(Fanfic) Mahou Shoujo ni Akogarete: Arcoíris Lunar / Capítulo 8: Masaje playero

Era un soleado día de playa, Venalita nos había regalado todo un fin de semana en la playa con todos los gastos pagados como recompensa por derrotar a la legión de Lord. Kiwi-chan estaba aún algo resentida de que no le diera su noche apasionada en el hotel, pero eso será para después y es también otra historia que quizás cuente luego.

«Utena-chan, ¿Te gusta este bikini que te compre?» Una encantada Kiwi-chan decía toda animada.

«¡N-N-NO C-CREO QU-QUE ALGO ASÍ ME QUEDE!» Estaba totalmente avergonzada, estaba usando un traje de baño sumamente pequeño que dejaba nada a la imaginación, solo unas finas tiras de tela cubrían mi vagina y mis pechos.

«¿Heeeee? ¿Por qué no? se te veía tan bien» Kiwi-chan hacia pucheros ya que me cambié de traje de baño a uno más recatado, obviamente no utilizaría el otro, si tuviera marcas de chupones o mordidas todo el mundo se enteraría de que forniqué la otra noche.

Mientras tanto en los vestidores de un hotel cercano.

«¿S-SAYO-CHAN?» Haruka decía nerviosa mientras me veía.

«¡NO JODAS! ¿ES EN SERIO?» Kaoruko se tapaba la cara de la vergüenza al verme.

«Lo siento chicas…» El motivo por el cual me veían rara era porque en todo mi cuerpo se veían los rastros de mordidas, chupones y nalgadas, mi culo tenía la marca de una mano pequeña, mis pechos estaban con muchas mordidas al igual que mi cuello, había marcas de chupones por todo mi cuerpo, pero especialmente en mis piernas, todas ellas fueron hechas por Utena-chan… no… por Baiser-sama.

«¡Pendeja! ¿Esta loca? ¿Qué carajos hiciste la otra noche para tener todo eso?» Kaoruko me lo dijo mientras agarraba mi cabello con fuerza, lo hacía tan fuerza que empezaba a sentir placer.

«N-no podemos presentarnos a la sesión fotográfica con Azul marcada así ¿Pero qué hacemos» Haruka seguía nerviosa y sonrojada por lo que vio, no era difícil interpretar que había pasado, hace unas noches fornique como toda una ninfómana, pero no podía decirles con quién, o al menos no que fue con Utena-sama, la idea de que fornicara con una civil podría ser lo peor que alguna vez haya hecho, podrían acusarme de violación hacia una civil.

«Sayo, no tenemos tiempo para discutir con quien carajos tuviste sexo la otra noche, pero ahora debemos resolver esto, Haruka-chan ¿Puedes usar tus poderes de curación? Técnicamente las marcas que tiene Sayo en su cuerpo podrían ser consideradas heridas» Kaoruko como siempre era muy lista pese a estar tan alterada.

«¡SI, déjamelo a mi Kaoruko-chan!» Haruka utilizó sus poderes en mi cuerpo lleno de marcas sexuales y sentía como varias partes de mi cuerpo eran restauradas por su poder, no estoy segura, pero sentía una sensación placentera, casi como si Baiser-sama estuviera nuevamente chupando, mordiendo y nalgueando cada una de las partes de mi ser.

«¡ahh… ahhh… AAAHHH!» Gemía a medida que mis «heridas» eran sanadas hasta que llegó a mi entrepierna donde recuerdo que Baiser-sama había succionado tan fuerte mi vagina y mi clítoris que sentía que estaba a punto de correrme de nuevo con la técnica de curación de Haruka-chan.

«M-ME CORR-» Antes de que terminara la frase un fuerte golpe chocó en mi cabeza haciéndome acuclillarme al piso, era Koruko quien me golpeó.

«¿PUEDES DEJAR DE ACTUAR COMO UNA PUTA PERRA NINFOMANA POR SOLO 5 MINUTOS?» Kaoruko estaba enfadada.

«L-lo siento, es que la técnica de Haruka-chan se siente tan placentero que yo…» Mis mejillas eran jaladas otra vez por Kaoruko.

«¡Deeeeeeja deeee deciiiiir tonterías!» Sentía que Kaoruko estaba a punto de arrancarme mis mejillas como hizo con mis pezones en las aguas termales cuando fuimos a entrenar a las montañas, se sentía tan rico.

«¡Detente Kaoruko-chan! ¡La excitas!» Haruka hizo que Kaoruko se detuviera de jalar mis mejillas reprendiéndola un poco lo cual funcionó ya que se veía pequeña arrodillada en el piso.

