(Web Novel) Un Mundo Carmesí / Capítulo 26: El aquelarre de las brujas

Ha pasado casi un mes desde el incidente con Beatriz, Ciel y el despertar de la diosa iracunda Freyla, el héroe desterrado Alexis y su «amiga» la bruja Rosemary han viajado al reino norteño de Kambrigia en su viaje al aquelarre de las brujas amigas de Rosemary.

En el cielo estaban Alexis encima de su Grifón y a su lado la bruja Rosemary con su escoba mágica. 

– ¡Oye Rose! ¿Cuánto falta para que lleguemos al aquelarre de tus amigas? llevamos más de una semana viajando.

La bruja sostenía su sombrero mientras veía al héroe.

-Lo siento, pero debemos hacer un gran rodeo para llegar a donde mis amigas, hubiéramos llegado en solo un par de días si tomábamos el camino directo, pero hay que ser precavidos.

-Bueno, no es que me queje… me agrada pasar tiempo contigo.

-Ay no jaja me harás sonrojas.

La bruja sonrió al ver al héroe sonrojado algo se le cruzó a la mente, pero rápidamente su atención fue tomada por algo.

– ¡Mira Alexis!

– ¿Qué cosa?

– ¡La cordillera cola de dragón! Ese cumulo de montañas en forma de escamas de dragón indican la frontera entre el Sacro Reino de Drakkia y las tierras de Indomitia ¿Sabes lo que eso significa?

– ¡SI! Hemos llegado.

Los ojos del héroe se iluminaron mientras apretaba las riendas de su grifo más fuerte indicándole que se diera prisa, pero entonces una luz desvió su mirada.

– ¿Qué es eso? ¿Viste eso Rose?

– ¿Qué cosa?

-De una abertura en la tierra un gran rayo de fuego se elevaba al cielo y de él se elevaba una criatura alada que escupía fuego con dos grandes alas y una cabeza amenazante de bestia escamosa.

– ¿Un dragón? ¿Nos descubrieron?

Decía Rosemary preocupada.

– ¿Un dragón? ¿Qué hace aquí?

Decía el héroe de forma ingenua.

– ¡No seas ingenuo! Estamos dentro de las fronteras de Drakkia, es obvio que habrá dragones por algo su nombre significa ¡REINO DEL DRAGÓN! así como Fragia significa Reino de Freyla.

– ¿Ha? ¿Entonces eso es lo que significaba Fragia?

 La cara de Alexis se iluminaba ante esa revelación, pero se le quitó de la cabeza al ver que el dragón se le aproximaba, el héroe estaba preparándose para sacar su espada la cual era… ¿Un hacha? Pero tenía un mango de color turquesa con una abertura hueca como si algo debiese ir incrustada.

– ¡No seas ingenuo Alexis! ¡Si te enfrentas a ese dragón aún si le ganas resultaras mal herido, caeremos al suelo, tu grifo podría morir y mi escoba quemada ¡Piensa Alexis, piensa!

– Carajo…

Entonces ambos jóvenes decidieron huir con todas sus prisas mientras ese dragón volaba a toda prisa, si bien estaba en una distancia prudente la criatura era tan grande que causaba angustia verlo aproximarse.

El dragón empezaba a escupir fuego al mismo tiempo los perseguía acortando poco a poco la distancia.

– ¿Por qué carajos nos está persiguiendo un jodido dragón?

Preguntaba Alexis entre gritos y mientras esquivaba el fuego de la bestia.

– ¡Por qué estamos en Drakkia y debe creer que estamos invadiendo su territorio! ¡Alexis si pasamos esta frontera puede que lo hagamos sin sacrificar nuestras cosas!

El dragón cada vez estaba más y más cerca pero entonces una espesa niebla empezaba a rodearlos a todos, era el indicativo que estaban entrando a la cima de esa cordillera que marcaba la frontera entre Drakkia e Indomitia.

– ¿Alexis? ¿Dónde estás?

– ¡Estoy aquí Rose, pero no puedo verte con esta niebla!

– ¡No importa, solo no te quedes quieto y sigue volando recto, ahora!

Entonces del otro lado de la cordillera dos figuras salieron de la espesa neblina que rodeaba esa montaña elevada, eran Rosemary y Alexis.

