Nota: Tras varias semanas finalmente regreso con este otro fanfic, espero que lo disfruten y que sepan que este capítulo tiene uno de los 3 MÁS GRANDES MISTERIOR de mis fanfics de MahoAko ya revelados.
Era medio día en un concurrido restaurante de clase alta en un edificio del centro de la ciudad, allí yacían dos mujeres sentadas en la mesa, una de cabello rubio y corto mientras la otra de cabello castaño rojizo largo.
— Es un muy buen restaurante Morino-san, no sabia que hubiera uno en un piso tan alto.
— Bueno cuando una lleva trabajando tantos años encuentra estos sitios tan buenos jaja, muchas gracias por acceder a reunirnos aquí Kitamura-san.
— No, no, el placer es mío, nunca creí que podríamos hacer una colaboración con la mismísima Industrias Yuri, nuestra editorial ha tenido contactos con toda clase de empresas pero hacerlo con la más prestigiosa de japón es único.
— Oh, por favor, me va a hacer sonrojar jaja, en fin sobre lo de la publicidad para nuestros productos en su revista para adultas me parece que seria un buen lugar.
— Tiene razón, aunque es una lastima que no pueda publicitarlo en nuestras otras revistas que son para adolescentes, la legislación de la edad mínima de consentimiento es una cosa y la del consumo de material para adultas es otro.
— Cierto… por cierto, aprovechando que estamos aquí quería preguntarle algo.
— ¿Preguntarme algo? ¿Acaso mi talla del sostén?
— Si, digo ¡No!
— Jajaja, caíste.
— hmmm… sigues tan bromista como siempre ¿Verdad?
— Bueno, cuando nos conocimos hace diez años eras una chica completamente distinta, aún tengo la marca de tus mordidas en mis muslos.
— ¡Pffff!
— Jajaja, es broma, es broma, en fin ¿Qué querías preguntar?
— ¿Te acuerdas de Noaru?
Al momento de escuchar aquel nombre el tenedor donde tenia un pedazo de carne se calló manchando el mantel de la mesa.
— ¿Dijiste… Noaru?
— Si, ya sabes, la chica que solíamos ver en el bar todas las semanas.
Kitamura se limpiaba la boca, tras aquello puso una mirada algo más seria.
— Durante ese año la vimos bastante, solíamos divertirnos juntas haciendo todo ese tipo se locuras pero no la volvi a ver luego de ese tiempo ¿Por qué la pregunta Morino-san?
— Bueno, digamos que la vi de lejos en una reunión de trabajo y tenia curiosidad.
— Ya veo — Kitamura miraba hacia todos lados tras aquello se tapó un poco la boca para decirle algo a la mujer rubia.
— Noaru era conocida por ser toda una depredadora de mujeres, era muy versátil, le gustaba ser dominante y pasiva, buscaba mujeres peculiares.
Morino entendía lo que estaba escuchando, simulaba que se limpiaba la boca para seguir hablando.
— Lo entiendo, también escuche esos rumores, admito que no era la mujer más pulcra hace diez años, pero no pregunto por ella porque deseo algo con esa mujer, es solo curiosidad.
— Entiendo, entiendo, si es así entonces no hay problemas, mira, si llego a saber algo de ella te avisaré ¿Esta bién?
— Gracias Kitamura-san.
Tras haberle dado las gracias un mensaje le llegó a tu teléfono móvil, al darle una ojeada una sonrisa se dibujó en su rostro, era un mensaje de Murasaki.
— Oh, esa mirada, se lo que significa esa mirada Morino-san.
— ¿He? ¿A que te refieres?
— Te has enamorado ¿Verdad?
— ¡¿Heeeee?!
Morino se sonrojó un poco ante aquella adivinanza de su antigua amiga de juergas.
— Pero Morino-san, no deberías buscar sobre tu ex cuando estas ya con una mujer.
— ¡Ya te dije que no es así!
— Jajaja, disculpa, disculpa, ups, me llegó un mensaje, parece que hay una reunión de trabajo, al parecer van a adaptar al anime una de nuestras obras, ojala sea el de mi revista como «Pijamada Caliente» jaja.
