(Web Novel) Un Mundo Carmesí: Capítulo 19 «Mi amor por ti»

En una fría noche en el inmenso patio de la residencia real de la familia Bertrand estaban reunidas Beatriz y Ciel quienes no se habían visto desde la mañana del día anterior, para evitar que las vieran de lejos se metieron al laberinto de arbustos que cubría la mitad del jardín justo debajo de la cúpula de mármol.

-…

Beatriz estaba suspirando mientras veía al piso, Ciel le había contado todo lo que había pasado en su lucha contra el héroe Alexis, ningún detalle le había ocultado.

-Lo siento mucho Betty, no pude traerlo de regreso.

-Más importante que eso.

La princesa había agarrado a la santa de sus hombros.

– ¡ERES LA REENCARNACIÓN DE LA DIOSA FREYLA! ¡Y LE GANASTE A ALEXIS!

La mirada de la princesa estaba totalmente fija en la joven chica de cabello negro.

-Eres el ser más poderoso no solo del reino sino del mundo, con tu poder podremos hacer lo que queramos, nadie nos podrá detener ni mi padre ni el papa. Por fin podremos estar juntas Ciel.

Beatriz abraza a Ciel.

-Betty…

-Al fin podremos estar juntas, podremos quedarnos con la corona y la iglesia.

Los ojos de Ciel se quedaron abiertos y entonces lentamente tomaba de los hombros a la joven rubia para delicadamente apartarla.

-No Betty…

– ¿A qué te refieres Ciel?

La princesa vio a la santa con la luz de la media luna. iluminaba su rostro.

-Ya no quiero ser parte del golpe de estado.

– ¿A qué te refieres con eso? Habíamos acordado que para estar juntas yo me apoderaría de la corona y tu del clero, cambiaríamos las reglas de este país y finalmente quedaríamos juntas.

La princesa estaba totalmente confundida.

-Esme se enteró de que te habías reunido con tu familia en el despacho del rey.

-Si… ¿Qué tiene que ver eso?

-No me habías dicho que te reunirías con ellos, eso quiere decir que también cambiaste de planes.

– ¿Y qué tiene que ver eso? Ahora me entero de que tienes el poder de la mismísima diosa, con su poder nada se nos podrá oponer, podremos gobernar incluso como esposas durante toda la-

Los labios de Beatriz fueron interrumpidos por el dedo índice de Ciel, su mirada estaba serena.

-Cuando luché con Alexis entendí que el poder no lo es todo, si lo ejerces irresponsablemente podrías llegar a destruir lo que más amas.

– ¿Ciel?

La santa aparto su dedo de los labios de la princesa.

-Nosotras engañamos a Alexis para estar juntas, Alexis me engañó influenciado por la iglesia para tenerme vigilada, la corona y la iglesia nos utilizó para que tuviéramos hijos del héroe. Todo esto ha sido un circulo de manipulaciones, engaños y mentiras, quiero romper con eso.

-…

La santa entonces se aproximó a la princesa acariciando su mejilla para luego darle un suave beso en los labios.

-¡¿?!

-Esta es mi resolución.

El beso de la Ciel se intensificó provocando que la princesa se sonrojara, acarició su cintura con suavidad.

-Ciel ¿qué haces? no podemos hacer esto, estamos afuera.

-No te preocupes, Esme y Matilda están vigilando y esta parte del jardín está rodeado de este laberinto, nadie nos verá.

La santa poco a poco desvestía a su amada mientras la besaba, la capa que utilizaba Ciel fue utilizada como una manta improvisada.

El cuerpo semi desnudo de la joven rubia caía en el suelo, sus enormes pechos estaban al aire.

– ¿Estas segura de esto?

Preguntó la princesa algo avergonzada mientras su amante colocaba su mano en medio de sus pechos acariciándolos con cariño.

-Nunca he estado más segura en toda mi vida.

Con un beso ambas chicas de hicieron una sola, los gemidos se escuchaban como susurros en el viento que inundaban las profundidades del jardín de la familia real Bertrand.

Bajo la luz de la media luna, en medio del laberinto del jardín y dentro de la cúpula de mármol estaban Beatriz y Ciel. Las chicas estaban completamente desnudas solo cubiertas por la capa de la princesa y acostadas encima del abrigo de la santa, sus prendas estaban dispersas en todo el sitio.

Las chicas estaban tomadas de las manos, sus dedos estaban entrelazados.

– ¿En verdad le contaste todo a tu familia Betty?

-Si, no quería volver a esconderme de ellos.

– ¿Cómo lo tomaron?

-El idiota de mi padre estuvo más preocupado por mi fertilidad que por mi bienestar…

La mano libre de Ciel se deslizada cuidadosamente acariciando la cicatriz en el vientre de Beatriz.

-Lamento por todo lo que has pasado.

