(Web Novel) Un Mundo Carmesí: Capítulo 5, una difícil elección

En las termas de la mansión del héroe Alexis, con un ambiente lleno de humedad por el vapor del agua, se podía ver a dos figuras femeninas lavándose las espaldas, Ciel estaba riendo debido a las cosquillas que sentía por la toalla que usaba Beatriz.

-jaja me haces cosquillas Betty

Pero de repente las cosquillas se volvieron una picazón que empezaba a doler.

-Auch auch auch ¡Hey!

Al voltearse Ciel podía ver a una pensativa Beatriz con su vista en la nada.

– ¿Betty?

La santa trataba de llamar la atención de su amada dándole una leve cachetada.

– ¡Hey me golpeaste!

Frente a Beatriz se encontraba una sonrojada Ciel con pucheros y haciendo una mirada intensa.

-De nuevo estás haciendo esa cara

– ¿Cuál cara?

-Esa que pones cuando algo demasiado grande te preocupa y no quieres contárselo a nadie, es la misma que ponías durante la gran guerra demoniaca, puedo reconocerla perfectamente.

Beatriz veía a la pelinegra quien pese a estar frente a ella desnuda con su hermoso cuerpo esvelto y algo pequeño no parecía estar intimidada entonces esbozó una sonrisa.

-Problemas de familia, ya te lo dije antes, mi hermanó Bennett regresó del reino de Furrcia y trajo a una chica bestia con él.

-Si, eso ya me lo habías contado, pero eso no explica porque tienes esa cara que… ¡Kya!

Del tobillo de Ciel subía la mano de Beatriz quien sonrojada y con ojos concentrados en su amada no podía hacer más que esbozar una sonrisa coqueta.

-Es por eso que me encantas.

-O-oye pero que crees que haces, estamos teniendo una charla ¡De-detente! ¡aaahh!

Encima de Ciel se encontraba una aparente excitada Beatriz, quizás sea por el detalle de preocuparse con ella en su momento de mayor preocupación, pero ese algo encendió la chispa de pasión de la princesa.

-Se que nos acabamos de bañar, pero creo que deberemos volver a limpiarnos su santidad.

De un beso en los labios se había cortado la conversación, el rose de sus cuerpos mojados por la humedad del vapor del agua, la fragancia a pétalos de roza que estaba en la piscina y el sonido de sus gemidos inundaban aquella sección de la mansión.

Afuera de las termas se encontraba Matilda quien parada de espaldas a la puerta solo podía suspirar.

-Veo que la princesa se va a recuperar más rápido de lo que imaginaba.

En las montañas al norte del reino de Fragia estaba el héroe Alexis caminando a la salida del bosque junto a la bruja Rosemary, por algún motivo al héroe Alexis se lo veía muy desanimado y la bruja muy contenta.

-Ah vamos no te sientas tan desanimado héroe al contrario deberías considerarte un santo.

Lo decía la bruja entre risas.

-No es gracioso… por esas cosas es que no voy a esos sitios tan incomodos además quería irme inmediatamente ayer, pero hiciste que me quedara todo un día.

-Oh vamos Alexis hace meses que no nos vemos, pasar tiempo con tu sexy amiga debería ser todo un honor para ti, pero nunca imagine que no pudieras hacerlo con una chica anoche solo porque no la conocías jaja, a decir verdad…

Los labios carnosos de la bruja se acercaron a los de su amigo de forma muy coqueta.

-Anoche lo hice como loca con otras 2 chicas y un chico.

El joven no podía hacer más que hacer muecas de incomodidad al escuchar sobre la vida intima de su alocada amiga.

-Jajaja vamos no te quejes que anoche podrías haberlo hecho con cualquier chica de la taberna, no es mi culpa que no se te pare a menos que estes con una chica que conozcas ¿Pero que clase de condición o fetiche extraño tienes amigo?

La bruja le daba palmadas en la espalda al joven héroe quien sonrojado y haciendo pucheros veía a otro lado, la noche anterior Rosemary había arrastrado a su amigo a una taberna de un pueblo a las afueras del bosque para “desquitarse” ante la “infidelidad” de las esposas de este habían ido a coquetear con varias de las jovencitas que habían, el héroe y la bruja eran demasiado atractivos para la gente nativa pero aunque a la bruja le fue muy bien al joven héroe no tanto debido a una condición que evitaba que se excitara al momento de consumar el acto con una chica que desconocía.

