(Web Novel) Un Mundo Carmesí: Capítulo 13, Choque de ideales

Habían pasado ya 3 días desde el incidente en la residencia del héroe Alexis, la realeza se había enterado de lo acontecido, pero no el como o porque y por ende también lo sabía la iglesia.

En la santa sede todos estaban de un lugar a otro, el caso de que hubieran desaparecido tanto el héroe Alexis como sus esposas Elizabeth y Ciel tenia a todo el mundo conmocionado y entre ellos estaban los cardenales quienes eran informados por los soldados y en medio, sentado en su imponente trono que parecía el de un rey, estaba el Papa Magno Luise XII.

– ¿Ya averiguaron algo?

-Su santidad, según los análisis del área del siniestro no se ha detectado rastros de energía o magia demoniaca, pero sí de energía santa.

– ¿Cuántas personas en total han desaparecido?

-Nos han informado que aparte del héroe Alexis, sus esposas, la princesa Beatriz y Santa Ciel también hemos perdido toda pista de la criada Matilda y de la hermana Esmeralda.

-Así que 5 personas en total están desaparecidas hmmm…

Alado del papa se encontraba un imponente caballero sacro de gran armadura plateada, era el capitán de los caballeros sacros de la iglesia del reino de Fragia, Constantino, famoso por ser de los poquísimos en el reino capaz de utilizar 2 magias elementales.

-Dime Constantino ¿Se te ocurre que podría haber ocurrido con los datos que tenemos a mano?

-Su santidad si me pide mi opinión puede que haya 2 escenarios posibles.

-Dímelas.

-Si, el primer escenario es que nos hayan atacado de algún reino vecino y quisieran deshacerse de las personas más importantes de Fragia.

-Un ataque a traición… si tenemos alguna pista que nos diga que reino fue no tendremos piedad ante el reino agresor… ¿Y la segunda opción?

-Es posible que… hubiera habido un conflicto entre los propios involucrados.

– ¿Una pelea interna? Eso suena ridículo ¿Por qué se pelearían entre ellos?

-Es solo una teoría su santidad, bien alguno podría haber sido poseído por algún demonio o incluso un complot entre los involucrados.

-Una posesión demoniaca… ¿Otra vez?

– ¿Su santidad?

-¡¡SU SANTIDAD HEMOS DETECTADO UNA GRAN FUENTE DE ENERGIA SAGRADA AL NORTE DEL REINO!!

Se escuchaba en toda la sala el informe de uno de los cardenales.

– ¿Energía sagrada? Eso solo puede significar algo

Contestaba el capitán Constantino.

-Si, hemos encontrado a Santa Ciel.

El Papa se levantaba de su trono extendiendo su mano frente a todos.

– ¡Envíen un grupo de rescate inmediatamente! El capitán Constantino liderará el grupo, traigan a Santa Ciel de inmediato, es una orden que nuestra diosa sagrada me ha informado.

Todos en la sala de la santa sede se habían inclinado frente al Papa.

– ¡SI!

A lo lejos del vestíbulo se encontraba una mujer mayor vestida con su “habito” era la abadesa Amelie.

– “¿En dónde te fuiste a meter Esmeralda, Ciel?”

En el norte del reino de Fragia, en los pies de las montañas estaba el frondoso bosque antes iluminado por el sol ahora se encontraba totalmente ensombrecido por enormes nubes, una tormenta estaba cayendo.

Un rayo de luz dorada caía a la tierra desde las nubes chocando con el terreno, un hombre estaba alado de aquel ataque habiéndolo esquivado por poco.

Una mujer con aura dorada tenia el brazo extendido apuntando a aquel hombre que con toda prisa se aproximaba a ella con una espada que tenia un gran chorro de agua envolviéndola.

– ¡Ataque hydro, Flujo!

Un gran corte se sentía en el terreno detrás de la joven quien no se había movido ni un centímetro, en su mano izquierda estaba su espada delgada la cual había bloqueado totalmente el ataque, el arma de la joven chica estaba envuelta en un aura dorada.

-No dejaré que nos acuses Alexis.

Con su mano derecha un gran pulso de energía dorada había golpeado al héroe quien salió volando al otro lado del área hasta que cayó al piso con bastante maestría sano y salvo.

-Veo que aún eres tan poderosa como cuando combatimos ante el Rey Demonio, querida Ciel.

El joven héroe se levanto para extender sus dedos medio e índice desde la base hasta la punta de su espada iluminándola de color dorado.

– ¡Ataque Geo, Partimundo!