-Por la diosa, por la diosa ¿Y el dragón? ¿Rose? ¿Dónde estás?

-Estoy aquí arriba tonto.

El héroe Alexis podía ver a la bruja quien estaba agarrada con una mano su escoba voladora y con la otra sostenía su mochila que estaba por caérsele.

-Ufff que bueno ¿Y qué pasó con el dra…?

– ¿El dragón? Pues parece que no salió y.… ¿Dónde crees que estas mirando?

El héroe Alexis podía ver desde abajo las bragas de la bruja las cuales eran de color negro, pero entonces un frasco vacío de pociones le calló en la cabeza.

– ¡Idiota no estes viendo!

– ¿He? ¡Pero si ya te he visto desnuda muchas ve-!

Otro frasco le calló en la cabeza.

– ¡Durante el sexo primero me baño y me alisto, pedazo de imbécil! ¡Se más considerado!

Entonces mientras Rosemary le tiraba varias cosas a Alexis una luz brillaba del colgante del héroe para luego una figura salir de ella.

– ¿Por qué tanto escandalo? No me dejaban dormir.

Todos se sorprendieron al ver lo que salió de allí, era el hada con forma de niño y mejor amigo del héroe Alexis.

-Pyxys…

La bruja se colocó en buena posición en su escoba mientras lo dedia.

-Buenas tardes, señorita Rosemary ¿Mi amo le hizo algo malo? ¿Amo?

El héroe no decía nada cosa que preocupó al pequeño ser alado para luego de un impulso el joven agarro a la pequeña hada para restregar su mejilla en todo su ser.

– ¡PYXYS! ¡PYXYS! ¡AAAHHH!

– ¡Amo! ¡Por favor no restriegue su grasiento rostro en mí! ¡aaahhh! ¡Joven Rosemary ayúdeme!

La bruja estaba limpiándose una lagrima al ver lo que pasaba.

-Bienvenido Pyxys, te habíamos echado mucho de menos.

En las afueras de un bosque se encontraban Alexis, Rosemary y Pyxys sentados en unas rocas.

– ¿Estuve dormido por casi un mes?

Preguntó el hada impactada.

– ¡Si! ¿No lo recuerdas?

Respondía el héroe Alexis preocupado.

– ¿Qué es lo último que recuerdas Pyxys?

Preguntaba la bruja examinándolo detenidamente.

-Lo último que recuerdo fue nuestra lucha contra la diosa Freyla y el ataque final combinado que lanzamos mi amo y yo.

-Ya veo, no estoy segura de que fue lo que pasó, pero cuando te di los primeros auxilios te metiste nuevamente en el collar de Alexis y desde entonces no saliste hasta el día de hoy.

– ¡Exacto! ¿No sabes lo preocupado que estaba? Si no fuera por el brillo tenue que dabas en el collar hubiera creído que estabas muerto, no puedo perder a mi mejor amigo.

El hada seguía inmersa en sus pensamientos hasta que reaccionó.

– ¡Ah! ¡Ya recordé!

– ¿Qué recordaste?

Preguntó la bruja.

-Si, cuéntanos Pyxys.

El héroe se lo veía intrigado, el ambiente se volvió inesperadamente silencioso. 

-Yo recuerdo… yo recuerdo…

Ambos jóvenes esperaban la respuesta reveladora del hada.

– ¡Recuerdo los gemidos que tenían ustedes mientras fornicaban como conejos!

La bruja y el héroe se cayeron de patas ante la respuesta del hada.

– ¿Es en serio Pyxys?

Exclamaba sonrojado el héroe.

– ¿Y qué podía hacer? ¡No me dejaban dormir! Escuchar sus gemidos todas las noches se volvió algo incomodo en cierto modo.

La bruja estaba detrás viendo al otro lado mientras se reía de forma bobalicona.

Los árboles estaban marchitos, las hojas estaban caídas y el cielo tenía nubes cubriéndolas por completo, en medio de una llanura amplia se encontraban caminando Alexis y Rosemary.

– ¡Ufff! Que frio hace.

Exclamaba el héroe quien se cubrió los hombros frotándolos para darse algo de calor.

