(Web Novel) Un Mundo Carmesí: Capítulo 14, La Diosa y el Héroe Falso

En medio del prado rodeado de una gran aura luminosa se encontraba aquella chica que hace pocos minutos era Santa Ciel, su cabello blanco como la nieve y ojos dorados como el ojo dejaban ver el gran cambio que tuvo.

Su altura, su complexión física eran totalmente distintas a las que tenía Ciel, era como ver a una divinidad de la guerra utilizando ese traje blanco con adornos dorados y que decir de su lanza planeada con mango de oro.

– ¡Ciel!

El héroe Alexis estaba profundamente impactado ante el cambio que había tenido su esposa, pero algo más lo tenía preocupado. La mujer albina lanzo su lanza apuntando al héroe con una feroz mirada.

-Héroe falso.

En un abrir y cerrar de ojos la misteriosa mujer se había desvanecido de donde estaba en un abrir y cerrar de ojos para luego aparecer en frente del héroe para darle con su lanza y Alexis solo podía ponerse en guardia con una mirada de preocupación absoluta.

El héroe la esquivó a último minuto, pero no sin antes que la mujer le cortada de forma superficial el pecho dejando una pequeña estela de sangre.

– «¡ES MALDITAMENTE VELOZ!» ¡PYXYS VEN!

– ¡SI!

El hada se transformaba nuevamente en el pendiente en la oreja izquierda de Alexis para luego el héroe ganar distancia de su contrincante.

– ¡Pyxys concéntrate en la percepción del movimiento del enemigo! ¡Quiero que me avises de todos sus movimientos aún si está lejos!

-Este bien amo.

-Ella ahora es extremadamente peligrosa, debemos fortalecer nuestra defensa.

La misteriosa mujer tomaba guardia para agarrar con fuerza su lanza y empezar a dar varias estocadas que el héroe.

– ¡AMO ALEXIS CUIDADO!

La mujer albina tiraba mares de estocadas que destellaban grandes ráfagas de energía sagrada, cada vez que Alexis esquivan un ataque sentía como algo detrás de si estallaba, se destrozaba y se desintegraba.

El trataba de atacar, pero era imposible, la ventaja entre una lanza y una espada era demasiada por su distancia, en ataques a larga distancia se sentía en desventaja.

– «No puedo seguir así, debo contra atacar»

Con un gran salto se elevaba en el cielo para con su dedo índice y medio desplegarlo en toda la hoja de su espada, estaba por lanzar un ataque.

– ¡CORTE HYDRO! ¡FLUJO!

Con magia elemental de agua un gran corte se dirigía a la misteriosa mujer quien se quedó parada sin tratar de defenderse entonces cuando el ataque estaba por darle inmediatamente fue repelido por un escudo de energía sagrada casi invisible que la envolvía por todo el cuerpo.

– «¿UN ESCUDO SAGRADO DE CUERPO COMPLETO?»

– «AMO ALLÍ VIENE, LEVANTE UN ESCUDO»

– ¡SI!

La mujer dio un gigantesco salto que inmediatamente se puso en frente de el a punto de dar un ataque directo.

– «MALDICIÓN»

Inmediatamente él había formado su escudo de magia elemental Geo pero este se hizo pedazos cuando la lanza de la mujer lo tocó, lo había destrozado haciendo la lanza de esta chocara con la espada del héroe mandándolo a volar lejos, muy lejos.

Rosemary y Esmeralda estaban a la distancia encima de un barranco observando todo lo que estaba ocurriendo.

-Esme ¿A qué te refieres con que la conoces?

-No puedo explicarlo bien, es algo que siento dentro de mí, algo espiritual.

-No sé qué demonios está pasando, pero Ciel se transformó en esa extraña mujer, esta pelea se ha salido totalmente fuera de control, debemos detenerlos.

– ¿Detenerlos? Ya de por si Alexis y Ciel son demasiado poderosos por separado, no creo que sea buena idea ir por ahora, deberíamos esperar a que la pelea se siga desarrollando para entonces idear como proceder.

– ¿Estas bromeando? Si esto sigue así ellos…

La conversación se vio interrumpida cuando un haz de luz resplandeciente las separó en aquel barranco, era Alexis quien era enviado a volar por la mujer de cabellera blanca.

– ¡ALEXIS!

El héroe estaba adolorido por el ataque con una rodilla en el piso.

– ¿ALEXIS ESTAS BIEN? ¿QUE ESTA PASANDO?

-A-ahora no es momento para hablar Rose, deben alejarse de aquí… ¿Tienes más pociones de curación y mana?

-Ah si, los tengo en mi bol… ¿Y MI BOLSO?