Un enorme ataque que desgarraba la tierra se dirigía a la santa quien no parecía asustada en lo más mínimo y entonces una enorme explosión de tierra se veía desde lo lejos del lugar, en medio del cumulo de escombros y polvo se encontraba un escudo dorado semi transparente que cubría el frente del cuerpo de Ciel.

– ¡Carajo! ¿Ni siquiera el Partimundo es suficiente?

-Estoy hablando en serio Alexis, si no quieres ayudarnos está bien… quise ser honesta contigo, pero si nos amenazas con contarle a todo el mundo lo nuestro… entonces no me contendré.

El escudo de la santa se desvaneció para luego elevar su mano al cielo el cual empezó a iluminarse, en medio del haz de luz que resplandecía el área una gran esfera de energía dorada se empezaba a formar.

-No, no, no, no.

El héroe veía a su lado la casa de su mejor amiga quien estaba a su lado, hasta el momento él había evitado dañarla.

-Tengo que alejarme de aquí.

Se veía al héroe tratar de huir del lugar, pero varios rayos dorados llovían del cielo bloqueando su camino.

– ¡Oye Ciel! ¡Peleemos en otro sitio! ¡No involucremos el hogar de Rosemary!

La santa se había quedado quieta un rato, veía que al lado del héroe Alexis estaba el hogar de la bruja Rosemary la cual a lo lejos estaba en su escoba voladora junto a Esmeralda detrás de ella.

– ¡Si, si quieren matarse háganlo lejos de mi casa! ¿Saben cuanto cuesta fabricar una? ¡Y no pienso volver a pagar por un arquitecto!

-Lo siento.

El ataque de la santa se había detenido.

-Gracias.

-Solo no quiero involucrar a gente que no tiene nada que ver.

-… eres buena después de todo.

-…

– ¿Estas segura de que no quieres reconsiderarlo?

-Lo mismo te lo pregunto Alexis ¿Nos acusarías ante la iglesia y la corona?

-…no me vería obligado a hacerlo si ustedes desisten sobre la toma del poder.

-Alexis, de todas formas, Beatriz se volverá Lady Regente, eso no puede considerarse golpe de estado.

-Pero tu usurpando el lugar del papa si y si lo haces Beatriz te apoyará y aunque varios te apoyen muchos nobles no y eso desencadenaría una guerra civil.

-El Papa no es que me considere mucho, el solo quiere usarme como ganado para que dé a luz a tus hijos, estoy segura de que después de eso no le importaría deshacerse de mí.

-No digas tonterías ¿Por qué el haría eso?

– ¿Qué por qué? ¿Acaso eres iluso? Soy un peligro para su posición de poder, dos personas no pueden convivir en una misma orden con el mismo poder.

-Pero Beatriz será convertida nuevamente en Lady Regente ¿Acaso eso no es muestra de que ustedes también pueden acceder al poder de forma pacífica?

-Las cosas no son así de simples Alexis y Beatriz no quiere ese cargo, la están arrinconando su padre y su hermano para que lo sea.

-… pero eso no tiene sentido ¿Acaso Beatriz no estaría haciendo lo contrario a lo que desea?

– ¿A qué te refieres?

-Beatriz no quiere ser Lady Regente, pero para obtener su tan ansiada libertad ella tendría que convertirse en aquello que no desea… ¿No se están contradiciendo?

-…hay veces en las cuales debemos hacer cosas que no queremos para obtener lo que deseamos, una vida tranquila, buenas compañías, buenas opiniones… e incluso nuestra libertad.

-Una libertad llena de mentiras.

-Pero una libertad, al fin y al cabo, se que suena egoísta, pero estoy cansada de ser usada como un saco de carne, desde que desperté estos poderes la gente espera mucho de mí, la aldea, la iglesia, el reino, tu…

-Ciel…

-Por eso no tengo otra opción Alexis, debo hacerlo antes que las cosas se vuelvan peores, no solo por mi sino también por muchas personas más, incluso si el hombre que más quiero en el mundo me lo pide no puedo dar marcha atrás, así como cuando vencimos al rey demonio ¿No lo crees?

Un flashback se hace presente en la mente de Alexis, en esa noche de la batalla final donde el estaba junto a Rosemary, Ciel y otros que ayudaron a derrotarlo, pero algo raro pasaba y era que el despertaba en medio de la batalla final con un Rey Demonio parado frente a ellos, pero sumamente dañado y frente a el a una Ciel arrodillada sin decir una sola palabra.

-Si, tienes razón…

El héroe pone su espada frente a Ciel apuntándola.

-Si quieres algo tienes que luchar por ello, si me ganas haré lo que quieras, pero si pierdes tendrás que hacerlo que yo diga.