-No es tu culpa, fue mía, debí contarles mucho antes lo que sentía por ti ¿pero sabes algo? El idiota de mi padre esta muerto de miedo de que Alexis venga a destronarlo por lo que hice jaja.

-Jaja… no lo culpo por pensar aquello, pero estoy segura de que si él quisiera vengarse su primer objetivo sería yo luego de haberlo derrotado.

-… no me gusta que hables así, si el regresa para vengarse prometo que me haré más fuerte para protegerte.

Ambas chicas se voltearon para verse fijamente.

– ¿Qué pasará con nosotras Ciel?

-No lo sé, tu le contaste todo a tu familia, yo al papa solo le conté sobre su conspiración con Alexis para tenerme vigilada pero tarde o temprano la iglesia se enterará de lo nuestro.

El rostro de Beatriz se estremecía ante la idea de que la iglesia se enterase de su relación, una cosa era saber que tenían un amorío en secreto, pero otra muy distinta era que supieran lo que le hicieron al héroe.

-Mi padre hablará con el papa el día de mañana para interceder por nosotras, pero si no le has contado nada al sumo pontífice entonces…

-Entonces debemos actuar de una forma en la cual ni siquiera sus planes puedan interferir con nosotras.

– ¿A qué te refieres?

La sombra de una de las nubes nocturnas tapaba la luz de la media luna.

-Beatriz… debemos terminar.

En las afueras del laberinto del jardín estaban Esmeralda y Matilda con sus rostros tapados y sus mejillas sonrojadas.

-Oye Matilda… esos gemidos…

-No hay que ser muy perspicaz para saber que eran nuestras amas…

– ¿Crees que las hayan escuchado?

-Tu eres la experta en deducción ¿Qué tú crees?

-Pienso que… van a haber muchos rumores sobre fantasmas penando.

-Allí vienen.

Beatriz y Ciel venia caminando lentamente, estaban abrigadas con sus capas, pero no decían nada ni se miraban.

-Señorita Beatriz.

-Matilda nos vamos.

La princesa se marchaba fríamente sin despedirse.

-S-sí.

Esmeralda y Matilda se despidieron con una señal de sus manos en lo que una silenciosa Ciel se quedaba parada al lado de su amiga.

-Ciel ¿Pero que rayos le dijiste?

-Te lo contaré cuando regresemos.

– ¿Regresar a dónde? No tienes más un hogar, la santa sede ahora no es un lugar seguro y… oh… ¿Tú quieres ir a…?

-Si, iremos al convento.

En un lugar indeterminado, se escuchaban los sonidos de una caldera hirviendo y la leña quemándose, el aroma de un delicioso se podía oler en todo el lugar. Se podía sentir una superficie medianamente suave pero que a la vez picaba.

– ¿Qué es… ese olor?

Sus ojos se abrían lentamente, arriba de el estaba un techo improvisado de madera y paja.

– ¿Quién… soy? ¿Dónde… estoy?

Se escuchaban unos murmullos que venían de otra habitación, el joven se levantaba lentamente. Era una cama de paja cubierta por una sabana hecha a mano algo sucia.

– ¿Estofado?

Al dar un pie en el suelo se dio cuenta que era de tierra cosa que lo hizo notar que estaba en una casa bastante humilde.

– ¿Qué?

El joven caminó lentamente hacia el otro cuarto donde venían esos murmullos y cuando asomó la cabeza veía a varias personas reunidas sobre una caldera, una voz femenina resaltaba de entre todas las voces.

-Y si le agregan algunas hojas de laurel el estofado les quedará de maravilla, prueben.

La joven pelirroja le dio de probar a la mujer de mediana edad el estofado

– ¡Oh, es verdad! ¡Está delicioso! Nunca antes había probado un estofado tan delicioso en mi vida ¿No lo crees querido?

La mujer le dio de probar también al señor que tenía al lado.

– ¡Está exquisito! ¡Muchas gracias jovencita!

-No hay de que, es lo menos que podemos hacer luego de que nos hospedaran estos últimos días.

-Señor ¿Ya despertó?

Unos niños se arrimaron al joven recién despertado, era un niño de apenas unos pocos años y a su lado una niña aún más pequeña que apenas podía hablar.

– ¡Papá, el señor ya despertó!

Los que rodeaban la caldera se dieron la vuelta y vieron quien había despertado, era Alexis, el héroe.

– ¡ALEXIS!

La chica pelirroja corrió hacia el joven.

– ¿Rose…mary?

El rostro del joven se empezaba a iluminar al ver un rostro familiar pero entonces sentía como un enorme calor se acumulaba en su mejilla para luego una fuerza lo impulsara hacia un lado, era una fuerte cachetada provocada por la joven bruja.