…
…
…
En el edificio de industrias Yuri, Murasaki estaba revisando su papeleo pero en su mente no se le quitaba la idea de que vio a su ex esposa, entonces un mensaje de respuesta le llegó a su teléfono móvil.
— «No pienses en esa bruja, mejor piensa en lo que hicimos la otra noche en la oficina ;)»
El rostro de Murasaki se sonrojó y luego sonrió pero aquella mirada se desvaneció cuando una noticia llegó por los altavoces del edificio.
— «Atención, atención, personal del edificio, hemos recibido reportes de ataques de la organización de terror Enormita que se están realizando justo ahora, por su seguridad les recomendamos que se queden en sus puestos de trabajo listas para evacuar de ser necesario.»
— ¿Otro ataque? Últimamente han estado muy activas esas delincuentes, espero que Utena-chan esté a salvo en casa concentrada en sus estudios.
Posteriormente se pudo sentir un leve temblor.
— ¿Y eso?
Por la ventana del edificio pudo ver a lo lejos una serie de columnas de humo elevándose y una extraña silueta de un tamaño parecido al de los edificios moviéndose.
— ¿Qué es eso?
Tras ver aquella vista extraña Murasaki sacó su teléfono móvil para revisar las redes sociales con el hashtag #Enormita y en ese mismo instante le salieron un sin numero de imágenes, una multitud de mujeres corriendo despavoridas mientras detrás de ellas habían criaturas extrañas de color oscuro que segregaban un liquido viscoso del mismo color.
Aquellas escenas eran terroríficas, un miedo creció dentro de Murasaki, quería estar segura de que su hija estuviera bien, marco al numero de su hija y la llamó, pero no respondía.
— ¡Demonios Utena-chan! ¡¿Donde estas?! Contesta…
En el monitor de su computadora pudo ver en la sección de noticias que estaban pasando un video sobre el ataque de Enormita, en el video se podía ver a una mujer vestida con traje de monja que dejaba ver la mitad de sus pechos al aire, estaba peleando contra algo que se movía muy rápidamente y que dejaba explosiones a los alrededores.
— Pero que barbaridad… Utena-chan…
Un temblor se sintió y tras eso uno de los edificios más cercanos al de Industrias Yuri sufrió una explosión, cristales estallaron y tras eso una figura gigante se estaba cayendo haciendo que todo el terreno temblara.
— «¡Atención personal del edificio! Hemos recibido la orden de evacuación, por favor bajen tranquila y ordenadamente por las escaleras de emergencia.»
Era el altavoz, tras recibir aquella orden Murasaki solo recogió su bolso y su teléfono móvil, al salir de su zona de trabajo pudo ver a una larga fila de mujeres caminando a marchas forzadas hacia las salidas de emergencia que daban a unas escaleras.
— ¿Te enteraste? Es enormita, están atacando.
— Si, dicen que una sexy monja gigante esta aplastando edificios, ojala me aplastara con su trasero jeje.
— No digas tonterías, dicen que está cerca de aquí.
— Ya cállense, quiero llamar a mi esposa.
Las mujeres conversaban de toda clase de cosas a medida que bajaban las escaleras, los temblores por las explosiones se hacían más intensos, al momento de salir del edificio habían varias policías que dirigían a las mujeres en las calles hacia sitios seguros.
— Vamos, muévanse, muévanse, debemos ir a un área segura, hay un bunker más cerca.
Las mujeres corrían rápidamente hacia los sitios seguros pero por lo lejos se podían ver figuras de color oscuro con mascaras blancas que se aproximaban.
— ¡Son los monstruos! ¡Corran!
— ¡Disparen!
Las policías tenían sus pequeñas pistolas reglamentarias que estaban conectadas con un cable que daban en sus cinturones, los disparos salían rápidamente pero las criaturas que las recibían casi no se inmutaban ante aquellas heridas.
— ¡Ahhhhh!
Una de las policías fue alcanzada por aquellos monstruos, envolvieron su cuerpo con su masa negra y viscosa, lentamente sus prendas se derretían hasta dejarla parcialmente desnuda.
— ¡Corran! ¡Corran!
Otra había sido alcanzada pero era una civil, la vista de su ropa siendo derretida dejando ver sus prendas intimas era un vistazo sacado de alguna pelicular para adultos de clase B pero era real.