-Es normal, ya casi estamos en invierno y en las tierras de Indomitia los inviernos suelen ser extremos.

-Pero no entiendo Rose no hemos visto ningún alma en decenas de kilometros ¿Acaso nadie vive aquí?

-Las tierras de Indomitia tienen una densidad de población muy baja, existen pueblos, pero son muy pocos y suelen vivir aislados, el Sacro Reino de Drakkia es donde suelen ir para comerciar oh, aunque también suelen ir a Vathor pero Drakkia les queda mucho más cerca jaja.

-Oh… ¿Y es por ser un sitio tan aislado que las brujas de tu aquelarre viven acá?

– Más o menos, antes los aquelarres de brujas solían vivir alrededor de todo el continente, pero desde la gran guerra mágica de hace mil años las brujas han sido exiliadas de la mayoría de los reinos, pero seguimos sobreviviendo como podemos, como viajeras, como ermitañas y a veces como aventureras, pero la mayoría de las «brujas» que sueles ver en los gremios de aventureros no son auténticas brujas, solo son usuarias de magia que han aprendió algo de nuestras tradiciones.

-Vaya no me sabia tanto la historia de las brujas.

-Es normal, suelen juzgarnos muy mal en la mayoría de los reinos desde la instauración de la religión Freyliana en casi todo el continente.

La bruja empezaba a sentir algo de frio por lo cual juntaba sus manos para calentarlas con el calor de su aliento el cual se podía ver en el aire, el héroe al ver algo así se quitó su capa y la puso encima de la bruja.

-Alexis no hace falta que lo hagas, tú también tienes frio.

-Jaja no te preocupes, el héroe Alexis es capaz de aguantar un poco de frio.

-Eres un tonto, pero eres mi amigo tontito.

– ¿He? ¿Amigo… tontito?

El rostro del héroe estaba algo extrañado, pero luego una de las manos de la bruja se juntó al oído del héroe para susurrarle algo.

-Cuando lleguemos al aquelarre de mis amigas podemos usar unos aceites deliciosos que tienen y podemos…

El rostro del héroe se sonrojó ante lo que le decía la bruja.

– ¿Y entonces que esperamos? ¡Volemos rápido!

-No sea impaciente tonto, tu Grifo necesita descansar y estoy muy cansada para usar mi magia de vuelo en mi escoba ¿O acaso quieres que una sexy dama como yo lleve a dos personas el resto del camino?

-Oh, no, no, no, sigamos caminando.

-Bien dicho.

Tras una caminata de varios kilómetros el día se volvió noche, Alexis y Rosemary prepararon una fogata y una cama improvisada y comían el conejo que atraparon en el camino, los jóvenes dormían en la misma cama, el héroe quiso tener relaciones con la bruja, pero ella lo apartaba debido a que no quería hacerlo hasta llegar al aquelarre o al menos encontrar un sitio donde darse un baño.

Al día siguiente ya descansados comieron unas almendras y pasas con algo de agua, el héroe llamó a su grifo con su silbato especial y la bruja ya se sentía con fuerzas para usar su magia de vuelo en su escoba.

La tierra Indomitia era un territorio sumamente extenso, algunos especulan que incluso era más grande que el cumulo de todos los reinos al occidente de la cordillera cola de dragón, Fragia, Ferrcia, Drakkia y todos los demás reinos quedaban pequeños ante su inmensidad.

Grandes montañas, vastos bosques y extensos ríos recorrían todo el territorio, pero ya el invierno estaba por llegar, las primeras copas de nieve cayeron en la nariz del héroe.

-El invierno ya nos alcanzó.

-Si, lo bueno es que ya estamos cerca pero no lo entiendo ¿No deberíamos ya estar en el aquelarre? quizás están utilizando hechizos de camuflaje cosa rara ya que el vivir en la tierra Indomitia debería ser suficiente para protegerse.

La bruja entraba en conflicto ante lo que recordaba.

-Entonces creo que ese es trabajo para nosotros.

– ¿He? ¿A qué te refieres? oh ¡Es cierto!

– ¡Pyxys!

– ¿Me llamaron?

La pequeña hada salió del collar.

– Pyxys ¿Nos escuchaste? Por favor ayúdanos a encontrar el aquelarre.