– ¡GRANDISIMO IDIOTA! ¿SABES CUANTO ME PREOCUPÉ POR TI? ¡ESTUVISTE INCONCIENTE POR VARIOS DIAS!

El joven héroe caía al piso por la cachetada, el piso de tierra hacia que se ensuciara rápido pero entonces una gran cantidad de recuerdos empezaron a fluir en su mente.

Hace apenas dos semanas el era el héroe legendario del Reino de Fragia, tenia dos esposas que amaba, pero descubrió que ellas tenían un romance secreto y lo habían utilizado para sus fines. El héroe había luchado contra sus propias esposas en batallas a muerte, con Beatriz fue una victoria relativamente simple, pero con Ciel había sido todo lo contrario.

La resurrección de la diosa Freyla en el cuerpo de Ciel, su inconmensurable poder sagrado que podía partir la tierra y el cielo. El despertar del poder sagrado de Pyxys, su ataque sincronizado y luego todo estaba en blanco.

“Tu solo eres un perro del papa que se casó con Ciel para tenerme vigilada”

“Yo fui quien derrotó al Rey Demonio no tu”

“Obligaste a Ciel a casarse contigo”

Las palabras de la diosa Freyla atravesaban la mente del héroe quien luego volvió a perder el conocimiento.

-O diablos… creo que me excedí…

La bruja se lamentaba ante su accionar mientras los niños tocaban con un palo al joven héroe que yacía inconsciente en el suelo de tierra.

Era un día totalmente nublado pese a ser de tarde, en la imponente sala de reuniones de la santa cede estaban el rey Bartholomeo Bertrand junto a su hijo Bennett Bertrand, frente a ellos estaba el papa Magno Luise XII y a su lado su fiel capitán de los caballeros Constantino.

-Entonces el héroe Alexis ha sido exiliado por su propia esposa santa Ciel por ¿Traición?

El rey respondía ante lo que había escuchado durante es alarga conversación.

-Si, lamentamos muchísimo lo que pasó, al parecer santa Ciel había escuchado que recomendamos al héroe Alexis que la mantuviera vigilada por el inmenso poder que ella contiene.

-Entonces el matrimonio era una farsa desde el principio, que incompetentes, me avergüenzan como supremo monarca del reino de Fragia.

El papa se había quedado callado ante lo que oía y dejaba que el rey siguiera hablando, el príncipe estaba al lado de su padre escuchando todo con incomodidad.

-Y es por eso que encuentro esto imperdonable.

El rey finalmente había terminado de darle un largo sermón con mucha soberbia.

-Su majestad ¿Puedo hablar?

-Dígame su santidad, ya he terminado.

-Muy bien.

Los ojos del papa se entreabrieron dejándolo ver incluso a través de sus lentes.

-Me informaron que el héroe luchó contra su hija la princesa Beatriz hace una semana en su mansión.

El rey se incomodó por un segundo.

-Estuvo desaparecida durante varios días y estuvo junto a Ciel todo ese tiempo.

-S-si… así fue… ¿Por qué lo menciona?

-Lo que ocurre su majestad es que existen rumores a base de las investigaciones sobre el día del incidente de que el motivo por el cual el motivo del por qué lucharon el héroe Alexis y la princesa Beatriz es uno muy diferente a nuestras órdenes.

La mirada preocupada del rey se notaba y su hijo a su lado solo podía mantener la compostura ante lo que el papa decía.

– ¿E-en serio? ¿Y qué clase de rumores eran esos?

-Bueno por allí dicen que quizás, no sé, el motivo de la lucha fue por un caso de… infidelidad.

El rey se estremeció de la preocupación, la sabia que había sido por el romance secreto que tuvo su hija con santa Ciel.

– ¿Qué tiene que decir al respecto su majestad?

-B-bueno en lo respecto a nuestra hija… ella tuvo…

-En efecto, mi hermana cometió adulterio.

El rey se sorprendió ante la interrupción de su hijo, no sabía que estaba pasando.

-Oh príncipe Bennett, muchas gracias por querer aclarar mis dudas, puede unirse a la conversación.

-Bennett…

-Muchas gracias, con su permiso su santidad, su majestad.

El príncipe Bennet se sentaba en el mismo mueble donde estaba su padre el rey.

-Es como mencioné, el motivo de la lucha entre el héroe Alexis contra nuestra princesa Beatriz fue por un caso de adulterio, mi hermana tuvo un amorío secreto…

El rey estaba nervioso ante las palabras de su hijo quien estaba a punto de contarles la verdad y con ello encarar los gustos especiales de su hija y eso los metería en muchos problemas.

-Un amorío secreto con un plebeyo.

– ¿Un plebeyo?

– ¿Un plebeyo?

Tanto el rey como el papa vieron curiosos ante las palabras del príncipe.