— ¡Kyaaaaaaa!
Los gritos eran callados por las bestias que luego de desnudar a las chicas empezaron a manosearlas pervertidamente, más que matarlas parecían que querían ultrajarlas.
— ¡Haaahhhhhh!
Varios gemidos se podían escuchar en el aire, los monstruos estaban ultrajando a sus victimas, mientras tanto en una calle sin salida estaba tirada Murasaki, uno de sus tacones se había roto, en frente de ella estaban algunos de esos monstruos moviendo sus brazos como tentáculos, Murasaki ya sabia lo que le podrían hacer esos monstruos, ella estaba sola e indefensa, quizás iba a ser profanada, al pensar en aquello se le vinieron dolorosos recuerdos de cuando ella era más joven.
— «Vamos, déjame ver si te afeitaste abajo»
— «Es tu culpa por tener esas feromonas»
— «Solo sirves para ser inseminada por mis ovuloides»
— «Que deliciosa omega»
El cuerpo de Murasaki estaba en shock, no podía moverse y solo imaginaba en las mil formas en que seria ultrajada pero entonces.
— ¡HONK-HONK!
Un auto salió de la nada embistiendo a aquellos monstruos haciéndolos reventar como si fueran hechos de pastel, sus cuerpos oscuros y viscosos bañaron las paredes de los edificios cercanos.
— Hah… hah… hah…
Murasaki podía volver a respirar, entonces una mujer salió del auto, su cabello rubio corto era inmediatamente reconocible.
— ¡Murasaki-chan!
— ¡Rushi-san!
Ambas mujeres se vieron e inmediatamente corrieron para darse un profundo abrazo.
— Haaaaaa… Rushi-san, gracias, gracias.
— Tranquila, tranquila, todo estará bien, ahora entra al auto y vámonos de aquí, vamos.
— ¡Si!
Al momento de entrar en el auto varios monstruos llegaron hacia ellas, Rushi apretó el acelerador y su vehículo salió a toda marcha, habían varias mujeres en la calle, algunas de ellas también de parte de Industrias Yuri, Rushi aprovechó para embestir a varias de esas criaturas abominables y se detuvo en seco.
— Vamos, entren también.
— Gracias, gracias Rushi-chan.
— Gracias Rushi.
Tras volver a arrancar pudieron ver que había una barricada más adelante con una fila de soldadas con escudos que protegían el perímetro, entonces aquellas soldadas se abrieron para dejar entrar al auto de Rushi.
— Es el ejercito, estamos salvadas.
— Si, finalmente…
El auto se detuvo, las mujeres salieron aliviadas y entonces una saldada las recibió.
— ¿Están bien? ¿Alguna herida?
— No, estamos bien, muchas gracias, muchas gracias.
— ¡Los monstruos vienen! ¡Necesitamos ordenes general Dekai!
Una mujer de enorme estatura estaba caminando, su altura la hacia sobresalir de entre las demás mujeres, su cabello no dejaba ver sus ojos pero era notorio su gran físico.
— Mantengan sus posiciones, cuando se aproximen lo suficiente quiero que abran fuego.
— ¡Si!
Los monstruos se estaba aproximando más y más pero cuando estaban por entrar al área de tiro las criaturas comenzaron a retorcerse como si sintieran dolor, tras unos segundos los monstruos simplemente explotaron.
— ¡¿Qué?! ¿Se destruyeron?
— No puedo creerlo.
— Que asqueroso.
Tras un par de minutos de ver esa escena la general dio la orden de inspeccionar, al verlos se dieron cuenta que lo que quedaba de aquellas criaturas se evaporaba rápidamente como si fueran hechos de gel de alcohol.
— General, los monstruos se están desintegrando.
— Estas criaturas… tomen una muestra antes de que se terminen de desintegrar.
— ¡Si!
Mientras tanto detrás de las líneas defensivas estaban Murasaki y Rushi quienes seguían abrazadas, Rushi sostenía firme a Murasaki quien se apoyaba en el pecho de su jefa.
— Finalmente… todo acabó…
— Si Murasaki-chan, finalmente.