Alado estaba Esmeralda con el bolso de la bruja sosteniéndola con una mano.

– ¡MALDITA! ¿Qué crees que haces?

-Lo siento Rose, te lo daré enseguida pero antes dinos, Alexis… ¿Qué le pasó a Ciel?

– ¡Esme!

-…

-Parece que ya la conoces, tenía una vaga impresión de cuando te fuiste de tu mansión cuando Ciel estaba desprendiendo una esencia sagrada bastante parecida a la de ahora… ¡RESPONDE ALEXIS! ¿QUÉ LE PASÓ A MI AMIGA CIEL?

-Exacto, cuéntales la verdad Alexis.

Entonces rápidamente una silueta se había situado frente a todos los presentes, era la mujer albina, estaba volando.

– ¿Puede volar?

Decía Alexis.

– ¿Magia de vuelo?

Replicaba impresionada Rosemary.

-Por la diosa…

Esmeralda estaba también impactada.

La magia de vuelo era una perdida que no se había visto desde hace mil años, pese a ser un mundo lleno de magia el solo hecho de volar era algo que solo se le podía atribuir a seres de leyenda, ni siquiera Alexis tenía esa capacidad.

– ¿Quién eres? ¿Qué le hiciste a Ciel?

Preguntaba Esmeralda mientras todos estaba aún impresionados hasta que la misteriosa mujer finalmente movió los labios.

-Mi nombre es Frayla, Frayla Saintlance.

Esmeralda sentía como se le bajaba la presión ante las palabras que había escuchado, la mujer misteriosa se llamaba Frayla, un nombre que ella conocía muy bien.

– ¿Frayla? ¿Quién es Frayla? ¿La conoces Alexis?

Preguntaba Rose.

-…

-Alexis me conoce muy bien ¿Por qué no les cuentas?

Las dos mujeres al escuchar esas palabras voltearon directamente para verlo al héroe quien estaba callado con la mirada en el piso.

-Alexis… ¿DE QUE DEMONIOS ESTÁ HABLANDO? ¡RESPONDE!

-Rose, la mujer que tenemos frente a nosotras es Freyla Saintlance, ella es…

Rose se volteaba para ver a la religiosa quien arrodillada solo podía ver al cielo a la mujer albina quien brillaba por su aura sagrada.

-La primera líder y fundadora de la religión oficial del reino de Fragia… ¡LA DIOSA FREYLA!

La bruja abrió los ojos de par en par para ver a la diosa que tenía frente a ella imponente.

– ¿La diosa… Freyla?

– El motivo por el cual Ciel es considerada Santa no es porque pueda utilizar poderes sagrados…

Alexis se levantaba lentamente agarrándose de las rodillas aun mirando al piso.

-Ella es considerada Santa por ser la reencarnación de la diosa Freyla…

– ¿Eso es todo? Cuéntales a tus amigas toda la historia Alexis.

-…

– ¿O prefieres que lo haga yo?

-… uno de los motivos por los cuales me casé con Ciel fue… para contener su poder, el poder de la diosa Freyla y evitar un potencial cataclismo…

Las chicas al escuchar dichas palabras se quedaron heladas, Alexis conocía de un secreto así de impactante.

– ¿Fue la iglesia?

Esmeralda preguntaba, pero Alexis no respondía, ese silencio solo daba a indicar que esa era la respuesta correcta.

– ¿Estas bromeando? ¿Me estas jodiendo?

Rosemary agarro a Alexis de sus desgarradas ropas, pero Alexis no la miraba a los ojos, parecía que el héroe sentía vergüenza de mirar a su mejor amiga.

-Alexis, te apoyé todo este tiempo porque pensaba que tenías razón ante lo que te hacían Ciel y Beatriz, pero ¿Ahora me sales con esa mierda de que te casaste con Ciel por órdenes de la iglesia?

Alexis apretaba los sientes para luego apartarse del agarre para luego desaparecer y reaparecer alado de Esmeralda quien ya no tenía el bolso de Rosemary, el héroe lo había agarrado para luego sacar de ella algunas botellas.

-Ustedes no entienden nada, puede que no me crean, pero…

El héroe tomaba un sorbo de una de las botellas para luego ver que sus heridas eran parcialmente curadas saliendo vapor de ellas, luego botó las botellas al piso.

-Freyla ¿Por qué no les cuentas tu principal objetivo antes que echarme todo el muerdo? ¿O prefieres que lo haga yo?

La diosa solo lo veía con desprecio a los ojos viendo como aquel humano se atrevía a desafiarla.