-Como sea, ahora estoy atrasado para volver a la capital, debo regresar antes que los soldados que habían partido conmigo lleguen y Ciel como Beatriz se enteren.

De su bolso el héroe sacó una flauta en miniatura en forma de ave la cual tocó con todas sus fuerzas habiendo llamado a algo o a alguien.

-Alexis Recuerdas que la iglesia no permite la separación del matrimonio ¿Verdad?

-Lo se.

– ¿Qué harás si tus esposas no se separan?

-No lo sé… ¿Fingir que seguimos siendo un matrimonio feliz?

La bruja veía al cielo pensativa mientras observaba como una criatura alada descendía tapando el sol encima de ellos, la bestia tenia enormes alas y cabeza de águila, pero con un macizo cuerpo de león, era un Grifo.

-Con esto podre llegar a la capital en pocas horas, no pude usarlo cuando vine porque debía dirigir a las tropas, pero no creo que se molesten que lo use de regreso.

-Es una criatura magnifica, pero yo sigo prefiriendo mi confiable escoba.

De un silbido con ayuda de sus dedos saliendo del bosque estaba una escoba mágica la cual parecía tener conciencia propia.

-Que conveniente ser una bruja jeje

-Y tenemos muchas cosas más divertidas.

Ambos se rieron hasta que el silencio lo cortó, ya era momento de despedirse.

-Bueno, cuídate Rosemary.

Antes de que el héroe agitara las correas del Grifo una mano había agarrado la capa del héroe.

-No seas muy duro con ellas, Ciel es mi amiga y Beatriz, aunque es medio petulante sigue siendo la princesa y ha hecho mucho por nosotros ¿Sí?

El héroe la veía preocupada, quizás haya sido para asegurar de despegar su mente que había hecho que se quedara el día anterior y llevarlo a esa taberna.

-Solo hablaremos, lo prometo.

Y entonces agito la correa y el Grifo salió volando a gran velocidad perdiéndose rápidamente de la vista de la bruja.

-Por favor que así sea.

En medio de su camino a la capital el héroe Alexis trataba de hacer enlace mágico con Pyxys para saber que había ocurrido durante el tiempo en que el estuvo con Rosemary, pero la criatura mágica no respondía.

-Oh vamos Pyxys ¿Por qué no contestas?

No era normal que el hada no le respondiera sus llamadas por lo que Alexis tenia un muy mal presentimiento de lo que podría estar pasando por lo que decidió darse prisa para llegar a la capital.

Era de tarde y el héroe Alexis llega volando al patio de su enorme mansión en el cual parecía alguien esperándola, era la criada Matilda quien con su mirada serena veía al héroe bajarse del grifo.

-Bienvenido de regreso amo Alexis.

-Hola Matilda ¿Se encuentran Beatriz y Ciel?

El héroe acariciaba a su Grifo para después de un par de palmadas darle la orden de que se retirara cosa que hizo el animal.

-La ama Ciel ha salido momentáneamente, pero regresará más tarde, Lady Beatriz la espera dentro en la sala de estar.

El héroe veía a la criada quien se inclinaba un poco y le indicaba a donde ir con su mano extendida.

-Oh vamos Matilda no tienes que ser tan seria, te conozco casi tanto tiempo como Beatriz.

-No seria profesional de mi parte amo Alexis, disculpe.

El joven la veía un poco crédulo, pero aceptando lo que decía, cuando entraba a la mansión veía todo tal y como lo recordaba, no había salido por mucho tiempo, apenas unos 5 días de los 7 que tenía pensada.

-Y dime Matilda ¿Ha habido alguna novedad en lo que no he estado?

El héroe veía a su criada de lado en lo que ella manteniendo su compostura intachable solo se limitaba a contestarle:

-Ninguna joven amo solo sus esposas extrañándolo mucho y esperando que llegue lo más pronto posible para estar con ella.

-Oh bueno… hemos estado algo ocupados luego de haber derrotado al Rey Demonio y aún hay varios asuntos pendientes en el reino, ni siquiera hemos tenido nuestra luna de miel.

El héroe se tocaba el cuello haciendo alusión a su cansancio reciente.

La criada solo podía verlo y pensar en todas las aventuras que ha tenido su ama aunque fuera solo con una chica, cuando Alexis no está en la mansión tanto Ciel como Beatriz se divertían como si de una pareja recién casada se tratara, la princesa había pedido que los criados en la casa fueran los mínimos posibles, solo un par más aparte de Matilda y todas chicas pero solo hacían sus deberes en ciertos días de la semana, todo esto para mantener sus aventuras en secreto absoluto, solo Matilda sabia el secreto de todo.