«Tus heridas ya deben estar curadas ¿Vamos ya a la sesión de fot…? ¿Sayo-chan?» Yo ya no estaba detrás de ella, me había metido a una de las duchas, esa sensación de jalarme el cabello de Kaoruko sumada a la estimulación de la magia de curación de Haruka-chan hizo que me excitara

«Chicas, denme cinco minutos, en un rato salgo, vayan sin mi» Si no me quitaba esta calentura no podría realizar la sesión de totos adecuadamente, abrí la regadera para hacer ruido con el agua y mientras tanto agarré mi dispositivo mágico para convertirlo en el juguete sexual de hielo que uso todas las noches para masturbarme.

«¿Qué estará haciendo Sayo-chan para necesitar cinco minutos?» Decía inocentemente Haruka-chan.

«Creo que es obvio lo que va a hacer esa loca ninfómana, mejor vamos adelantándonos antes de que escuchemos ruidos raros» Le respondía Kaoruko-chan hasta que ambas al momento de salir escucharon un fuerte gemido.

«¡AAAAAAAAAHHHHHHH!» Era el sonido de mis gemidos luego de hacerme un «rapidito» con mi juguete mágico de hielo.

«¿Qué fue eso?» Dijo Haruka mientras Kaoruko le tapó los oídos toda sonrojada y haciendo que siguieran caminando.

«VA-MO-NOS!» Dijo una sonrojada Kaoruko.

Esa mañana nos encontramos frente a nuestras compañeras de clases, Haruka, Kaoruko y Sayo, al parecer también tenían un viaje de amigas, es una enorme coincidencia, pero no sé por qué, pero Sayo-chan me miraba fríamente ¿Acaso le habré hecho algo? ¿Qué hice esta vez? ¿Debería disculparme por si acaso?

Kaoruko y Kiwi-chan como siempre se llevaban como perros y gatos, pero afortunadamente no se pelearon, sino que se desahogaron haciendo competiciones playeras como de natación.

Haruka al parecer conocía a Korisu de jugar en el parque con los otros niños así que se quedó con ella construyendo un castillo de arena.

Matama y Nemo como siempre estaban juntas, Nemo sin querer hacer actividad física usaba el flotador que Matama quería usar, son todas unas tsunderes.

Y allí estaba yo, junto a Sayo-chan, me di cuenta de que por alguna razón pese a actuar tan fría conmigo de vez en cuando me miraba como si buscara algo de mí.

«D-disculpa Sayo-chan…» Trataba tímidamente de iniciar una conversación con ella para disculparme.

«¿Qué sucede Utena-chan?» Lo decía tan estoica como siempre.

«B-bueno, me preguntaba si por algún motivo hice algo malo que te disgustara… y quería pedirte disculpas» Estaba nerviosa como una gata asustadiza, tras unos segundos de haberle dicho aquello Sayo-chan empezó a sonrojarse.

«¡DISCULPA UTENA-CHAN!» Lo dijo de repente asustándome que pensaba que estaba a punto de darme un golpe.

«Me disculpo por comportarme así, tengo tantas cosas en mente que no pude evitar comportarme así.» Sayo en verdad lo decía en serio, hasta se inclinó levemente frente a mí.

«¡N-NO, NO NO! Por favor Sayo-chan no tienes que inclinarte así.» El hecho de que ella actuara así me hizo sentir culpable.

«¡NO! Quiero hacer algo para compensarte por mi mala actitud.» Sayo-chan se aproximó a mi para verme seriamente. «Por favor, Utena-chan, déjame hacerlo.» No sé por qué, pero en los ojos de Sayo creo haber visto unos corazones, pero al pestañear esos desaparecieron, al parecer su respiración era algo agitada, estaba nerviosa así que decidí aceptar.

«E-está bien, Sayo-chan.» Como «disculpas» hice que ella me aplicara un poco de bloqueador solar y a cambio yo sé la aplicaría a ella, fuimos a la carpa para aquello.

«¿Estas segura que solo quieres esto Utena-chan?» Lo decía una nerviosa Sayo y por alguna razón sentía que hablaba algo agitada.

«S-si, por favor se cuidadosa.» Estaba a punto de recibir un masaje bastante particular.

«¡AAAAHHHH! UTENA-SAMA ¡BAISER SAMA QUIERE QUE LE APLIQUE BLOQUEADOR SOLAR! Estuve muy nerviosa al saber que podría tocar su tierna piel, estoy totalmente convencida de que es Utena-chan es Baiser-sama, solo ella podría acomodar mi útero como lo haría mi ama, pero para estar completamente segura debía volver a recibir el toque de su cuerpo.

«S-si, por favor se cuidadosa.» Utena-sama me lo pidió tan nerviosa, no parece ser Baiser-sama, pero estoy convencida que, si lo es, esa actitud de chica nerviosa debe ser solo una tapadera como la mía frente a todo el mundo, Utena-chan por dentro es mi ama Baiser-sama, la villana que me volvió en su perra sexual, la mujer que tanto quiero que me domine en la cama, por los cielos siento que me estoy excitando de solo pensarlo.