– Si, lo escuche todo, ahora me encargo.

El hada se adelantó a los jóvenes que se mantenían volando en el área, una barrera de viendo luminoso lo rodeaba hasta que una brisa apuntó hacia una dirección llegando a una parte del bosque.

-En esa dirección amo, siento una magia especial en esa área.

– ¡Gracias Pyxys!

Cuando los jóvenes se aproximaron al área señalada por Pyxys de pronto dos ráfagas se aproximaron a ellos, era una bola de fuego y una bola de agua.

– ¡Alexis cuidado!

– ¡Ya lo vi!

El héroe empuñó su hacha el cual corto a través de esos ataques de forma veloz mientras estaba encima del lomo de su grifo.

– ¿Quiénes son ustedes?

Las voces de un par de chicas se escucharon, eran dos jóvenes quienes estaban volando lo que parecían ser unas lanzas de guerra.

– ¡Wow, wow cuidado chicas! no somos enemigos, miren soy una bruja como ustedes.

Rosemary señalaba su sombrero, su escoba y su báculo.

-No te conocemos ¿Acaso nos quieres engañar?

-Oye Rose ¿No que son tus amigas?

El héroe estaba nervioso al ver como no reconocían a su compañera.

– Bueno es que no nací aquí, de esta tierra es mi madre yo no.

– ¿De tu madre? ¡Debiste explicarlo antes!

-Tranquilo, yo me encargo.

La bruja se quitó el sombrero para dejar ver su rostro por completo.

-Me llamo Rosemary y soy hija de Marylin la bruja de las rosas. 

Los ojos de Rosemary eran verdosos y su cabello rojizo ondulaba con el aire y su mirada era serena, las brujas que volaban en sus lanzas entonces reaccionaron.

– ¡Oh! ¡La hija de la gran Marylin! 

– ¡Si! ¡Se parece! Mira sus ojos y su cabello, es tan sexy como ella, en definitiva, es su hija.

-Muy bien, podemos dejarte pasar, pero ¿Y el joven que está detrás tuya? 

Las guardias parecían estar de mejor humor que antes.

-Oh ¿El? Es mi querido amigo Alexis, no sé si habrán escuchado de él.

Respondió Rosemary en lo que Alexis estaba otra vez dándose cuenta de la palabra «amigo»

-Si, creo que hemos escuchado sobre el ¿Es el héroe Alexis?

Las brujas de nuevo pusieron cara de pocos amigos.

-Se supone que no podemos dejar pasar a ningún sospechoso, pero si es el héroe Alexis y el amigo de la hija de la gran bruja Marylin entonces pueden pasar.

Las brujas guardianas entonces escoltaron a Alexis y Rosemary hacia las profundidades del bosque.

-No entiendo ¿Dónde está el aquelarre? No veo nada más que árboles y arbustos.

Preguntaba el héroe Alexis.

-Para ser el afamado héroe Alexis veo que eres muy ingenuo.

-En definitiva, muy ingenuo.

Las guardias respondían al unisonó.

– ¿Que dijeron? ¡Pero si no hay nada!

Entonces las brujas con un chasquido de sus dedos hicieron que donde antes había un bosque frondoso se revelara un gran pueblo con multitud de casas de varios pisos, algunas torres de vigilancia, calles apedreadas y algunas estatuas de celebridades femeninas.

– ¡Por la diosa! 

El héroe respondía por instinto aun cuando en lo profundo de su corazón odiara a dicha «deidad».

– ¡Lo sospechaba! ¡Una magia de área! ¡Por eso no lo podíamos encontrar!

La bruja respondió fascinada ante semejante magia.

-Así es, veo que eres una de nosotras señorita Rosemary, vengan los recibirán la gran señora del aquelarre, pero por favor bajen de sus monturas.

-Esta bien.

Alexis y Rosemary bajaron, el héroe despidió a su Grifón y la bruja volvía a colorar su escoba en su espalda junto a su báculo.

Mientras los jóvenes caminaban en medio de todo el aquelarre varias brujas se dieron cuenta rápidamente, algunas empezaban a murmurar y otras a caminar de prisa como si quisieran avisar de algo.