-Destruir a la Iglesia, a la religión del reino de Fragia, irónicamente el mismo objetivo que llegó a tener Ciel hace poco ¿Acaso fuiste tu quien le indujo a tomar dicha decisión?

– ¿Y que si fui yo? ¿Aún piensas oponerte ante mí?

El héroe optaba por una nueva pose de combate.

-Chicas, sobre todo tu Esmeralda, si quieren cambiar una institución tienen dos opciones, una hacerlo desde adentro poco a poco para que todo el mundo lo acepte de forma natural y existe la forma revolucionaria, hacer un cambio brusco que modifique el sistema, pero a cambio eso traerá muchos conflictos, guerra y muerte.

Esmeralda solo podía escucharlo con una mirada seria pero analítica.

– ¿Por qué nos lo cuentas Alexis?

El héroe sonreía mientras una gota de sudor bajaba por su mejilla.

-Porque no se si saldré vivo de esta y una última cosa… es verdad que la iglesia me pidió que vigilara a Ciel… pero antes de todo eso en verdad ella me gustaba.

Esmeralda solo podía verlo con ojos de desconfianza hasta que el héroe con su magia elemental de tierra hizo elevar varias rocas y con un salto se elevó al cielo. La diosa Freyla al ver como su objetivo se alejaba fue a perseguirlo dejando una estela de luz a su alrededor.

Esmeralda y Rosemary los veían alejarse.

-Maldición ¿ACASO AMBOS ESPOSOS SON UNOS MENTIROSOS?

– ¿Rose?

-Primero la infidelidad de Ciel y Beatriz… luego un intento de homicidio, luego descubrimos que Ciel es la reencarnación de la diosa Freyla ¿y ahora descubro que mi mejor amigo es también un mentiroso? ¿Acaso aquí todos son unos embusteros?

-…

La bruja se levantó para ir a donde Esmeralda.

– ¿Sabes? Me vale que Ciel o Freyla destruyan a la iglesia por eso no me he desquitado contigo, tenemos algo en común pero ahora viendo que nuestros amigos son unos mentirosos yo me pregunto ¿Qué quieres hacer tu?

– ¿Qué quiero hacer? ¿A qué te refieres?

-Acabas de descubrir que tu mejor amiga es una diosa ¿Piensas seguir con tu plan de derrocar a la iglesia?

Esmeralda veía a Rosemari para luego apartar la mirada, poner su mano en su barbilla y ponerse a pensar mirando a donde su amiga se fue volando.

-Es verdad que estuve de acuerdo con Ciel en ayudarla a derrocar a la iglesia, tenía mis dudas, pero es mi deber seguir a la santa… pero.

– ¿Pero?

-Viendo que Ciel es la reencarnación de la diosa Freyla esas dudas se fueron, si mi propia diosa quiere destruir a una organización tan corrupta ¿Quién soy yo para negarme a sus intenciones?

La bruja la veía con cara de estar viendo a una loca.

– ¿Lo dice quién se quiso revelar ante su propia organización religiosa?

– Lo sé, suena hipócrita, pero ¿Acaso tú no estás de acuerdo? Digo las brujas también tienen motivos de sobra para verla hecha ceniza.

-Si, la tengo, pero Alexis…

– ¿Alexis? ¿Al cual descubriste que es un perro del Papa?

– ¿Del Papa?

-Claro, el único que podría pedirle algo así al héroe es el mismo líder de la iglesia.

La bruja tenía sentimientos conflictivos ya que si bien le daba igual si la Iglesia era destruida ella no estaba satisfecha de las palabras de su mejor amigo en cuanto a su trabajo de «cuidar» a Ciel y si eran cierto sus palabras de que el sí amaba a Ciel.

– ¿Rose?

La bruja se trepaba a su escoba a punto de marcharse volando.

– ¿Vienes o no? Necesito respuestas de Alexis y las voy a tener, aunque tenga que partirle las piernas a ese hombre.

Ambas chicas se fueron volando en búsqueda de sus amigos.

El héroe y la diosa estaban volando por encima del bosque, ella con sus poderes sagrados y Alexis trepado sobre una roca que el mismo hacia levitar, ambos llegaron a la cordillera montañosa entonces se elevaron más y más hasta llegar a un pequeño valle que se encontraba en medio de las montañas.

-Qué forma tan poco elegante para volar.

-Je, no todos tenemos la capacidad mágica de volar como tú Freyla.

-Eres más débil que Ciel, con suerte le ganaste, pero conmigo es otra historia.

-No me subestimes, soy el héroe legendario Alexis.

El joven tocó el piso y las rocas que levitaban a su lado cayeron mientras el adoptaba su pose de combate.

-Héroe… Esa palabra está sobrevalorada.