Con el bloqueador solar en mis manos se lo apliqué en todo su cuerpo, era suave pero firme, se nota que no hace mucha actividad física en la escuela, pero podía sentir unos músculos algo rígidos como si hiciera mucho esfuerzo físico en momentos irregulares.

«Hmm….» Hizo un ruido Utena-sama.

«¿Estas bien Utena-chan? ¿te dolió?» Le pregunté a mi posible ama.

«Si… de hecho se siente bien, gracias Sayo-chan» Estaba tan agradecida que de ella me elogiara, la verdad es que yo no soy como mi ama Baiser de violar sexualmente a otra chica con masajes, prefiero más que me lo hagan a mí, pero al menos estoy complacida que le gustara.

«¿Utena-chan? ¿Te gustan las chicas mágicas?» Mientras le aplicaba el protector solar en su cuerpo pude ver una bolsa de ella de chicas mágicas, fue entonces cuando ella se volvió extrovertida.

«¿EN SERIO TE GUSTAN? ¿CUAL ES TU FAVORITA?» La forma en que se comportó tan fanática y obsesionada con las chicas mágicas me sorprendió bastante, estaba algo avergonzada, pero al mismo tiempo feliz por saber que posiblemente a Baiser-sama en verdad le gustara, pero no pude evitar luego el sentirme algo triste… ella solo ama a Magia Azul como chica mágica, no a Minakami Sayo.

«¿Sayo-chan? ¡D-disculpa si me puse a hablar de más!» Oh no, creo que dejé nuevamente que mis sentimientos se salieran de control y reflejé mi melancolía.

«No, no, no, estas equivocada no era por lo que crees, me parece lindo que te gusten las chicas de Tres Magia.» No podía permitir que mi ama se sintiera triste ante mis inseguridades, pero al verla tan nerviosa y desanimada lo que hice fue llamar su atención con lo único que podría animarla.

«¿S-sayo-chan? ¿Qué haces?» Decía nerviosa Utena-sama.

«Bueno, ya terminé de aplicar el protector solar, es tu turno Utena-chan.» En ese momento me quité el top de mi bikini tapando mis tetas con mi brazo para posteriormente acostarme encima de la manta debajo de la sombrilla, le dejé todo mi cuerpo servido en bandeja de plata a mi ama para que hiciera con mi cuerpo lo que creyera correcto en ese momento y en ese lugar.

«Échamelo encima.»

Sayo-chan queria que le echara el protector en su cuerpo, estaba nerviosa, su cuerpo casi totalmente desnudo a excepción de su hermoso trasero… ¿hermoso? ¿en qué estoy pensando?

«Échamelo encima.» Dijo casi coquetamente Sayo-chan.

«S-si…» Ella ya me aplicó el protector solar por lo que debía corresponderle, luego de rociar un poco en mis manos empecé a pasarlo lentamente en su piel, empecé por su espalda para lentamente bajar a su cintura, se me hacia una hermosa cintura, pero a medida que lo hacía tenía la impresión de tener un dejavú como si ya hubiera hecho esto antes.

Sentí como su piel era suave, tersa y esponjosa, creí poder escuchar unos leves gemidos, pero debió solo ser impresiones mías.

«¿Así está bien Sayo-chan?» Le pregunté.

«¿P-puedes aplicar también a mis piernas?» Me respondió Sayo-chan a lo cual yo acepté.

Al sentir sus piernas sentía una enorme cantidad de músculos bien tonificados como si hiciera actividad física de forma constante, se nota que es una chica disciplinada, de nuevo esa sensación de haber hecho eso antes regresó, pero no sabía lo que era, entonces un escalofrió resonó en mi espalda y es cuando recordé porque pensaba eso.

La última persona a la cual masajee fue a Magia Azul y cuando lo hice por error me dejé llevar por mi lujuria.

«¡Ah!» Solté mis manos de las piernas de Sayo-chan con el miedo de volver a cometer un error así.

«¿Estas bien Utena-chan?» Me pregunto Sayo por aquel ruido que solté.

«S-s-si, e-estoy bien… ya casi termino.» Mis nervios estaban a flor de piel, queria terminar rápido, no queria quedar como una enferma depredadora sexual, ya abusé de Azul siendo civil, no quiero cometer este mismo error ahora con otra chica que no tiene nada que ver con esta lucha entre las fuerzas del bien y el mal.

Quería echar un poco más de bloqueador solar en mis manos, pero estaba tan nerviosa que por error presioné de más y una gran cantidad de líquido espeso y blanco calló encima de su trasero manchando su bikini.