-Oye Rose ¿Por qué tanto escandalo? ¿Acaso es tan raro que vengan visitantes?

-Bueno en parte es eso, pero es también porque no suelen venir hombres.

– ¿Como? ¿No hay hombres en este pueblo?

El héroe exclamaba sorprendido.

– Así es héroe Alexis.

Una de las guardias le respondía.

En este pueblo solo pueden vivir aquellos que puedan dominar la magia o la hechicería, los hombres son sumamente raros.

– ¿En serio? Pero si de dónde venimos hay muchos hombres que sabe usar magia.

-No es solo por eso Alexis.

Rosemary respondía.

– No basta que sepan magia, debe haberla aprendido o dominarla a base de la diosa Gia.

La guardiana volvió a responder.

– ¿La diosa Gia?

– La diosa Gia en nuestra cultura es la madre tierra quien gobierna todo el mundo terrenal.

Rosemary le contaba al héroe mientras entraban en una enorme casa mientras muchas mujeres rodeaban el camino que recorrían, habían aún más de lo que había al principio.

Unas enormes puertas se abrieron para dar a un salón de ceremonias donde había una gran ventana circular en medio del techo de madera que hacía entrar la luz exterior y en frente de los jóvenes había un gran asiento y sentado en ella una preciosa mujer de cabello verdoso vestida de forma ceremonial con su gran vestido purpura.

-Joven Alexis, héroe del Reino de Fragia y Rosemary, bruja carmesí, hija de Marylin de las rosas.

La mujer les hablaba en lo que las guardianas se inclinaron y al verlas hacer ese acto Rosemary le dio un codazo al héroe para que las imitara.

-Me llamo Allye, se me conocía como Allye de las violetas, soy la señora de este aquelarre.

La voz maternal y suave de la mujer era relajante de escuchar, Rosemary alzó la vista para dirigirse a la señora.

-Es un gusto estar aquí nuevamente, Tía Allye.

-«¿Tía? ¿Dijo tía?»

Pensaba Alexis al enterarse de semejante verdad.

-Levanten la cabeza, no quiero incomodarles.

Alexis y las brujas guardianas alzaron la cabeza.

– ¿Esta bien si me dirijo a usted como tía o le digo señora del aquelarre? 

La señora del aquelarre se quedó callada por un momento hasta responder.

-Dime Allye…

– ¿Disculpa?

Entonces la señora del aquelarre sacó un espejo para verse en ella.

– ¡Siiii! ¡Dime Allye! Señora o tía me hacen ver vieja, no, no, no, solo tengo 189 años ¡Por Gia! ¡No seas tan mala conmigo!

La señora del aquelarre se expresaba como si fuera una adolescente ante la idea de su edad, el héroe Alexis estaba a punto de caerse de patas ante la imagen de la gran bruja que ideó en su mente cuando le hablaron de «La gran señora del aquelarre»

-Y entonces Rose ¿Por qué la visita? ¿Quieres pasar unas vacaciones con nosotras? No hemos sabido de ti desde el año pasado tras la derrota del Rey Demonio.

Allye preguntaba con mucha curiosidad.

-Jejeje, la verdad es que pasaron muchas cosas y…

– ¡Espera, espera! Antes de todo eso ¿Por qué no lo platicamos en la mesa? Deben estar muy cansados de un largo viaje y conociéndote no querrás estar aquí sin antes tomar un baño.

-Tía…

Rosemary sonreía con mucha ilusión ante las palabras de su tía.

– ¡Allye, A-LLYE!

-He si… si Allye.

-«Que familia más rara» 

Pensaba el héroe Alexis mientras veía todo.

Rosemary y Alexis fueron en un mismo pasillo guiados por una criada la cual les señaló unos cuartos donde podrían entrar.

-Por favor tomen su tiempo.

La criada se marchó dándoles espacio.

– ¿Dos cuartos?

Se preguntaba Alexis.

-Ah pues es normal, ya no tenemos que compartir habitación como hicimos en el pueblo Prójimo.

-Bueno, si lo sé, pero nosotros…

-Ah, no me digas ¿Querías hacerlo conmigo en el baño? jojojo pero que pervertido te has vuelto.

– ¡Oye! ¡No quiero escuchar eso de ti!