— Fue horrible… fue horrible…
Murasaki lloraba desconsolada en el pecho de su jefa.
— Fuiste valiente Murasaki-chan, muy valiente.
…
…
…
— Tras el ataque del grupo de terror Enormita las chicas de Tres Magia aparecieron para resolver el caos, testigos explican que una inmensa luz exterminó a un monstruo gigante que estaba atacando a todas.
— Milagrosamente el numero de fallecidas fue muy poco considerando los daños.
— Una monja gigante se enfrentó a una furra que lanzaba ataques explosivos.
— Los daños son inmensos, la reconstrucción tomará tiempo.
— Tres Magia se ha comprometido a ayudar en la reconstrucción.
— ¿Qué eran esos monstruos de aspecto oscuro y viscoso?
Las noticias eran interminables, Murasaki estaba en su casa con un vaso de agua y una caja de pastillas tranquilizadoras, entonces la puerta se abrió.
— Y-ya llegué…
Al escuchar esas palabras algo despertó dentro de Murasaki quien se paró inmediatamente y caminó rápidamente a la entrada de su hogar.
— ¡Hiiragi Utena-chan!
El tono de voz era severo, Murasaki sentía desesperación porque su hija nunca le respondió sus llamadas, estaba a punto de irla a reprender e incluso algo más, tenia su mano caliente pero al momento de que pudo verla sintió algo, tranquilidad y alivio.
— M-mamá, llegaste temprano ¿E-estas bien?
Entonces Utena fue callada con un profundo y tierno abrazo que rodeó por completo su cuerpo.
— Qué bueno que estás bien Utena-chan…
— ¡Hah!
Utena dio un gemido de dolor, como si algo se le hubiera todo dentro de su cuerpo.
— Utena-chan ¿Estas bien? ¿Estas herida?
— E-e… estoy… bien… no me pasó nada…
— Ven Utena-chan ¿Tienes hambre?
— G-gracias mamá…
Aquella noche Murasaki interrogó a su hija sobre lo que había pasado, cenaron juntas y sobre todo estaban juntas como una verdadera familia, mientras tanto en la residencia de la familia Morino.
— ¡Korisu-chan! ¿Korisu?
— ZzZzZzZzZz
— … jajajaja.
Cuando Rushi llegó a casa encontró a su hija durmiendo plácidamente, a su lado tenia varias muñecas, no era la hora de dormir habitual lo que era extraño.
— Estaba tan preocupada de que algo te hubiera pasado y estas tan cómoda durmiendo, en verdad eres toda una niña ¿Qué hiciste para estar tan cansada? quizás debería conocer a tus nuevas amigas de las que me has contado tanto.
Rushi tomó con sus brazos a su hija y la llevó a su cuarto, la colocó en su cama y la arropó.
— Buenas noches Korisu-chan, si todo sale bien puede que tengas una nueva mami en el futuro.
Rushi besó en la frente a su pequeña hija, apagó las luces y cerró la puerta.
— Continuará…
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En un cuarto oscuro lleno de pantallas había una criatura viendo todos los sucesos de la guerra civil que tuvo Enormita.
— Venalita-san, me dolió esa pelea.
— No te quejes, podrías haber vencido a Leopard si hubieras querido.
— Pero aún así me dolió.
— Si…
Entonces se pudo escuchar a alguien tocar la puerta como si quisiera pedir permiso para hablar pero ya estaba adentro.
— Oh, pero miren quién está aquí.
Venalita volteó el rostro para ver a aquella persona.
— Ese ataque fue demasiado llamativo ¿Segura que estuvo bien darle el control de los schiavo a esa tal Lord Enmorme?
La criatura mágica color llanta regresó a ver sus pantallas.
— Si, fue un buen experimento para lo que quiero llegar a hacer en el futuro, muy pronto mejoraré a la Plaga Noir.
— Jajaja, en verdad eres muy ambiciosa.
— Ya sabes como soy, por algo eres mi hija.
Aquella persona caminó plácidamente como si fuera su hogar, tenia un traje oscuro como de ejecutiva, su cabello era corto y oscuro, su piel pálida y su mirada misteriosa como la de Venalita.
— Es un halago que me digas eso madre.