La santa veía la espada de su esposo apuntándola con cara de sorprendida, pero al final puso un rostro de serenidad habiendo puesto su mente más en calma.

-Está bien, si gano quiero que nos ayudes a ser libres.

-Y si yo gano entonces ustedes deberán desistir de sus planes de usurpar el poder.

-Es un trato.

A lo lejos estaba descendiendo Rosemary y Esmeralda viendo que las cosas se habían calmado.

-Oye Rose ¿Crees que ya hayan solucionado sus problemas?

-Ojalá que sí o tendré que pensar en un plan diferente de jubilación.

De pronto tanto el héroe Alexis como la Santa Ciel desaparecieron en una gran ráfaga de aire alejándose del sitio.

– ¡SE ESFUMARON!

– ¡SIGAMOSLOS!  

A gran velocidad múltiples rayos dorados y cortes se movían a gran velocidad del bosque haciendo que las aves y animales que estaba allí se alejaran, ramas, arboles y arbustos siendo cortados, varios destellos de luz dorado iluminaban el oscuro escenario hasta que salieron a un prado cercano.

– ¡Corte ígneo, brasas!

La espada del héroe se prendía en llamas para dirigirse a la santa quien levantaba nuevamente su escudo dorado, una explosión de fuego quemaba el prado circundante.

– ¡Así te quería agarrar!

Detrás de la santa la figura del héroe ahora con su espada envuelta con chorros de agua estaba a punto de golpearla directamente, pero este se vio bloqueado con la espada de ella.

– ¡ATAQUE SAGRADO, ASCENCIÓN!

Desde el cielo una gran luz dorada iluminaba el lugar para luego caer como castigo divino que destrozaba todo a su paso, pero Santa Ciel sabía que sus propios ataques no le podían hacer daño.

Una explosión lumínica que iluminaba las nubes oscuras del lugar se veía kilómetros a la redonda, cuando se levantó el polvo se vio un gran escudo de energía dorada semi transparente, era la defensa Geo del héroe, pero algo raro se veía, pese a haberse protegido se veía en su cuerpo signos de quemadura.

– ¿C-Como es que no pude bloquear tu ataque?

-Tu escudo es bueno para bloquear ataques físicos y elementales pero ineficaz cuando se trata de bloquear ataques sagrados.

El escudo elemental del héroe se desvanecía para luego ver a la santa caminar hacia el con una mano elevada.

-Yo gané.

-N-no aún.

La mano de la santa bajaba para que unos rayos dorados estuvieran a punto de darle al héroe, pero este reaccionó abriendo los ojos como si hubiera esperado ese momento, dio una pirueta para que con sus piernas golpear al de la joven quien caía al cielo y los rayos fallando en darle a su objetivo.

– ¿Una trampa?

El héroe se posó encima de su esposa apuntándola con su espada.

-Solo tenía que dejarme golpear por tu ataque de lleno para que bajaras la guardia.

-Te subestimé de nuevo… soy una idiota.

-Ahora ríndete.

-Lo siento, pero me rehusó.

– ¡Qué te rindas! Te tengo atrapada.

– ¡AÚN NO!

-Los ojos de la santa se iluminaban con una luz que cegó al héroe quien dio un enorme salto hacia atrás en lo que varios rayos dorados trataban de darle fallando en el acto.

– ¡MALDICIÓN! ¡LO USASTE!

La santa se paraba de donde estaba recostada.

-Destello, una técnica lumínica más que de ataque, sirve muy bien en estos momentos.

El héroe aún tenía los ojos cegados por el destello por lo que adoptaba una forma defensiva.

-Aunque hemos luchado lado a lado nunca nos hemos enfrentado normalmente es normal que incluso tu no conozcas mo funcionan mis poderes en ciertas circunstancias.

Santa Ciel volvía a lanzar varios rayos de luz dorada, el héroe estaba en medio del campo totalmente ciego, pero antes que varios de esos rayos le dieran este de repente volvió a esquivarlos aún con los ojos cerrados.

– ¿Cómo pudo esquivar mis ataques estando ciego?

Ciel veía a su esposo quien se lo veía algo distinto, tenía un pendiente en su oreja derecha en forma de péndulo.

– ¡PYXYS!

– ¿QUÉ?

-Vaya, vaya, sin mi ayuda hubiera sido un héroe frito.

-Si, si, ya lo sé, te prometo recompensarte cuando todo esto termine, de momento avísame de sus siguientes ataques.

-De acuerdo.

-Esa hada siempre ha sido muy útil para ti Alexis, me da envidia que tengas algo tan beneficioso.

– ¿Lo dice quien tiene ese ridículo poder? No me hagas reír.