La diosa también adopta su formación de combate, el ambiente se estremecía ante su poder elevándose hasta que con un destello de luz ella se lanzó al ataque de su adversario.

Alexis gracias a la ayuda de su fiel hada Pyxys, quien le pasaba información de los movimientos de su oponente a su mente al volverse un pendiente, era apenas capaz de esquivar los ataques de su adversario hasta que dio un salto en el aire para lanzar un ataque elemental.

– ¡Corte ígneo, ráfaga!

Un corte de fuego desde arriba chocó ante la diosa quien no se inmutaba ya que su escudo dorado la envolvía totalmente, el corte de fuego que chocó con el piso que roseaba a la diosa produjo una cortina de humo que nublaba la vista.

-Imbécil, tus ataques elementales no me afectan.

Con mover su brazo la gruesa cortina de humo se esparció dejando ver qué arriba no había nadie.

– ¿Como?

En ese entonces en frente de ella estaba Alexis y Pyxys quien adoptaba la forma de su amo, ambos estaban en posición de ataque con sus respectivas espadas.

-Maldi-

-¡¡AAAAAHHHH!!

Una poderosa explosión se sintió en todo el valle, una gruesa cortina de humo y polvo se vio a lo lejos dejando una señal clara de dónde se encontraban, de aquella explosión salieron volando Alexis y Pyxys en su forma humana para luego caer de pie, ambos estaban algo heridos debido a la explosión y la fuerza de choque.

-Ataque compuesto, explosión.

La cortina de humo se esparció para ver a la diosa quien tenía su escudo parcialmente destruido.

-Mi escudo está roto ¿Como es que tú?

-Tu escudo te protege de todo ataque elemental pero no de ataques compuestos como explosión.

-Eres un sujeto muy listo.

Las leves heridas que tenía la diosa se empezaban a regenerar rápidamente hasta que su cuerpo quedó como si nada le hubiera pasado.

-Maldita, con todo el trabajo que le tomo hacerte daño ¿y te curas al instante?

-Te he subestimado héroe Alexis, Ciel me dio libertad de salir con la condición de que solo te derrotará y que no te matará, pero si pienso en eso solo me estaré conteniendo.

– ¿C-conteniendo? «maldición, con lo duro que fue y ella se estaba conteniendo? Estoy en serios aprietos,

-Pyxys.

– ¿Si amo?

El hada volvió a convertirse en el pendiente del héroe.

– ¿¿Cuantos ataques compuestos crees que puedas hacer utilizando nuestra sincronización??

-Unos 2 o 3 ataques a lo mucho amo.

-Entonces solo 3 ataques… Carajo.

– ¿Cuál es su plan amo?

-La diosa Freyla es inmune a ataques elementales, pero no a ataques compuestos, la falla es que ella se regenera casi instantáneamente de sus heridas, si queremos derrotarla debemos noquearla con un ataque devastados, un ataque que ni ella pueda resistir.

– ¿Existe algo así?

-No lo sé, aparte de explosión deberemos intentar otros ataques, siento que si vuelvo a utilizar el mismo ataque con ella terminaré muerto.

-Entendi-

Antes de que Pyxys pudiera terminar su charla en frente del héroe ya estaba la diosa Freyla quien con su lanza estaba por darle un ataque de lleno, pero entonces Alexis se agachó y es cuando el ataque que no le dio salió volando hasta estrellarse con una montaña destrozando la por completo.

-¡¡Aaaahhh!!

Con un grito de guerra el héroe trató de patear las piernas de la diosa quien perdió el equilibrio, pero en vez de caer solo estaba flotando.

-Oh…

-Puedo volar imbécil.

– ¡Carajo!

La lanza de la diosa termino atravesando la pierna del héroe.

-Aaaahhh!!!

El héroe sentía como la lanza atravesó su carne, pero antes de cualquier otro acto él se apartó dando un fuerte salto con la pierna que tenía sana hasta separarse lo suficiente para mantenerse a salvó del alcance de la lanza de la diosa.

La diosa no perdía el tiempo y mientras esté se alejaba ella lo perseguía y cuando su lanza estaba acercándose a la del héroe una espada mágica bloqueo su trayecto, era Pyxys en su forma de Alexis deteniéndola en lo que el héroe se separaba lo suficiente.

-¡Amo Alexis ahora!

-¡Gracias Pyxys!

La sangre salía a por montones de la pierna del héroe por lo que el saco un frasco de poción y se la echó en la pierna y está se curaba aún más rápido que habiéndola ingerido, pero provocando un dolor inmenso en el héroe.

-¡¡Maldición!! ¡¡Duele!!