-Si, la princesa Beatriz tuvo un amorío secreto con un trabajador de la mansión del héroe Alexis. Cuando el héroe se enteró encaró a mi hermana y fue cuando ocurrió la pelea.

– ¿Está hablando en serio príncipe? ¿Y dónde está ese plebeyo?

-El héroe Alexis lo mató.

– ¿Lo mató?

-Si, encontró a mi hermana junto a su amante y fue cuando lo mató con un hechizo de fuego, lo volvió cenizas.

El rey no podía creer lo que estaba escuchando, su hijo había ideado toda una mentira para ocultar el hecho de que Beatriz tuvo un amorío con Ciel, era una mentira camuflada en una verdad a medias. La mansión del héroe Alexis había quedado en ruinas tras ese combate haciendo imposible recoger rastros de algún cuerpo.

– ¿Eso es verdad su majestad?

– ¿He? Ah ¡Si! La incompetente de mi hija tuvo un amorío secreto, me avergüenzo de ella.

-Y si era así ¿Por qué no simplemente lo convirtió en su consorte? Las mujeres no pueden tener más de un esposo, pero las leyes no prohíben tener consortes ¿No es así?

-Eh bueno…

De nuevo el rey dudaba.

-Por qué al héroe Alexis le desagradaban esas ideas, el solo quería a Beatriz y a Ciel para él, usted sabe lo posesivos que pueden ser lo hombres además se trató de un plebeyo. Lo normal para una noble es tener de consortes es a alguien de mejor estatus.

-Hmmm… tiene sentido.

El papa veía al capitán Constantino esperando una respuesta la cual era afirmativa.

-Puedo decir que nuestras protegidas han cometido errores imperdonables, como le conté estamos muy arrepentidos por haber ocasionado el exilio de nuestro gran héroe legendario Alexis.

El papa inclinaba su cabeza levemente.

-No, no, no, su santidad por favor usted perdónenos a nosotros por también haber provocado semejante conflicto.

El rey mostraba una anormal muestra de humildad confundido con sus nervios y miedo a ser descubiertos.

-También como príncipe le pido disculpas por todo lo que ha causado nuestra familia.

-Entonces ya que hemos aclarado todo creo que deberíamos discutir como proceder ahora, el pueblo y sobre todo nuestros feligreses han de querer saber que es lo que ha pasado, la desaparición del héroe Alexis ocasionará una gran conmoción.

-Si, por eso he venido a acompañar a mi padre el rey para ayudarle en todo esto.

-Muy bien entonces discutamos aquello.

-Si.

Ya era el atardecer de esa nublada tarde, el sol había salido por primera vez en todo el día en el horizonte donde estaba descubierto. En el despacho del papa estaba el junto al capitán Constantino.

– ¿Entonces lo que dijeron fue una verdad a medias?

-Si su santidad.

De su bolsillo sacaba un anillo con una piedra azul que brillaba en una luz morada.

-El detector de mentiras portable que oculté en mi saco no es capaz de detectar mentiras en tiempo real, pero si es capaz de procesar toda una conversación y brillar dependiendo si la mayoría de lo que dicen es verdad o mentira. El color es morado lo que quiere decir que contaron una verdad a medias.

-Entonces ¿El cuento de que Beatriz tuvo un amante es una verdad a medias?

-Es probable.

-No podíamos someter al rey a un detector de mentiras, pero esto nos puede servir por el momento, capitán quiero que investigue sobre ese supuesto amante de Beatriz, puede que nos sirva de algo en el futuro dicha información.

-Si su santidad.

A medio camino del palacio real, en una carreta fuertemente escoltada, estaban el rey Bartholomeo y su hijo Bennett Bertrand.

-Hijo hiciste un excelente trabajo, esos idiotas nunca sabrán lo que en realidad ha pasado y pudimos salvarnos de la inquisición.

-Padre debemos mantener en lo posible el secreto de Beatriz.

-Tienes razón hijo como siempre eres mi mayor orgullo.

-Padre ¿Seguiremos el plan?

-Por supuesto hijo, solo debemos resolver el problema de Beatriz para dejar el camino libre de nuestro plan.

-El núcleo del Rey Dragón de la Destrucción.

-Tenemos el núcleo, pero no tenemos su llave de activación, cuando te cases con la hija del rey Gunther Wolf podrás tener acceso libre a sus tesoros. Consigue la llave y haremos el ritual inmediatamente. Si todo sale bien nunca más tendremos que necesitar de ingenuos héroes legendarios, razas inferiores o a brujas heréticas.

-Un poder que supere al del propio héroe legendario…

El príncipe Bennett vio desde la ventana de su carruaje como el sol se metía en el horizonte.

– “¿Qué harás ahora hermana?”

En el palacio de la familia Bertrand estaba Beatriz en su cuarto recluida con sabanas cubriéndola, sus ojos estaban viendo a la nada.