-No soy buena comediante.

Santa Ciel volvía a extender su mano izquierda para lanzar varios rayos de luz dorada.

– ¡Viene otra ronda de ataque amo!

– ¡BIEN!

En lo que Alexis esquivaba los ataques las instrucciones de Pyxys llegaba directamente a su mente sin la necesidad de oír palabras, sabia el numero de pasos que dar, cuando brincar, cuando inclinarse y cuando dar pasos hacia adelante.

-Amo detecto una gran fuente de energía acumulándose donde Ciel.

– ¿Otro ataque de rayos?

-No, es algo muchísimo más poderoso.

-Si llega a darme con ese ataque será mi final.

-Le recomiendo ir hacia donde ella inmediatamente antes de que termine de cargarlo, ella no puede hacer más de 2 ataques a la vez.

– ¡BUENA IDEA!

Alexis mientras esquivaba daba pazos hacia adelante para acortar la distancia, a diferencia del ataque “Descenso” la sabia que el otro ataque de su esposa si podría hacerle daño a ella misma si llegaba a hacerlo caer encima de ella misma.

– ¡NO TE DEJARÉ LANZARLO!

Antes de que Alexis estuviera a punto de darle el contra ataque escucho una advertencia.

– ¡AMO, DETRÁS DE TI!

La espada de Ciel había llegado volando hasta darle un corte en el costado que el afortunadamente había logrado esquivar, pero no lo suficiente como para evitar todo el daño.

-Hada chismosa.

Alexis se estaba resintiendo de la herida, ya estaba empezando a recobrar la vista y lo primero que vio fue esa enorme esfera de energía en el cielo mientras Ciel daba varios saltos hacia el cielo mientras utilizando pequeños escudos de energía dorada como escaleras.

– ¡Alexis, aquí te va toda mi determinación! ¡ATAQUE SAGRADO, ESTRELLA!

– ¡AMO ALLÍ VIENE SU ATAQUE!

La esfera dorada que iluminaba como el mismo sol descendía haciendo que ráfagas de aire se dispararan por todo el sitio y en medio el adolorido héroe viendo atónito como estaba a punto de darle ese ataque.

– “Este ataque no solo va a derrotarme, va a matarme si no hago algo”

A su lado veía como la espada que le habían lanzado se encontraba clavada en el piso con algo del rastro de su sangre aún en ella.

– “¡Eso es!”

El ataque de Ciel toco el piso provocando una devastación que reconfiguró el terreno donde cayó elevando múltiples rocas desde el subsuelo, una gran columna de humo en forma de champiñón se elevaba al cielo y encima de todo estaba Ciel viendo con cara de serenidad todo lo que pasaba.

– “¿Caíste con ese ataque Alexis…? “

– ¡AÚN ESTOY VIVO!

– ¿Alexis?

Santa Ciel vio encima suya con una leve sonrisa, era Alexis quien estaba trepado en una roca voladora, su ropa estaba hecha trizas, su cuerpo lleno de heridas, pero aún vivo.

-Sabía que no caerías tan fácilmente, por algo eres el héroe.

-Jeje me sobre estimas mucho Ciel, déjame descansar un poco.

Mientras tanto el sacaba unas botellas de su bolso, unas eran de color verde y las otras de color morada, el las tomaba con mucha ansiedad, su mano le temblaba un poco, al final dejó caer las botellas al piso.

– ¿Estas usando tu magia Geo para hacer levitar las rocas?

-Si, me conoces bien.

– Por algo luchamos juntos.

Las heridas de Alexis estaban cerrándose parcialmente, un vapor surgía de ellas indicando su curación, la pasión verde era de vida, la morada era de mana, era el equipo básico de todo aventurero que se respetara.

– ¿Por qué no te rindes ya Alexis? Si no fuera por Pyxys o tus pociones ya habrías perdido al menos 2 veces.

La mirada de Alexis dejaba ver que Ciel estaba en lo correcto, en términos de poder mágico, habilidades, curación, ella era bastante superior, curioso como una chica con apariencia tan inocente e indefensa podría esconder un poder tan monstruoso que arrinconaría al mismísimo héroe.

-Tienes razón, me ganas en muchos aspectos, pero me niego, no sin antes haberlo dado todo.

-Entonces no me dejas de otra.

Santa Ciel elevando la mano dejaba ver un gran haz de luz, era de nuevo su ataque “descenso” si ella llegaba a darle de lleno con ese ataque lo más que seguro era que ganaría, pero el héroe Alexis aparte de dejar ver varias gotas de sudor solo podía tomar forma de ataque.

-Ciel, solo te diré esto, el siguiente ataque es el último.