“Pobre hombre…”

Ya en la sala de estar se encontraba la princesa Beatriz bebiendo su taza de te con algunas galletas hasta que vio a su esposo llegar, deteniendo su ingesta Beatriz se levanta con una gran y cálida sonrisa, pero manteniendo su actitud de mujer de la realeza.

-Mi amor finalmente llegaste, me alegra que vinieras pronto te extrañe muchísimo.

La princesa fue a abrazar a su esposo de forma cariñosa haciéndole sentir sus enormes pechos los cuales pese al vestido más recatado que utilizaba seguían siendo notorios.

¡Wow wow! Tranquila solo me he ido unos días jaja.

Los esposos se habían sentado en el mueble mientras Matilda les servía el te y los pastelillos que había preparado en lo que las miradas que Beatriz y Matilda se cruzaron como si algo estuvieran tramando.

– ¿En serio venciste al Troll tan fácilmente? Eres muy fuerte querido debes mostrarme tus nuevas técnicas.

La princesa reía en lo que su esposo seguía hablando de sus proezas en su última misión, pero lo que ella no sabía es que él se había enterado de todo lo que había pasado en casa cuando el no estaba, pero Alexis esperaba el momento para decirle lo que sabia.

-Por cierto, cariño disculpa que Ciel no este aquí tuvo algunos asuntos que resolver con la iglesia, pero esta noche regresará y podremos… ya sabes, terminar nuestro encuentro pendiente.

Alexis sabia a lo que se refería su esposa y sentía que ese era el momento para hablar de todo lo que se había guardado por dentro.

-Oh Beatriz… sobre aquello quería hablar de algo importante contigo.

– ¿De qué se trata querido?

La princesa habla bajado la taza de te y lo puso sobre la mesa en lo que hizo un gesto a Matilda para que se fuera al sentir que algo importante estaba por decirle.

Cuando la criada se había retirado del cuarto el ambiente se había puesto algo tenso, podría ser por lo que estaba por decir Alexis, pero algo se sentía distinto, algo peculiar.

-Dime Beatriz… ¿Qué piensas de Ciel?

El joven veía a su esposa quien tenia un rostro de aparente sorpresa, pero seguían siendo los mismos gestos que siempre hacia en todo momento o al menos cuando ella está en público, pero los gestos de la princesa cambiaban para sonreír amigablemente mientras cerraba los ojos.

-La quiero mucho, es nuestra compañera de matrimonio después de todo, debemos llevarnos bien y es nuestra amiga desde hace varios años, claro no se compara al tiempo que la llevas conociendo, pero tú me entiendes.

Alexis veía a su esposa aún con esa sonrisa que de no haber visto esa escena hace un par de noches quizás se la hubiera creído pero el solo podía ver una mascara que solo se quitaba cuando estaba con la verdadera persona que ella amaba.

-Ya veo… ¿Y qué piensas de mí?

La princesa aún con su sonrisa imperturbable solo replicaba.

-Eres mi querido esposo del cual me enamoré… ¿Por qué la pregunta, querido?

El héroe solo podía ver a su esposa para luego suspirar.

-Entonces ¿Por qué ustedes dos…

El joven estaba ya por decirle lo que sabia pero antes de que el pudiera terminar su pregunta escucho algo imprevisto.

– ¿El por qué tengo sexo con ella en secreto?

El héroe solo podía abrir sus ojos y abrir un poco la boca para ver a su esposa quien de repente había abierto sus ojos viéndolo como si de un espécimen raro se tratara.

– ¿Qué acabas de decir?

-No te hagas el incrédulo cariño los dos sabemos perfectamente lo que esta pasando en esta casa.

– Pero ¿cómo sabias tú que yo sabía… PYXYS?

El héroe creía tener una idea de lo que había pasado.

-Matilda, puedes entrar.

La criada había entrado al cuarto con una jaula pequeña el cual tenia al hada maniatada e inconsciente.

– ¿Creías que no me daría cuenta que tenias a tu familiar mágico espiándonos?

– ¿P-pero que le has hecho a Pyxys?

El héroe se levantaba de su asiento con fuerza, pero de repente sentía que su centro de gravedad se balanceaba para volver a sentarse en el mueble.