La diosa Freyla intercambiaban unos pocos golpes con el hada Pyxys hasta que esté salió volando luego de un buen golpe que lo impacto de un costado y cayó alado de Alexis quien se estaba recuperando del dolor de su pierna.

-C-con eso gaste el equivalente a un ataque amo… Solo me queda dos ataques.

-Ustedes dos trabajan muy bien juntos, pero no lo suficiente contra mí.

– ¿Eso crees tu?

– ¿Que?

-Te tenemos dónde queríamos ¡¡Pyxys!!

-¡¡Si amo!!

-Pyxys se acuclillo juntando sus manos dónde Alexis puso su pie y con un impulso se alzó en el aire varios cientos de metros hasta estar por encima de todos en medio del valle que a su vez estaba en medio de las montañas.

– ¡No lo harás!

La diosa voló por todo lo alto hasta donde estaba el héroe quien encima de él había grandes nubes negras totalmente cargadas como si de una tormenta fuera a caer.

-Freyla, recibe esto ¡¡Ataque compuesto Magna Rayo!!

-¡!

De en medio de las nubes varios rayos se estaban acercando hasta justo debajo del héroe quien con su espada concentraba y dirigía todos los rayos hasta liberarlo de un solo corte el cual dieron en dirección a la diosa quien levanto su escudo dorado, pero estén se vio atravesando hasta dar en el cuerpo de la albina quien calló a gran velocidad al suelo del valle atravesándolo y metiéndose en la tierra quien sabe cuántos metros.

Del cielo callo el héroe quien fue alcanzado por Pyxys agarrándolo con sus brazos como si de una princesa rescatada se tratara.

-¡¡Amo!!

-A-auch… Qué vergüenza que me agarres así.

– ¿¿Sera suficiente con ese ataque??

-N-no lo sé, pero gracias por haber invocado esas nubes Pyxys.

-Hago lo que puedo.

Cuando el héroe Alexis se paró un fuerte terremoto se sentía, la tierra se partía, piedras caían de los riscos que rodeaban al valle.

– ¡No! Por la diosa… Por la misma maldita Freyla ¿¿sigue consciente??

Una luz se levantaba en medio de toda el área, era Freyla quien en su cuerpo se veía como su carne se regeneraba y sus ojos se abrían.

-No puede ser…

-Alexis, perro de la Iglesia, te casaste con Ciel solo para mantenerme controlada, nunca pensaste en ella de verdad.

– ¿que? ¡Oye! ¿De qué carajos estás hablando? ¡Yo la ame mucho!

-Mentira, si hubiera sido así no le hubieras ocultado lo que te ordeno la iglesia.

– ¡No es cierto! Ciel sabía que algo estaba mal dentro de ella, no quería que se viera aún más presionada.

-Dime ¿Te acuerdas de la noche cuando te le contestaste?

– ¿Qué hay con eso?

– ¿Sabes porque ella acepto tu confesión?

-Porque… Me amaba.

-No, fue porque la presionaste.

– ¿Que? ¿A qué te refieres?

-Piénsalo, son amigos de la infancia, lucharon juntos, eran el héroe y la santa, la pareja perfecta, a ojos de todos y debían estar juntos.

– ¿Y qué tiene que ver eso con sentirse presionada?

-… Eres un ignorante, si todos te recomienda que hagas algo… ¿Acaso no es lógico que te sientas presionado a hacerlo?

Entonces algo hizo clic en la mente de Alexis, un recuerdo de su vida pasada, él había visto en redes sociales casos donde en colegios un chico esperaba salir a una chica, ese chico tenía un cartel gigante con la palabra «¿quieres ser mi novia?» O en otros casos cuando un hombre adulto esperaba a su novia con un grupo de mariachis, flores y este se arrodillaba para proponerle matrimonio, obviamente en todos estos casos la declaración terminaba en un auténtico desastre para el hombre.

-No puede ser…

– ¿Sabes algo Alexis? ¿Te acuerdas de la noche en que derrotaron al Gran Rey Demonio?

– ¿He?

– ¿Te acuerdas que habías caído inconsciente durante un instante y luego al pararte viste a Ciel delante de ti arrodillada y al Rey Demonio mal herido?

-No…

-Si, fui yo, Sali por un instante, pero fue suficiente para… derrotarlo.

– ¡NO!

-Si ¡fui yo quien venció al Gran Rey Demonio no tú Alexis!

‑ ¡NOOOOOO!

Las palabras de la diosa Freyla fueron un tsunami ante la hombría y orgullo del héroe Alexis quien se dio cuenta que todo lo que él creía era falso, una mentira, algo que solo lo beneficiaba a el pero que en realidad nunca había pasado.