– ¿Último? Entonces que así sea ¡ATAQUE SAGRADO, DESCENSO!

El haz de luz estaba descendiendo a donde estaba Alexis, pero este lo que hizo fue dar un gran brinco que destrozó la roca donde estaba levitando para dirigirse directamente hacia donde Ciel.

– ¡ES INUTIL!

Ella levantó un escudo dorado de energía sagrada para cubrir el trayecto del ataque de Alexis, todo estaba listo para su victoria, al frente de Alexis una defensa formidable y detrás de el un ataque que lo seguiría y que, aunque le caiga a ambos su esposa no se vería afectado, pero entonces.

– ¡ATAQUE COMPUESTO, EXPLOSIÓN!

Una explosión justo en medio de donde Santa Ciel estaba puesta, un ataque que cortó por completo el ataque sagrado de Ciel, pero ¿Qué demonios había ocurrido?

En el cielo del área una columna de humo oscuro se dejaba ver y 3 figuras estaban cayendo al piso con violencia, era Ciel, Alexis y… ¿OTRO ALEXIS?

Una Ciel en el piso con su cuerpo lastimado por la explosión estaba apenas abriendo los ojos cuando vio a dos figuras, uno eras su esposo Alexis y el otro era una figura parecida a Alexis, pero con colores claros, un blanco azulado quien tenía… ¿La espada de Ciel?

– ¿Pero ¿qué está… pasando?

La figura de dos Alexis estaban parados uno alado del otro.

-Este que estás viendo a mi lado es Pyxys.

– ¿Pyxys?

El Alexis de color blanco azulado que sostenía el arma de Ciel se desvanecía para dejar ver al hada Pyxys.

-Amo Alexis usar esta habilidad consume mucho mana.

-Lo siento, prometo pagártelo después.

-Ciel seguía viendo a su esposo en búsqueda de respuestas.

-Habilidad espiritual, Dúplica, es cuando Pyxys es capaz de adoptar mi forma física por un corto tiempo al enlazar nuestra conexión espiritual, es una habilidad que habíamos desarrollado tiempo después de haber derrotado al Rey Demonio.

– ¿P-pero… como utilizaste… explosión?

-Pyxys utilizó un ataque Anemo y yo un ataque Pyro, al combinar ambos ataques se forma el ataque explosión, agradécele a Beatriz que de tanto utilizarla contra mí la aprendí…

-Y-ya veo…

– ¿Te rindes?

-No…

– ¿Sigues con eso? Ya perdiste Ciel, tu cuerpo no responde, en términos físicos ahora estoy mejor que tú…

-No, aún me queda una carta…

– ¿Una carta? ¿De que estas hablando?

-Ya deberías conocerla… es ella.

– ¿Ella? ¿Te refieres ha…?

-Si…

– ¡N-NO LO HAGAS CIEL!

-Lo siento, no me queda de otra, tu mismo lo dijiste, no quiero perder sin haberlo dado… todo… de mí.

Un aura de energía dorada envolvía a Ciel quien se levantaba del piso como si el mismo aire la hiciera volar, todo se iluminaba, las nubes negras del área se convertían en nubes doradas, un haz de luz descendía hacia donde estaba la Santa.

Su cabello antes oscuro se convertía en uno blanco el cual crecía, su ropa era hecha trizas para ver la silueta de su cuerpo el cual se desarrollaba más volviéndola una mujer más alta, más estilizada, más fuerte, luego su ser fue envuelto en telas blancas que adoptaban la forma de una vestimenta blanca con adornos dorados y en su mano una esfera blanca adoptaba la forma de una lanza plateada con mango dorado.

A lo lejos llegaban Rosemary y Esmeralda quienes solo podían ver atónitas como a lo lejos, en el prado destrozado estaba una luz dorada que envolvía todo, de un Lado Alexis tumbado y en el otro una figura blanca brillante.

– Pero ¿qué está pasando ahora? ¿Quién es esa chica que esta enfrente de Alexis? ¿Y Ciel? ¿Dónde está?

-Rose… esa es Ciel.

– ¿CIEL? ¿Estas bromeando?

-No, puedo sentirlo, pero a la vez es alguien más, alguien que siento que he conocido desde hace mucho tiempo.

La hermana Esmeralda se tocaba el pecho agarrando el rosario, sentía que su corazón latía con fuerza.

En medio del prado destrozado estaba aquella chica a la cual antes la llamábamos Ciel pero con una apariencia totalmente distinta, abría sus ojos para dejar ver unas pupilas doradas.

Sea quien sea este ser solo se podía sentir que iba más allá de la imaginación de los presentes.