– ¿Qué? ¿Pe-pero que me pasa?

-Veo que ya este resultando efecto él te.

-Tu… ¿Me drogaste?

La princesa se había levantado de su mueble para acercarse a su esposo quien poco a poco estaba perdiendo el conocimiento.

-Lo siento querido, pero no puedo permitir que lo sepas y se lo digas al reino.

EL héroe con las fuerzas que le quedaban le replicaba a su esposa.

-No tenias que llegar tan lejos, solo quería… hablar… con ustedes.

La joven se acercó a su esposo casi inconsciente para darle un beso en la mejilla y decirle unas últimas palabras.

-No te preocupes, lo olvidarás todo para mañana.

– ¿Y ahora que hará ama?

Estaban en la habitación principal en la cama matrimonial, el héroe ahora inconsciente mientras la princesa poco a poco le quitaba su ropa mientras.

-Mi padre dijo que necesitaba un heredero y la droga que le di a Alexis no afectara su parte inferior, solo necesito hacerlo una vez con el y ya habré cumplido con mi deber, puedo decirle a mi padre que Alexis no aceptó ser rey y esperar que mi hijo crezca para tener el lugar de mi padre.

– ¿Piensa matarlo?

La princesa luego de quitarle los ropajes exteriores del héroe se volteó para ver a Matilda con ojos confundidos.

-No lo sé….

Volteó de nuevo para ver al hombre inconsciente.

-Puedo contactar con magos mentales para alterar sus recuerdos y sobre escribir los que tuvo en los últimos días e inventar una excusa y seguir con nuestra farsa oh…

La princesa veía una maleta que tenia en una mesa alado de la cama.

-Entonces eso es lo que buscabas.

La mirada de la princesa volteo inmediatamente para ver de dónde vino esa frase y vio a su esposo con los ojos abiertos.

– ¿Cómo es que?

La princesa dio un brinco para hacer espacio entre su esposo.

– ¿Qué porqué tu droga no me afectó?

Se levantaba el héroe de la cama algo confundido tocándose la cabeza.

-Dale las gracias a Rosemary, ella se dio cuenta de que había estado siendo drogado últimamente y me dio una medicina para contrarrestarla.

-Esa bruja…

-Intentaste drogarme, violarme e incluso podrías haberme matado de haberlo querido y lo pensaste, lo oí todo.

La princesa con una sonrisa muy mal actuada y de nerviosismo estaba traspirando gotas de sudor por su escalofrió en lo que hizo un gesto a su criada Matilda quien inmediatamente fue a por la maleta que estaba en la mesa en la entrada del cuarto.

– ¿Otro más de tus trucos?

La criada le había traído la maleta a Beatriz.

-Vísteme.

-Si.

Matilda estaba empezando a vestirla con varias piezas de ropa, era una vestimenta distinta a la que solía usar, una que solía usar en los tiempos de la gran guerra demoniaca.

-Ya veo, entonces a eso vamos.

El héroe empezaba a ponerse la ropa que Beatriz le había quitado previamente.

-Yo la verdad no esperaba que las cosas terminaran así Beatriz, solo quería hablar contigo.

Lo decía Alexis en lo que se ponía las botas.

-Y yo solo quería que lo olvidaras todo y volviéramos a nuestra vida cotidiana.

-Una en la cual ustedes se acostaban sin decírmelo supongo.

-Tu no entiendes nada Alexis, es fácil decirlo cuando tienes la posibilidad de ser libre, ir a donde te plazca y casarte con tantas mujeres como quisieras.

El traje que se había puesto Beatriz era un exótico traje mágico de batalla con algunas piezas metalizas puesto en sitios estratégicos, el traje terminaba con una falda semi larga y unas botas finas.

-Hace tiempo que no te veía con tu traje de batalla.

Alexis se había también terminado de vestir y solo estaba agarrando su espada aun envainada mientras la princesa sacaba de la maleta un estoque mágico plateado con una piedra dorada en medio y cuatro piedras extras en cada lado formando una estrella de 4 puntas.

-Matilda no dejes que nadie se acerque, esto es una discusión de esposo.

-Si mi señora.

La princesa se voltea a ver a su esposo quien se lo veía muy serio esperándola.

-Ya estoy lista.

-Yo igual.

Desde los exteriores de la mansión del héroe Alexis se veía como la sección en donde se encontraba la recamara matrimonial era destruida desde adentro como si de una explosión se tratara…

-Continuara-