-Jeje supongo que te «entrené» bien.

La bruja sonreía mientras le guiñaba el ojo al héroe. 

– En la noche podemos juntarnos un ratito si gustas, pero procura no dejar marcas en mi piel que parece que me atacó un oso.

– Rose…

– Muy bien, hora de bañarse, quiero quitarme toda esta mugre de días, esta noche te presentaré como debe ser con mi tía.

– Muchas gracias, Rose.

-No hay de qué, para eso estan los amigos.

-¿He?

– Bueno toca baño, nos vemos.

La bruja entraba al cuarto en lo que Alexis se quedó solo en el pasillo.

– ¿Amigo?

En una gran habitación había una enorme mesa llena de comida, en medio de las mesas estaban Alexis y Rosemary quienes comían como si no hubiera mañana.

– Vaya, vaya, por Gia, sí que tienen mucho apetito.

Allye, la señora del aquelarre respondía.

-Bueno, estuvimos viajando por casi dos semanas y solo podíamos comer lo que cazábamos y si bien se cocinar igual extraño comer algo preparado por expertas.

Respondió Rosemary.

– Y entonces Rose ¿Qué pasó en Fragia para que vinieran aquí? No creo que hayan venido solo para pasar las fiestas del equinoccio invernal.

La señora del aquelarre se puso seria.

-Bueno la verdad es que…

La bruja le contó a su tía lo que había pasado desde su perspectiva con lujo de detalle, tras cada cosa que escuchaba la señora del aquelarre no podía hacer más que cubrir su rostro ante lo que escuchaba.

-Entonces… usted héroe Alexis… fue traicionado por sus esposas quienes resultaron ser amantes… es tan triste.

Con un pañuelo la señora del aquelarre se limpiaba las lágrimas.

– Gracias por su comprensión señora del aquelarre Allye.

– No hace falta que me digas así, llámame también Allye.

-S-si… Allye.

El héroe estaba algo nervioso de referirse así ante la señora más importante del aquelarre.

– ¡Ah! ¡Qué lindo!

La señora entonces se juntó al héroe para abrazarlo colocando su rostro en medio de sus grandes pechos los cuales eran sumamente suaves y atontaban al héroe.

– ¡Como me hubiera gustado tener un hijo como tú!

– ¡Tía Allye!

Entonces Rosemary le quitó a Alexis de sus brazos.

– ¡No trates así a mi amigo Alexis!

– ¡Ay, te dije que me digas Allye!

– Perdón, Allye, es que sabes que no me gusta que menciones eso de tener hijos varones con extraños.

– ¡Ay, pero!

-Alexis es mi querido amigo, no lo pongas nervioso.

Entonces una voz se escuchó de repente.

– ¿Amigos?

El héroe Alexis preguntó de repente con una vista algo perdida.

– ¿Qué pasa Alexis? Claro que somos amigos, tú eres mi mejor amigo.

Alexis se había parado de repente.

-Con su permiso Allye, lo siento Rose, pero… ¿Solo somos amigos?

El héroe tomó de los hombros a su amiga preguntándole seriamente.

– ¿Qu-qué te pasa? Ya te lo dije, somos amigos, mejores amigos.

El rostro del joven estaba en shock hasta que reaccionó.

– ¿Pe-pero no se supone que ya éramos pareja?

Una confundida Rosemary también reaccionó.

– ¿Pareja? ¿Desde cuándo somos pareja que recién me entero?

– ¡Desde el pueblo Prójimo! ¿Acaso no lo hemos estado haciendo desde entonces?

Rosemary se apartó de las manos de Alexis.

– ¡Alexis! El hecho de que tengamos sexo no quiere decir que seamos novios, solo somos amigos.

El rostro de Alexis estaba pálido como si se le hubiera caído el mundo.

– N-no…

– ¿Alexis?

-No puedo creerlo.

El joven héroe salió de la habitación rápidamente mientras se cubría el rostro con una de las mangas de su camiseta. 

-Alexis…

Detrás de todo el espectáculo que habían dado estaba la señora del aquelarre mientras tomaba una copa de vino con una leve sonrisa

-Vaya, vaya, pero que tenemos aquí ¿No es un feliz regalo de Equinoccio?

-Continuará…