que ya va siendo hora de llegar al climax de esta aventura querida Berserga.
Utena golpeó con su fusta un cinturón que ella agarró del escenario y tenía puesta, aquel cinturón se comenzó a transformar hasta que de repente una sombra salió de la silueta de Baiser, de su parte baja algo se estaba alargando y alargando con una punta redonda.
— Me pregunto si tu ama ya te habrá estrenado por aquí, jajajajajaja.
Baiser agarraba las piernas de Berserga abriéndolas más y con sus manos negras en forma de garras, entonces arrancó su prenda intima, con el aparato que tenía en sus piernas empezó a toquetear haciendo ruidos muy morbosos a la intimidad de la chica mágica.
— Hora de comer.
Pero antes de que ella pudiera penetrarla con el aparato un relámpago amarillo calló del suelo con mucha furia haciendo que Baiser se alejara ganando distancia.
— Hey, Baiser.
Sus cabellos dorados ondulaban por el área electrificada, su traje asiático de artes marciales y sus puños que estaban rodeados por cinturones negros flotantes era la última chica mágica de Tres Magia que quedaba.
— Magia Sulfur Blitzengel.
— Cotninuará…