«¿Hmm?» Otra vez Sayo-chan se preguntaba que pasaba, pero no podía dejar que ella viera que manché su hermoso bikini blanco con el bloqueador solar, debía quitárselo.

Cuando con mis manos temblorosas estaba agarrando la crema que se hecho encima de su trasero tuve la sensación de una descarga eléctrica en mis manos que llegaron hasta mi cerebro.

«Este trasero…»

«¿Qué sucede Utena-chan?»

«Discúlpame Sayo-chan, un poco de bloqueador se hecho encima de tu bikini, te lo voy a limpiar.»

«¿A sí? Esta bi… ¡KYAAA!»

No sé qué está pasando, pero su trasero, su trasero tiene algo que se me hace muy, muy familiar, me puse detrás de Sayo apoyando mi trasero en sus piernas, con mis dos manos agarré la crema que había desparramada en su culo y la froté en ella con mis manos sincronizadas a la vez, mis dedos y mis palmas estaban sintiendo esa suavidad, una jugosa y tersa suavidad.

«¿Utena-chan? ‘¿Qué haces? ¡AAAHHH!» Manoseaba su culo con la crema blanca derramándola en todas sus hermosas nalgas, la vista de su culo brilloso por la crema lo hacía ver más y más hermoso.

Ese culo, ese hermoso y suave culo, esas nalgas tan hermosas siendo manoseadas, apretadas, estiradas y hasta agarradas como si fueran de mi propiedad me recordaron bastante a las de alguien, pero no estaba segura, pero debía estarlo así que cambié de posición.

«Sayo-chan tus pechos también necesitan algo de crema ¿verdad?» Se lo dije a los oídos suave pero firmemente, debía comprobar si lo que sentía era cierto, Sayo-chan no me respondía en palabras, pero podía ver como sus mejillas estaban sonrojadas y ella asintió con la cabeza dándome su aprobación.

«Quédate conde estas, yo me haré cargo de todo.» Me puse detrás de ella, eché más crema en mis manos para luego restregarlas entre ellas y con mis dedos haciendo movimientos lascivos introduje mis manos bajo su pecho que daba a la manta.

«¡HMMMMM!» Sayo-chan estaba gimiendo un poco, pero ella me dio su aprobación y no queria que sus tetas quedaran al aire libre así que solo con mi tacto me guiaría.

Sus pechos eran enormes, suaves, esponjosos y muy pero muy eróticos, de un lado al otro en forma de círculos pasaba la crema, en la palma de mis manos sentía sus pezones los cuales se hacían más y más duros hasta que no aguanté más y los agarré en medio de las uniones de mis dedos, al sentir ese par de hermosos y excitados pezones no pude aguantarme y los jalé, lo hice aun cuando todo estaba apretado ya que sus tetas estaban pegadas a la manta pero aun así me las arreglé para tener un baile frenético allí.

«¡Ahhh! ¡aaahhh!» Pude escuchar unos leves gemidos de Sayo-chan pero no le presté atención, solo pensaba en sus tetas, sus jugosas y esponjosas tetas con esos pezones erectos que deseaba apretar y quizás también chupar, de forma instintiva me recosté en su espalda y restregué mi entrepierna en ella de adelante hacia atrás, era todo tan erótico y sexy que mi vagina se estaba incendiando a medida que la restregaba con mi traje de baño puesto en la espalda de Sayo.

«¡¡Aaaahhh!! ¡¡AAAHHHH!!» Esos gemidos eran de Sayo quien tenía su cara hacia un lado, pero sin poder ver yo sus ojos, sus hombros de movían de arriba hacia abajo a medida que restregaba mi entrepierna en su espalda y mis manos manoseaban hasta el último rincón de sus jugosas tetas.

No puedo, no puedo, mi vagina esta tan incendiada que sentía como estaba a punto de correrme, si lo hacía ensuciaría la espalda de Sayo con mis jugos de amor, pero antes de que pudiera correrme aprete las tetas de Sayo-chan tan fuerte que ambas al unisonó pegamos un grito apagado de éxtasis.

«¡aaahhhhh!» Me corro, me corro. «¡aaaahhhh!» Sentía como de mi coño salía una cantidad considerable de fluidos de amor que manchaban la espalda de una Sayo-chan la cual para apagar su gemido orgásmico mordió su mano derecha tan fuerte que pude notar como un poco de sangre salía de allí.

Ambas jadeamos un poco antes de que un muro de realidad golpeara mi mente como si me hubiera estrellado en un auto a toda velocidad, en ese entonces la vi a Sayo, ella estaba con algo de la sangre de su mano combinada con su propia saliva, sus ojos tenían la forma de corazones rosas y su lengua afuera, era la vista de una autentica ninfómana, esa sensación me recordó a…

«¿Azul?»

-Continuará…